IMPACTOS. La próxima semana, con el cierre de la COP29, en Azerbaiyán, se definirá el monto para el financiamiento climático global al 2030. La Amazonía es uno de los territorios más afectados.
Desde Bakú, Azerbaiyán.
En la primera semana de la COP29, en el país petrolero de Azerbaiyán y desde donde OjoPúblico realiza su cobertura, las negociaciones han evidenciado avances muy lentos y no pocas tensiones. Mientras países vulnerables exigen más financiamiento y compromisos claros, otras economías dependientes de los combustibles fósiles buscan frenar los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Como antesala al debate técnico, y pese al cuestionamiento de sectores de la sociedad civil, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev —quien está hace 20 años en el cargo—, recordó que era un “regalo de Dios” el manejo del petróleo y gas en su país. La afirmación causó controversia apenas en la inauguración de la cumbre, debido a que otro de los objetivos de esta cita es culminar con la dependencia económica a los combustibles fósiles.
El texto borrador de la cumbre, que todavía tendrá modificaciones en los próximos días y que recién se conoció de forma pública el último viernes pasadas las siete de la noche (hora local), muestra el interés por un nuevo y más elevado financiamiento —por ello, los asistentes a la cita en Bakú le llaman “la COP de las finanzas”— y este tiene como objetivos ayudar a la mitigación, adaptación, así como enfrentar las pérdidas y los daños causados por el cambio climático.
De acuerdo a especialistas consultados, ahora el documento pasará por una etapa de ‘recorte’ o ajuste de las propuestas enviadas, para que se tenga un borrador que debería tener unas 15 páginas y luego ir a su debate por el Segmento de alto nivel, un grupo especializado en este tipo de propuestas técnicas.
AVANCES. La primera semana de la COP29 terminó con un primer borrador que definirá el monto para el financiamiento climático global.
Foto: COP29.
En las 25 páginas del texto preliminar se han planteado seis propuestas —todavía sin consenso— que van desde los USD 100.000 millones hasta más de USD 2 billones anuales al 2030, para cumplir la meta trazada en esta COP29.
Las cifras propuestas se aproximan al borrador inicial que tiene el G-77 —el grupo de países en vías de desarrollo y China— que plantea USD 1,3 billones anuales como financiamiento climático, el punto central de la agenda del encuentro que tiene como fecha de cierre al próximo 22 de noviembre.
“Los ricos causan el problema, los pobres pagan el precio más alto (...). Necesitamos un nuevo objetivo financiero que se adapte al momento actual. (...) En materia de financiación climática, el mundo debe pagar, o la humanidad pagará el precio”, resumió en su exposición inicial el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres.
Además, durante la primera semana de la cumbre en Bakú, organismos bilaterales —como el Banco Mundial— han planteado un financiamiento de más de USD 120.000 millones al año para el 2030 y cumplir con el objetivo climático que se discute en la COP29.
Entre cifras y debates sin acuerdos iniciales, la meta final puede enfrentarse a la incertidumbre que genera el retorno de Donald Trump al poder —muy presente en esta COP—, así como su influencia en gobiernos de América Latina. Por ejemplo, el mandatario argentino Javier Milei decidió en la noche del miércoles 13 de noviembre que su delegación oficial abandone las negociaciones.
Retrasos y pujas
El lunes por la noche —cuando debió lograrse un primer acuerdo a mediodía, pero se hizo ocho horas después—, recién se tuvo claridad sobre la agenda a conversar en la COP29. Sin embargo, un punto en el que sí hubo consenso fue en la necesidad de definir un nuevo acuerdo que aumente el dinero para combatir la crisis climática.
Con el Acuerdo de París, tratado internacional suscrito en 2015 con una serie de medidas para enfrentar las consecuencias del calentamiento global, se tenía como cifra más de USD 100.000 millones anuales. Hasta ahora, todas las versiones planteadas para el texto recogieron las exigencias de los países en vías de desarrollo y consideraron el financiamiento en un monto superior al billón de dólares.
El borrador inicial, liderado en este punto por los negociadores de Brasil, también reconoce el papel de los pueblos indígenas y sus conocimientos ancestrales para enfrentar la crisis. También les atribuye la característica de “liderazgo climático”.
El borrador presentado de forma pública el viernes tuvo como versión inicial un documento de 34 páginas que revisaron los bloques negociadores.
Los países en vías de desarrollo consideran que el nuevo financiamiento climático debe superar al billón de dólares".
El texto de ahora, todavía en debate y con 25 páginas, recoge distintas posiciones que estarán en las plenarias de esta segunda y última semana para definir su versión final y que tendrá como fecha límite el viernes 22 de noviembre. Aunque puede extenderse si es que no se logra convencer a todos los países partes de la cumbre.
El lento avance en las propuestas también revela desacuerdos y tensiones entre las partes. Estos entrampamientos —denominados corchetes en una herramienta del sitio especializado CarbonBrief— ascendieron a más de 400 hasta la noche del viernes 15 de noviembre, en horario local. El número representa la cantidad de diferencias entre los negociadores que aprobarán el documento la próxima semana.
Un actor relevante en el proceso de aprobación del texto de la COP29 es el presidente de la misma, debido a que cumple una labor dedicada a llegar a acuerdos entre todas las partes. En esta edición, esa labor recae en Mukhtar Babayev, quien —antes de ser ministro de Ecología y Recursos Naturales— fue un ejecutivo de la Compañía Estatal de Petróleo de Azerbaiyán (SOCAR).
El factor Trump
Días previos al inicio de la COP29, un anuncio político planteó un escenario de incertidumbre respecto a las negociaciones futuras en temas climáticos: Donald Trump ganó las elecciones de Estados Unidos, uno de los países que generan más gases de efecto invernadero del mundo. Y el republicano es el personaje más presente en la actual cita climática en Azerbaiyán.
Desde esa fecha de la elección de Trump, quien asumirá el cargo en enero del próximo año, no hay certeza sobre las medidas que tome cuando retorne a la Casa Blanca. Por ahora, solo se tiene el recuerdo de su decisión de abandonar el Acuerdo de París, en 2020 y su postura de apoyar la perforación de pozos petroleros en su país.
DEMANDAS. Organizaciones indígenas y colectivos exigen un aumento sustancial en el financiamiento climático para los países en vías de desarrollo.
Foto: Unfccc.
Estos antecedentes no pasaron desapercibidos en el inicio de la cumbre climática en Bakú y en una mesa paralela a las negociaciones se advirtió las consecuencias de esta elección. Especialistas de la sociedad civil estadounidense coincidieron en que el retorno de Trump puede provocar un aumento de la producción de combustibles fósiles en distintos países comprometidos a dejar el sector de hidrocarburos.
“A la crisis climática no le interesa quién está en la Casa Blanca. [Pero] no hace falta decir que nos encontramos en una posición difícil”, señaló en una conferencia de prensa Ashlee Thomas, asesora política de Oxfam América, que ha pedido a los países ricos establecer un objetivo de un billón de dólares por año en financiación climática.
Por su parte, Ali Zaidi, asesor nacional del presidente Biden en materia climática, dijo en una reunión con medios —entre ellos OjoPúblico— que Estados Unidos se estaba preparando para anunciar un nuevo objetivo nacional para reducir la contaminación de carbono para 2035, a pesar del regreso de Trump al poder.
“Es útil tener gobiernos federales que también están invirtiendo en la acción climática. Tenemos 26 estados demócratas [opuestos a Trump]”, agregó.
América Latina en la COP
El papel de los países latinoamericanos en la primera semana de la COP29 todavía se muestra tímido con miras al debate técnico. Las reuniones seguirán en los próximos días, pero, según los especialistas consultados, se requiere de una postura clara y firme por parte del bloque regional para enfrentar las consecuencias de la crisis climática.
El aumento en el financiamiento también lo exigen organizaciones indígenas de la Amazonía que han llegado a Bakú, para participar en espacios paralelos a la cumbre climática. A ellos se le suma el análisis de especialistas, enfocados en una mirada regional de las implicancias que tendrán las decisiones que se adopten esta semana como cierre de la COP29.
Sandra Guzmán, directora general del Grupo de Financiamiento Climático para Latinoamérica y el Caribe (Gflac), recordó que esta edición de la COP es relevante por la “alta vulnerabilidad” de la región y el futuro de la Amazonía, así como otros puntos claves que no solo se reflejan en la “cantidad [de dinero], sino también en la calidad” que se le dé a los recursos que puedan aprobarse.
“Los países del G-77 [donde están los de América Latina] están pidiendo USD 1,3 billones, pero de esta parte es importante conocer cuánto serán las donaciones, porque una gran parte genera deuda y eso se debe revisar”, explicó a OjoPúblico y lamentó que la región no cuente con un “grupo fuerte” de ministros para esta semana final, en la COP29.
La conferencia del clima del 2025 se realizará en la ciudad amazónica de Belém do Pará, en Brasil".
Las presencias más comentadas han sido por posiciones opuestas: mientras Argentina retiró a su delegación oficial a pedido de su presidente Javier Milei, el gobierno brasileño de Lula Da Silva presentó avances en un documento que define las metas climáticas de su país, como un adelanto de alojar la próxima cumbre climática en la ciudad amazónica de Belém do Pará.
La expectativa ambiciosa de Brasil, de lograr una reducción de hasta el 67% de emisiones de gases de efecto invernadero para el 2035, ha recibido alertas de organizaciones de la sociedad civil. Pero también representa un ejemplo para otros países cuyos documentos —llamados Contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC)— siguen en curso, como en el caso del Perú.
OjoPúblico consultó en Bakú a la directora general de Cambio Climático y Desertificación del Ministerio del Ambiente, Berioska Quispe Estrada, sobre los avances del país en este documento y la funcionaria indicó que estaba en proceso, pero que en diciembre el documento borrador pasará por la revisión de una “comisión de alto nivel”, para su posterior envío a los distintos sectores del gobierno peruano.
“Esperamos llegar a presentarlo en febrero de 2025. No hemos tenido ningún tipo de apoyo financiero. Solo ha sido con el poco equipo que tenemos”, reconoció Quispe Estrada a la salida de una conferencia de prensa, junto a líderes indígenas de Perú, quienes presentaron una propuesta para conservar bosques en el contexto de la crisis climática.