Libertad Popular es uno de los partidos que debutará electoralmente en 2026. Rafael Belaunde Llosa, uno de sus fundadores y precandidato presidencial, ha empezado a aparecer en las encuestas de intención de voto, aunque todavía con porcentajes modestos.
En esta entrevista con OjoPúblico, expone algunas de sus propuestas en temas como educación y salud y, también, para enfrentar otros asuntos centrales, como la crisis de inseguridad. Belaunde Llosa se refiere, además, a su pasado como breve ministro de Energía y Minas, durante el Gobierno de Martín Vizcarra, y responde sobre su apoyo a Keiko Fujimori en la segunda vuelta de las elecciones de 2021, cuando formó parte de su equipo técnico.
Autodefinido como un liberal que no es de derecha ni de izquierda, Belaunde Llosa considera que, en el Perú, hay espacio para que el Estado desarrolle “una política social muy activa”.
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Este Gobierno está condenado al fracaso".
¿La llegada de Eduardo Arana a la presidencia del Consejo de Ministros cambiará en algo las cosas?
En nada. Este es un gobierno a la deriva. Estamos viviendo un prolongado y lento naufragio. Y el problema está en la presidenta y en el contubernio que la sostiene desde el Parlamento. Los ministros ni van a hacer ni deshacer. Por eso, toda esta chilla porque salió el ministro de Economía, tampoco mueve la aguja.
Este Gobierno está condenado al fracaso. No hay alternativa hasta que venga un nuevo proceso electoral y un nuevo Gobierno elegido del favor popular.
Lo ocurrido en Pataz, que es lo que provocó la caída de Gustavo Adrianzén, reafirma que la lucha contra la criminalidad es insuficiente. ¿Qué propone para combatir este problema?
Hay un tema de minería criminal, que es lo que se vive en Pataz. Y, después, hay una proliferación de economías ilegales en Madre de Dios, por ejemplo, donde hay mucha minería ilegal; pero, también, minería aluvial con Reinfo [Registro Integral de Formalización Minera]. O sea, hay las dos cosas. Pero, el grueso, son minerales que se van de contrabando a Bolivia y, por eso, resulta que, ahora, es un gran país exportador de oro sacado de contrabando del Perú.
Entonces, el tema de la minería criminal es un asunto de orden público, que atañe a la Policía, en el que no se ha avanzado por decisión y falta de rigurosidad. No puede ser que salgan volquetes con oro robado y que la Policía registre la mitad. Si no se hace algo serio y a profundidad, corremos el riesgo de ser el equivalente a un narcoestado sostenido por las bandas criminales asociadas a la minería ilegal.
¿Qué es “serio”? ¿Qué es “en profundidad”?
El Perú es un país eminentemente minero. El gran desafío es hacer que la minería funcione para la grande, la mediana y la pequeña y la artesanal. Y la legislación no está escrita para eso. Mi hermano, por ejemplo, ha sido, en Tacna, minero artesanal, pero pasó tres años de trámites para lograr ser un operador formal. La minería tiene que tener espacio para todos.
¿Es viable eso en un país con alta conflictividad social, entre otros motivos por los proyectos mineros?
Yo creo que sí es viable. Si los mineros pequeños y artesanales tuviesen más posibilidades de ser formales, la conflictividad se reduciría. La minería no puede ser una actividad netamente elitista o de grandes corporaciones. Hay que dar un carácter más popular a la que, creo, es nuestra principal palanca al desarrollo. En tanto no tenga una cara más popular y más social va a tener problemas.
Flaco favor se le ha hecho [al sector] con el Reinfo que es, en el fondo, una patente de corso [autorización oficial] para que los mineros vinculados a la criminalidad puedan robar, vender y comercializar su mineral, y comprar explosivos con absoluta impunidad. El Reinfo es un fracaso absoluto.
Si aparece una gran mina, el Estado y la empresa se llevan su parte y el poblador mira, pero su situación de pobreza extrema no cambia".
¿Y qué hacemos con quienes se oponen a la minería porque afecta directamente a su ecosistema?
Hay que repensar cómo se distribuye la renta minera, sobre todo el canon. Una parte del canon sí tiene que ir directamente a la población que vive en la zona de influencia minera. Va a la autoridad política…
Que es la que decide cómo se gasta.
Sobrevalorando obras. Es decir, hay que sacar a la política de la ecuación. Tiene que funcionar más como un trípode. La empresa, que es la que ha arriesgado su capital, que ha traído cientos o miles de millones de dólares, es lógico que se lleve su tajada. El Estado, que da la concesión, es lógico que tenga su beneficio.
Hoy por hoy, si aparece una gran mina, el Estado y la empresa se llevan su parte y el poblador mira, pero su situación de pobreza extrema no cambia. La renta se tiene que distribuir entre el Estado, la empresa y el poblador que vive en la zona de influencia minera, como ocurre en Alaska o en Noruega.
¿La minería no ha logrado cambiarle la realidad social a quienes viven cerca de los proyectos?
La minería ha aportado, sobre todo, al gobierno central y a las autoridades políticas de las regiones, pero el día a día del que vive en el corredor minero y tiene que meter su rebaño a su casa para no congelarse en la noche…
¿No ha cambiado?
Esa realidad no ha cambiado. Espinar no tiene agua potable y hace 50 años que hay gran minería ahí. La empresa dirá que ha pagado miles de millones de soles en impuestos, cosa que es verdad, pero el diseño del sistema es lo que no ha funcionado. No es un reclamo a las mineras ni mucho menos.
La pobreza más dura, más abyecta, las peores prestaciones del Estado están en las zonas de influencia minera. Es un sinsentido".
Tampoco estaría mal que les reclame, ¿cierto?
No, yo creo que es importante el compromiso social. La minería se desarrolla en una zona que se sobrepone con una parte muy pobre de la población del Perú. Que conviva la pobreza más extrema con la fuente principal de los recursos del Estado peruano es una mala combinación.
Creo que “mala” es un eufemismo. La palabra debería ser más fuerte.
Es como le digo: la pobreza más dura, más abyecta, las peores prestaciones del Estado están en las zonas de influencia minera. Es un sinsentido.
Ahora, la criminalidad no es solamente minería ilegal.
No. En el tema de la inseguridad ciudadana, el Perú tiene la experiencia de la lucha contra el terrorismo. Hay dos vertientes: se puede aplicar lo que fue el Grupo Colina o lo que fue el GEIN [Grupo Especial de Inteligencia]. Lo que derrotó al terrorismo fue el GEIN, la inteligencia operativa, de campo. Esa es la experiencia que hay que rescatar.
Por ejemplo, mire los sistemas de interceptación que tiene el Perú. “Constelación” es uno, pero todos tienen licencias vencidas. Hay una desidia absoluta.
Evidentemente, la lucha contra la inseguridad ciudadana es el gran reto de nuestro tiempo y, después, vendrán el tema económico, la inversión y el crecimiento. Y, eso, se tiene que resolver con inteligencia, con [asignación de] recursos a la Policía. Este mantra que repiten de la pena de muerte y salirse la Corte Interamericana de Derechos Humanos…
¿No cree en eso?
No creo porque, primero, la pena de muerte no previene, es para castigar. Podemos tener una discusión filosófica sobre si está bien o mal, pero eso es para el que ya robó, violó, asesinó.
[Por otro lado], salirse de la Corte me parece un disparate. En un país con un récord de constantes transgresiones a los derechos individuales, la Corte es una garantía a la que puede recurrir todo peruano, cuando el Estado comete un abuso. Me parece que es un argumento panfletero, facilista.
En un país con un récord de transgresiones a los derechos, la Corte IDH es una garantía a la que puede recurrir todo peruano".
En un tema como salud, ¿qué propondría Libertad Popular?
Salud y educación inciden directamente en la productividad de la gente, lo que se llama el capital humano. Esa es la gran apuesta al futuro. Hay que hacer un cambio que tiene dos dimensiones. Primero, la infraestructura en salud.
He estado hace poco en Carmen Alto, en Huamanga, donde el centro de salud está declarado inhabitable desde 1995 y tienen una combi, que se la confiscaron a un narcotraficante, que funge de ambulancia.
La mitad de las postas médicas no tienen médicos y el 60% atienden menos de 12 horas. La prestación de salud es un derecho universal que lo tiene que garantizar el Estado, porque no hay forma de que eso lo haga un privado.
Por eso, ¿qué haría?
Bueno, atender el tema de la inversión, asegurarse de tener una cobertura de horas más alta, de que las postas médicas tengan, al menos, un médico por posta.
Eso implica varias cosas. Va a tener que hacerse un censo entre la enorme población que ha inmigrado al Perú, donde hay médicos y auxiliares de enfermería, hay que tener las historias clínicas en línea, un sistema conectado.
El Perú ha gastado S/20.000 millones subsidiando a Petroperú, una plata que se ha ido al tacho porque ese es dinero que nunca se va a recuperar.
Usted cerraría a Petroperú, me imagino.
No lo cerraría. Yo no haría nada, ni a favor ni en contra, como el Estado no hace nada, ni a favor ni en contra con Repsol.
Lo dejaría morir por inanición, digamos.
Como cualquier empresa. Las empresas a las que les va bien prosperan, a las que les va mal se tienen que declarar en quiebra. No movería un dedo, no asignaría un dólar del erario nacional para Petroperú, pero tampoco le pondría trabas. Tampoco diría que hay que privatizarla, porque dudo que alguien quiera comprar una empresa con esos problemas.
El Estado no puede desviar recursos, si no puede atender las postas, si no puede atender el presupuesto de salud y educación. No desviaría recursos en eso. Sin embargo, la empresa tiene todo el derecho a tratar de sobrevivir.
No movería un dedo, no asignaría un dólar del erario nacional para Petroperú, pero tampoco le pondría trabas".
Una consulta electoral. ¿Es cierto que existe una posibilidad de alianza con otros partidos? Se suele mencionar a Libertad Popular en el mismo combo con Ahora Nación, del señor López Chau, por ejemplo.
A ver, he conversado, efectivamente, con el doctor Alfonso López Chau, de quien tengo una magnífica impresión. Geográficamente o cartográficamente, es alguien más a la izquierda que yo, pero me parece que es alguien valioso, que tiene algo que aportar. Me he reunido en dos oportunidades con el general Roberto Chiabra. También con gente del Partido Popular Cristiano (PPC), que están más a la derecha de donde yo me siento.
También me reuní con Carlos Álvarez, con quien no comparto esta cosa de lanzar tan fácilmente lo de la pena muerte, aunque me parece que es alguien que tiene sus ideas, en lo esencial, correctas, porque es amigo de la inversión, de la actividad económica.
¿Y ha salido algo de esas reuniones?
No hemos concretado nada. Felizmente, se hizo bien en prorrogar el plazo [de alianzas] hasta agosto.
Mi impresión es que no va a ocurrir nada.
Lo que pasa es que tiene que hacerse un esfuerzo por una base más ancha. Solo entre los que piensan igual, no basta.
¿Un esfuerzo de qué tipo?
Un esfuerzo que vaya desde Ahora Nación hasta no sé si el PPC o casi hasta ahí.
Tiene que hacerse un esfuerzo por una base más ancha. Solo entre los que piensan igual, no basta".
¿Hasta un poco antes del PPC?
Un poco antes, ¿no? Hay opciones.
Son 43 partidos, debe haber.
Hay dos variables fundamentales. Uno, la inversión privada para el crecimiento. Y, dos, entender que hay un aspecto social, que solo el crecimiento no resuelve los problemas.
¿Usted podría renunciar a su candidatura en aras de una alianza?
Sí, por supuesto.
Se lo pregunto porque usted ya empezó, aunque todavía abajo, a aparecer en las encuestas. Quizás el ego podría ganarle.
No, no. No tengo un instinto mesiánico ni mucho menos.
No digo que tenga un espíritu mesiánico, pero habiendo diversas opciones partidarias, decidió fundar la propia.
Pero, ¿con quién se puede hacer nueva política en el Perú? ¿Con los partidos del Congreso, con los niños de Acción Popular? Cuando nosotros iniciamos esto [la inscripción de Libertad Popular], la vitrina era Alianza Para el Progreso con [César] Acuña, el fujimorismo, que es el sostén de la señora Boluarte, Vladimir Cerrón. Esa es la realidad.
Fue ministro de Energía y Minas por pocos días, algo de dos semanas. El gabinete que entonces lideraba su compañero de partido, Pedro Cateriano, no consiguió el voto de confianza del Congreso. Recuerdo que, cuando lo presentaron, hubo advertencias periodísticas porque usted tenía relaciones con mineras…
Sí…
Incluso su propio hermano, me ha dicho ahora, es minero artesanal…
Fue, fue minero artesanal.
¿Con quién se puede hacer nueva política en el Perú? ¿Con los partidos del Congreso, con los niños de Acción Popular?".
Fue minero artesanal. A lo que iba: con esta información que empezó a conocerse, se habló de una puerta giratoria.
Claro, pero, a ver, yo he sido ministro y, primero, nunca he sido empleado de ninguna empresa minera.
Pero ha tenido relaciones con ellas.
He tenido, sí. He tenido una empresa que ha dado servicios a mineras, a petroleras, a hidroeléctricas, a empresas de ferrocarriles.
Ha sido gerente general de una subsidiaria del Grupo Minero Volcan, me parece, ¿no?
No. Bueno, es que yo hice una empresa y se la vendí a Volcan.
¿Remediadora Ambiental?
Sí, pero ya después que he sido ministro no he contratado con una empresa minera, nunca más.
Ahora, esto debió decírselo a la gente, ¿no?
No, bueno. En el ministerio, pues, hay una vorágine de cosas. Era la última de mis preocupaciones. Yo no vengo… pero, a ver, es difícil, ¿quién puede ser un ministro de energía y minas? ¿Un antiminero? Es importante tener en el sector al que conozca de la dinámica y la problemática. La minería es una piedra angular en el desarrollo del Perú.
¿Y en dónde trabaja ahora o a qué directorios pertenece?
No, a directorios ninguno. Mi línea de trabajo siempre ha sido el tema de saneamiento de tierras, negociación de tierras.
Vi que era gerente de una inmobiliaria.
Tengo varias inmobiliarias.
¿Varias?
Varias, sí. Y tengo un hotel y una empresa que hace trabajo de gestión de tierra, saneamiento, negociaciones comunitarias.
Creo que hubiese sido más difícil liberarnos de Keiko que de Pedro Castillo".
Y, si saliera electo presidente, ¿cómo evitaría algún conflicto de interés en estos temas?
Bueno, yo no contrato con ninguna empresa hoy fuera de mi propio grupo. Ahora, evidentemente tendría que crear un fideicomiso y transferir mis acciones ahí. En fin, yo soy una persona que construí un patrimonio. No es plata como cancha, digamos, pero tengo un patrimonio que me permite…
No digo que esté mal que tenga un patrimonio. Solo que la gente tiene derecho a conocer los intereses económicos de quien aspira a ser presidente.
Sí, sí. Tengo un conglomerado de pequeñas inmobiliarias y, eso, habría que ponerlo en un fideicomiso. Me he cuidado de no contratar nunca con el Estado. Esa es una política mía. No tengo nada, no contrato con el Estado, no quiero un sol del Estado. Y, después del Ministerio de Energía y Minas, tampoco he contratado ni con petroleras, ni con mineras, ni con empresas de energía. O sea, la puerta giratoria no ha girado.
Declaró que la postulación de Keiko Fujimori profundizará las grietas entre los peruanos. De hecho, es muy crítico del fujimorismo al que ha llamado, incluso en esta entrevista, sostén del Gobierno. Pero en 2021 no solo llamó a votar por ella, sino que fue parte de su equipo técnico.
Sí…
La propia Keiko Fujimori lo presentó. ¿Cómo cambia uno en tan pocos años?
Lo que yo dije es que una elección entre Rafael López Aliaga y Keiko Fujimori profundizaría la grieta entre los peruanos. Creo que sería lo peor que le podría pasar al Perú. No es que he cambiado, cada elección es un escenario distinto y había que elegir entre Pedro Castillo y Keiko Fujimori.
Me parece que fue una elección cruel, dura y había tres alternativas: Apoyar a Pedro Castillo, a Keiko Fujimori o no hacer nada. Decidí apoyarla a ella porque vi en Pedro Castillo una enorme amenaza, no solo para la economía, sino para la democracia en el Perú. Ese fue mi convencimiento, no fue un voto o una participación por entusiasmo. Yo dije “bueno, hay que hacer un esfuerzo para evitar, a toda costa, que este señor gane”.
De lo que se trata es de empoderar al consumidor, al ciudadano, no empoderar a las inversiones".
¿No se entusiasmó, pero fue parte de su equipo técnico? ¿Eso es lo que quiere decir?
Claro. Lo que pasa es que, creo, había que hacer una cruzada para evitar el triunfo de Pedro Castillo, que era el triunfo de Cerrón y el triunfo de las fuerzas que estaban detrás de él.
Y habida cuenta de todo lo que sabía en ese momento de Fujimori, ¿no hubiese sido una mejor opción quedarse en el medio?
Sí, he podido no decir nada, digamos, y no ir a votar. Pero yo era un convencido de que Pedro Castillo iba a atentar contra la democracia y, al final, terminó dando un efímero golpe de Estado.
Y, a la luz de todo lo visto en estos años recientes, ¿Keiko Fujimori lo engañó?
Yo no sentiría que me… digamos, las elecciones binarias son así, hay que elegir entre uno de los dos. Keiko Fujimori carga una enorme responsabilidad, también, con lo que le ha pasado al Perú, con la enorme inestabilidad y con el hecho de que el Perú no crezca 8%, sino que raspe el 3%. Se portó de una manera lamentable con su hermano, con su papá.
Es decir, ha puesto sus intereses personales por delante de los de su familia y los del país. Y, aún así, era preferible al Gobierno de Pedro Castillo.
¿Se arrepiente de ese apoyo técnico a Keiko Fujimori?
No me arrepiento. Ahora, si tú me…
Tengo un conglomerado de pequeñas inmobiliarias y [si gano las elecciones] eso habría que ponerlo en un fideicomiso".
¿Ahora sí se arrepiente?
No, porque creo que hay que asumir la responsabilidad. Yo la apoyé, asumo y no pongo ninguna excusa. Si tú me dices, ¿qué creo que hubiese pasado? Creo que hubiese sido más difícil liberarnos de Keiko que de Pedro Castillo. Subestimé el nivel de su ineptitud. No pensé que iba a ser tan burdo ni tan torpe para dar ese golpe de Estado disparatado, que terminó con su vacancia.
Keiko es un poco más sofisticada y, seguramente, hubiese terminado siendo coaptada por las fuerzas del fujimorismo antiguo, que son las que ahora ella misma ha relanzado.
¿Dónde se ubica ideológicamente?
Soy una persona esencialmente liberal, en el sentido de que creo en la libertad política y económica y en la competencia, no en los mercados concentrados ni en los privilegios. Realmente, no me considero una persona de derecha ni de izquierda. Fernando Belaunde decía “ni izquierda, ni derecha, adelante”. No voy a repetir…
¿Eslóganes antiguos?
Sí creo que hay espacio para políticas de lo que se llama de derecha y de izquierda. En un país como el Perú, hay espacio para que el Estado tenga una política social muy activa, no para sustituir al mercado, sino para sentar las bases de infraestructura e institucionales para que los mercados funcionen.
Me parece inaceptable la concentración de los mercados financieros, de seguros, farmacéuticos. De lo que se trata es de empoderar al consumidor, al ciudadano, no empoderar a las inversiones, que son necesarias. Así como en la democracia el elector es el soberano, en la economía el individuo, el que consume, es el que tiene que llevar la batuta.