SIN ETIQUETADO. Las marcas no brindan detalles sobre la procedencia de las especies forestales o la sostenibilidad del producto que comercializan.

Exclusivo: Muestras revelan que marcas de carbón gourmet usan madera de árboles amazónicos amenazados

Exclusivo: Muestras revelan que marcas de carbón gourmet usan madera de árboles amazónicos amenazados

SIN ETIQUETADO. Las marcas no brindan detalles sobre la procedencia de las especies forestales o la sostenibilidad del producto que comercializan.

Foto: OjoPúblico

OjoPúblico adquirió una muestra aleatoria de diferentes marcas vendidas en los principales supermercados de Lima y tiendas en línea, y solicitó un análisis anatómico al laboratorio de la Universidad Nacional Agraria La Molina. La investigación halló la presencia de especies de árboles vulnerables como el shihuahuaco. Desde 2015, la autoridad responsable apenas ha realizado 10 inspecciones a más de 280 empresas y personas autorizadas para comercializar carbón vegetal. En los últimos años, el carbón vegetal que más se ha producido en el Perú proviene del shihuahuaco de Madre de Dios y Ucayali, una especie amenazada por su explotación. En 2021 este árbol representó el 57,7% de todas las especies declaradas para la producción de este producto, pese a las alertas de la comunidad científica de su posible desaparición.

3 Julio, 2022

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En el kilómetro diez de la carretera Federico Basadre y a poco más de una hora del centro de Pucallpa, capital de la región de Ucayali, se encuentran algunas de las más importantes carboneras de la Amazonía peruana. En estos centros de transformación, donde trabajan de tres a cinco personas con palas y sin protección, se instalan hornos artesanales que desprenden humo por la quema a elevada temperatura de residuos de madera, algunos provenientes de especies forestales amenazadas por su sobreexplotación.

El proceso tiene como objetivo la producción de carbón vegetal, que luego será transportado en sacos por la carretera central hacia Lima, para ser vendidos en supermercados y tiendas por Internet. Sin embargo, en gran parte de las marcas que se comercializan en el país es imposible conocer la procedencia de la madera que dio origen a ese carbón. El etiquetado no detalla los insumos ni las especies.

En este contexto, y para conocer qué especies se usan para la producción de carbón vegetal comercializado en Lima, OjoPúblico adquirió una muestra aleatoria (12) de diferentes seis marcas de este producto, vendidos en los principales supermercados de Lima y tiendas en línea, y solicitó un análisis anatómico al laboratorio de la Universidad Nacional Agraria La Molina.

La investigación halló en las muestras de dos marcas, Oregon Foods y Ecobrasa —calificados como gastronómicos gourmet—, presencia de especies de árboles vulnerables como el shihuahuaco. Estas marcas ofrecen sus productos como de origen “natural y responsable” o provenientes de “bosques sostenibles certificados”.

En los últimos años, científicos han alertado del riesgo de desaparecer que tiene el shihuahuaco, pero el Gobierno peruano no la ha incluido entre la lista de especies amenazadas. En paralelo, como informó OjoPúblico en una amplia investigación del 2021, por lo menos la mitad de toda la madera que se exporta desde Perú proviene de este árbol.

Pese a las advertencias, el sector carbonero también ha puesto la mirada en esta especie forestal que se extrae principalmente de Ucayali y Madre de Dios, regiones que registraron niveles históricos de pérdida de bosque en 2020. Ambas sumaron más de 70.000 hectáreas deforestadas, casi el 35% del total registrado en el país.


Foto: OP

TRANSFORMACIÓN. El carbón vegetal que se genera en la Amazonía tiene su origen en los residuos de madera, algunas de especies amenazadas por su sobreexplotación como el shihuahuaco. 
Foto: OjoPúblico. 

 

Además de Oregon Foods y Ecobrasa, como comprobó este medio en la oferta disponible en Internet, la venta de carbón de shihuahuaco se realiza en los distritos limeños de Ate, Lurín y Santa Anita donde se ofrece desde S/2,50 a S/4,00 por kilo, un precio de tres a siete veces menos del ofrecido por las marcas analizadas. En otros casos, este producto se encuentra disponible en catálogos de usuarios de Facebook, quienes —al no estar obligados por las normas del sector— no precisan mayores datos sobre el origen ya que llegan en sacos vendidos al peso y sin registro ni información de dónde se obtuvo el producto.  

Pese al poco detalle que reportan las direcciones forestales al Servicio Nacional Forestal (Serfor), las cifras oficiales muestran que Madre de Dios y Ucayali son las regiones donde en 2021 se produjo todo el carbón de shihuahuaco que llegó a los negocios de Lima. Ambos territorios amazónicos también concentran el 85,7% del total del carbón vegetal declarado por los gobiernos regionales en la categoría de “varias” especies, es decir, no es posible identificar a qué tipo de madera específica pertenece. 

Las normas ambientales tampoco están definidas respecto a la producción de este combustible. En Ucayali y Madre de Dios se emplean hornos artesanales que, a lo largo de dos a cuatro semanas, desprenden partículas que sobrepasan los niveles permitidos en los estándares de calidad ambiental de aire. 

Asimismo, el sector no realiza una adecuada supervisión a los centros de transformación de carbón vegetal en la Amazonía, así como en los lugares de almacenamiento y venta en Lima, que luego llega a los supermercados o tiendas virtuales. Los vacíos normativos en torno al procesamiento de este insumo y la deficiente fiscalización de los centros de producción provocan que el origen de este producto estrella en las parrillas en hogares y restaurantes del país sea cuanto menos dudoso. 

 

Proveedores y distribuidores
 

El origen del carbón vegetal que se vende en el mercado peruano tiene en su cadena a las empresas a cargo de la producción y envase de este insumo. En el caso de Oregon Foods, firma con actividades desde 2002 y con más de 200 trabajadores en planilla, esta información se encuentra en el reverso de su empaque y señala a Olmos Carbón SAC como responsable de ambas actividades. 

Esta compañía, con operaciones desde 2012, registra dos trabajadores en planilla y cuenta —según el envoltorio del carbón de Oregon Foods— con una autorización del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), vigente desde 2017, para almacenar y comercializar productos forestales. 

OjoPúblico, a través de un pedido de acceso a la información, solicitó mayor detalle de este permiso, pero la institución solo respondió con dos archivos que no incluían los documentos técnicos que entregó la empresa para sustentar su autorización, aprobada por el ingeniero Marcopolo Sánchez Corilloclla. En la información provista por la firma se detalla, entre otros puntos, la especie forestal del carbón que se almacena y distribuye a sus clientes.


OjoPúblico halló en muestras del carbón de Oregon Foods y Ecobrasa utilizan especies vulnerables como el shihuahuaco.

De acuerdo a diferentes especialistas forestales consultados, la autorización de Serfor solo representa un “visto bueno” para que una persona o empresa pueda operar un local comercial o almacén de carbón vegetal, pero no es un respaldo para garantizar el origen legal de la madera que luego es transformada en este producto. Esta información, coinciden los entrevistados, se encuentra en las guías de transporte forestal que manejan los productores de carbón vegetal y que deben tener ante cualquier supervisión que desarrollen los funcionarios de las gerencias o direcciones forestales de las regiones donde se produce este insumo. 

El año pasado, en tiendas de productos orgánicos y otras virtuales, también se encontraba entre las ofertas de Oregon Foods un carbón que indicaba ser de shihuahuaco y tenía incluso certificación de sostenibilidad de madera, que garantiza el Consejo de Administración Forestal (FSC, por sus siglas en inglés). Contar con un sello FSC, en el papel, ofrece un origen sostenible en los productos forestales —como el carbón— que una empresa comercializa, pero este medio también ha evidenciado las debilidades y vacíos que presenta esta certificación.  

Esta etiqueta verde, según el código que se encontraba en la bolsa de Oregon Foods, fue otorgado a la Comercializadora Napa Trading S.A.C, empresa que hoy ya no aparece en el registro de este sello internacional pues culminó su período en junio del 2021. A la fecha, Oregon Foods ha retirado la marca FSC de sus empaques. 

OjoPúblico se comunicó con la empresa, pero al cierre de esta publicación no atendió el grupo de preguntas enviadas para conocer los motivos de su elección de carbón de shihuahuaco y cómo garantizaba la sostenibilidad de su producto.

Viñeta carbón Claudia Calderón


Otra firma que señala que tiene un “certificado sostenible” para su carbón vegetal es Ecobrasa pero no hay detalle que respalde su afirmación. Este producto se comercializa desde la tienda virtual de la empresa y en 2021 tenía stock en un supermercado de la región Arequipa. En su empaque no cuenta con ningún tipo de código o referencia a la autorización brindada por Serfor a la empresa a cargo del envase. De acuerdo al análisis anatómico solicitado por OjoPúblico, Ecobrasa emplea carbón que proviene de shihuahuaco así como de la especie manchinga. 

La empresa solo indica que su producto ha sido “seleccionado y envasado por Briquetas Perú SAC”, compañía con actividades desde 2016 y con apenas un trabajador en planilla. Esta firma no cuenta con alguna autorización vigente de Serfor para almacenar o comercializar carbón en Lima y tiene como gerente general a Carlos Salvador Cabrejos Alvarado.

Al ser consultados sobre el origen y sostenibilidad de su producto, la empresa no atendió los correos electrónicos enviados. 

En países como Chile, las marcas que comercializan carbón vegetal en los supermercados indican en sus empaques la especie utilizada. Ese es el caso de Ailencutral que señala estar hecho de espino o el de la marca Beef Maker que indica tener su origen en el quebracho blanco, una especie que crece en el centro de América del Sur. 

Mientras que en Perú, pese a no tener la obligación de especificar el código de autorización forestal de Serfor u otra información sobre el origen legal de su producto, el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) señaló a OjoPúblico que los consumidores pueden reportarles en sus distintos canales de atención “cualquier situación que vulnere sus derechos, entre ellos, el derecho a la información”. 
 

Análisis en supermercados
 

Ante el poco detalle que ofrecen a sus clientes sobre el origen de su producto, este medio determinó la especie de madera del carbón vegetal que venden los principales supermercados del país. Para ello se analizaron muestras de los empaques de las marcas Bell’s, Tottus, Metro y Braza, marca que además se ofrece en grifos. En los resultados se encontraron especies diversas como manchinga, capirona, copaiba, mashonaste, huayruro, moena y oje.

En todos los casos revisados, la venta de carbón vegetal se realiza sin indicar alguna certificación que respalde la sostenibilidad del producto y solo se incluye una autorización forestal aprobada por el Serfor y otorgada a personas naturales o jurídicas. En el empaque del carbón vegetal Bell’s se muestra que cuenta con un permiso de Serfor, otorgado en junio del 2017 a Lida Milagros Ruiz Agapito. 

En este documento se menciona que el producto almacenado será “carbón [de] aserradero”, mientras que el campo donde se detalla la especie usada se encontraba vacío. Pese a esta omisión, se otorgó la autorización a Ruiz Agapito, quien —a través de una constancia de posesión— tiene su depósito registrado en el distrito de San Martín de Porres. 

La resolución administrativa de Serfor, con fecha del 21 de junio del 2017, la aprobó el ingeniero Julio Napoleón Jerí Ochoa, entonces director de la Administración Técnico Forestal y de Fauna Silvestre de Lima. En este documento también se menciona que el informe técnico estuvo a cargo de la ingeniera forestal Susana Esther Cotito Cartagena. 

 

Carbón analizado
MUESTRAS. OjoPúblico llevó a un laboratorio especializado una docena de muestras de carbón de seis marcas para identificar a las especies que se habían usado parra este producto. 
Foto: Análisis de laboratorio de la Universidad Nacional Agraria La Molina. 


En la bolsa del carbón vegetal Bell’s, además del código de Serfor, también se indica que es producido y envasado por Global CC Perú SAC, una empresa con operaciones desde 2013 domiciliada en el distrito de Lince y con 29 trabajadores en planilla. Esta compañía tiene como gerente general a Rosa Campos Rosas. 
  
En los supermercados —así como en la cadena de grifos Listo— predomina la marca Braza que en su empaque, más allá de informar que es ‘100% vegetal’, no menciona algún respaldo referente a su sostenibilidad. En su presentación, indica que el producto lo ha envasado Global CC Perú SAC, la empresa que cumplía el mismo rol para el carbón de Bell’s y con un permiso de la autoridad forestal vigente desde 2016. Esta firma también ha estado a cargo del carbón de la marca Tottus con autorización de Serfor, aprobada en abril del 2016. En el portal web de Braza, la sección referente a certificaciones se encuentra “en actualización”.

En setiembre del año pasado, la administración técnica forestal de Lima junto a la policía ambiental intervinieron un establecimiento —que no contaba con autorización del sector— donde se encontró productos forestales de Global de Perú SAC “sin documentos que amparen su procedencia legal”. En el expediente del caso, al que accedió este medio, también se detalla que se decomisaron más de 35 toneladas de carbón de algarrobo, más de 39 toneladas de carbón de desechos industriales y 136,85 metros cúbicos de leña. 

Acta de Intervención Nº 59-... by OjoPúblico Periodismo de In...
 

En un descargo enviado a Serfor en enero de este año, Rosa Campos Rosas reconoció la  responsabilidad de su empresa en la infracción identificada. También agregó que se dio por "falta del pleno conocimiento de las leyes forestales". Por este proceso, el 23 de febrero último, la autoridad forestal de Lima impuso una multa de más de S/185.000. 

Además, se ordenó el decomiso de 136,85 metros cúbicos de leña y más de 35 toneladas de carbón de algarrobo intervenidos en setiembre del 2021, por no tener un sustento legal en su procedencia. La autoridad forestal confirmó, en la resolución administrativa a la que accedió este medio, que la empresa no acreditó el origen del producto en las guías de transporte forestal entregadas como parte de las indagaciones de este caso.

La jefa comercial de Braza, Sussan Arrieta Zavaleta, señaló vía correo electrónico a OjoPúblico que su compañía no brindaba declaraciones a la prensa. Asimismo, pese a las reiteradas solicitudes para que atiendan las consultas enviadas por este medio, las marcas Bell’s y Tottus no respondieron las preguntas enviadas. 

En el caso de Bell 's señalaron que no se “podían pronunciar” sobre las consultas pero indicaron que “todas las compras que se hacen de carbón son de mercadería de proveedores autorizados y que cuentan con las respectivas autorizaciones para [uso] comercial, brindadas por Serfor”.
 

Carbón Ucayali


PRODUCCIÓN. En el 2021, el carbón de shihuahuaco —elaborado en hornos artesanales instalados en aserraderos— provino de las regiones amazónicas de Ucayali y Madre de Dios.  
Foto: OjoPúblico. 
 

 

Por su parte, la marca Metro detalla en su empaque que cuenta con una autorización del Serfor, aprobada en junio del 2017 a la Importadora La Gaviota SAC. Este documento fue aprobado por Julio Napoleón Jerí Ochoa, entonces jefe de la autoridad forestal de Lima; mientras que el informe técnico tuvo la autorización de la ingeniera Susana Cotito Cartagena.

La Importadora La Gaviota inició sus operaciones en 2016 y a la fecha cuenta con ocho trabajadores en planilla. Esta firma tiene como gerente general a Luis Antonio Gandolfo Raffo. Como parte del expediente aprobado, la empresa señaló que el carbón que utilizará proviene del algarrobo y que el producto se encontrará en un almacén alquilado, ubicado en el distrito de Chorrillos. 

El algarrobo es otra especie que ha estado en riesgo de desaparecer debido a su tala indiscriminada en el norte peruano. En todo el 2021, la oficina de Serfor de Lambayeque decomisó más de 200 toneladas de carbón de algarrobo de procedencia ilegal. 

OjoPúblico consultó a Serfor sobre la vigencia de estas autorizaciones y el organismo forestal indicó que era de forma “indeterminada”, es decir, que las personas y empresas que tienen permisos para almacenar y comercializar carbón en Lima no necesitan renovar sus permisos, pero este puede ser “interrumpido” por una medida cautelar o un proceso sancionador. 

Debilidades del sector
 

La venta de carbón en supermercados y en tiendas virtuales no tiene la obligación de presentar certificaciones ni sustento sobre la sostenibilidad del producto. Frente a este escenario, han sido pocas las acciones del Estado para garantizar que los residuos que se usan en el procesamiento del carbón tengan un origen legal. Solo en Lima hay 288 personas y empresas autorizadas para almacenar y comercializar carbón, pero desde la vigencia de la Ley Forestal, en 2015, apenas se han realizado 10 supervisiones, todas registradas entre este año y el 2021. 

El sector forestal tampoco cuenta con un libro de operaciones para los almacenes y centros comerciales de carbón. Este documento, como sucede con los aserraderos desde 2021, permitiría conocer el detalle de los ingresos y salidas de los productos forestales, en este caso el carbón vegetal. Al ser consultados sobre la aprobación de esta guía, Serfor señaló que todavía estaba  “trabajando en el diseño de los formatos y las respectivas instrucciones para el uso y registro de información” que tendrá este manual. 

Asimismo, desde 2015, la autoridad forestal de Lima acumula solo doce intervenciones a cargamentos de más de 218 toneladas de carbón vegetal donde no se pudo sustentar su procedencia. A la fecha, el sector no ha anulado ninguna autorización de carbón vegetal debido a que no existían infractores reincidentes. 

De acuerdo a sus competencias, Serfor dijo a OjoPúblico que prioriza sus operativos de supervisión e intervención luego de recibir alertas en su página web o redes sociales. Además de realizar diligencias y supervisiones inopinadas junto a la fiscalía ambiental y la policía para controlar el comercio y transporte ilícito de este producto. 

Por su parte, el Ministerio de Producción indicó a este medio que está  en la etapa de “levantamiento de comentarios” al proyecto que aprueba el reglamento para la transformación primaria y secundaria del sector forestal. En este documento se indica que las actividades de “pirólisis”, referente a la transformación maderable en carbón, recaen en los gobiernos regionales en su calidad de “autoridad regional forestal y de fauna silvestre”.

En Lima hay 288 personas y empresas autorizadas para almacenar y comercializar carbón, pero desde 2015, apenas se han realizado 10 supervisiones.

A la poca supervisión e intervención de la autoridad forestal en el comercio del carbón se suma la falta de normas para enfrentar el potencial impacto ambiental que genera en la atmósfera la producción de este combustible en la Amazonía. En el Ministerio del Ambiente (Minam) solo se encuentran los límites permitidos para la actividad industrial, pero no hay algún lineamiento referente a centros de transformación de carbón. 

Solo en Ucayali, 26 empresas han declarado al gobierno regional que como parte de sus actividades se dedican a la producción de carbón y en promedio cada una genera alrededor de 1.000 kilos de carbón por mes. Informes regionales han advertido sobre el impacto en la calidad del aire de este sector, pero a la fecha, según los especialistas y exautoridades entrevistadas, no hay una regulación para esta actividad.

 

Parva Ucayali OjoPúblico

PROCESO. El carbón vegetal, proveniente de los residuos de los aserraderos, se produce en hornos artesanales (parvas) a altas temperaturas y sin supervisión a las partículas que emiten al aire.
Foto: OjoPúblico. 


El Minam, pese a las reiteradas comunicaciones de este medio, no ha respondido si ha realizado algún trabajo junto a los gobiernos regionales respecto a la supervisión de quema de residuos de madera para la producción de carbón. Tampoco informó a nuestro requerimiento para conocer si el sector contaba con reportes sobre calidad de aire en la Amazonía. 

El exviceministro de Gestión Ambiental, Mariano Castro Sánchez Moreno, plantea que desde el Minam  se garantice la aplicación de los estándares de calidad del aire para “salvaguardar la salud de las personas”. Asimismo, la exautoridad sostiene que los gobiernos regionales deben garantizar la fiscalización ambiental para evitar la contaminación e incumplimientos de las normas.

“Resulta muy importante que en los procesos de autorización de esas carboneras se impulse y acredite si están cumpliendo con las evaluaciones ambientales y, por otro lado, que demuestren que no están afectando bosques no autorizados”, explicó. 

El Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), institución a cargo de supervisar el trabajo y desempeño ambiental que realizan los gobiernos locales señaló a OjoPúblico que el año pasado el Gobierno Regional de Ucayali declaró fuera del plazo dos de sus cuatro reportes de supervisión ambiental del 2020. Asimismo, ese año programó 60 supervisiones para las industrias extractivas y forestales de la región pero solo realizó 17, es decir, apenas un 28% de ejecución.

Para conocer el trabajo realizado en los centros de transformación de carbón, OjoPúblico se comunicó con las áreas de prensa del Gobierno Regional de Ucayali y de la Gerencia Regional Forestal y de Fauna Silvestre, pero al cierre de este informe no hubo respuesta. 


Ruta y participantes
 

Pese a ser una actividad que se desarrolla de forma artesanal, en el negocio de la venta de carbón intervienen por lo menos diez actores desde su transformación hasta el consumidor final. Cuatro investigadores llegaron a esta conclusión luego de analizar este comercio en la región Ucayali. 

En el primer eslabón de esta cadena productiva se ubican los propietarios de la tierra, quienes otorgan espacio para la construcción de los hornos artesanales -denominados parvas en la región Ucayali— donde, a más de 500 grados centígrados de calor, se generará el combustible a partir de residuos generados en los centros donde la madera tiene su primera transformación, también llamados aserraderos. 

Para sustentar el origen legal de la madera usada, estos centros están bajo la supervisión de la gerencia forestal. Sin embargo, pese a los reiterados pedidos de entrevista, el Gobierno Regional de Ucayali no ha atendido las consultas de este medio respecto al trabajo que realizan para garantizar que el carbón no proviene de madera ilegal.

Transporte carbón OP


RUTA. Luego de su transformación en los hornos artesanales en Ucayali, el carbón es transportado en sacos hacia —principalmente— Lima y otras regiones del centro del Perú. 
Foto: OjoPúblico. 


En un segundo nivel se ubican los transportistas locales de madera que llevan este producto para que se transforme en carbón. Como tercer actor aparecen los denominados carboneros, responsables de fabricar el carbón vegetal así como sus empleados. A ellos les siguen los acreedores, quienes prestan dinero a cambio de diferentes compromisos como la reducción en el precio del carbón u otros acuerdos contractuales. 

En un quinto eslabón aparecen los comerciantes, responsables del transporte y venta del carbón hasta su distribución a mayoristas de Lima. A ellos les siguen los proveedores locales, quienes distribuyen el producto de menor calidad a mercados de Pucallpa y otros de la región. 

Los denominados transportistas de largo recorrido son quienes llevan las cargas de hasta 30 toneladas a Lima. En la capital peruana, el carbón tiene como participante a los mayoristas o compradores de grandes cantidades del producto. También aparecen los vendedores de mercado, responsables de distribuir a vendedores ambulantes, pequeños restaurantes y clientes particulares. En la última etapa se encuentran los consumidores urbanos o compradores de carbón vegetal a granel a los mayoristas.
 
Como parte de sus hallazgos, los investigadores también determinaron que las redes de parentesco eran importantes para la producción y comercio de carbón, incluso en almacenes mayoristas de Lima donde se podía tener como propietarios a familiares de los comerciantes en Pucallpa.


 

Alternativas para el carbón
 

El vicerrector académico de la Universidad Nacional Agraria La Molina también ingeniero forestal con más de 40 años de experiencia en el sector, Héctor Gonzales Mora, explicó que se puede incentivar la producción del denominado carbón activado por ser una versión que no solo se puede emplear como combustible sino también como insumo para materiales industriales o en la industria alimentaria, cuyo valor en el mercado puede llegar hasta los US$1.000 por kilo. 

A diferencia del tipo vegetal, el carbón activado tiene un proceso donde la madera u otro material no solo se quema a altas temperaturas (más de 500 grados) sino que en su elaboración se mezcla con gases y vapor de agua para que se “active”. Sin embargo, según el vicerrector Gonzales, su producción en el Perú no ha sido muy empleada por los carboneros por la inversión que requiere su tecnología.

“Si vas a meterte al negocio del carbón tienes que promover el desarrollo. Ofrecer rendimiento y eficiencia, esa es la idea. Además del buen manejo del bosque, el carbón debe tener calidad, eficiencia, mayor rendimiento pero sobre todo mayor valor agregado”, sostuvo Gonzales Mora. 

La autoridad universitaria también propuso que se debería usar la cáscara de coco u otros frutos para generar combustible con menor impacto en el medio ambiente. Esta también ha sido un camino usado por EcoCarbón, empresa que se ha enfocado en generar este tipo de combustible a base de biomasa, residuos obtenidos durante el cultivo de maíz, café, cacao, caña de azúcar y otros productos cultivados en las regiones Madre de Dios, San Martín y Ucayali. 

"El primer beneficio de la biomasa es que no deforesta, el segundo es que reutilizamos los desechos y el tercero es que el humo que emana esta actividad lo capturamos y generamos abono que permite mejorar las plantaciones de la zona", destacó Iván Rojas García, gerente general de EcoCarbón.  

La sostenibilidad en la producción de carbón vegetal en el Perú puede encontrarse en las cáscaras de frutos o desechos orgánicos. El sector carbonero debe evaluar si apuesta por estas nuevas formas de elaborar este combustible o si continúa con el comercio de un producto cuyo origen en el bosque tiene sospechas de provenir de la deforestación. 

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