El Caso 'Narcoporsche' y la sombra del tráfico de tierras

La desconocida historia de Jhonny Olivas Ovalle, acusado por tráfico de tierras y otros actos violentos como presunto dirigente de construcción civil del Perú, y sus nexos con el peligroso entorno de Gerald Oropeza, dueño del Porsche acribillado a inicios de mes. Olivas funge de empresario y filántropo en la zona este de Lima. Sin embargo, la Dirincri investiga a este ex militar y agente de seguridad privado por sus vínculos con dos personajes involucrados en la ilegal posesión de la mansión Crousillat, que además habría sido utilizada como centro de operaciones del crimen organizado

Jhonny Olivas Ovalle, un ex militar y agente de seguridad, lleva una doble vida. Viste saco y corbata mientras dirige una organización civil que ayuda a niños pobres, o cuando ejerce el papel de empresario y comparte abrazos con artistas y políticos apristas. Luego, al colgar el traje, se convierte en uno de los dirigentes más feroces de los gremios de construcción civil que hay en el país; un hombre denunciado por tráfico de tierras que no duda en ejercer la violencia para extender su poder en La Molina y Pachacamac, al este de Lima.

La historia de este personaje salió a la luz luego de que OjoPúblico descubriera que la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri) indaga su relación con el entorno de Gerald Oropeza López ‘Tony Montana’, el presunto narcotraficante dueño del auto Porsche acribillado por sicarios en San Miguel. Estos nexos se remontan a enero del 2013 cuando el coleccionista de arte Sixtilio Dalmau denunció la invasión de su casa y terreno -ubicados en el kilómetro 15,200 de la carretera a Cieneguilla-, así como el posterior robo de 1,072 piezas de la cultura Mochica, otras obras valiosas y hasta documentos de una caja fuerte.

Durante las pesquisas del caso la Dirincri estableció que Olivas y el hoy reconocido operador de Oropeza, Garry Guanilo Dreyfus –posesionario ilegal de la lujosa mansión del empresario José Enrique Crousillat en La Molina- integraron la presunta banda de traficantes de tierras que hace dos años penetró a la casa del coleccionista Dalmau con armas de guerra, redujo al personal de vigilancia y se llevó los objetos cotizados en US$8 millones.

Jhonny Olivas Ovalle, vinculado al entorno de Gerald Oropeza, tiene hasta 30 investigaciones fiscales y policiales por tráfico de tierras, robo y lesiones graves.

El golpe –concluyó la Dirincri– se inició después de que Olivas Ovalle y el amigo del dueño del Porsche instalaran módulos de triplay dentro del terreno de Dalmau en Cieneguilla, para fingir la posesión del lugar. En el expediente del caso, Olivas (llamado ‘Ojo de Uva’) aparece como representante de Guanilo. El atraco estaba planificado de principio a fin. Tres semanas después del asalto, el 20 de febrero del 2013, Dalmau conoció que el millonario botín de piezas precolombinas se hallaba escondido en dos predios de Lima y que los maleantes responsables se reunían en una tercera vivienda de La Molina.

Aquel inmueble era la gigantesca mansión de Crousillat, el ex empresario que purgó cárcel por recibir dinero de Vladimiro Montesinos en los años ‘90, y que entonces era habitada por el llamado ‘narco’ del Porsche. En un correo remitido al entonces ministro del Interior Wilfredo Pedraza, el coleccionista Dalmau le advierte: “Informo a usted que las cabezas de la banda de delincuentes se reúnen en una casa ubicada dentro de La Planicie, en el distrito de La Molina: Barandearan 191 (sic). Esta es una casa incautada por lavado de activos [en realidad era por un caso de corrupción]”. Más correos con la misma pista fueron enviados a los policías que investigaban el caso.

“Las cabezas de la banda de delincuentes se reúnen en una casa de La Planicie, en La Molina: Barandearan 191 (sic). Esta es una casa [se refiere a la mansión de Crousillat] incautada por lavado de activos"

Preguntamos a los efectivos de la Dirincri por qué no ahondaron en ese dato. Ellos respondieron que en aquellos días “la casa estaba vacía y el objetivo era recuperar las piezas”. Sin embargo, la policía no consiguió ni el 10% de lo robado. “El hallazgo de parte del botín (se encontraron más de 250 piezas) fue en una casa en Cieneguilla de la que yo di cuenta a la policía pero no siguieron investigando”, nos contó Dalmau. Peor aún, los nombres de Olivas y Guanilo se perdieron en una indagación fiscal que exculpó a varios de los invasores tras cambiarse la tipificación del delito. Hoy la investigación está estancada.

El prófugo Gerald Oropeza tiene orden de captura por lavado de dinero del narcotráfico. 

Otro nexo desconocido entre Olivas Ovalle y ‘Tony Montana’ es el gobernador de La Molina, el aprista Ángel Vera Niño, quien entregó a este último y a Guanilo las garantías posesorias sobre la residencia de la Molina, en el 2007. El funcionario público eligió a Olivas -quien registra un récord de 30 denuncias en diversas fiscalías de Lima por robo, estafa, lesiones y usurpación- para el puesto de asesor en seguridad ciudadana y pandillaje pernicioso en este distrito. Lo hizo el 2008, cuatro meses después de que avaló la posesión de Oropeza.

En diálogo con OjoPúblico, el gobernador aprista confirmó que Olivas lo apoyó “en temas de prevención de pandillaje”, pero luego se enteró de sus antecedentes criminales y lo retiró. “Él se presentó y aceptamos su apoyo. No lo investigué previamente, no sabía en qué estaba envuelto hasta que la comisaría del sector me informó que usaba el carnet de la gobernación en temas de construcción civil. Ahí es donde lo boté”. Esos “temas” eran invasiones de terrenos que promovió, valiéndose del cargo, durante el 2008.

En aquellos días nadie conocía los contactos entre Olivas Ovalle y el peligroso entorno del ‘narco’ del Porsche.

UN ÍCONO: EL PADRINO

¿Pero a qué se dedica realmente Jhonny Olivas Ovalle? Fuentes de la Dirincri revelaron que este chalaco de 54 años es presidente de la ONG “Somos más que vencedores en Cristo Jesús”, con la que inscribió en el Ministerio de la Mujer una organización para la defensa del niño y adolescente llamada San Pablo. Además creó las asociaciones de vivienda "La Planicie de Manchay” y "El Haras” y fundó la inmobiliaria también llamada "El Haras”, en la localidad de Manchay (a 35 kilómetros de Lima). Sin embargo, al investigar su perfil financiero descubrimos que no registra capital, deudas o inversiones en el sistema bancario.

El mismo Olivas exhibe las organizaciones benéficas y compañías que dirige en la web www.corporacionolivas.com. Lo singular es que todas estas sociedades conducen a la misma dirección: el segundo piso de la calle Meteorólogos 111, en La Molina, una construcción precaria, de calaminas y triplay levantada sobre puestos de comercio de pisos parqué y balones de gas.

“En realidad son falsos sindicatos (los dirigidos por Olivas Ovalle) asociados a las extorsiones”, advierte Luis Villanueva, secretario de la Federación de Trabajadores en Construcción Civil. 

No solo eso, en paralelo a sus funciones como asesor de la Gobernación de La Molina, Olivas Ovalle fundó dos organizaciones que agrupan a trabajadores de construcción civil al este de Lima, de las cuales fue presidente hasta el 2014. “En realidad son falsos sindicatos asociados a las extorsiones”, advierte Luis Villanueva, secretario de la Federación de Trabajadores en Construcción Civil. “Es un hombre muy temido en la zona este de Lima. Su negocio es el tráfico de tierras y los delincuentes que lo acompañan son ex obreros de construcción”, señalaron agentes de la División de Protección de Obras Civiles (Divproc).

El accionar de Olivas fue captado por las cámaras del programa Panorama hace tres años. En agosto del 2012, él y sus hombres fueron grabados dentro del grupo de delincuentes que persiguió a pedradas a una familia que denunciaba la invasión de su terreno de 15 mil m2 en La Molina. Allí se ve que el cómplice del ex ocupante de la mansión de Crousillat y su banda llegan al predio luego de una llamada telefónica de Antonio Chingay Salazar, líder de la toma ilegal y quien también aparece en la lista de denunciados por el coleccionista Dalmau.

Panorama filmó a Jhonny Olivas mientras participaba en la invasión ilegal de terrenos en La Molina en el 2012.

“Olivas y su banda tienen nexos en la policía, por eso siempre queda impune. Yo recibí correos anónimos donde me piden pagar una recompensa para evitar que saquen los cerámicos robados por el puerto del Callao; donde ahora sabemos que Oropeza tenía fuertes contactos”, dice Dalmau. OjoPúblico buscó a Olivas Ovalle en su dirección de La Molina, pero no lo encontramos. Además nos comunicamos a los teléfonos que tiene registrados en su propia web, pero tampoco lo ubicamos.

La Cámara Peruana de la Construcción (Capeco), consultada para este artículo, prefirió no hablar sobre Olivas. Pocos lo hacen, menos en los arenales de Manchay, la zona en donde opera el hombre que en redes sociales trastoca su reputación y se muestra como amigo de famosos. La foto que destaca en su Facebook es la que se tomó junto al popular boxeador Jonathan Maicelo, tras invitarlo a grabar un spot en favor de una de sus asociaciones civiles.

Olivas Ovalle posa sonriente junto al pugilista en su vivienda de Manchay. La casa está decorada por un mural gigante de El Padrino, capo de la mafia al que parece admirar, casi tanto como el prófugo Oropeza al Tony Montana de Caracortada.

Portada: Autos de lujo incautados por la Comisión Nacional de Bienes Incautados (Conabi) a Gerald Oropeza.
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