Las heridas psicológicas que dejó la represión policial durante las marchas contra la vacancia

Diferentes organizaciones han atendido a jóvenes con cuadros de ansiedad y otras afectaciones psicológicas después de participar en las movilizaciones nacionales. A través de las redes sociales voluntarios y especialistas brindan acompañamiento emocional y psicológico gratuito. Personal del Ministerio de Salud informó que durante las marchas también atendieron casos de síndrome ansioso entre los manifestantes.

SECUELAS. Los hechos de violencia han dejado secuelas psicológicas en algunos jóvenes que estuvieron en primera línea.

SECUELAS. Los hechos de violencia han dejado secuelas psicológicas en algunos jóvenes que estuvieron en primera línea.

Foto: Andina.

Hubo personas que atendí, a las que subí casi muertas a la ambulancia... Pasar de ese momento, de ver a alguien casi morir, a luego estar de nuevo entre [las avenidas] Piérola y Abancay, resistiendo, es como hacer de cuenta que eso no pasó, que no existió. Es tratar de suprimir el miedo y regresar a la lucha. Ver cómo alguien cae baleado, desangrándose, pidiendo auxilio, y al segundo siguiente estas de nuevo ahí. Eso no es normal. No es normal”, dice Jefferson Vallejos en un video grabado en su cuenta de Instagram. 

Un llanto ahogado detiene su relato. Más de 119 mil personas lo vieron y escucharon a través de su cuenta “Rayo Runner”, que desde el 12 de noviembre cambió sus tradicionales post, de corredor y ciclista aficionado, para reportar las marchas contra el Congreso y el nombramiento de Manuel Merino como presidente. 

El joven de 28 años intenta reponerse y continúa: “De pronto te despiertas al día siguiente y simplemente despertaste. Pero no es que estés bien. Que te digan que aquella persona que intentaste reanimar se murió... Te dices ¿Cómo pasó todo esto? Como yo, que hace unos días estaba bicicleteando con mis ‘patas’... de repente todo cambió. Piensas en qué va a pasar, cuándo tienes que volver. Si va a seguir esta política de terror (...) No puedo pensar en otra cosa”.

 

Voces como las de Jefferson, que se difundieron en redes sociales, sirvieron para que sus seguidores hablen sobre la importancia de la salud mental y empiecen a compartir, en sus comentarios y publicaciones, los contactos de asociaciones y expertos que están brindando ayuda a los afectados. Algunas de estas iniciativas surgieron en el contexto de la pandemia, para brindar soporte ante la pérdida de familiares o por las consecuencias del aislamiento, pero ahora se han convertido en espacios de apoyo para los participantes de las movilizaciones.

Las sesiones de ayuda se realizan a través de llamadas telefónicas o plataformas web. Lorena Delgado Morales, directora de Básico Consultorio, una de las organizaciones que ofrece este servicio, explica que hasta la fecha han atendido a 15 jóvenes, de entre 19 y 27 años, en su mayoría mujeres, que los contactaron a través de Instagram y Facebook. Algunas de las señales recurrentes fueron alteraciones del sueño, falta de apetito y depresión.

Por su parte, en el Ministerio de Salud señalaron a OjoPúblico que el personal sanitario que estuvo de guardia en las calles, durante las manifestaciones del 9 al 14 de noviembre, atendió cuatro casos de síndrome ansioso entre los asistentes. Además, se brindó acompañamiento psicológico a las personas que ingresaron con heridas físicas a los hospitales del Minsa, y a sus familiares.

 

Redes de soporte y ayuda virtual

Así como los espacios virtuales sirvieron para convocar a las protestas, diferentes instituciones y voluntarios están usando dichas plataformas para ofrecer servicios gratuitos de acompañamiento emocional y psicológico, o grupos de escucha guiados por profesionales. Estas iniciativas están destinadas tanto a manifestantes, testigos y víctimas de violencia, como a ciudadanos en general, que se sientan desbordados por la coyuntura.

El video de Jefferson fue grabado el 16 de noviembre, tras la renuncia de Merino. Era la primera vez que contaba su experiencia en la marcha del sábado 14, día en que Inti Sotelo y Bryan Pintado murieron a causa de la represión policial. Un colega le recomendó hacerlo para desahogarse, pero no esperó que otros jóvenes, que estuvieron en la protesta, le escribirían contando que también se sentían mal.

Él es asistente de docencia en el curso de ética, en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), y cuenta que se sintió motivado a marchar en coherencia con lo que imparte en las aulas. No se había planteado estar en la primera línea de las manifestaciones. Pero una vez allí, cuando empezaron a caer las bombas lacrimógenas y estalló el caos, se dio cuenta de que era útil organizando y ayudando a la gente que se asfixiaba.

Estudiantes
JÓVENES. Los asistentes a las marchas nacionales fueron en su mayoría jóvenes que se organizaron a través de las redes sociales para protestar contra el gobierno de Merino y sus reformas.
Foto: Elizabeth Salazar.

“Estoy mejorando. Me puse en contacto con una asociación de psicólogos de la PUCP que me recomendaron a través de Instagram. No hay que avergonzarse por lo que sentimos. Muchos chicos no quieren aceptar sentirse mal o estar vulnerables, pero son cosas netamente humanas, son manifestaciones propias que debemos aceptar y canalizar. Guardarlos va a generar problemas y trastornos en el futuro”, señaló Vallejos a OjoPúblico.

Desde sus redes sociales, Alex Febrero, un joven músico que reportó en vivo las marchas, también compartió con sus seguidores lo que significó para él aquel sábado. "Este chico que murió gritaba: no hay que retroceder. Y no retrocedió. Se quedó parado. Lo único que le detuvo fue... un balazo. Ver todas estas cosas en persona, cara a cara, no es lo mismo. Te quedas traumado. No puedo dormir hace tres días... Es que... ¿Qué vas a soñar?".

Otros manifestantes han optado por compartir sus experiencias en espacios digitales, pero desde el anonimato. “En ninguna marcha a la que he ido en mi vida había visto algo así, es algo que te marca para siempre. He sentido las muertes de Inti y Bryan demasiado cercanas, pude haber sido yo”, escribió una joven en una plataforma virtual que habilitó la Asociación De-Mentes, una organización dedicada a combatir el estigma hacia la salud mental, para que todos puedan contar sus experiencias tras las marchas nacionales.

 

Impactos en la salud mental

El Ministerio de Salud (Minsa) cuenta con servicios de teleconsulta para brindar soporte psicológico a cualquier ciudadano, a través de la línea 113 opción 5, además tiene plataformas virtuales en sus hospitales especializados Honorio Delgado y Hermilio Valdizán, pero no ha emitido un pronunciamiento sobre el impacto emocional y atenciones requeridas a consecuencia de las movilizaciones. 

La psicóloga clínica y directora del Instituto Inter-Cambio, Mónica Iza Rotta, explica que la exposición a la violencia puede desencadenar problemas en la salud mental, y estos efectos se agudizan por el contexto de aislamiento debido a la Covid-19. “En siete días la sucesión de acontecimientos fue enorme; hubo muchos cambios, muchas emociones. Estas situaciones tienen un potencial efecto tóxico y traumático. Hemos sido sobrepasados, tanto por la pandemia y la cuarenta, como por la inestabilidad política, violencia y cambios dramáticos”.

 

La Sociedad Peruana de Psicoanálisis (SPP) también ha puesto a disposición una línea de soporte emocional, respaldada por psicólogos y psiquiatras voluntarios. Malena Demarini Manrique, psiquiatra, psicoanalista y directora del área, contó a OjoPúblico que han brindado asistencia a unos 40 jóvenes, en mayoría mujeres que presentaron cuadros de ansiedad y manifestaciones somáticas, como presión en el pecho y palpitaciones. Además, son recurrentes el temor a salir a la calle y los recuerdos de episodios de violencia.

Según Iza, la crisis sanitaria y las medidas restrictivas que conlleva, han generado una mayor sensibilización en la población sobre la importancia de la salud mental. “Se tiende a pensar que los problemas de salud mental son temas de otros. Pero nunca había sucedido que todos viviéramos este tipo de situaciones que nos sobrepasan”, sostuvo. Demarini coincide en ello, pues considera que si las protestas se hubieran desarrollado en otro contexto, la atención a la salud mental lamentablemente hubiera cobrado menor importancia. 

La semana pasada, diferentes universidades públicas y privadas paralizaron sus actividades académicas en señal de luto por las muertes de Inti y Bryan, y para otorgar un espacio de reflexión a los estudiantes que asistieron a las marchas. En tanto, la Dirección de Asuntos Estudiantiles (DAES) de la PUCP, en coordinación con el Departamento de Psicología, ha conformado un grupo de contención emocional para alumnos de cualquier institución.

Para la psicóloga clínica Alessandra Caso Martínez, de Psicología por el Perú -otra organización que brinda soporte a los jóvenes que participaron de las protestas- es fundamental validar y reconocer los sentimientos de angustia y ansiedad, a través de la ayuda de especialistas. “Es importante reconocer cómo nos estamos sintiendo y ser más compasivos con nosotros mismos. Quizás no podemos ser tan productivos en el ámbito laboral o académico, pero es normal. El duelo es necesario para procesar y asimilar [estos episodios]”, añadió.

 

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