Coronavirus en regiones: la fragilidad del Perú en tiempos de pandemia

El Covid-19 expuso en el país las enormes desigualdades fuera de Lima, así como el débil y precario sistema de salud: con infraestructuras obsoletas y sin equipamiento médico. En San Martín enterraron a su primer muerto por Covid-19 en un cementerio, a pesar de que la norma recomienda la cremación.

COBERTURA. Un análisis de la Red Investigativa Regional de OjoPúblico.

EDICIÓN: Alonso Balbuena.

Actualizado el 05-04-2020

Antes del 6 de marzo, el coronavirus -porque aún ni siquiera lo llamábamos Covid-19- era un asunto lejano que amenazaba China y Europa, y lo mirábamos como se miran las guerras que no nos tocan, o las crisis desatadas al otro lado del continente. Cuando el problema no es cercano, muchas veces no lo entendemos. Y esa distancia imaginaria es relevante, porque tal vez solo así se explica por qué en algunas ciudades de las regiones del Perú, que ya tienen casos confirmados, las autoridades y ciudadanos siguen comportándose como si el virus siguiera alojado en otros territorios, lejos de nosotros. 

El coronavirus también expuso las enormes brechas sociales y la desigualdad en el país, sobre todo en las regiones. Decretado el Estado de Emergencia el 15 de marzo, muchas personas que vivían del día a día no acataron la orden de aislamiento social obligatorio porque hacerlo suponía quedarse sin ingresos económicos para alimentar a sus familias. El 70% de la población económicamente activa del Perú es informal, según un informe del Instituto Nacional de Estadística e Informática publicado a fines del 2017. 

VIGILANCIA. En el Vraem los Comités de Autodefensa custodian la salida y entrada al territorio de las comunidades, para evitar la propagación del Covid-19

VIGILANCIA. En el Vraem los Comités de Autodefensa custodian la salida y entrada al territorio de las comunidades, para evitar la propagación del Covid-19.
Foto: Alba Rivas

 

El primer caso se registró en Perú el 6 de marzo, en Lima, y unos días después la velocidad de la propagación alcanzó las regiones. A la falta de previsión por parte de las autoridades regionales y locales, se sumó la precariedad de la infraestructura hospitalaria. Solo un día después del primer caso en Lima, el 7 de marzo, se detectó un caso en Arequipa, la segunda región económica más activa del Perú.

De Arequipa siguió Cusco y Piura y ahora son 21 regiones con casos confirmados. Después de Lima, Loreto es la segunda región con más casos. Al cierre de esta edición, el Ministerio de Salud informó que 61 personas han fallecido por esta enfermedad. Hay 1.595 con Covid-19, de las cuales 416 contagiados corresponden a regiones. Solo tres de estas permanecen, hasta ahora, libres del coronavirus: Ucayali, en la selva peruana; Puno en el sur, y Amazonas en el norte.  .   

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GOLPEADOS. La mayor parte de trabajadores informales del país, que son el 70% de la población económicamente activa, resultó afectada por el Estado de Emergencia por el Covid-19, pues viven del día a día
Foto: Ralph Zapata

 

En estas cuatro semanas, desde que empezó todo, las estadísticas muestran que dos regiones sorprenden por su comportamiento. Loreto, cuyas cifras se dispararon desde el 24 de marzo y ahora ya suma 143 casos; y Piura que desde el 21 de marzo hasta el 30 del mismo mes mantuvo la misma cantidad de casos. Y esto ocurrió porque en ese lapso el laboratorio de la región se quedó sin reactivos para realizar más pruebas. Hasta ahora solo se han procesado 286 muestras en Piura. 

El 70% de la población económicamente activa del Perú es informal.

Esta región del norte, que tiene 29 casos, implementó tres hospitales para atender a pacientes con Covid-19, pero solo tiene cinco camas en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) e igual número de respiradores artificiales para estos pacientes, como revela un reportaje de OjoPúblico. Lamentablemente, el último viernes todas esas camas fueron ocupadas por pacientes con Covid-19, y entonces se encendieron las alarmas. ¿Adónde irá a parar el sexto enfermo?

Loreto, la región amazónica que concentra a 1.560 comunidades indígenas y que en este momento registra el mayor número de casos después de Lima, también tiene pocas camas UCI (30) y apenas 14 ventiladores mecánicos. En el resto del país los pueblos indígenas de los Andes y la Amazonía cerraron sus fronteras para protegerse y reclaman ayuda estatal para enfrentar a la pandemia. 

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CARENCIAS. Piura cuenta apenas con cinco camas UCI e igual número de ventiladores mecánicos para pacientes Covid-19. Sin embargo, ahora todas las camas están ocupadas y las autoridades están preocupadas
Crédito: Diresa Piura

 

“Sentimos que el Estado nos abandonó. No tenemos información de cómo actuar. Por ahora estamos aislados, hemos cerrado nuestras fronteras, pero no sabemos qué más hacer. Nuestras familias necesitan el bono económico de S/ 380 para subsistir”, dijo a OjoPúblico Isaías Cairuna Nunta, líder de la comunidad nativa Caco Macaya, ubicada en la provincia de Coronel Portillo, a 24 horas de viaje por río desde el puerto de Pucallpa, en Ucayali. 

“Sentimos que el Estado nos abandonó. No tenemos información de cómo actuar. Por ahora estamos aislados".

En el Perú existen 55 pueblos indígenas: 4 en los Andes y 51 en la Amazonía. El último censo del 2017 estableció una población total de 2’014.534 personas. Ellos integran uno de los sectores con menos acceso a los servicios básicos: menos de la mitad (el 48%) tiene conexión a un sistema de desagüe, más del 30% no cuenta con agua potable permanente y de calidad y el 75,4% no tiene acceso a servicios de salud.  

Estas comunidades, conscientes de su vulnerabilidad, decidieron aislarse del mundo exterior hasta que la pandemia pase. Sin embargo, aún temen que por las actividades ilícitas, como la minería ilegal y el narcotráfico, se puedan contagiar; y han solicitado el resguardo de las Fuerzas Armadas.  

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PROTECCIÓN. Las comunidades indígenas de los Andes y la Amazonía cerraron sus fronteras para evitar que el virus ingrese a sus comunidades. Pidieron ayuda al gobierno central, pues se sienten abandonados frente a la pandemia
Foto: Yanua Atamaín

 

Mientras los pueblos originarios se protegen solos, hay ciudadanos que no cumplen las medidas de aislamiento obligatorio. Desde que comenzó el Estado de Emergencia, en el país se han detenido a más de 33 mil personas, la mayoría en Lima y en las regiones de La Libertad, Loreto, Piura y Lambayeque.  

La pandemia desnudó el débil y precario sistema de salud pública en el país, sobre todo en las regiones: con infraestructuras obsoletas, falta de equipamiento médico y sin crematorios. En San Martín enterraron a su primer muerto por Covid-19 en un cementerio, cuando la norma recomienda la incineración. Los centros de salud en regiones tampoco tienen acceso a un eficiente servicio de agua y desagüe.

Otros problemas son la falta de pruebas para detectar el virus y la ausencia de laboratorios en varias regiones. Apenas nueve regiones cuentan con estos centros de análisis para casos de Covid-19: Piura, Tumbes, Lambayeque, La Libertad, San Martín, Cajamarca, Cusco, Loreto y el recientemente inaugurado en Arequipa. El resto envía sus muestras al Instituto Nacional de Salud (INS) de Lima o a las regiones más cercanas que sí cuentan con estos laboratorios. 

Una de las principales dificultades en estos espacios son los pocos insumos con los que cuentan. El centro de análisis de Piura estuvo cinco días sin reactivos y sin poder realizar más diagnósticos; lo mismo pasó con el de Cusco. El último viernes el ministro de Salud, Víctor Zamora, anunció que se están implementando más laboratorios en el país. Están en proceso de certificación los laboratorios de Ica, Ucayali, Huánuco, Apurímac, Puno y el de la Universidad Nacional San Agustín (UNSA) de Arequipa.

 

Los invitamos a seguir la cobertura regional del coronavirus en estos hilos diarios en Twitter de la Red Investigativa Regional de OjoPúblico.   

 

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