Marisol Pérez Tello: "El Congreso se ha cargado la legislación contra el crimen organizado"

El asesinato de Paul Flores, cantante de Armonía 10, disparó la censura al ministro del Interior, Juan José Santiváñez. En paralelo, miles de ciudadanos salieron a protestar por la incapacidad de las autoridades para enfrentar a la delincuencia. Marisol Pérez Tello, exministra de Justicia y Derechos Humanos y precandidata presidencial por Primero la Gente, analiza en esta entrevista algunas de las propuestas del Ejecutivo, entre ellas la pena de muerte, el servicio militar y policial obligatorio y los estados de emergencia. Asegura que, en realidad, no existe un diseño eficiente de política criminal. También responde acerca de otros temas, como la posibilidad de conformar alianzas electorales de cara al 2026 y su llamado a votar por Keiko Fujimori en la segunda vuelta de 2021.

ELECCIONES. Según Marisol Pérez Tello, Primero la Gente está trabajando en alianzas con miras al 2026.

Video: OjoPúblico / Giuseppe Vicente

El viernes, el Pleno del Congreso censuró al ministro del Interior, Juan José Santiváñez, por su responsabilidad en la crisis de inseguridad. Ese mismo día, por la tarde y hasta la noche, miles de personas sensibilizadas por el asesinato del cantante de Armonía 10, Paul Pérez, salieron a exigirles a las autoridades respuestas eficientes para contener a la delincuencia. 

De acuerdo con la exministra de Justicia y precandidata presidencial por Primero la Gente, Marisol Pérez Tello, el Gobierno no tiene idea de qué hacer frente al problema y carece de un diseño eficiente de política criminal. En entrevista con OjoPúblico resaltó que, en la situación actual, hay corresponsabilidad del Parlamento, que se “ha cargado” la legislación en contra del crimen organizado. 

Pérez Tello, salida de las canteras del Partido Popular Cristiano, además explica qué motivos la llevaron a alejarse de la que fue su casa desde muy joven. También confiesa que no se siente orgullosa de haber solicitado el voto por Keiko Fujimori en las elecciones generales de 2021, durante la segunda vuelta. “Hoy no votaría por la señora Keiko, en ninguna circunstancia”, asegura. 

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Hoy no votaría por la señora Keiko, en ninguna circunstancia”.

En la reunión del Consejo Nacional de Seguridad se ratificó el estado de emergencia en Lima y Callao y se anunció un proyecto de ley para el servicio militar y policial obligatorio. No olvidemos el discurso reiterativo de la presidenta Dina Boluarte acerca de la pena de muerte. Es el mismo menú cada vez que se habla de inseguridad. ¿Tienen idea, en el Gobierno, de qué hacer? 

Absolutamente ninguna. No hay un diseño de política criminal eficiente, ni claridad de cuáles son las urgencias, mucho menos a mediano plazo. Lo que hacen es adoptar medidas desesperadas que impresionan, pero no funcionan. El servicio militar ha existido siempre y no es un reformatorio. No funciona así. Lo que funciona es que los estudiantes terminen el colegio, vayan a una universidad o a una escuela técnica y puedan conseguir trabajo. 

Los estados de emergencia tampoco funcionan.

Los estados de emergencia, ya se probó, no funcionan. El propio alcalde de San Juan de Lurigancho [Jesús Maldonado] lo advirtió. Solamente sirven para hacer compras más fáciles. Entonces, que se sinceren y saquen una norma para que se faciliten adquisiciones o la construcción, por ejemplo, de unidades de flagrancia en todos los penales del país. Eso es mucho más eficiente. Haría que quien es capturado cometiendo un delito sea llevado a la cárcel, en el acto, y ahorraríamos tiempo y plata.

Van 19 mesas de debate auspiciadas por el Ministerio de Justicia sobre la pena de muerte. ¿Es viable una medida de esa naturaleza? 

Es un distractor. No es viable hasta que no denunciemos el Pacto de San José. No estoy de acuerdo con la pena de muerte, por principios. Aparte, dejando de lado mi posición personal, no ha resultado en ningún lugar. Un país, con los problemas de administración de justicia del nuestro…

No estoy de acuerdo con la pena de muerte, por principios. Dejando de lado mi posición personal, no ha resultado en ningún lugar". 

¿Podría condenar a cualquiera a pena de muerte?

A cualquiera, empezando por la señora Dina Boluarte. Pero, insisto, no se trata de eso. Se trata de que captures al delincuente, lo metas a la cárcel en el menor tiempo posible y que los procesos sean rápidos. No importa tanto el tamaño de la pena, sino que la gente sepa que, efectivamente, esta se va a imponer. Que no se piense que, si alguien tiene un buen abogado o privilegios porque es “hijo de”, va a poder salvarse de la cárcel. 

¿Qué es lo que buscan? Agudizar la contradicción y salirse de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. El debate que generó el fujimorismo en 1993 para incluir la pena de muerte [por traición a la patria en caso de guerra y terrorismo] fue para justificar la salida de la competencia de la Corte. 

Esto es lo mismo. Lo que están haciendo es un distractor. Cuando el miedo entra por la puerta, la libertad sale por la ventana. La gente quiere soluciones efectivas. Ni la pena de muerte ni el estado de emergencia lo son. 

¿Cuál es una solución efectiva? 

Que se invierta lo que se tiene que invertir para que haya unidades de flagrancia en los penales del Perú, por ejemplo.  

Desde el Gobierno y el Congreso también se afirma que la migración, sobre todo la venezolana, es responsable de esta crisis de inseguridad. ¿Avala esta teoría? 

¿Qué tienes que hacer con los presos venezolanos y todos los presos extranjeros? Mandarlos a su país. Pero a los ciudadanos venezolanos déjalos en paz. 

Nosotros [durante su gestión como ministra de Justicia en la presidencia de Pedro Pablo Kuczynski] hemos mandado tres charters de presos españoles a España, porque hay un montón de razones para hacerlo: tienen a su familia cerca, el proceso de reinserción es mucho más eficiente y, además, generas espacio en un país que tiene sobrepoblación [en los penales]. Hay una ley, solamente que no la quieren aplicar. 

Desde el Congreso y el Ejecutivo se insiste, también, en que la principal responsabilidad de la inseguridad viene del sistema de justicia, el cual, de acuerdo con esta versión, se dedica a liberar a delincuentes. ¿Qué piensa de esta hipótesis? 

La forma más sencilla de no hacer nada es echarle la culpa al otro. La Policía a la Fiscalía, la Fiscalía al Poder Judicial, el Poder Judicial a la Policía, y el Gobierno y el Congreso le echan la culpa a todos. Ejecutivo y Legislativo, hoy, están caminando de la mano porque se necesitan para sobrevivir. El Poder Judicial, con todos sus defectos, les está haciendo frente, pero la corrupción está en los tres poderes del Estado y en la Policía. 

Hay que ser consciente de que tenemos un problema de corrupción en todo el país y que 13 ministros del Interior en cuatro años son el caos perfecto para que la criminalidad organizada tome todas nuestras instituciones. 

A propósito de eso, ¿cree que la salida de Juan José Santiváñez solucionará el problema de la inseguridad?

No, pero, por lo menos, no vas a tener a alguien usando el Ministerio del Interior para proteger a la presidenta y no a los ciudadanos. Si es tan bueno, que sea guardia de seguridad principal de la presidenta de la República y no de los 34 millones de peruanos que vemos cómo nos matan todos los días. 

El Congreso tiene todas las responsabilidades. Se han cargado la posibilidad de perseguir el crimen organizado protegido por el poder".

El Ministerio del Interior es la responsabilidad del Ejecutivo. ¿Y cuál es la responsabilidad del Congreso?

El Congreso tiene todas las responsabilidades, porque se ha cargado toda la legislación contra el crimen organizado que se había dado desde el 2014 hasta ahora. Por ejemplo, se han cargado la posibilidad de perseguir el crimen organizado en serio, aquel protegido por el poder. 

Quieren bajarse la ley de extinción de dominio, con lo cual el delincuente o sus hijos o sus nietos podrían usufructuar el dinero fruto de un acto delictivo. Y todas las demás normas que han sacado ya generaron impunidad. Ese precedente lo que hace es animar a todo el crimen organizado mundial —porque el crimen organizado es transnacional— a venir al Perú, a convertirlo en el hub.

¿El Congreso es promotor del crimen transnacional?

Sí, claramente. Mire, en el 2026, hay elecciones que van a cambiar todo el poder en el Perú, desde el presidente hasta el alcalde del centro poblado. Podemos elegir mejor y no dejar que estos titiriteros, que hoy han legislado a favor del crimen organizado, sigan gobernando.

A propósito de las elecciones, Lo Justo, el partido que usted estaba formando, no alcanzó su inscripción y ha anunciado su precandidatura presidencial con Primero la Gente, que lidera Miguel del Castillo.

Miguel del Castillo es uno de los líderes. Primero la Gente no tiene presidente, tiene un colegiado donde estoy yo, del Castillo, Marco Zevallos y otros. Me parece súper interesante como un esfuerzo de unidad, de encontrarnos en las diferencias.

¿Se siente cómoda con la compañía de Miguel del Castillo? 

Sí, sí.  

No la noto muy segura. 

No, no, no. Lo que pasa es que la pregunta tendría que ser por qué no me sentiría cómoda. Los dos provenimos de partidos históricos que tienen formación política. 

A Miguel del Castillo lo hicieron renunciar al APRA por su cercanía con Pedro Castillo. Por eso, se lo preguntaba.  

A mí esa es la parte que más me gusta de la historia. A él le abren un proceso dentro del APRA, el cual gana, pero no vuelve a inscribirse. En cambio, decide formar un partido porque no encontraba sus ideales representados en la agrupación que antes fue su casa. Se parece mucho a mi historia, la verdad. 

Vi su nombre en un comunicado con propuestas para la seguridad ciudadana. Estaban el señor Alfonso López Chau y miembros del Partido Morado. También se difundió una foto en la que aparece Marco Zeballos, de Primero la Gente, con representantes de agrupaciones más vinculadas con la izquierda. ¿Existe la posibilidad de algún entendimiento de centroizquierda, o no hay nada de eso?

Estamos trabajando en alianzas. Es mandatorio que no hagamos que los peruanos tengan que elegir entre 41 candidatos. Es una locura, porque no hay 41 maneras distintas de entender el país, sino que hay 41 ambiciones personales. Todos tienen que estar dispuestos a ser generales o soldados. Yo estoy dispuesta, sin duda. 

¿A ser general o ser soldado?

A las dos cosas. Sin ningún problema. 

¿Podría renunciar a una candidatura presidencial? 

Absolutamente. Lo segundo que hay que tener claro es que, para mí, hay límites: le dices dictadura a Venezuela y le dices —no llega a ser una dictadura— autoritarismo puro y duro al Gobierno de Dina Boluarte frente a las protestas del sur. 

Si no tienes claridad y principios mínimos democráticos, yo no me siento en capacidad de hacer acuerdos de futuro, electorales, parlamentarios y de Gobierno. Y, en eso, se está trabajando. Hay una mesa democrática donde está Marco Zevallos representándonos. Lo aliento, en la medida en que haya claridad. 

Estamos trabajando en alianzas. Es mandatorio que no hagamos que los peruanos tengan que elegir entre 41 candidatos". 

¿Qué partidos forman parte de esa mesa?

Primero la Gente, Nuevo Perú, Ahora Nación y el Partido de los Trabajadores y Emprendedores. Y hay otros espacios, como el del comunicado que usted menciona, donde figuran personas de Libertad Popular, o Freddy Vracko, de la Asociación los Movimientos Regionales. Y hay muchas conversaciones bilaterales.

¿Se apunta a un espacio de centroizquierda? 

No necesariamente. Hoy, el problema ya no es de ideologías, ya no es de derechas o izquierdas. La discusión es entre la gente que quiere que el Perú sea gobernado por mafias y la que quiere que sea un país democrático, donde las discrepancias sean bien recibidas y procesadas. 

Leí que Javier Bedoya Denegri, el secretario general del Partido Popular Cristiano (PPC), su expartido, del que además fue secretaria general…

Y presidenta del proceso de reingeniería partidaria. 

Bueno, él dijo que, desde el punto de vista doctrinario, usted le había hecho daño al PPC. ¿Qué le parece esta afirmación?

No sé si yo le hice mucho daño al PPC. Yo he sido secretaria nacional de formación desde el año 2003. Son 11 años de formar cuadros en el PPC, bajo una doctrina que es la del Papa Francisco. No sé qué daño se le puede hacer a un partido social cristiano de esa forma. Yo enseño doctrina social de la Iglesia a políticos en todo el mundo. No soy yo quien tiene que revisar qué tan social cristiano es. 

En todo caso, respeto al PPC, le deseo lo mejor, pero ya no lo puedo representar. Es tan simple como eso. Por eso, estoy buscando un espacio democrático más próximo a lo que creo, que es la fraternidad, el encuentro, el diálogo. 

¿Cambiaron los valores del PPC? 

No sé si cambiaron, pero los míos se mantienen. No sé si alguna vez fueron los que yo pensé que eran. Alguien se equivocó y [que haya sido] yo, la verdad, no creo, porque mis conversaciones con el doctor [Luis] Bedoya eran muy claras. Yo entré al PPC en el año 1986, cuando se llamaba democrático, progresista y solidario. Si no coinciden con mi forma de pensar, qué bien que me fui.

¿Le molesta este mote que repiten mucho sobre usted, que es "caviar"?

Me encanta... 

¿Le encanta que le digan “caviar”?

Me da risa. En la izquierda dicen que soy de derecha, en la derecha dicen que soy de izquierda. En el centro, algunos dicen que soy "caviar". Alguien me llamó la derecha de la izquierda o la izquierda de la derecha. Yo creo que es porque nadie entiende el centro. Quizás [Fernando] Belaunde, que hablaba de que “mi doctrina es el Perú”, la tenía más clara. El Perú no se puede leer desde una derecha dura ni desde una izquierda dura. 

En la izquierda dicen que soy de derecha, en la derecha dicen que soy de izquierda. En el centro, algunos dicen que soy 'caviar'". 

No sé si lo del “Perú como doctrina” diga mucho, la verdad.  

Al comienzo, me parecía eso. Pero, cuando caminas tantas veces el país, te das cuenta de que al Perú no lo puedes leer solamente desde el lente de la inversión privada, porque hay lugares, como Huancavelica y algunas zonas de mi tierra, Tacna, donde la inversión privada nunca va a llegar, porque no es rentable. 

Si no tienes un Estado fuerte, no digo grande, el país nunca va a salir adelante. Y hay otras zonas, como casi toda la costa, en donde se necesita mucha inversión, pero garantizando que no sea abusiva. 

Cuando se pretende aplicar un modelo solo de libertad sacrificando justicia —la derecha extrema—, eso lo que va a generar es dolor, muerte, sufrimiento, racismo, censura, discriminación. El Perú tiene que aplicar un modelo para el Perú, que hoy requiere sacar a los delincuentes de la política. Así de claro. Sacar a los choros, a los narcos, al crimen organizado. Eso no tiene ideología. 

La escucho y recuerdo a la Marisol Pérez Tello que, en el 2021, pidió votar por Keiko Fujimori. ¿Se arrepiente de eso?

Sí. A ver, yo de arrepentirme de las cosas que hago es difícil, porque no las puedo cambiar, ¿no? 

Ya dijo que sí.

Sí, pero es que no estoy feliz y tampoco estaba feliz en ese momento. Hoy no votaría por la señora Keiko, en ninguna circunstancia.

Igual, ya votó por ella. 

Sí, claro. Pero ni fui parte de su partido, ni fui parte de la foto técnica, ni iba a ser parte del posible Gobierno, si es que ella ganaba. Eso que quede clarísimo. Yo leí un documento con ella sentada al lado…

Que no es poca cosa. 

Le dije que lo iba a leer y, en ese documento, le decía "no te creo nada, te voy a creer cuando hagas cosas”. Creo que puedo con los vicios del fujimorismo, que son cargarse el estado de derecho, y no con los vicios del profesor Castillo, a quien tuve al frente cuando era ministra de Justicia. 

No estaba orgullosa entonces, no estoy orgullosa ahora. Espero que el país nunca vuelva a estar en una situación como esa". 

No entiendo bien, ¿puede con alguien que se cargue al estado de derecho, pero no puede con...?

Lo que pasa es que, si tú conoces los mecanismos del fujimorismo, con fuerza y contención los puedes confrontar. Creí que los podía confrontar. Hoy día, que han tomado todo y que tienes a cerronistas y a fujimoristas, todos juntos, te das cuenta de que son lo mismo. 

En ese momento, pensé que eran diferentes. Con el fujimorismo sabes lo que hace. Quiere tomar el sistema de justicia, el Tribunal Constitucional, la Defensoría del Pueblo. Entonces, hoy el Fujimorismo ha logrado desmantelar el sistema, como lo hizo en su momento Montesinos. 

No puedo dejar de recordar que Keiko Fujimori le hizo la vida imposible al Gobierno que usted representó desde el Ministerio de Justicia, el de Pedro Pablo Kuczynski. A pesar de eso, decidió pedir el voto por ella. 

No puedo estar orgullosa. No estaba orgullosa entonces, no estoy orgullosa ahora. Espero que el país nunca vuelva a estar en una situación como esa y espero, también, tener la claridad que tengo hoy: al Fujimorismo no se le debe dar ni medio espacio, porque lo toma todo.

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