
RESULTADOS. Informes del OEFA de 2022 y 2023 detectaron una posible relación entre la contaminación ambiental y las operaciones de Antapaccay.
Desde hace 40 años, la minera Antapaccay extrae oro, cobre y plata en la provincia de Espinar, en Cusco. Las comunidades quechuas y k'ana han denunciado reiteradamente su impacto ambiental, sin mayores resultados.
Este año, eso cambió: una denuncia de la comunidad Tintaya Marquiri, presentada a fines de enero y basada en informes del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), inició una investigación fiscal contra la filial de la suiza Glencore.
“Las actividades de la minera han mermado las prácticas agrícolas y ganaderas de la comunidad, al contaminar humedales, aguas subterráneas y recursos hídricos. Además, la operación minera genera polución del aire debido al tránsito de vehículos pesados que transportan concentrados mineros, levantando polvo y gases contaminantes como dióxido de carbono", señala la denuncia presentada por la comunidad campesina, dedicada a la agricultura y con una población de poco más de 2.400 personas.
En febrero, la fiscalía ambiental de Cusco abrió una investigación fiscal por el presunto delito de contaminación ambiental. El sustento fueron seis informes de causalidad del OEFA, emitidos entre 2022 y 2023, que vinculan los impactos en el ambiente con las actividades extractivas de Antapaccay. A la fecha, la indagación está en etapa preliminar.
La fiscalía ambiental de Cusco sustentó el inicio de su investigación en seis informes de causalidad del OEFA".
OjoPúblico accedió a los documentos técnicos del OEFA, que hoy forman parte de la investigación fiscal, vía Ley de Transparencia. Luego, con apoyo de especialistas en temas mineros y ambientales, los comparó entre sí y, también con el estudio de impacto ambiental de Antapaccay y su segunda modificación. Este último es un documento que, a la fecha, se encuentra en evaluación.
Los análisis del OEFA revelan que, entre 2019 y 2023, los valores de sulfatos, cobre, zinc y plomo en el agua de la quebrada Yanamayo aumentaron entre 11% y 156%. En algunos casos, como en el del sulfato, las cifras se duplicaron.
Además, este medio detectó que, en la segunda modificación del estudio de impacto ambiental —documento presentado por la empresa ante el Servicio Nacional de Certificación Ambiental (Senace) a fines de 2024—, Antapaccay omitió una evaluación de sedimentos (materiales sólidos depositados en el agua o el suelo) en una zona clave. Allí, un año antes, el OEFA había identificado valores de estos materiales por encima del límite máximo para el agua.
A dos años del acceso a esta evidencia, el OEFA no ha iniciado procesos sancionadores ni dictado medidas correctivas para la empresa.

ANÁLISIS. En el mapa se muestran los puntos monitoreados por el OEFA en las operaciones de Antapaccay, en la provincia de Espinar.
Mapa: Informe de causalidad del OEFA
Excesos y alertas
OjoPúblico identificó que, en la quebrada Yanamayo, ubicada dentro del área de influencia de las operaciones mineras de Antapaccay, el OEFA detectó altos niveles de cobre, plomo y zinc que, en exceso, afectan al ecosistema. Esta zona, cercana a Huancané, ha sido señalada por las comunidades como un lugar donde el agua y el suelo presentan metales tóxicos.
A detalle, el organismo encontró concentraciones de cobre en sedimento de 4.671 miligramos por kilo (mg/kg), plomo de 49,9 mg/kg y zinc de 177 mg/kg. Aunque el informe no lo precisa, estos valores exceden los límites internacionales para proteger la vida acuática. Además, una exposición constante a estos minerales puede tener efectos negativos en la salud de las personas, advirtieron especialistas.
Canadá, por ejemplo, establece límites de 35,7 mg/kg para cobre, 35 mg/kg para plomo y 123 mg/kg para zinc. Los tres fueron superados en la quebrada Yanamayo. En el caso peruano, hasta la fecha, no se ha aprobado un estándar de calidad ambiental para sedimentos.

ALARMAS. Según especialistas, la quebrada de Yanamayo es uno de los puntos con mayores incrementos en los niveles de zinc, plomo y cobre.
Mapa: Segunda modificación EIA de Antapaccay
Estos niveles han aumentado en comparación con un informe elaborado, en 2019, por la Subdirección de Evaluación Técnica Científica del OEFA. Cuatro años después, los valores de sulfato en el agua se incrementaron en 156%. Lo mismo ocurrió con los metales pesados, que crecieron en el sedimento de la quebrada Yanamayo: el cobre aumentó en 84%, el plomo en 31% y el zinc en 11%.
Otro aspecto relevante es el cambio en la calidad del agua subterránea encontrada en un botadero de la mina. El OEFA advirtió que pasó de ser alcalina a ácida, lo que facilita la disolución de los minerales del subsuelo y su ingreso al ambiente, incluyendo manantiales y otras fuentes naturales.
Este cambio en la característica del agua, de acuerdo a los expertos consultados, es una consecuencia de la constante actividad minera en la zona.
La segunda modificación del estudio de impacto ambiental de Antapaccay también evidencia omisiones importantes en la información declarada por la empresa al Senace, instancia que evalúa la certificación ambiental de la minera para ampliar sus operaciones. En ese expediente la compañía no incluyó la caracterización de sedimentos de la quebrada Yanamayo, pese a que, allí, el OEFA encontró altos niveles de cobre, plomo y zinc.
Ante Senace justificó la no presentación de estos datos alegando que, durante sus monitoreos, no se registró presencia de flujo hídrico. Sin embargo, el OEFA realizó evaluaciones en temporadas seca y húmeda, y encontró condiciones suficientes para la evaluación de sedimentos.
OjoPúblico le hizo llegar un cuestionario a Antapaccay para recoger sus comentarios sobre sobre esta omisión y el aumento de contaminantes detectados por el OEFA, entre otros temas.
Antapaccay omitió una evaluación de sedimentos en una zona donde el OEFA había identificado valores por encima del límite para el agua".
Aunque respondió por escrito, eludió esta última consulta. Solo indicó que existen estudios previos del Estado que concluyen "que la presencia de metales en la zona tiene su origen en la geología del lugar, es decir, son parte de las condiciones naturales del sitio".
La empresa también hizo referencia a otros estudios independientes, que sostienen que "la causa de la presencia de metales en la zona no está relacionada con las actividades de Antapaccay". Además, señaló que, desde 2020, ha desarrollado 15 proyectos para mejorar el acceso al agua y su tratamiento.
Riesgos en la salud
Los reportes del OEFA y la información técnica de Antapaccay evidencian una potencial afectación al medio ambiente, pero no incluyen análisis sobre el impacto a la salud de las personas y animales domésticos. Según especialistas, se requieren estudios específicos para abordar este aspecto.
En 2010, 2012 y 2013, el Centro Nacional de Salud Ocupacional y Protección del Medio Ambiente para la Salud (Censopas) detectó niveles elevados de plomo, arsénico o cadmio en sangre y orina de habitantes de Espinar. Desde entonces, no se han realizado nuevos estudios ni se conocen resultados actualizados sobre la exposición a metales en la población.
Alfonso Apesteguia Infantes, exdirector del Centro de Información y Control Toxicológico de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, indicó que los posibles efectos en la salud de las personas deben ser evaluados por el sector salud local, con tamizajes de sangre y orina, para determinar los niveles de minerales en el organismo. Recomendó no retrasar estas pruebas para obtener resultados más confiables.

INVESTIGADA. Antapaccay extrae oro, plata y cobre en Espinar, cuyas comunidades han denunciado el impacto ambiental de la actividad minera.
Foto: OjoPúblico / Marco Garro
El especialista explicó que una exposición prolongada a metales pesados puede causar dolores de cabeza, anemia, vómitos, diarreas o males renales. “Toda intoxicación lleva a las náuseas, vómitos y diarrea, como ocurre, por ejemplo, con el exceso de alcohol. Esto puede ocurrir con el zinc; con el cobre incluso puede cambiar el color del cabello”, contó a OjoPúblico.
En la provincia de Espinar, los casos de Enfermedad Diarreica Aguda (EDA) se duplicaron entre 2020 y 2024: pasaron de 276 a 644, según el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades del Ministerio de Salud. Hasta mayo de este año, ya se habían registrado 486 casos.
Además, un reporte de la Red de Salud Canas Canchis Espinar mostró que la mortalidad causada por insuficiencia renal, entre 2022 y 2023, fue el doble que en el periodo 2020-2021. En este contexto, los especialistas recomiendan retomar los estudios focalizados en población expuesta a metales pesados para identificar los niveles de plomo y arsénico, entre otros.
Historial de multas
Las alertas sobre Antapaccay van más allá de los informes de 2019 y 2023 del OEFA. En los últimos seis años, la empresa fue sancionada en 19 procesos administrativos por cometer distintas infracciones durante sus operaciones en Espinar.
Entre las faltas identificadas se encuentran la instalación de una planta de tratamiento de excedentes de agua en un lugar distinto a lo reportado al Ministerio de Energía y Minas, el manejo inadecuado de efluentes, y la falta de adopción de medidas de previsión y control ambiental.
Según documentos obtenidos por OjoPúblico, 13 de estos procesos concluyeron en multas que suman más de 700 Unidades Impositivas Tributarias (UIT), equivalentes, hoy, a más de S/3,7 millones. Este medio consultó a la empresa y al OEFA si los pagos fueron realizados, pero no obtuvo respuesta.
Aunque los altos niveles de contaminantes en la quebrada Yanamayo fueron detectados en 2019 y, para 2023, se incrementaron significativamente, no hay registros de medidas correctivas ni preventivas exigidas a la empresa por parte del OEFA.

AFECTADOS. Comunidades quechuas, como Tintaya Marquri, demandan que Antapaccay se haga responsable por la presunta contaminación en sus territorios.
Foto: OjoPúblico / Marco Garro
"Más que el proceso sancionador, que implica una multa o paralizar temporalmente [las operaciones de la mina], es importante que el daño no se siga produciendo y, luego, remediar lo afectado. Eso se tendría que hacer ahora, pero no sabemos nada de los procesos sancionadores", dijo Ana Leyva Valera, especialista legal en materia ambiental de CooperAcción.
El Senace detalló a OjoPúblico que el expediente de Antapaccay se encuentra en una "etapa de formulación de observaciones" por parte de la institución, otros sectores opinantes y ciudadanos. Esos comentarios, añadió, están “siendo analizados, a fin de que sean incorporados y/o atendidos como parte del proceso de evaluación”.
Respecto a la eventual influencia de los hallazgos del OEFA en la aprobación de la segunda modificación del estudio de impacto ambiental de la empresa, el Senace respondió que evalúa la "información técnica contenida en los estudios ambientales" y "los opinantes técnicos competentes".
Este medio consultó al OEFA sobre las medidas adoptadas o los procesos sancionadores en curso tras el hallazgo de elevados valores de minerales en distintos puntos de las operaciones de Antapaccay. Hasta el cierre de este informe, no obtuvo respuesta.