El holding educativo de Diez Canseco vinculado a acción judicial contra la Ley Universitaria

El líder de una de las facciones de Acción Popular es presidente de la Corporación San Ignacio de Loyola, una red de 14 empresas e instituciones que ofrecen servicios en toda la cadena educativa: desde el nido Coloring Dreams y el colegio San Ignacio de Recalde, hasta una universidad y escuela de postgrado El CEO de la USIL es Juan Ostoja, quien preside el gremio que mantiene una acción judicial contra el Estado por la Ley Universitaria.

Ilustración: Jesús Cossio.

​“Mi amistad con el doctor Merino no es de hoy, es de toda la vida”, dijo Raúl Diez Canseco a los periodistas que lo vieron llegar al Congreso el pasado 10 de noviembre, para asistir a la juramentación de Manuel Merino de Lama como presidente de la República. Un cargo que le duró seis días. Ambos políticos forman parte de la facción de centro derecha de Acción Popular y estrecharon lazos en el gobierno de Alejandro Toledo, cuando el primero fue vicepresidente del país y el segundo congresista por Tumbes.

Raúl Diez Canseco, también exministro de Comercio Exterior entre 2002 y 2003, es fundador y presidente del grupo San Ignacio de Loyola, una red de 14 empresas e instituciones que ofrecen servicios en toda la cadena educativa: desde el nido Coloring Dreams y el colegio San Ignacio de Recalde, hasta la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL) y la escuela de postgrado USIL International Business School. 

Además, brinda carreras técnicas a través de la Escuela de Chefs y el Instituto de Emprendedores USIL, cuenta con un programa de educación en el extranjero denominado Center for Global Education (CGE) y patrocina la asociación sin fines de lucro Junior Achievement Perú, que capacita a niños y jóvenes emprendedores. 

La matriz de estas compañías es la Corporación San Ignacio de Loyola S.A., una razón social creada en 2009 por Diez Canseco y el exnotario Carlos Augusto Sotomayor Bernós. Ocho años después, esta denominación fue destinada -con otro número de partida registral, pero con el mismo objetivo de actuar como holding de la organización- a la persona jurídica constituida por Juan Alejandro Olavarria Vivian y Juan Edilberto Sánchez Chiang, socios del Estudio Olavarría y abogados de Alberto Fujimori en el último habeas corpus que presentó ante el Tribunal Constitucional

Miami Dade
MIAMI. La USIL compró un terreno de 12.950 m2 en Miami Dade, a finales de 2018, a un valor de US$8,9 millones para construir otro campus universitario.
Captura: OjoPúblico

Según Registros Públicos, a la fecha, la Corporación San Ignacio de Loyola cuenta con un capital social de S/ 213 millones y tiene como director alterno a Juan Manuel Ostoja Carmelino, brazo derecho de Diez Canseco y primo de su esposa Luciana de la Fuente, vicepresidenta del directorio. En 2003, el también CEO de la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL) formó parte de una investigación en el Congreso debido a que ingresó a trabajar en una oficina del ministerio de Comercio Exterior, cuando Diez Canseco dirigía dicha cartera. 

Ostoja Carmelino es presidente de la Federación de Instituciones Privadas de Educación Superior (Fipes), un gremio adscrito a la Confederación Nacional de Instituciones Privadas (Confiep) que reúne a once universidades e impulsa una acción judicial contra la Ley Universitaria. Se trata de una demanda colectiva, llamada Acción Popular, que fue presentada el 2018 y sigue a la espera de un fallo en la Corte Superior.

Como informó OjoPúblico, este federación busca extender el denominado Crédito Tributario por Reinversión (CTR), un beneficio fiscal que venció ese año y permitió a las empresas con fines de lucro canjear un porcentaje del pago de Impuesto a la Renta por obras y servicios dentro de la misma institución. 

Juan Ostoja, CEO de la USIL, es presidente de Fipes, un gremio de la Confiep que mantiene una acción judicial contra la Ley Universitaria.

La Universidad San Ignacio de Loyola (USIL) es, a su vez, miembro de la Fipes, y fue una de las instituciones que se acogió al mencionado beneficio para reducir el pago de S/12 '674.439 en Impuesto a la Renta, entre 2016 y 2017. En la práctica, según los datos de Sunedu, esta modalidad sirvió para que las universidades con fines de lucro financien, principalmente, infraestructura física, pero no incidió en investigación o calidad docente.

Los otros integrantes del gremio son las universidades Científica del Sur, Tecnológica del Perú (UTP) y Continental; ESAN, Le Cordon Bleu, Ricardo Palma, y la Universidad San Martín de Porres (USMP), esta última sancionada por la Sunedu por desviar millonarios recursos educativos a otros fines.

Además, la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC) y la Universidad Privada del Norte (UPN), del grupo Laureate; la Universidad Ciencias y Artes de América Latina (UCAL), del grupo inversor Enfoca; y la Asociación de Institutos Superiores Tecnológicos y Escuelas Superiores del Perú (Asiste), que tiene entre sus miembros al Instituto de Emprendedores USIL, que también forma parte del grupo empresarial de Diez Canseco Terry.

OjoPúblico se contactó con el asesor de prensa del político para gestionar una entrevista, y con Luis Lescano Sáenz, gerente general de Fipes, pero ambos se excusaron de ofrecer sus descargos para este reportaje.

 

Millonarios ingresos por servicios académicos

En una entrevista que brindó a Semana Económica en 2017, el político de Acción Popular reconoció que la reforma universitaria afectó el modelo de negocio de las instituciones con fines de lucro, la cual se sostiene en captar al mayor número de alumnos. “El nuevo marco legal se fue al extremo con exceso de regulación. Por ejemplo, que esté prohibido estudiar en el verano, limitando la voluntad y la capacidad del alumno. Otro tema es que la ley dice que puedes tener como máximo 50% dictado virtual”, señaló.

Para cuando dio estas declaraciones la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL) ya había obtenido el licenciamiento, con pocas dificultades. Esta empresa es el buque insignia del grupo económico, y brinda servicios a más de 18 mil alumnos. La escala de pensión más baja que ellos pagan equivale a un sueldo mínimo y medio: S/1.568 mensuales, es decir, unos S/78.400 al año; un monto que se duplica en la escala de matrícula más alta.

Historieta
INGRESOS. El 2019 la USIL recaudó S/354 millones por sus servicios académicos, y otros S/2,3 millones por el cobro de moras.
Ilustración: Jesús Cossio.​

Esta casa de estudios registra un patrimonio de S/395 millones. Según sus estados financieros, en 2019 logró recaudar S/354 millones solo por actividades académicas, y otros S/2 millones 370 mil por el cobro de moras. Esta millonaria facturación no se refleja en sus méritos investigativos, pues se ubica en el puesto 17 de producción científica entre todas las universidades peruanas, según Scimago Institutions Ranking (SIR), que mide la influencia de este sector en las revistas académicas. 

Del total de los 4.266 investigadores calificados en el Renacyt (Registro Nacional de Ciencia, Tecnología y de Innovación Tecnológica), apenas 49 pertenecen a esta casa de estudios. Cifra que contrasta con los 186 investigadores que tiene, por ejemplo, la Universidad Privada Cayetano Heredia. Sin embargo, en su web, la USIL destaca estar entre los diez primeros puestos en el ranking QS University Latam, realizado por la consultora británica Quacquarelli Symonds, en base a encuestas a académicos y empleadores.

Según Registros Públicos y la sesión de directorio del 17 de julio de este año, además de Diez Canseco y su esposa Luciana de la Fuente, los otros directores de la USIL -designados entre 2018 y 2019- son Ismael Benavides, exministro de Agricultura; Emilio Rodríguez Larraín Salinas, abogado del estudio del mismo nombre; Álvaro Carulla Marchena, Eduardo Michelsen Delgado, Julio Romaní Vadillo, Federico Martínez Zúñiga y Tomás Póveda Ortega.

Son 29 los inmuebles declarados ante la Sunat por las empresas de la corporación como domicilios fiscales, oficinas y locales. Sus sedes principales se ubican en La Molina, Magdalena, Lima Norte, San Borja, Huachipa, Miraflores, Surco y Pachacamac, donde disponen de un predio de cuatro hectáreas. Esto sin contar con un fundo de 35 hectáreas que adquirieron en la región agroexportadora de Ica, donde sus alumnos siembran y cosechan arándanos.

Fundo USIL
FUNDO. En octubre de 2019, Diez Canseco y el exministro de Agricultura, Ismael Benavides, participaron de la cosecha de arándanos en el fundo de 35 hectáreas que la USIL tiene en Ica.
Foto: USIL

También tienen presencia en Cusco, a través del Centro de Extensión USIL; y en Arequipa, con el Instituto de Emprendedores. En esta región sureña poseen un terreno de 20 mil m2 para construir una sede universitaria, pero la moratoria que impide la creación de más filiales retrasó este propósito.

Precisamente, este bloqueo normativo hizo que el grupo económico incremente sus inversiones en el extranjero: abrió una oficina en Beijing, China, con el Centro Peruano de Estudios Latinoamericanos BISU-USIL; inauguró una filial universitaria en Paraguay y extendió sus sedes en Estados Unidos, a través de las razones sociales San Ignacio University y Coloring Dreams Preschool. 

Según los Registros Públicos del Estado de Florida, la Universidad San Ignacio de Loyola adquirió un terreno de 12.950 m2 en Miami Dade, a finales de 2018, a un valor de US$8,9 millones con el objetivo de construir otro campus universitario. Ese mismo año, el grupo económico suscribió un convenio con el fondo de inversión colombiano - estadounidense Kandeo, para concretar proyectos educativos, dentro y fuera del Perú, por US$120 millones hasta el 2022. 

Durante la firma de este acuerdo, Diez Canseco destacó la rentabilidad de la educación con fines de lucro. “El sector educativo en el Perú sigue siendo un espacio atractivo para los capitales locales y extranjeros. La confianza de los fondos de inversión como Kandeo, de invertir en educación, impacta en el crecimiento y desarrollo económico del país”, puntualizó. ​

 

 

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