El tráfico de madera y de animales amazónicos toma la Carretera Central en Perú

A lo largo de sus más de 170 kilómetros de longitud —entre las regiones Lima y Junín— la Carretera Central, que este 2024 cumple 100 años desde el inicio de su construcción, no solo representa la principal vía transversal al centro del país, sino que también es la ruta para distintos tipos de mercadería que provienen de la Amazonía o la sierra central peruana. Sin embargo, en ese paso comercial se han infiltrado el tráfico de madera, de fauna, el narcotráfico y, en menor medida, el contrabando. En los últimos cinco años, en esta vía, se han intervenido productos forestales equivalentes a 70 camiones. En el mismo periodo, también se incautaron más de 700 ejemplares de distintos animales vivos solo en la región Junín. En esta radiografía, OjoPúblico detalla el papel de esta carretera y el control frente al tránsito de productos ilegales, que no se detiene.

En la Carretera Central se ha infiltrado el negocio de la madera ilegal y otros productos ilícitos.

En la provincia de Huarochirí, a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar en la región Lima, se ubica el puesto de control de Corcona, administrado por el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor). En esta área de tres ambientes —una pequeña oficina móvil, una zona de descanso y un almacén para los productos maderables y de flora intervenidos—, el personal debe estar atento todos los días a la fiscalización de vehículos para evitar el tráfico de madera y de animales.

Edson Reza Poma, ingeniero forestal que trabaja como inspector en el puesto de Corcona contó a OjoPúblico que, todos los días, los inspectores se turnan durante las 24 horas para revisar las Guías de Transporte Forestal con los que circulan los semi trailers que transportan madera con destino a la capital del país.

El documento al que hace referencia sirve para conocer el título habilitante —procedencia del producto—, el propietario y el destinatario de la madera. La labor de los inspectores incluye la verificación física del producto maderable para identificar su especie.

Ese trabajo ocurre sobre una de las principales vías transversales del Perú: la Carretera Central. Esta ruta de dos vías en sentido oeste-este, con más de 170 kilómetros de longitud, empieza en el distrito limeño de Santa Anita y llega hasta La Oroya, en la región Junín. En su recorrido, supera todos los pisos altitudinales del Perú y tiene su punto más alto en el paso de montaña de Ticlio, a más de 4.800 metros sobre el nivel del mar. 

Se hicieron incautaciones equivalentes a 70 camiones cargados de madera. Además, se intervino a, al menos, 700 animales solo en Junín".

En los últimos cinco años, en esta ruta, la autoridad forestal ha realizado más 650 intervenciones a vehículos que transportaban madera sin acreditar su origen, de acuerdo a información a la que accedió este medio, a través de la Ley de Transparencia. La cantidad incautada en ese período ha representado, según cálculos respaldados por especialistas del sector forestal, un equivalente a 70 camiones cargados de madera. 

Para el caso de la fauna, en el mismo periodo, se hicieron intervenciones de, al menos, 700 animales vivos solo en la región Junín. En toda esta carretera solo hay dos puestos de control del Serfor y otro de la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat), entidad que fiscaliza mercadería de contrabando e insumos químicos empleados para la producción de drogas. 

Este 2024, la vía cumple 100 años desde el inicio de su construcción. Los trabajos comenzaron durante el gobierno de Augusto B. Leguía, y se extendieron durante una década. Con el paso del tiempo, el aumento en su uso ha llegado a un punto crítico, no solo para el tránsito regular, sino también para los fiscalizadores, pues esta carretera es la vía más importante para la salida de madera desde las regiones amazónicas hacia Lima y el puerto del Callao.

La vía recibe, en promedio, casi 15.000 vehículos livianos y pesados al día, según cifras del Ministerio de Transporte y Comunicaciones (MTC) enviadas a OjoPúblico. En el último grupo se encuentran camiones autorizados a llevar hasta 53 toneladas de cargamento, a pesar de que la mayoría de las carreteras y puentes están diseñados para soportar solo 45 toneladas, como señalan estudios académicos

La vía recibe, en promedio, casi 15.000 vehículos livianos y pesados al día, según cifras del Ministerio de Transporte y Comunicaciones".

El ingeniero Fred Contreras Santos, exintegrante de la Comisión de Infraestructura del Colegio de Ingenieros del Perú en Junín, quien formó parte de los investigadores que formularon la creación de la nueva carretera Daniel Alcides Carrión, explicó a este medio que, debido a esto, los 39 puentes distribuidos a lo largo de la Carretera Central han tenido que ser reforzados con gatas hidráulicas para soportar tonelajes que sobrepasan su capacidad.

El numeroso volumen de vehículos, cuya principal mercadería es la madera, alimentos y minerales, ha generado que la Carretera Central sea incluida en la categoría más alta de congestionamiento para una capacidad vial. Eso explica, también, la demora —de hasta 12 horas, cuando no debería tomar más de cinco— en el traslado desde Lima hacia Huancayo, la capital de Junín. 

La alta afluencia vehicular se entiende al ser una ruta que conecta con otras ciudades desde donde se transportan distintos productos comerciales hacia Lima y el puerto del Callao. Ese es el caso de Huancayo, Tarma, La Merced y Satipo (Junín), Tingo María (Huánuco), así como Aguaytía y Pucallpa (Ucayali). 

Por ello, desde 2021 —durante el gobierno de Francisco Sagasti— se anunció la construcción de otra vía que ayude con su descongestión: la carretera Daniel Alcides Carrión, que conectará a Lima con Huánuco, Pasco, Junín, Ucayali y Huancavelica en un tramo de 185 kilómetros de cuatro carriles. Se calcula que su construcción finalizará en 2031.  

La presencia de productos provenientes de la tala ilegal y de fauna silvestre persiste en la Carretera Central".

Sin embargo, detrás de los anuncios para favorecer el tránsito comercial entre distintas regiones del país, la presencia de productos provenientes de la tala ilegal y de fauna silvestre persiste en la Carretera Central. Y los puestos de control del Serfor, con un personal que se reparte las 24 horas del día, tienen un rol clave para enfrentar las ilegalidades de los sectores forestal y de fauna.

Las cifras de intervenciones son considerables. Sin embargo, para Michele Antignani Dorsi —miembro del comité multisectorial de la carretera Daniel Alcides Carrión— el actual congestionamiento vehicular de la Carretera Central impide una supervisión adecuada. 

“La mejor manera de utilizar esta vía es regular su uso, y no solo su mantenimiento. Esto significa poner horarios para la carga pesada y ligera. Debería haber días en los que vehículos de carga pesada puedan circular, y otros [para] los vehículos de pasajeros”, dijo a este medio. 

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TRÁFICO. Especialistas advierten que el congestionamiento de la carretera impide una fiscalización adecuada.
Foto: OjoPúblico / Daniel Quintana

 

Punto estratégico

A lo largo de toda la Carretera Central, solo hay dos puestos de control del Serfor para prevenir el transporte ilegal de madera y fauna —actividades que tienen su origen en regiones como Ucayali y Huánuco—. El primero está en La Oroya (Junín) y el segundo en Santa Cruz de Cocachacra (Lima). Cada uno de estos puntos, instalados hace seis años, cuenta con apenas cinco inspectores. 

Para Karla Gaviño Masías, docente de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico, la instalación de puestos de control, equipados con tecnología y personal capacitado, en la Carretera Central es importante. Sin embargo, considera que la medida no es suficiente para erradicar las economías ilegales en estas vías. 

“Se necesita un trabajo entre varios organismos, como el del Ministerio de Interior que, a través acciones de inteligencia, debe identificar cuáles son las rutas y el trayecto por donde se mueve el traslado ilegal de madera, narcotráfico, entre otras actividades que no deben ser favorecidas con infraestructura pública”, explicó Gaviño Masías.

OjoPúblico conoció las instalaciones del puesto de Corcona en el distrito de Santa Cruz de Cocachacra, a la altura del kilómetro 48 de la Carretera Central, en la provincia limeña de Huarochirí. En este punto, laboran ocho personas: un responsable del puesto de control, dos estibadores y cinco inspectores. 

Estos últimos, organizados en turnos a lo largo del día, son quienes contrastan la veracidad de la documentación presentada por los transportistas, para evitar que productos forestales o animales extraídos de manera ilícita sean comercializados de manera local o destinados a la exportación.

Puesto Corcona OjoPúblico
INSPECCIÓN. Desde octubre último, en el puesto de control de Corcona se realiza una revisión obligatoria a los camiones que llevan productos forestales o fauna. 
Foto: OjoPúblico / Daniel Quintana

 

Desde octubre del año pasado, según una resolución del Serfor, todo vehículo que transporte productos forestales o de fauna debe pasar de forma obligatoria por este punto de control, que forma parte de una lista de 51 en todo el país. 

Previamente, la inspección solo era indispensable para productos de exportación y, además, se hacían controles aleatorios. Ahora, con la nueva norma vigente, la autoridad forestal está facultada para imponer una multa tipificada en la Ley Forestal y de Fauna Silvestre como una infracción muy grave, en caso de incumplimiento.

“El transportista tiene la obligación de acercarse al puesto de control y hacerse supervisar. De no hacerlo, la sanción es bastante costosa: de 10 UIT [S/51.500 al valor del 2024] a 5.000 UIT [más de S/25 millones], dependiendo de la gravedad”, explicó el ingeniero Alberto Salcedo Jesús, responsable del puesto de control de Corcona.

Previo al control en la Carretera Central, las distintas especies de madera son extraídas de los bosques de Loreto o Ucayali. En ambos casos, los troncos recorren una ruta fluvial —en algunos casos de más de una semana— hasta el puerto de Pucallpa para su primera transformación en los aserraderos ubicados, en su mayoría, en el distrito de Masisea, en la provincia de Coronel Portillo. 

 

Al salir de estos últimos puntos, la madera —ya convertida en tablas y listones— es embarcada en camiones que recorren la carretera Federico Basadre para su tránsito hacia la región Huánuco. Y, luego, a Junín, donde llegarán a la Carretera Central. El trayecto total en ruta demanda, para los vehículos, entre uno y dos días más.

La presencia de trailers que movilizan madera es reducida en el horario de 8 a.m a 3 p.m. De acuerdo a fuentes del lugar, de lunes a viernes pueden circular medio centenar de vehículos diarios, mientras que los fines de semana la cantidad puede aumentar hasta unos 60. 

En el puesto de Corcona, según indicó el personal del lugar, se solicita a los transportistas de madera sus guías de transporte para conocer datos sobre el origen del producto, el comprador, destinatario o la especie que llevan.

Luego, toda esa información es corroborada en un sistema digital con el que cuenta la oficina, cruzando datos de otras entidades, como el Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales y de Fauna Silvestre (Osinfor). 

Si el inspector detecta excedente de madera o no se cuenta con la guía de transporte correspondiente, el hecho se pone en conocimiento de la Policía y de la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental (FEMA), para iniciar la incautación del producto sobrante o de procedencia ilegal. 

Sobre esta última etapa de intervención, Abelardo Salcedo Jesús, responsable del puesto de control de Corcona, señaló a OjoPúblico que al personal de esta oficina le toma de dos a tres días el proceso de contabilización, cubicación —cálculo del volumen— e identificación de las especies incautadas. En el plazo mencionado, el camión permanece retenido en el almacén del Serfor. 

Almacen Puesto Corcona OjoPúblico
ALMACÉN. La madera intervenida por los funcionarios del Serfor permanece en un depósito hasta definir si se decomisa o devuelve a quien la movilizaba.
Foto: OjoPúblico / Kevin Pérez Llacza


“Una vez que concluye [este proceso] se levanta el acta de intervención y se le da inicio del proceso administrativo sancionador al conductor y, según la guía de transporte, podemos observar a otros involucrados, como el propietario o el destinatario”, explicó. 

En el caso de la fauna silvestre, en vehículos menores, se realizan operativos inopinados junto a otras entidades, como la Fiscalía y la Policía. Si el inspector encuentra algún animal que está siendo trasladado de manera irregular, da aviso a la Administración Técnico Forestal y de Fauna Silvestre de Lima para que el ejemplar sea derivado a algún centro de rescate. 

El año pasado, los trabajadores de Corcona decomisaron un venado, un mono y un añuje, contó el responsable del puesto de control. Transportar fauna silvestre sin contar con documentos que justifiquen su movilización, es considerada una infracción muy grave. Como en el caso anterior, las multas pueden ir desde 10 UIT hasta 5.000 UIT.

Al ser consultado sobre cómo determinan la cantidad de personal en los puestos de control, el Serfor explicó a este medio que era “complejo” establecer un “número ideal y exacto de personas que realicen el trabajo de supervisión” y que, ahora, se encontraban en un proceso de “ensayo y error para obtener información en este tema”.

La autoridad forestal y de fauna indicó, asimismo, que han propuesto al Ministerio de Economía y Finanzas, a través de una “demanda adicional”, el aumento de personal para “escalar los servicios de control forestal y de fauna silvestre” este 2024. 


Variedad ilícita

En los dos puestos de control sobre la Carretera Central, así como en otro ubicado en la sede del Serfor en la región Junín, se interviene madera y fauna protegida de distintas especies, y otras mercancías. Para conocer el detalle histórico, OjoPúblico solicitó a la autoridad forestal —apelando a la Ley de Transparencia— las cifras detalladas de las intervenciones realizadas entre enero de 2010 y abril de 2023 en esta ruta del país. 

Con la información revisada y estandarizada a partir de los campos que contenían mayor nivel de detalle, este medio identificó que, entre enero de 2019 y julio de 2023, el Serfor realizó 658 intervenciones a cargamentos de madera en estas tres sedes de control, que acumularon más de 697.000 pies tablares (1.883 metros cúbicos). Esta cifra, según especialistas forestales consultados, equivale a unos 70 camiones llenos de madera. 

Los años 2019 y 2020 concentraron el 57,1% de toda la cantidad intervenida de productos forestales, presuntamente de origen ilegal, que eran trasladados a través de la Carretera Central. En estos puestos, entre las principales especies intervenidas en los últimos cinco años, se encuentran el ojé, la cumala, la panguana y el tornillo. 

 

En paralelo, entre enero de 2019 y marzo de 2023, se incautaron, por lo menos, 700 animales vivos en los puestos de control de toda la región de Junín. En el listado, al que tuvo acceso OjoPúblico, se especifica el nombre común y científico de la especie, la categoría, así como las unidades intervenidas en cada acta realizada por la autoridad de fauna.

El año con más individuos incautados fue el 2019, con 406 ejemplares, entre los que se encontraron ranas dardo de tres rayas (Rhinella poeppigii), lagartijas (Liolaemus robustus) y periquitos esmeralda (Forpus coelestis). Si se revisan las cifras totales, los animales que más predominan en las intervenciones en Junín fueron las ranas, lagartijas, coatíes, tortugas motelo y taricayas. 
 

Controles adicionales

En la Carretera Central, además de intervenciones por tráfico de madera y de fauna silvestre, también se registran otras actividades ilegales, como el contrabando y el narcotráfico. Esta última es característica en el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), que comparte varios distritos con la región Junín, la misma donde se ubica la vía analizada en este informe.

Por ello, además del Serfor, otros sectores hacen supervisiones en la ruta entre La Oroya y Lima. Entre ellos se encuentra la Sunat que, junto a la Policía, realiza operativos para decomisar mercadería de contrabando e insumos químicos empleados para la producción de drogas. 

En el tramo entre La Oroya y Cerro de Pasco, la Sunat cuenta con el puesto de peaje Casaracra, donde interviene y controla a vehículos de carga pesada que llevan insumos químicos fiscalizados.

Sunat y la Policía son los encargados de fiscalizar y decomisar mercadería de contrabando e insumos químicos". 

Para conocer mayores detalles sobre el tema, este medio solicitó información de productos decomisados por la entidad entre enero de 2010 y julio de 2023. Sin embargo, en dicho periodo, la Sunat no ha declarado ningún tipo de operativo para la intervención de mercadería ilegal o de contrabando relacionado a insumos químicos fiscalizados en esta zona del centro del país.  

En su respuesta, la autoridad aduanera adjuntó un cuadro con incautaciones de celulares, motosierras y aceite para motores, confiscados entre 2013 y 2018. No proporcionaron cifras para los años previos ni para los siguientes. 

Para confirmar si, efectivamente, no se habían realizado intervenciones entre 2010 y 2012 y entre 2019 y 2023, OjoPúblico —desde diciembre pasado—  se contactó telefónicamente y vía correo electrónico con la entidad. Sin embargo, no se obtuvo respuesta.

Camión que transporta madera para revisión OjoPúblico
RECORRIDO. La madera que transportan los camiones por la Carretera Central ha tenido su origen en regiones amazónicas, como Loreto o Ucayali.
Foto: OjoPúblico / Kevin Pérez Llacza 

 

Este medio también solicitó información, apelando a la Ley de Transparencia, sobre incautaciones de este tipo realizadas entre enero de 2010 y mayo de 2023 al Ministerio del Interior y a la VI Macro Región Policial de Junín. Esto teniendo en cuenta que uno de los puestos de control de la carretera está en La Oroya, dentro de la jurisdicción de esa macro región.

La División de Estadística de la Policía indicó que solo tenía información de operativos vinculados a contrabando de 2022. En este sentido, brindó cifras generales de las actividades desplegadas ese año en las diversas regiones del país —es decir, sin especificaciones sobre la Carretera Central y sin detalles de productos incautados—. 

La VI Macro Región Policial de Junín, por su parte, informó que no tenían registros de intervenciones a mercancía ilegal o de contrabando entre enero de 2010 y junio de 2023.

Además, OjoPúblico solicitó una entrevista con el general Colin Sim Galvan, exjefe de la VI Macro Región Policial de Junín, para conocer mayores detalles sobre el trabajo de fiscalización que desarrolla la PNP en la Carretera Central. 

Sim Galvan se excusó argumentando que estaba siendo designado a la Región Policial de Arequipa. Sin embargo, derivó la solicitud con el coronel Abelardo Cerpa Obando, quien, en un primer momento, accedió al pedido. Pero, luego, lo trasladó al mayor Julio Valles Rojas, pues no contaba “con información sobre incautación de droga o insumos para su producción”. Hasta el cierre de este artículo, Valles Rojas no contestó, a pesar de la insistencia de este medio.

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