Colegio Médico impulsa polémico código de ética que abre las puertas a la pseudociencia

El Colegio Médico del Perú ha propuesto un polémico proyecto de actualización del Código de Ética y Deontología Médica que abre peligrosamente las puertas al uso de la pseudociencia en la salud pública. Numerosos miembros del gremio critican las modificaciones que permitirían la aplicación de intervenciones que no cuentan con evidencia científica ni eficacia probada. Además, señalan la falta de transparencia en el proceso de elaboración de este documento y posibles conflictos de interés, en el contexto de las próximas elecciones para renovar la gestión directiva de la institución.

CONTROVERSIA. Colegio Médico impulsa cuestionadas modificaciones en el código de ética profesional, que ponen en riesgo la salud.

CONTROVERSIA. Colegio Médico impulsa cuestionadas modificaciones en el código de ética profesional, que ponen en riesgo la salud.

Imagen: Shutterstock

Actualización: 11 de octubre de 2021 - 01:10 p.m.

 

Delia* es una paciente con cirrosis hepática, una condición en la que el hígado se cicatriza y funciona de manera deficiente. A lo largo de la pandemia, ha tenido miedo de contagiarse por el virus y desarrollar una enfermedad grave, pues forma parte del grupo vulnerable.

En ese contexto, e influenciada por lo que escuchó en algunos medios que desinforman, decidió automedicarse con ivermectina —un antiparasitario al cual se le atribuyó, sin evidencia científica, propiedades contra el nuevo coronavirus—. A eso se sumó que tuvo acceso al producto a través de los kits para Covid-19 que el Ministerio de Salud (Minsa) estaba distribuyendo de manera gratuita. Entonces, no le quedó duda que era buena idea consumir este fármaco.

Sin embargo, el único resultado que consiguió fue complicar más su infección hepática. Con el hígado aún más dañado y una molestia latente llegó al consultorio de María Alessandra Nazario, médica ocupacional que atendió su caso y, en comunicación con OjoPúblico, se preguntó cuántos otros casos se habrán ocasionado por el consumo de medicamentos que no han sido probados contra la Covid-19. “Realmente las comunicaciones que existen en medios masivos deben ser muy cuidadosas y siempre deben estar basadas en evidencia. No se receta por recetar”, dijo.

Como este caso, muchos otros podrían ser amparados por un nuevo cambio propuesto en el Código de Ética y Deontología Médica del Colegio Médico del Perú (CMP). El documento, publicado el 15 de setiembre en su página web, propone que, en situaciones de emergencia como la actual pandemia de la Covid-19, los médicos puedan utilizar intervenciones cuya eficacia no está probada. 

Además, señala que, en condiciones regulares, los médicos deben basar sus recomendaciones en evidencia científica y en su “arte médico”, sin precisar a qué se refieren con este término. Como estas, hay otras propuestas de cambio que han sido cuestionadas por la comunidad científica, académicos y profesionales de la salud. 

Dejar palabras sueltas que puedan abrir la puerta a intervenciones dañinas va en contra de todo principio bioético”, dijo Angulo.

“Nosotros como médicos tenemos que usar intervenciones que no produzcan daño al paciente y que, más bien, le produzcan un beneficio. Entonces, dejar sueltas palabras así, que puedan abrir la puerta a intervenciones dañinas para los pacientes, va en contra de todo principio bioético”, afirmó Yolanda Angulo, médica cirujana con más de diez años de experiencia en el sector público y privado.

Este proyecto de actualización se da en un contexto en el cual decenas de profesionales han sido criticados por recomendar sustancias peligrosas para la salud, como el dióxido de cloro, y fármacos cuya eficacia contra la infección por Sars-cov-2 no fue probada, como la ivermectina. De hecho, Ciro Maguiña —vicedecano del CMP que formó parte del comité expertos del Minsa y fue responsable de la última revisión del documento, como presidente del Comité de Doctrina— es uno de los profesionales que recibieron dosis contra la Covid-19 de manera irregular y, también, ha sido cuestionado por su defensa de la ivermectina. 

El CMP señaló en su último pronunciamiento que este documento aún no ha sido aprobado y que la prepublicación está acompañada de un buzón de sugerencias en el que esperan recibir opiniones de los colegiados. La organización explicó que el proceso de actualización inició a mediados del año pasado, por una comisión conformada por los doctores Alfonso Mendoza y Alfredo Benavides. 

Ambos presentaron un documento de 262 páginas junto con una encuesta a 108 personalidades médicas, a quienes les pidieron su opinión sobre la reforma. Sin embargo, hasta la publicación de este artículo, no se conocía los nombres de las “personalidades médicas” consultadas, ni los criterios con los que fueron seleccionadas.

El anteproyecto, antes de ser prepublicado por el Comité de Doctrina y Legislación, pasó por la revisión del Comité de Ética del CMP. Este está liderado por Alfredo Celis López, médico que actualmente está postulando al vicedecanato con la agrupación Integridad Médica, y en el que también participa Virginia Alicia Garaycochea, profesional de la salud que es candidata a vicedecana, con la lista Compromiso Médico por el Perú, para las próximas elecciones de la institución. 

“Eso es absolutamente peligroso y un hervidero para una corrupción futura”, alertó el epidemiólogo Taype.

Por esas razones, numerosos miembros del gremio médico piden que se vicie el proceso. “Como colegiados, nos llega un documento en el que prácticamente no tuvimos participación, en el que tampoco se abrieron mecanismos para que hubiera participación, no sabemos cómo ha sido creado, ni nada”, dijo Angulo. Además, indican que habría un conflicto de interés al contar con la firma del vicedecano Ciro Maguiña. 

“Es un conflicto de interés grande, de quien está promoviendo este mismo código: el doctor Maguiña, porque este ha sido uno de los primeros en impulsar, exigir y presionar para que se receten este tipo de fármacos [sin eficacia comprobada], tanto en su rol en el Colegio Médico como en el comité de expertos [del Minsa] , donde tuvo que pasar varios meses para que recién retiren esos fármacos, luego de todo el daño que le han hecho a los pacientes y los gastos millonarios que le han causado al Estado”, afirmó el médico epidemiólogo Álvaro Taype. 

Incluso algunos sostienen que, teniendo en cuenta que la actual gestión del CMP está por terminar y se realizarán elecciones el próximo 28 de noviembre, lo adecuado sería que la próxima directiva se encargue de elaborar esas modificaciones y discutirlas con el gremio. “[La actualización del Código de Ética] tampoco debería corresponderle a ellos, [porque] es una gestión que está saliendo. Debería ser la gestión entrante”, opinó la médica ocupacional María Alessandra Nazario. 

 

Posibilidades abiertas para usar terapias no probadas 


Durante la pandemia de la Covid-19, con las normativas establecidas en Perú y en otras partes del mundo, existió la posibilidad de que los centros de salud receten ivermectina e hidroxicloroquina, aunque no se tenía evidencia sólida que respalde la utilidad de estos fármacos para la enfermedad. Incluso, el CMP tuvo una posición ambigua sobre la prescripción de ivermectina, cuando ya se sabía que no había pruebas científicas de su eficacia. 

Ahora, con la propuesta de modificación del Código de Ética hecha por el CMP no solo se deja abierta la posibilidad de que estás prácticas se repitan, sino que se justifiquen y se normalicen en el quehacer médico en contextos de emergencia. El artículo 52, en el que se propone esta modificación, forma parte de un capítulo completamente nuevo, que aborda cómo debe ser el accionar del personal de salud en las crisis sanitarias.

Fachada del Colegio Médico Perú

 

SIN EVIDENCIA. El anteproyecto de actualización del Código de Ética habilita el uso de intervenciones con eficacia no probada, en casos de emergencia.
Foto: Andina 

 

“En situaciones de emergencia como una pandemia, el médico podría recurrir a la aplicación de intervenciones cuya eficacia aún no han sido probadas, pero que por ciertos antecedentes se conoce de su seguridad y pudieran ser beneficientes para las personas afectadas, siempre y cuando se utilicen bajo estricta supervisión médica, previo consentimiento informado del paciente o su representante legal, y sujetándose a las normas éticas y legales vigentes”, se lee en el documento.

Los especialistas consultados por OjoPúblico coincidieron en que la medicina se debe basar en evidencia y que este artículo abre las posibilidades a utilizar intervenciones que pondrían en riesgo la salud de los pacientes. María Alessandra Nazario, médica ocupacional del Centro Médico Vesalio, advirtió que si se incluyen prácticas que no tienen una evidencia comprobada, no se puede asegurar a la población que no se le causará daño. “Muchos médicos, que tienen un criterio distinto al de una guía clínica, se van a basar en esto y se exculparán. El único perjudicado será el paciente”, dijo. 

Álvaro Taype, médico epidemiólogo e investigador en la Universidad San Ignacio de Loyola, añadió que de aprobarse este cambio tal como está redactado, sería posible que algunos médicos receten intervenciones sin evidencia y no puedan ser sancionados, porque estarían amparados por ese artículo. “Eso es absolutamente peligroso y un hervidero para una corrupción futura porque se pueden crear incentivos para que los médicos receten más un producto que otro”, aseguró a este medio. 

Al respecto, Nazario indicó que, en caso se apruebe ese artículo, se estaría justificando a profesionales de salud que fomentaron el uso de sustancias peligrosas, como el dióxido de cloro, y medicamentos sin evidencia para la Covid-19, como la ivermectina. “Es más estaría exculpando a quien lidera esta propuesta que es el vicedecano que está incluido también en el Vacunagate”, alertó.

 

El único perjudicado [de aprobarse el uso de intervenciones sin eficacia comprobada] será el paciente”, sostuvo Nazario.

 

Sin embargo, Alfredo Celis López, presidente del Comité de Ética Nacional y quien también participó en la revisión de la actualización del Código de Ética, aseguró que esas modificaciones no tienen la finalidad de eximir de responsabilidades a Ciro Maguiña ni a ningún otro profesional. “Lo que están diciendo es que esto se está haciendo para proteger o apañar a ciertas autoridades. Eso no es cierto porque ninguna norma es retroactiva”.

A pesar de eso, el especialista aceptó que la redacción actual de dicho artículo sí podría dejar abierta la posibilidad de usar de manera indiscriminada compuestos no probados y perjudiciales, como el dióxido de cloro. Y mencionó que, por ese motivo, aún están en el proceso de modificación y recibiendo comentarios de profesionales de la salud. “Totalmente de acuerdo. Podría ser [que se use para avalar recomendaciones como las del dióxido de cloro] dependiendo de cómo se interprete. Por eso, está puesto ahí [en la página web] para recibir todas estas sugerencias”, dijo a OjoPúblico.

El representante del CMP resaltó que ese artículo tiene una cláusula que funciona como llave, pues las intervenciones sin eficacia probada, pero con antecedentes de seguridad y beneficencia, solo podrán ser utilizadas bajo la supervisión de un médico y con el consentimiento informado del paciente. 

No obstante, los miembros del gremio consultados por este medio consideran que esos condicionamientos no serían de mucha utilidad, puesto que el término “antecendentes” es bastante amplio. “Eso es tan vago que cualquier cosa puede refugiarse allí: ozonoterapia, dióxido de cloro e ivermectina. Un sinnúmero de intervenciones que tienen posibles efectos adversos y todos tienen un negocio detrás”, remarcó Alvaro Taype.

Además, según Yolanda Angulo, el uso de intervenciones con eficacia no probada en contextos de emergencia, descrito en el artículo 52, se podría estar confundiendo con el uso compasivo, una práctica médica que sí existe. Pero que, según la especialista, en el país no se cuenta con las condiciones necesarias para su correcta aplicación. 

Esta modalidad consiste en brindar tratamientos experimentales a personas en condiciones muy específicas, como con enfermedades terminales, y requiere de un procedimiento en el que participa una junta médica y comités de ética hospitalarios. Sin embargo, en Perú —precisó Angulo— no hay comités de ética hospitalarios. Por eso, si se quiere implementar este tipo de terapias, será necesario conformar dichos comités en los centros de salud. 

La médica ocupacional María Alessandra Nazario mostró la misma preocupación. “Si haces algo que no tiene una eficacia comprobada, que no está estudiado, que no está en una guía, que no ha sido aprobado, que no responde a un proceso de investigación, pues estás experimentando en humanos”, remarcó. 

 

Foto: Andina

AMBIGUEDADES. La modificación propuesta en el artículo 13 del Código de Ética del CMP establece que el médico debe basarse en ciencia y guiarse en su "arte médico".
Captura: CMP

 

La posibilidad de que los salubristas puedan prescindir de la evidencia científica para guiar su trabajo no solo se plantea en el mencionado artículo, sino también en el artículo 13. Este indica que el médico debe ejercer la medicina guiado por bases científicas y su “arte médico”. 

Los profesionales de la salud consultados por OjoPúblico resaltaron la ambigüedad de este y otros términos que se mencionan a lo largo del documento, pues su definición se deja a la interpretación de cada médico. “Un código de ética y deontología no es un documento que sea pertinente para implementar estos cambios, se presta para mucho. Definitivamente, hay una redacción muy ambigua”, señaló Angulo.

En la misma línea, el médico e investigador Percy Mayta explicó que la modificación habilitaría a los médicos a actuar con criterios personales en lugar de guiarse por la evidencia existente. “Esto nos preocupa porque permitiría a los antivacunas y a los que usan dióxido de cloro poder justificarse en el ‘arte’ para no ser sancionados”, precisó.

Una comparación con el Código de Ética original —es decir, el que planean modificar— evidencia que la única diferencia en este artículo reside en que han añadido el término “arte médico”, que haría referencia, principalmente, a su experiencia en la profesión. Por lo que, la especialista en salud, María Alessandra Nazario, considera que es una disposición absolutamente grave, ya que la opinión de los expertos está en el último nivel de la medicina basada en evidencia (MBE).  

La MBE es un enfoque de la práctica médica centrado en la integración de la mejor evidencia disponible. Este consta de seis niveles agrupados en tres grandes grupos: el más bajo agrupa información que no fue probada en humanos o que no contó con un diseño metodológico en su recopilación (como las opiniones de expertos), el siguiente grupo abarca todo lo relacionado a la investigación primaria (incluye estudios observacionales y los clínicos controlados), y el último reúne la evidencia recogida en metanálisis (estudios en los que se revisan otros estudios).

La controversia sobre este tema también ha dividido las opiniones dentro del CMP. Edén Galán, secretario del interior del CMP, se mostró de acuerdo con estos cuestionamientos. “Coincido con algunas de las críticas que se han realizado con respecto a los temas vinculados a dejar en entredicho las llamadas pseudociencias o el uso de fármacos sin evidencia”, dijo a OjoPúblico

 

Foto: Andina

ORIGINAL. El Código de Ética vigente desde el 2007 no incluye el término "arte médico". 
Captura: CMP

 

El debate sobre la medicina integrativa

 

Otro de los artículos que ha llamado la atención es el que incluye la posibilidad de incorporar la medicina integrativa como parte de los tratamientos recomendados a los pacientes. “El médico debe oponerse y denunciar toda forma de comunicación falsa (charlatanería) en el campo de la salud. Esto no incluye a la medicina integrativa. No debe participar en la preparación y uso de medicamentos sin validación científica ni autorización del organismo regulador competente”, señala el artículo 13º. 

Dentro de la esfera médica siempre ha existido una controversia entre lo que se considera como medicina alternativa, complementaria e integrativa. La medicina alternativa comprende cualquier tratamiento no convencional que busca reemplazar métodos médicos que se fundamentan en la investigación científica. Por su parte, la medicina complementaria busca la articulación entre las terapias estándares y aquellas no convencionales aceptadas por tener alguna evidencia científica. Finalmente, la integrativa surgió con el fin de agrupar a métodos no convencionales que están basados en evidencia científica y diferenciarlos de los que no. 

Sin embargo, parte de la medicina alternativa que no cuenta con pruebas científicas ha usado ese nombre para comercializar sus procedimientos, explicaron los especialistas a este medio. “[La medicina integrativa] es como un paraguas bajo el cual se han escurrido varias terapias pseudocientíficas y una que otra que sí tiene algo de evidencia. Por ejemplo, incluye fitoterapia y acupuntura, de las que sí hay evidencia. Pero, también incluye terapias pseudocientíficas como homeopatía, flores de Bach y ozono terapéutico que no sirven para nada y ni siquiera tienen un respaldo fisiopatológico”, contó Alvaro Taype.  

 

Si haces algo que no tiene una eficacia comprobada y que no ha sido aprobado, estás experimentando en humanos” advirtió Nazario. 

 

Por esa razón, Yolanda Angulo, quien trabajó por tres años en EsSalud, critica que se haya incluido el término sin explicar o deslindar de manera adecuada a qué se refiere. “Que el CMP, en su código de ética, abra la puerta a la utilización indiscriminada de terapias no probadas bajo el uso incorrecto de un nombre como ‘medicina integrativa’ está mal”. La especialista María Alessandra Nazario también mostró su rechazó a la inclusión de la palabra “medicina integrativa” sin que esté acompañada de una definición clara, pues afirmó que “muchas personas lo van a tomar a conveniencia”.

Todos los miembros del gremio consultados por OjoPúblico coinciden en que la manera en que se ha integrado a esta modalidad de tratamiento deja abierta las puertas a qué se dé un uso irresponsable y se incluyan medicinas alternativas cuya eficacia no ha sido comprobada. Incluso Edén Galán, miembro de la directiva del CMP y quien tiene derecho a voto sobre la futura aprobación o desaprobación del documento, señaló estar en desacuerdo con esas ambigüedades. “Mi posición personal como directivo [es que], definitivamente, le encuentro muchas inconsistencias. En ese texto, hay errores de concepto que, de pronto, podrían transgredir los pilares de la ética médica”, dijo.

 

Falta de transparencia e intereses en conflicto

 

Si bien el documento fue publicado el 15 de setiembre, como informa la página web del Colegio Médico del Perú, la controversia salió a la luz los primeros días de octubre, cuando especialistas del gremio criticaron en redes sociales algunas de las modificaciones propuestas. Ante esta situación, el CMP emitió un pronunciamiento, el 2 de este mes, en el que explicaron que las modificaciones se vienen coordinando desde mediados del 2020.

La institución indicó que, por esas fechas, formaron una comisión que se encargó de la actualización del actual código. OjoPúblico confirmó que Alfredo Benavides y Alfonso Mendoza, médicos especialistas en bioética, fueron los responsables de la elaboración del documento. Este medio intentó contactarse con ambos. Sin embargo, Mendoza desistió de brindar declaraciones sobre el tema, argumentando que el CMP es quien, ahora, está a cargo del proceso; mientras que Benavides no contestó a nuestras reiteradas solicitudes de descargos. 

Ambos trabajaron durante cuatro meses en las modificaciones y presentaron una propuesta con 292 páginas en la que se incluyó la opinión de 108 personalidades médicas. Pero, hasta el momento, no han dado a conocer quiénes fueron los especialistas consultados ni cuáles fueron los criterios para seleccionarlos. “En el ámbito médico, que somos bastante exactos, no entendemos cuál es la definición de una personalidad médica, cuáles son los méritos, cuáles son los criterios por los que se escogió a estas 108 personas que ayudaron a validar [el documento]”, dijo Yolanda Angulo sobre la falta de transparencia.

 

Foto: Andina

BASES MÉDICAS. Profesionales de la salud coinciden en que su trabajo debe estar basado en la evidencia científica disponible. 
Foto: Andina

 

Después de esa etapa, el documento pasó por la revisión del Comité de Ética y Deontología, que está liderado por el ginecólogo Alfredo Celis López e integrado por siete médicos, entre ellos, la pediatra Virginia Garaycochea. El especialista explicó a OjoPúblico que el proceso de revisión le tomó a su comité tres meses e incluyeron sugerencias sobre los capítulos relacionados a la telemedicina y las crisis sanitarias. Aunque, aclaró, el artículo 52, relacionado al uso de intervenciones sin eficacia probada en contextos de emergencia, fue propuesto por la comisión inicial conformada por Benavides y Mendoza. 

El CMP informó que, después de esa revisión, el documento se trasladó al Comité de Doctrina y Legislación, que por normativa interna está a cargo del vicedecano de la institución, es decir, del médico Ciro Maguiña. Este comité dispuso que se prepublique el anteproyecto de actualización del Código de Ética y Deontología Médica en la página web y se abra un buzón de sugerencias en línea, para recibir opiniones de los colegas del gremio y de las instituciones relacionadas al campo de la medicina. Este portal de comentarios, indicaron, estará abierto por 30 días. 

“[El documento] pasó a doctrina, donde somos 11 personas y en base a la sugerencia de todos, se colgó en la red para que opinen. Las opiniones que tiene la academia van a ser evaluadas. Es un proceso que no ha concluido, incluso después que se revise [las sugerencias] en estas semanas y meses se va a un consejo nacional”, detalló Maguiña a OjoPúblico.

Actualmente, el proceso se encuentra en la recepción de comentarios por parte de los diferentes profesionales de la salud, hasta el 16 de octubre. Luego de eso, explicó Celis López, se revisarán las sugerencias, se discutirán y se decidirá qué cambios realizar. El especialista aseguró que no tienen un tiempo estimado sobre la duración de esta etapa, que es previa a someter a votación el documento final. 

Por su parte, Edén Galán precisó que la aprobación del documento requiere de la votación del Comité Ejecutivo Nacional, que cuenta con nueve directivos, y la del Consejo Nacional, que tiene 27 directivos. En total, son 36 representantes los que participarán en esa decisión. 

Aunque los miembros del CMP consultados por OjoPúblico sostuvieron que no tienen una fecha estimada, el médico Alvaro Taype indicó que esta estaría planteada para el mes de noviembre. “Resulta impactante que todo esto ya se vaya a dar y que recién nos enteramos, cuando lo único que falta es una votación final, que va a ser en los primeros días de noviembre”, dijo. 

 

Evaluaremos en el Colegio [Médico] la conveniencia de postergar la discusión y aprobación final para la próxima gestión”, dijo Celis López.

 

Otro aspecto que preocupa a los profesionales de salud es que no existe la certeza de que sus comentarios sean tomados en cuenta. “La verdad es que no tenemos una seguridad de que este código vaya a ser aprobado o no, tampoco tenemos una seguridad de que nuestros correos sirvan de algo”, afirmó María Alessandra Nazario. La profesional de la salud también manifestó su molestia, puesto que a más de ocho meses de conocerse las inoculaciones irregulares del Vacunagate, Maguiña y otros médicos beneficiados no han sido sancionados por el CMP. 

Sobre el tema, Éden Galán y Ciro Maguiña explicaron a OjoPúblico que aún no poseen información sobre el estado de la investigación. Alfredo Celis López mencionó que, como presidente del Comité de Ética Nacional, ha tenido acceso a información sobre el avance. Sin embargo, argumentó, no puede brindar comentarios sobre el tema, por respeto al debido proceso. Además, indicó que no hay un tiempo estimado sobre las resoluciones, ya que, luego de que el comité municipal dé su veredicto, el acusado puede apelar y, luego de eso, recién se elevará a su comité, en donde decidirán si están de acuerdo o no. 

“Son 115 médicos involucrados. Es una tremenda carga, por eso se hace un poco más lento y tiene que seguir el debido proceso. Eso va a sobrepasar la siguiente gestión (2022 - 2024) y, probablemente, la otra”, detalló.  Por su parte, Ciro Maguiña afirmó que él ya dio sus declaraciones sobre el caso. “Ya yo he declarado en el Comité Ético [sobre la investigación de la vacunación irregular], [eso] tiene que seguir su proceso y probablemente me absuelvan. Es lo más probable, porque yo ya di mis argumentos”, dijo. 

Debido a la falta de transparencia durante el proceso de modificación del Código de Ética y el posible conflicto de interés existente, los especialistas consultados por OjoPúblico destacaron que el gremio médico pide viciar este documento y dejar que las modificaciones se realicen en la próxima gestión, pues el periodo de la actual dirigencia culminará a inicios del 2022. 

Tanto Alfredo Celis López como Ciro Maguiña dejaron abierta esa posibilidad. “Nosotros evaluaremos en el Colegio la conveniencia de postergar la discusión y aprobación final para la próxima gestión. No nos cerramos a esto”, señaló el actual director del Comité de Ética Nacional. 

Por su parte, Maguiña resaltó que aún faltan las siguientes etapas en el proceso —revisión de los comentarios, modificación del documento, si lo consideran necesario, y la votación de su aprobación—  y que, para concluirlas, les tomará varios meses. “No creo que termine en nuestra gestión”, dijo. 

Edén Galán, secretario del interior del CMP y quien ha mostrado discrepancias con las modificaciones propuestas, también mencionó que varios directivos han planteado la suspensión de ese documento. “Nuestra gestión finaliza en enero del próximo año y consideramos [que es] muy poco tiempo para poder tener este debate”, aseveró.

 

Cambios en un contexto electoral

 

La votaciones para elegir la próxima directiva del CMP para el período 2022 al 2024 se realizarán el próximo 28 de noviembre y la nueva gestión asumirá el 9 de enero de 2022. Las cuatro organizaciones que están postulando se han pronunciado sobre este proceso, en los últimos días. 

La lista Compromiso Médico por el Perú ha rechazado las modificaciones planteadas por el CMP. “Manifestamos nuestra contundente oposición e invocamos a las organizaciones médicas a defender juntos la institucionalidad y el respeto a nuestra profesión”, señalaron en un comunicado. Esta agrupación tiene como candidato al decanato a Pedro Riega y al vicedecanato a Virginia Garaycochea, quien actualmente forma parte del Comité de Ética que estuvo a cargo de la revisión de las modificaciones propuestas para el código en cuestión. 

El postulante a decano, en comunicación con OjoPúblico, dijo que algunas de las modificaciones sí relativizan la necesidad de promover una medicina basada en la mejor evidencia disponible. “Aunque la evidencia puede ir variando, los médicos en su conjunto tenemos la responsabilidad de ir aplicando las mejores alternativas para nuestros pacientes “, dijo. Por lo que, reiteró que su equipo pide que este proceso se detenga, pues consideran que está viciado.

 

La votaciones para elegir la nueva directiva del CMP para el período 2022 - 2024 se realizarán el próximo 28 de noviembre”.

 

Por su parte, la lista Súmate, con Liliama Cabani como candidata a decana, ha indicado que estos cambios deberían realizarse en la siguiente gestión, tal como están pidiendo algunos salubristas. “Consideramos que cualquier modificación de las normativas institucionales y, más aún, del Código de Ética deben ser producto de un gran debate y consenso nacional de todos los médicos peruanos, [..], por tanto, deberían diferirse a nuevo periodo”, comunicaron en un pronunciamiento público

Cabani indicó a este medio que los cambios en el Código de Ética deben ser ampliamente discutidos, puesto que dicho documento rige el ejercicio de la profesión. “Creemos que el código debe ser muy claro y no dejar espacios que pudieran prestarse a interpretaciones individuales”, expresó. La médica señaló que la posición de su agrupación es que ese texto no se apruebe y quede en manos de la siguiente directiva.

Por su parte, Innovación y Transparencia Médica, con Elizabeth Rojas a la cabeza, emitió un pronunciamiento en el que señalan que estos cambios deben discutirse en el marco de un Congreso Médico Nacional y aprobarse en la próxima gestión. “Haciendo un análisis técnico y científico de esto, consideramos que, por el bien del acto  médico y por el bien de los pacientes, esto no debe hacerse con premura. Sí es necesario hacerlo, pero de manera científica y consensuada” , dijo la candidata a decana a OjoPúblico.

Finalmente, Integridad Médica, que está postulando con Raúl Urquizo al decanato, se ha mostrado de acuerdo con la iniciativa de modificación, pero piden que se amplíe la fecha para la consulta. “Invocamos a nuestras autoridades se sirva extender la fecha límite con el propósito de asegurar una mayor participación”, indicaron a través de su página oficial

Esta agrupación médica también está postulando al vicedecanato con Alfredo Celis López, actual director del Comité de Ética, quien en comunicación con OjoPúblico afirmó que en la directiva están evaluando ampliar el plazo de consultas por 15 o 30 días, tal como lo pide su partido. Por su parte, Urquizo dijo a este medio que ellos proponen, como las otras listas, que la aprobación del documento se deje para la próxima directiva. “Planteamos que se siga discutiendo, que opinen, pero que se apruebe en la siguiente gestión”, afirmó.

 

*El nombre de la paciente no fue revelado por secreto profesional.
 

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