
AMAZONÍA. El investigador James MacCarthy explica que las zonas que se están deforestando rápidamente tienden a sufrir más incendios forestales.
Los incendios en la Amazonía se han incrementado desde junio. En Perú, tan solo en el último mes —entre el 23 de setiembre y el 23 de octubre— se notificaron 918 alertas en reportes de alta confianza en la plataforma Global Forest Watch. Una situación similar atraviesan Brasil y Bolivia, con 13.283 y 7.514 alertas de alta confianza, respectivamente.
En este contexto, OjoPúblico conversó con James MacCarthy, investigador asociado de la plataforma de monitoreo satelital Global Forest Watch, quien explica la información que proporcionan los mapas sobre el aumento de los incendios en la cuenca amazónica y su impacto en la pérdida de bosque.
“En un par de países de la región, los incendios están fuera de lo normal. En Bolivia, por ejemplo, están un 150% por encima del récord del año anterior. Y, en Perú, está cerca del 50%”, explicó.
Desde 2020, James MacCarthy se desempeña como especialista en monitoreo satelital del World Resource Institute (WRI). Por más de 30 años, ha trabajado en proyectos de desarrollo sostenible en países de África, Asia y América Latina. En agosto pasado, publicó un artículo que evidencia el incremento en la frecuencia e impacto de los incendios forestales en la Amazonía.
“Los incendios forestales récord se están convirtiendo en la norma, con 2020, 2021 y 2023 siendo el cuarto, tercero y primer peor año para los incendios forestales globales, respectivamente”, advirtió junto a sus colegas del WRI.
En los últimos meses, han aumentado los incendios en la Amazonía. ¿Qué tipo de información nos proporciona el monitoreo satelital sobre este crecimiento?
Hay dos fuentes diferentes de datos por satélite. Están los datos de alerta de incendios en tiempo casi real, que se actualizan diariamente. [Estos] muestran que, por lo menos, hasta el 20 de setiembre, que fue el último día que miramos, la cantidad de alertas de incendios fue alrededor de 79% superior a la media para esta época del año.
Además, en un par de países de la región, los incendios están fuera de lo normal. En Bolivia, por ejemplo, están un 150% por encima del récord del año anterior. Y, en Perú, —que lo miré antes de esta entrevista— está cerca del 50% por encima del año récord anterior. Esas son las alertas casi en tiempo real.
Luego, después de que una temporada de incendios ha terminado, o mucho después de que un incendio se ha producido, los satélites proporcionan datos sobre la superficie quemada, que son más útiles para estimar el impacto real de los siniestros sobre el terreno.
MONITOREO. James MacCarthy trabaja con mapas satelitales y ha desarrollado proyectos en África, Asia y América Latina.
Foto: Cortesía de James MacCarthy
¿Hasta qué punto son precisos los datos sobre incendios con los que trabajan?
Los datos de alerta de incendios se ofrecen en tres niveles de confianza diferentes. Está el bajo, el medio y el alto; y los datos de lo que informamos son solo de nivel alto de confianza. Es posible que se pierdan algunos incendios con los datos de alta confianza, pero tienden a ser incendios reales.
Las cosas son distintas con los datos de baja confianza. A veces, efectos como el sol reflejándose en las nubes o techos de metal pueden ser considerados incendios, lo que llamamos falsos positivos.
Por eso, utilizamos los datos de alta confianza, porque es más probable que representen incendios reales sobre el terreno, y tienen una precisión bastante alta.
¿Cuál es la principal diferencia en la calidad de la información que dan entre estos diferentes niveles de confianza?
La principal diferencia es que utilizan, como parte de su algoritmo, algunos valores diferentes, como el brillo del píxel, la fuerza de la anomalía, y si la alerta se produjo de día o de noche. Por ejemplo, tienes menos falsos positivos por la noche, porque el sol no se refleja en el suelo. Todas esas variables influyen, si se trata de una alerta de confianza alta o baja.
¿La información que utilizan posee el mismo método de medición para toda la Amazonia o difiere en cada país?
Utilizamos el mismo método para todos los países y solo analizamos Perú, Bolivia y Brasil. Pero empleamos los datos del MODIS Fire Alert [un algoritmo de la NASA que monitorea la ocurrencia de incendios] para los tres países.
¿Y esto se aplica también a los datos de deforestación?
Sí, cuando informamos sobre deforestación, utilizamos el mismo método en todos los países. Pero la alerta de deforestación que ofrecemos, a través de nuestro sitio web, se genera a partir de un producto satelital diferente. Se trata de una combinación de datos de los satélites Landsat y Sentinel que captan la deforestación, mientras que las alertas de incendios MODIS son específicamente para estas emergencias.
Las zonas que están experimentando altas temperaturas y sequías en América del Sur están presentando más actividad de incendios”.
Hasta ahora, ¿qué muestran las imágenes por satélite sobre la pérdida de cubierta arbórea a causa de los incendios?
Es una gran pregunta. Todavía no sabemos cómo serán los datos de 2024. Los datos de pérdida de cubierta arbórea por incendios se actualizan una vez al año, normalmente en abril.
Sin embargo, a partir de los datos que tenemos desde 2001 hasta 2023, hemos visto un aumento significativo en la pérdida de cobertura arbórea debido a los incendios en toda América del Sur, pero particularmente en Perú, Bolivia y Brasil. Y, gran parte de ello, está asociado a la deforestación.
En este contexto, ¿cómo contribuyen las áreas deforestadas a la inflamabilidad de la Amazonia?
Contribuyen de varias maneras. Creo que este 2024 es especialmente malo debido a El Niño, que terminó a principios de año. Pero, en cuanto a la deforestación, una forma en la que se contribuye a que los bosques sean más susceptibles es que, cuando se talan los árboles, puede aumentar la temperatura y hacer que [el ambiente] sea más seco.
Hay estudios que demuestran que, además del cambio climático, la deforestación contribuye a un calentamiento y secado de los bosques. También, [la deforestación] tiende a aumentar la cantidad de bordes de los bosques que están cerca a las zonas agrícolas y, así, es más probable que los incendios se propaguen.
Además, el factor principal es que, después de talar el bosque, los restos de los troncos son quemados y, en los años que hace mucho calor y está muy seco, como este, los incendios se propagan muy rápidamente hacia el bosque. Mientras que, en los años que llueve mucho, los incendios pueden detenerse al llegar al límite del bosque, porque está muy húmedo.
En efecto, muchos incendios son provocados por el hombre, pero las condiciones meteorológicas influyen en su propagación. ¿Es posible que el monitoreo satelital de los incendios y, por ejemplo, el monitoreo satelital del viento, permitan establecer si algunos focos tuvieron causas naturales?
He leído estudios que hablan de cómo la deforestación está calentando y secando la atmósfera, y de que existe una estrecha asociación y una alta correlación entre las zonas que han sufrido mucha deforestación y la aparición de incendios. De modo que las zonas que se están deforestando rápidamente tienden a sufrir más incendios.
Sé que en Brasil hay algunas áreas que están experimentando sequías que son como las peores de los últimos 700 años, o algo así de loco. Pero no hemos hecho un análisis específico para relacionarlo todo [los datos]. Otros lo han hecho y hay una relación bastante estrecha.
Hay estudios de atribución sobre el impacto de la crisis climática, ¿verdad?
Exacto. Parece que la deforestación aumenta la probabilidad de incendios y, cuando las cosas están muy calientes y secas, es más probable que se propaguen [los incendios], aún más lejos de lo que lo harían de otra manera.
AMAZONÍA. Países como Perú y Bolivia han presentado un incremento en la cantidad de alertas de incendios.
Foto: Ministerio del Ambiente
¿Cómo utilizan los algoritmos para estimar la deforestación y los incendios en la Amazonía?
Las alertas de incendios que he mencionado utilizan datos de un sensor llamado MODIS, que está a bordo de un par de satélites diferentes que orbitan la Tierra una vez al día y utilizan, principalmente, los datos de reflectancia de la superficie que corresponden a las longitudes de onda infrarroja, de onda corta e infrarroja cercana.
Así que vemos rojo, verde y azul. Eso es lo que vemos y, luego, infrarrojo pasa el espectro rojo y utilizan esa información, porque los incendios emiten la luz en esa frecuencia. Esa es la mejor detección.
La alerta de incendios es un infrarrojo de onda corta. Y hay varias otras cosas que entran en esa detección, como la intensidad del fuego, el tamaño del fuego, y si es de día o es de noche. Todo influye en si es o no detectado por los satélites.
Para los datos sobre la superficie quemada y la pérdida de cobertura arbórea debido a los incendios, utilizamos los datos del Landsat. Tendría que remitirle a nuestros socios de la Universidad de Maryland, que son los que producen ese conjunto de datos, pero hay muchas variables diferentes que intervienen en esos algoritmos.
Pensando en el origen de los incendios, ¿el monitoreo satelital proporciona información sobre dónde y cuándo comenzaron los focos recientes en cada uno de los países amazónicos?
Sí, los datos del MODIS son proporcionados por la NASA y te dan la latitud y la longitud de cada alerta de incendio. Así que se puede ver dónde se están produciendo. Las alertas tienen una resolución espacial muy gruesa, por lo que hay una alerta para un área de 500 por 500 metros. Es decir, cubre un área grande. Así que usted puede ver una alerta, pero el fuego real podría estar a un par de cientos de metros de distancia.
¿Hay algún periodo de tiempo recomendado para hacer este análisis?
Sí, los datos de alerta de incendios, al ser casi en tiempo real, son muy útiles para ver lo que está ocurriendo hoy. Creo que es más útil para analizar los últimos tres meses, más o menos. Muchos de los conjuntos de datos sobre zonas quemadas se actualizan mensualmente, pero tarda entre dos y tres meses [para ser procesados].
Así que si miras el MODIS de área quemada por ahora los datos más recientes serían de agosto, mientras que las alertas en tiempo casi real de incendios se puede ver hoy en día, lo que está pasando. Ahí es donde las alertas en tiempo real son realmente útiles.
Estamos atravesando récords históricos de temperatura y una de las peores sequías en la Amazonía. ¿Cómo determinar el papel de la crisis climática, inducida por el hombre, en el aumento de los incendios?
Creo que ello es difícil de hacer, pero se puede analizar la actividad histórica de los incendios y compararla con los aumentos de temperatura. De hecho, hemos visto, a nivel mundial, que el aumento de la pérdida de la cubierta arbórea está muy correlacionado con el aumento de la temperatura. Entonces, parece haber correlación, no causalidad, entre el calentamiento del planeta y el aumento de la actividad de los incendios.
En años en los que hace mucho calor y está muy seco, como este, los incendios se propagan muy rápidamente”.
Mencionó datos históricos de los incendios y el aumento de la temperatura. ¿También vale la pena utilizar la información de la precipitación y cómo cambia con el tiempo?
Esa no es mi especialidad. Pero, por lo que he leído sobre la literatura del cambio climático, estamos viendo precipitaciones más variables en muchas partes del mundo.
Hace dos años, las Naciones Unidas hizo un informe llamado Spreading like Wildfire [Propagándose como incendios forestales], en el que usaron diferentes escenarios de cambio climático e intentaron determinar globalmente dónde esperaríamos un aumento de la superficie quemada como resultado de esos diferentes escenarios de cambio climático.
Lo que encontraron fue que, a nivel mundial, a finales de siglo, se esperaría ver un aumento en el área quemada de 30% a 50% por encima de la actividad actual de incendios.
DATOS. La plataforma de monitoreo satelital Global Forest Watch evidencia un incremento en el número de alertas de incendios en la Amazonía.
Foto: Global Forest Watch
¿Hay una relación directa entre las sequías y el avance de los incendios?
Sí. Las zonas que están experimentando altas temperaturas y sequías en América del Sur están presentando más actividad de incendios. Hubo el último evento de El Niño en 2015 y, también, terminó causando incendios forestales récord en Brasil y otras partes de América del Sur. En gran parte, debido a que se produjeron menos precipitaciones ese año.
Uno de los efectos de El Niño es que provoca menos precipitaciones, y las sequías son más graves. Pero, a medida que el cambio climático empeora, también se espera que la frecuencia y la gravedad de las sequías empeoren.
Así que es una mezcla de todo …
Sí, exactamente. La deforestación, el cambio climático y El Niño son la tormenta perfecta para crear incendios forestales récord.
Históricamente, una de las funciones claves de la Amazonía ha sido la de absorber carbono de la atmósfera. Sin embargo, hay estudios que advierten sobre algunas zonas en Brasil que han empezado a emitir carbono e, incluso, se habla de un punto de no retorno. ¿Los modelos establecen un estimado de áreas deforestadas para ese punto de inflexión?
Puedo remitirle a un estudio que hizo uno de mis colegas, que es más experto en carbono. Las principales conclusiones de su estudio fueron que la Amazonía brasileña ya era una fuente de carbono, mientras que el resto de la Amazonía seguía siendo un sumidero.
No estoy muy seguro de cuánta deforestación puede ocurrir antes de que toda la Amazonía se convierta en una fuente de carbono. Supongo que una tendencia preocupante está, al menos, en Bolivia, donde hemos visto un aumento en la pérdida de cobertura arbórea de todas las fuentes. No solo de los incendios, sino también de la deforestación en los últimos años.
Pero también hemos visto una disminución en Brasil, el año pasado. Así que hay algunos signos de esperanza, y otras cosas que son preocupantes.