Camuflaje electoral: cambios de camiseta para las elecciones regionales y municipales

En el Perú, los partidos políticos y los movimientos regionales son vistos por muchos políticos como vehículos electorales. Una encuesta del 2018 realizada por el Jurado Nacional de Elecciones mostró que tres de cada cuatro candidatos dijeron no tener ningún vínculo formal con la organización política con la que postulaban. En estas elecciones, el panorama no ha cambiado. Por ejemplo, ocho excongresistas fujimoristas –entre ellos Joaquín Ramírez, Pedro Spadaro, Francisco Petrozzi y Julio Gagó Perez– postulan ahora a través de otras organizaciones políticas y movimientos regionales.

CAMBIOS. La débil estructura partidaria de las organizaciones políticas es un factor que explica los constantes cambios y fichajes que hay en cada proceso electoral.

CAMBIOS. La débil estructura partidaria de las organizaciones políticas es un factor que explica los constantes cambios y fichajes que hay en cada proceso electoral.

Composición: OjoPúblico / Claudia Calderón

Estas elecciones regionales y municipales pueden exponer la pérdida de poder y representación política para partidos que antes llegaron a tener importantes votos. Por ejemplo, Fuerza Popular presentó solo 11 candidatos a gobernadores regionales y 42 para alcaldías provinciales. Sin embargo, ocho excongresistas fujimoristas –otrora líderes importantes de este partido– se postulan ahora a través de otras organizaciones políticas y movimientos regionales.

Estos cambios de camiseta son frecuentes en las elecciones peruanas, sobre todo, como señalan las politólogas consultadas en este informe, en una sociedad con organizaciones políticas que tienen una estructura partidaria débil y que más bien son vistas solo como vehículos de participación. Lo raro en la política actual es –advierten– que alguien mantenga una relación duradera y estable con una misma organización política.

Uno de los ejemplos más claros en el caso de Fuerza Popular es el de Joaquín Ramírez Gamarra, hombre de confianza de Keiko Fujimori, militante, representante legal y secretario general del partido entre el 2015 y 2016. Ahora postula a la alcaldía provincial de la región minera de Cajamarca por el movimiento regional Cajamarca Siempre Verde, al cual se afilió en diciembre de 2021.

Al igual que Joaquín Ramírez, también los excongresistas fujimoristas Edward Zárate Antón, Pedro Spadaro, Francisco Petrozzi Franco y Julio Gagó Pérez postulan ahora por otros movimientos. Y la situación se repite en otras organizaciones políticas como el Partido Aprista Peruano y Somos Perú. Estos son solo algunos casos, pero son algunos de los rostros más conocidos.

 

Joaquin Ramírez y Pedro Spadaro

La candidatura de Joaquín Ramírez afronta una tacha presentada por uno de los fundadores de Cajamarca Siempre Verde, Santos Guevara Guevara, y que pone en jaque su deseo de alcanzar la alcaldía de Cajamarca.

Ocho excongresistas fujimoristas postulan ahora a través de otras organizaciones y movimientos.

Santos Guevara sostiene que tanto Ramírez Gamarra como Segundo Raúl Pinedo Vásquez, candidato al gobernador de Cajamarca por el mismo movimiento, se apropiaron de manera ilegal de la organización.

En junio de este año, el juez Williams Ventura Padilla, del Tercer Juzgado Civil de la Corte Superior de Justicia de Cajamarca, declaró nula la convocatoria a elecciones internas en la que salieron elegidos tanto Joaquín Ramírez como Segundo Pinedo. Debido a esto, Santos Guevara presentó la tacha contra la candidatura de Joaquín Ramírez.

En base a esta sentencia, los jurados electorales especiales (JEE) de Cajamarca y el propio Jurado Nacional de Elecciones retiraron de carrera a algunas de las listas de este movimiento.

Sin embargo, a inicios de agosto, Segundo Pinedo y Joaquín Ramírez consiguieron que el juez Ventura Padilla retrocediera y declarara nulo su propio fallo. El argumento utilizado por estos candidatos fue que no les habían notificado la demanda al domicilio que correspondía y, por tanto, no habían podido ejercer su derecho a defensa.

Este nuevo fallo generó, por un lado, que la tacha interpuesta contra Ramírez no prosperara en primera instancia. Ante ello, Santos Guevara apeló al pleno del Jurado Nacional de Elecciones.

Al mismo tiempo, la jueza Marina Mestanza Mantilla le otorgó a Segundo Pinedo una medida cautelar en la que ordenó a los JEE de Chota, San Pablo y Cajamarca que califiquen de nuevo el estado de la candidatura de todas las listas de este movimiento declaradas improcedentes. Sin embargo, esta semana, el 24 de agosto, el JEE de Cajamarca le pidió a la jueza que aclare el sentido de su resolución, pues el calendario electoral no se podía interrumpir o suspender.

Joaquín Ramírez Gamarra, exsecretario de Fuerza Popular
EN VILO.Joaquín Ramírez aún espera el fallo del pleno del JNE para saber si la tacha interpuesta contra su candidatura procede o no.
Crédito: Andina / Archivo 

 

Joaquín Ramírez no es el único excongresista fujimorista que en estas elecciones postula por una organización distinta a la que perteneció.

Un caso similar es el del actual alcalde de Ventanilla, Pedro Carmelo Spadaro Philipps, quien coincidió con Ramírez en la bancada de Fuerza Popular durante el mismo periodo del Congreso (2011-2016). Aunque el 2015 fundó su propio movimiento regional Contigo Callao, el 2018 postuló y ganó la alcaldía distrital de Ventanilla por el movimiento Fuerza Chalaca, cuyo fundador fue uno de los máximos representantes de Chimpum Callao: Omar Marcos Arteaga (tres veces alcalde de Ventanilla e investigado por enriquecimiento ilícito).

Aunque –de acuerdo a Infogob– Spadaro nunca fue militante oficial del fujimorismo, sí fue nombrado vocero principal de Fuerza Popular. Ahora él busca la alcaldía provincial del Callao con su movimiento Contigo Callao.

La candidatura de Pedro Spadaro a la alcaldía provincial de Callao ha requerido que él presente una solicitud de licencia a la alcaldía de Ventanilla, uno de los distritos con las playas más afectadas por el derrame de petróleo de Repsol. De ganar, tendrá que hacer frente a esta contaminación, aunque su plan de gobierno no ha incluido ningún diagnóstico o propuesta en torno a lo sucedido a inicios del 2022.

 

Los frecuentes cambios de camiseta

De las candidaturas que se presentan este año, por lo menos hay siete candidatos que antes fueron congresistas del fujimorismo y que ahora postulan con una organización política distinta a las alcaldías distritales, provinciales y gobernación regional.

Pero esta situación de cambios de camiseta no es un hecho aislado. “Postular por un partido nacional en elecciones subnacionales [regionales y municipales] no es necesariamente la mejor carta, no es lo que más te ayuda”, sostiene Paula Muñoz, investigadora de la Universidad del Pacífico. Y esto podría estar relacionado –menciona– al descrédito y los pasivos que arrastran los partidos políticos nacionales.

La politóloga María Claudia Augusto Meléndez refiere que por esta situación de ausencia de bases y estructuras partidarias a nivel subnacional, en el caso de Fuerza Popular, hay algunos representantes que no postulan necesariamente por este partido, pero que, sin embargo, no dejan de tener vínculos con el fujimorismo.

El exparlamentario fujimorista Edward Zárate Antón –como adelantamos en un informe anterior– postula ahora por Alianza para el Progreso al gobierno regional de Piura.

Aunque se afilió formalmente a Fuerza Popular recién en septiembre de 2020, su relación con el partido data desde mucho antes. En 2014 y en 2018, postuló sin éxito representando al fujimorismo como candidato para el gobierno regional de Piura y la alcaldía provincial de Sechura, respectivamente. En el 2020, logró ser elegido congresista de la mano del partido presidido por Keiko Fujimori.

Julio Gagó ahora se presenta como candidato de Renovación Popular para el cargo de regidor provincial de Lima.

En agosto del 2021, renunció a Fuerza Popular y un mes después, en septiembre de 2021, Edward Zárate se inscribió como militante de Alianza para el Progreso. Es abogado de profesión y para estas elecciones declaró no tener ningún bien inmueble a su nombre y tampoco acciones en empresas, pero sí un vehículo valorizado en S/ 60.000. Sin embargo, para las elecciones del 2020 sí reportó dos predios con un valor autovalúo mayor de S/ 600.000.

Otro excongresista fujimorista que ahora postula con el partido de César Acuña es Francisco Enrique Hugo Petrozzi Franco. El exparlamentario busca ser alcalde distrital de San Isidro. Nunca se inscribió como militante de Fuerza Popular, pero fue elegido parlamentario con esta organización para el periodo 2016-2021.

En su etapa como congresista renunció a su bancada, marcó distancia con el fujimorismo y luego fue elegido ministro de Cultura durante el gobierno del  presidente Martín Vizcarra. Petrozzi ha declarado tener un predio valorizado en S/ 3'350.000 y un automóvil cuyo valor asciende a los S/ 65.000.

Otro rostro conocido de Fuerza Popular es Julio César Gagó Pérez, congresista por este partido entre 2011 y 2016, y que ahora se presenta como candidato de Renovación Popular para el cargo de regidor provincial de Lima Metropolitana en la lista que comanda Rafael López Aliaga.

Gagó llegó a ser uno de los voceros principales del partido a pesar de que obtuvo su escaño como invitado. En el 2014, fue suspendido por 120 días en el Congreso. Un informe de la Comisión de Ética confirmó que Gagó trató de eludir la ley utilizando la empresa Copy Depot como fachada de la empresa Maquinarias Jamm S.A. (en la cual figuraba como accionista) para obtener contratos con el Estado.

 

En otros partidos u organizaciones, también sucede lo mismo: candidatos que ahora postulan con otras organizaciones distintas a las que pertenecían. Una de las razones puede ser que la organización perdió su inscripción como organización política, como sucedió con el Partido Aprista Peruano (PAP).

Por ejemplo, Elías Nicolás Rodríguez Zavaleta decidió postular al cargo de gobernador regional de La Libertad con el movimiento Trabajo Más Trabajo. Militó en el Partido Aprista hasta el 2021, cuando el JNE confirmó que este partido perdió su inscripción como organización política. Fue elegido tres veces congresista (2006, 2011 y 2016) y ejerció como secretario general institucional del partido. También fue regidor provincial aprista de Trujillo.

Otra exmilitante aprista es Sisi Magali Silva Granados, quien postula al cargo de alcaldesa provincial de Ferreñafe, pero lo hace ahora con Fuerza Popular. En 2006, fue vacada por nepotismo cuando era regidora provincial aprista de Ferreñafe. Ese año, fue elegida como representante ante el Parlamento Andino con la misma agrupación. Silva Granados, que se desempeña actualmente como abogada de la Superintendencia Nacional de Salud (Susalud), postuló también en el 2020 sin éxito al Congreso.

Por otra parte, Óscar Benavides Majino, uno de los fundadores del partido Somos Perú, postula en estas elecciones con Alianza para el Progreso para ser nuevamente alcalde distrital de Ate Vitarte, cargo que ocupó durante 20 años de manera ininterrumpida entre 1998 y 2018.

 

Partidos solo como vehículos

Una encuesta realizada en 2018 por el Jurado Nacional de Elecciones a candidatos regionales y municipales reveló que el 75,4% de encuestados dijo no tener una vinculación formal con el partido o movimiento por el que postulaban. El 69% era invitado y el 6% dijo ser solo simpatizante.

“En el Perú no tenemos partidos políticos: lo que tenemos son vehículos electorales”, dice María Claudia Augusto a OjoPúblico. La misma lógica –señala– aplica para los movimientos regionales.

“Es una asociación efímera por fines políticos que no tiene ningún proyecto a futuro. No es que yo busque militar en tu partido ni quedarme ahí por un largo plazo, sino que tiene una lógica utilitaria básicamente”, remarca la politóloga al referirse a la relación que hay entre candidatos y organizaciones políticas.

En el Perú no tenemos partidos políticos: lo que tenemos son vehículos electorales”

Tanto Paula Muñoz como María Claudia Augusto coinciden en señalar que la norma electoral es un factor importante a tener en cuenta para entender por qué estos vínculos políticos son débiles. Y es que la ley electoral señala que solo los partidos políticos pueden participar cuando hay elecciones generales; mientras que en procesos subnacionales sí pueden participar movimientos regionales.

El análisis del desempeño de Fuerza Popular en otras elecciones regionales puede ayudar a entender este permanente cambio de camiseta, la debilidad estructural de los partidos políticos y su relación con los movimientos locales.

Una revisión de las candidaturas regionales y municipales de Fuerza Popular muestra que, entre las elecciones del 2010 y 2018, este partido presentó menos listas a los gobiernos regionales y alcaldías provinciales y ganó también en menos localidades. En las tres últimas elecciones regionales ganó solo tres gobernaciones regionales.

 

Un estudio realizado por los politólogos María Claudia Augusto y Alberto Vergara cuestiona la idea de que el fujimorismo sea “un caso excepcional de construcción partidaria” en una democracia como la peruana, sin sistema de partidos. En su análisis, recuerdan cómo dos de los gobernadores regionales elegidos con Fuerza Popular (Ica y San Martín) en 2014 se distanciaron rápidamente de la organización por desacuerdos con los militantes y autoridades del partido; mientras que el tercero (Pasco) lo hizo aun antes de ganar los comicios.

Entre las causas de estos desacuerdos –detalla el estudio, que recogió las declaraciones de los funcionarios– los gobernadores adujeron haber sido presionados para que les den empleo a militantes del partido o a personas que habían apoyado en campaña.

“Es cierto que este partido tiene arraigo a nivel nacional, pero no tiene arraigo a nivel subnacional”, sostiene María Claudia Augusto.

Para la investigadora, el fujimorismo –cuando se trata de elecciones regionales y municipales– opera de una manera similar a la mayoría de partidos: sin organización ni bases partidarias y convocando a última hora, no a militantes, sino a personas que cuentan con cierto capital social, económico o político.

A largo plazo, sostiene, tanto al fujimorismo como al resto de partidos políticos que participan en elecciones generales les conviene en realidad tener más autoridades a nivel regional y municipal. No solo contarían con mayor representación territorial, sino que también mejorarían los niveles de coordinación para implementar políticas públicas. Sin embargo, el descrédito de los mismos partidos, que se ve reflejado en bajas cifras de aprobación del Poder Ejecutivo y del Congreso de la República, dificulta este objetivo.

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