Crisis energética en Ecuador: un círculo vicioso y las lecciones para la región

Las matrices energéticas de la región andino amazónica dependen en gran parte de las hidroeléctricas, que desde el 2023 han entrado en crisis por las sequías extremas que han azotado al continente. Ningún país ha sufrido las consecuencias tanto como Ecuador, donde el gobierno instituyó desde septiembre apagones de hasta 14 horas en su momento más crítico. En este informe, OjoPúblico explica cómo el país llegó a ese punto y qué pueden aprender las naciones vecinas de su crisis energética.

MEGA OBRA. La hidroeléctrica Coda Codo Sinclair, que fue inaugurada en el 2016, es una de las represas energéticas más importantes de Ecuador. Fue financiada por China.

MEGA OBRA. La hidroeléctrica Coda Codo Sinclair, que fue inaugurada en el 2016, es una de las represas energéticas más importantes de Ecuador. Fue financiada por China.

Foto: CELEC (Ecuador)

Con la colaboración de María Belén Arroyo, de la Red Transfronteriza de OjoPúblico en Ecuador.

 

Hace menos de una década, el entonces presidente de Ecuador, Rafael Correa, dijo que era imposible que su país se quedara sin energía.

A pesar de una importante sequía ese año, Correa alardeaba en el 2016 que no hubo apagones gracias a tres nuevas centrales hidroeléctricas de su gobierno, incluyendo la recién inaugurada Coca Codo Sinclair, la controversial mega obra financiada por el gobierno chino.

Los apagones serían cosa del pasado. Ahora, había dicho Correa, "Ecuador es uno de los países con mayor seguridad energética del planeta".

Esa propuesta fracasó y su promesa se ha concretado solo en la memoria de los ecuatorianos, quienes desde septiembre de este año han sufrido apagones intermitentes, con hasta 14 horas en la oscuridad durante el peor pico del programa de racionamiento. 

Junto con una ola de inseguridad, los apagones han afectado también su economía, con pérdidas en los sectores industriales y comerciales que podrían alcanzar los USD 7.500 millones, según la Cámara de Comercio de Quito.

La crisis hídrica ha puesto a otros países andino amazónicos —que dependen de las hidroeléctricas para generar gran parte de su energía— en alerta sobre la sostenibilidad de sus matrices eléctricas. Aunque se prevé que Ecuador pueda solucionar su déficit en el servicio de electricidad para el próximo año, quedan dudas sobre su seguridad energética a futuro.

En Ecuador, invertir en las hidroeléctricas fue una parte clave de la administración de la llamada Revolución Ciudadana de Correa y un pilar del sistema estatista de la constitución actual, aprobada en el 2008.

"Lo que se decía en su momento es que íbamos a tener tanta electricidad que nos íbamos a transformar en exportadores de electricidad", dijo en entrevista con OjoPúblico Alberto Acosta Burneo, analista económico y editor de la publicación Análisis Semanal, en Ecuador.

"El pasar de apagones a esta idea de que vamos a ser exportadores energéticos, a una potencia energética, bueno, la gente apoyó totalmente", añadió.

 

Futuro energético en la región andino-amazónica

 

En la superficie, el problema en Ecuador ha sido una época de estiaje severo, que ha afectado el funcionamiento de las mayores hidroeléctricas del país, casi todas ubicadas en las estribaciones de su Amazonía andina.

Pero eso no es solo un problema de Ecuador; la sequía extrema en Sudamérica va por su segundo año. Según el Observatorio Terrestre de la Nasa (EE.UU.), las sequías en la región se han agravado por los efectos prolongados del fenómeno El Niño, que comenzó en el 2023, y las altas temperaturas por la crisis climática a nivel global. 

La Amazonía y la región del Pantanal en Paraguay y Bolivia sufrieron incendios devastadores, se paralizaron represas hidroeléctricas, un gran número de municipios se declararon en emergencia por estrés hídrico y varios países sufrieron escasez de agua potable y fluvial.

Crédito: Musuk Nolte / OjoPúblico

SEQUÍAS. El río Amazonas llegó a su nivel más bajo en décadas durante la sequía del 2024.
Foto: Musuk Nolte / OjoPúblico

 

En Perú, donde la mayor parte de la matriz eléctrica depende del gas natural, algunos expertos opinan que se podrían ver escenarios como el de Ecuador, si no se añaden otras fuentes energéticas a la matriz.

Augusto Durán, técnico de la transición energética del Movimiento Ciudadano frente al Cambio Climático (Mocicc), opina que la situación de Perú sigue siendo frágil, a pesar de apoyarse en el gas de Camisea. 

Bajo el antiguo ministro Rómulo Mucho, el Ministerio de Energía y Minas promovió nuevos proyectos de exploración y explotación del gas natural y de otros hidrocarburos. Sin embargo, la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía en Perú (SNMPE) expresó esta semana una “profunda preocupación por la crítica situación del sector de hidrocarburos” del país. 

Entre sus recomendaciones, el gremio empresarial sugiere “agilizar permisos que permitan explorar y explotar nuevos yacimientos”, y advierte también que las reservas probadas de hidrocarburos han disminuido desde el 2012 “por falta de reposición que exige medidas inmediatas”. 

"No hay en este momento o no se han logrado probar grandes reservas nuevas de gas natural. Sí es cierto que se está intentando buscar nuevas reservas próximas a Camisea (…). Pero mientras que no se pruebe que existen estas reservas, tenemos un recurso que se agota hacia el año 2030", dijo Augusto Durán en entrevista con OjoPúblico.

Colombia, que había dejado de venderle energía a Ecuador durante un mes y medio en plena crisis, anunció el mes pasado que comenzó a exportar electricidad nuevamente. La suspensión se dio después de que sus propios embalses hubieran llegado a niveles por debajo del 40%, producto de las sequías en la región. Además, su Ministerio de Minas y Energía dijo que activó plantas de energía térmica para complementar la demanda eléctrica de su país.

Sin embargo, ningún país tuvo la crisis energética que ha enfrentado Ecuador este año, un país que suple más del 70% de su red eléctrica con la mayor fuente de energía renovable a nivel mundial: la hidráulica.

 

Capital chino y la dependencia de las hidroeléctricas

 

Ecuador se destaca en la región por su dependencia de la hidroenergía que ha desarrollado en la última década. 

Según el Centro Nacional de Control de Energía de Ecuador (Cenace), la hidroenergía aportaba en promedio más del 80% de la energía neta del país este año, antes de la crisis energética. Las hidroeléctricas aportaron en Perú menos del 50% de la energía eléctrica para octubre de este año y en Colombia, un 63,7% al cierre de junio.

Mientras que otros países comenzaron a diversificar sus matrices eléctricas, la Constitución del 2008 de Ecuador fortaleció el control estatal sobre su sector energético.

El estado ecuatoriano se quedó sin recursos para invertir".

Entre otras medidas, Ecuador, de la mano de Correa, creó una tarifa única y priorizó fuentes de energías renovables, a la vez que obstaculizó la inversión privada en sus sectores estratégicos, incluyendo el de energía. Un informe reciente del Banco Mundial señala que las inversiones del sector privado solo componen el 15% del producto bruto interno del país. 

Una de las grandes presiones sobre el sistema energético ecuatoriano es su situación fiscal, sobre todo su endeudamiento con el gobierno de China, a cambio del petróleo, durante la época del gobierno de Correa.

Era tanto el afán por el capital chino, que el entonces presidente dijo una vez que "no hay límite" al endeudamiento que Ecuador pueda tener con la potencia asiática. "China tiene exceso de liquidez y escasez de hidrocarburos, nosotros tenemos exceso de hidrocarburos y escasez de liquidez", afirmó en el 2012.

Así, a través de préstamos masivos, Correa impulsó la construcción de ocho mega represas hidráulicas que, en algunos casos, estuvieron marcadas por escándalos de corrupción, fallas en su infraestructura y una falta de mantenimiento adecuado para combatir procesos de erosión en las estructuras.

"Se construyeron infinidad de obras de infraestructura con capitales chinos: hidroeléctricas, etcétera. Pero en la bonanza petrolera, el estado entra en un periodo de ajuste que todavía no termina (…) el estado se quedó sin recursos para invertir", señala Alberto Acosta Burneo, de Análisis Semanal.

Uno de los ejemplos más emblemáticos es el de Toachi-Pilatón, una represa que se comenzó a construir en el 2008, en la franja occidental de la cordillera de los Andes, que podría suplir energía durante las épocas de sequía en la Amazonía. Sin embargo, han sido tantos los problemas del proyecto que recién se prevé su inauguración para fines de este mes.

Alberto Acosta Espinoza, quien presidió la asamblea constituyente del gobierno de Rafael Correa, argumentó en entrevista con OjoPúblico que la constitución actual no prohíbe la inversión privada y que, por el contrario, se han abierto oportunidades, pero que no se han materializado.

"Se abrió la puerta a un masivo endeudamiento que luego continuaría con los tres gobiernos posteriores de una manera irresponsable", dijo Acosta Espinoza, (padre de Acosta Burneo, el analista económico). "Al contrario, si se hubiera cumplido con la constitución, ese endeudamiento acelerado, agresivo y alegre, a lo mejor no se habría producido", señala.

 

La transición energética en un país petrolero

 

En su informe, el Banco Mundial señala que, aunque Ecuador es el quinto mayor productor de petróleo en la región, debe invertir en sectores más afines con la transición energética, como el sector minero. Incluso su mayor acreedor, China, se ha convertido en uno de los mayores financiadores de energía renovable en el mundo y el mayor comprador de concentrado de cobre en América Latina.

A la vez, el informe del Banco Mundial señala que los subsidios a la gasolina y el diésel en Ecuador "socavan los esfuerzos de descarbonización al alentar el consumo excesivo" e "imponen una carga fiscal importante al país". 

Uno de los modelos del estudio del Banco Mundial sugiere que, a menos que no existan otras medidas a corto plazo para que crezca la inversión privada en el país, Ecuador tendría que invertir un promedio de USD 3.700 millones al año —o el 3,5% de su PIB— para mitigar los efectos de la crisis climática desde el 2025 al 2050.

Crédito: Segundo Espín / OP

PETRÓLEO. Los ecuatorianos votaron en el 2023 para limitar la extracción de petróleo en el Parque Nacional del Yasuní.
Foto: Segundo Espín / OjoPúblico

 

Los subsidios a la gasolina, diésel, la electricidad y el gas licuado de petróleo (GLP) alcanzaron un promedio anual de USD 2.300 millones. En 2022 y 2023, los subsidios aumentaron aún más y representaron el 4% y el 3% del PIB de Ecuador, respectivamente.

Las inversiones de proyectos petroleros en Ecuador también enfrentan una creciente ola de oposición popular, algo que el Banco Mundial, en su informe, resalta “la necesidad de buscar fuentes alternativas de ingresos y exportaciones”. 

Hace más de un año, los votantes ecuatorianos aprobaron en un referéndum nacional prohibir la extracción de petróleo en el Parque Nacional Yasuní, uno de los lugares más biodiversos del mundo.

Las operaciones de Petroecuador en ese lote, ubicado en el Yasuní, representan entre el 11% y el 12% de la producción de petróleo del país, señala el informe. En ese mismo voto, los ecuatorianos también limitaron la extracción de metales en El Chocó Andino. 

En tanto, el gobierno del presidente Daniel Noboa no ha cumplido con ninguno de los dos votos por completo.

A pesar de la crisis, Acosta Burneo opina que Ecuador no debe dejar de invertir en la energía hidroeléctrica. "Ecuador tiene un potencial hidroeléctrico gigantesco y un potencial todavía inexplotado", añadió, y recalca que es "un país atravesado por ríos y en distintas cuencas climáticas".

"Pero también hay que invertir en generación con gas natural, que es un complemento perfecto con la hidroelectricidad. También hay que invertir en las interconexiones con Perú y ampliar la de Colombia", dijo.

Por su parte, Augusto Durán, de la transición energética del Movimiento Ciudadano frente al Cambio Climático (Mocicc), señala que Perú mantiene un potencial importante para la generación de otras energías renovables, como la solar y la eólica.

"Perú está privilegiado con recursos energéticos renovables. En el sur del país y en la Amazonía, tenemos altos niveles de radiación", dijo Augusto Durán. "Pensar en proyectos de gas, de petróleo, de carbón, ya no son la prioridad de los países".

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