
A fines de febrero, el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) informó que había recibido una solicitud de Telefónica del Perú para iniciar el procedimiento de concurso ordinario. En otras palabras, la compañía busca reestructurarse porque su situación financiera se ha vuelto tan insostenible que no tiene capacidad para pagar sus deudas.
El estado peruano es uno de los principales acreedores. La deuda tributaria de Telefónica del Perú asciende a S/3.200 millones, monto que se encuentra en litigio, según la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat). La compañía la judicializó cuando ya había sido confirmada por el Tribunal Fiscal.
Telefónica del Perú se ha negado, por más de dos décadas, a pagar el impuesto a la renta de 2000 y 2001. En ese contexto, OjoPúblico identificó que, entre 2015 y 2024, la filial de Perú le ha pagado más de S/1.000 millones (alrededor de USD 273 millones) a su matriz en España por uso de marca.
Al analizar los estados financieros auditados de Telefónica del Perú de los últimos 10 años, este medio detectó tres conceptos en los que la compañía gasta y que benefician a su empresa matriz y otras del grupo español.
Dentro de los gastos operativos de la empresa hay una categoría referida a gastos generales, de administración y ventas. El desagregado del mismo detalla que la compañía de telecomunicaciones paga honorarios de uso de marca y por transferencia de capacidad de gestión a Telefónica S.A., su matriz en España.
Entre 2015 y 2024, pagó más de S/1.153 millones por ambos conceptos. De acuerdo a los estados financieros, el pago por uso de marca equivale al 1,6% de los ingresos mensuales de Telefónica del Perú, excluyendo las operaciones con empresas relacionadas al grupo. Solo por este último ítem pagó S/1.086 millones.
Cesar Antunez Irgoin, economista especializado en Finanzas, considera que, para Telefónica del Perú, hubiera sido conveniente renegociar el porcentaje de ese pago o lanzar otra marca para reducirlo, sobre todo desde 2017, cuando sus ingresos empezaron a caer.
Uno de los motivos por los que Telefónica del Perú mantiene este gasto, agrega, podría estar relacionado a un menor pago de impuesto a la renta. “[Creo que es] una estrategia que ellos también tienen. Si yo paso mayor gasto, voy a pagar menor impuesto a la renta”, refiere.
Telefónica del Perú también reporta contratos por transferencia de capacidad de gestión. Es decir, le paga a su matriz por el knowhow, como se conoce en el lenguaje corporativo al conocimiento de la compañía sobre el manejo del negocio.
La Coordinadora Sindical de Telefónicos considera que los más de S/1.000 millones pagados por ambos conceptos son una 'cifra exorbitante'”.
En 2015, el pago era para Telefónica Internacional. Entre 2016 y 2021, fue para Telefónica Latinoamérica Holding y, de 2021 a 2024, se dirigió a Telefónica Hispanoamérica. En total, durante la última década, ha cancelado más de S/153,2 millones por este concepto.
Para Walter Diaz de la Vega Castillo, vocero de la Coordinadora Sindical de Telefónicos —que agrupa a cuatro sindicatos de trabajadores de Telefónica del Perú—, los más de S/1.000 millones pagados por ambos conceptos implican una “cifra exorbitante”, con la que se pudo “mejorar las redes [móviles y de fibra óptica] y la calidad del servicio”.
Entre los gastos que ha mantenido la empresa para sostener sus operaciones también figuran pagos por servicios obtenidos de otras empresas del grupo. Este concepto está especificado en los estados financieros como “transacciones con entidades relacionadas”.
En la última década, ha gastado más de S/6.152 millones en servicios, como ciberseguridad, enlaces de Internet y fibra óptica, conectividad y servicios de fibra, entre otros. Telefónica del Perú también ha realizado servicios de ciberseguridad y tráfico rural a sus relacionadas. Sin embargo, la retribución en el mismo periodo es significativamente menor: S/922 millones.
El más reciente análisis del desempeño financiero de las principales operadoras del país, publicado por el Organismo Supervisor de Inversión Privada en Telecomunicaciones (Osiptel), revela que, de enero a setiembre de 2024, la rentabilidad operativa del sector se situó en 23,2%, casi un punto porcentual más que lo registrado en el mismo periodo de 2023.
Sin embargo, esta mejora estuvo asociada a los niveles de rentabilidad que experimentaron Claro y Entel, “gracias a sus mayores ingresos y al control de sus gastos operativos”. Telefónica del Perú, en cambio, disminuyó su ebitda —el beneficio que obtiene una empresa antes de restar impuestos y otros gastos— a 9,5%, por la reducción de sus ingresos y el incremento de sus gastos operativos.
“¿Por qué ellos tienen costos más altos que Claro y Entel? Porque Telefónica terceriza todo. Ellos no hacen nada”, explica Felipe Reyes Vivanco, consultor en telecomunicaciones y representante del Colegio de Ingenieros del Perú.
Reyes Vivanco precisa que, aunque tercerizar operaciones es una práctica usual en el sector, el problema con Telefónica del Perú surge porque no hay mecanismos transparentes a la hora de elegir a estas empresas. “[Telefónica del Perú] no hace un concurso, [las empresas] que contrata son amigas del grupo. Es decir, [es manejada] por gente relacionada a los funcionarios de España. Hay una puerta giratoria”, sostiene.
Telefónica del Perú afirma que pagos por el uso de marca y por transferencia de capacidad de gestión le genera 'beneficios'".
A ello se suma la compra de materiales de mala calidad, que generan mayores costos, según Reyes Vivanco. “Cada vez se compran materiales más baratos con poca vida útil, [estos] generan averías, entonces tienen que cambiarse y volverse a comprar, incluso más barato de lo que salió. Es un círculo vicioso”.
OjoPúblico consultó a Telefónica del Perú por qué no buscó disminuir el pago de honorarios por uso de marca y transferencia de capacidad de gestión. La compañía contestó, por escrito, que se trata de operaciones habituales entre multinacionales, y que es una “buena práctica que genera beneficios para las empresas”, además de asegurar el “mejor talento disponible”.
Respecto a la diferencia entre los gastos e ingresos que obtiene con empresas relacionadas al grupo, señaló que se trata de información pública por “servicios reales y verificables”.
Telefónica del Perú en venta
La última semana de febrero, Telefónica S. A. presentó sus resultados financieros al cierre de 2024. Sus ingresos se incrementaron a 41.315 millones de euros, 1,6% más respecto al año anterior.
A pesar de eso, registró pérdidas netas por 49 millones de euros debido al deterioro de activos que superó los 2.000 millones de euros, sobre todo en América Latina, distribuidos de la siguiente manera: Argentina (1.274 millones), Chile (397 millones), Telefónica Tech de España (243 millones) y Perú (108 millones).
Frente a estos números, el presidente ejecutivo de la compañía española desde enero, Marc Murtra, dijo que sus mercados clave son España, Brasil, Alemania y Reino Unido. Así, una vez más, se reafirma la estrategia de la empresa—que data de 2019, como lo reportó BBC— de retirar sus inversiones en América Latina con excepción de Brasil.
Pese a que, el 3 de marzo, los directivos de Telefónica del Perú le aseguraron al Osiptel que el proceso concursal ordinario solicitado a Indecopi atiende a una “situación temporal de crisis de liquidez”, y que este proceso —de ser aprobado— le permitirá continuar con sus inversiones en infraestructura y expansión de redes, las acciones desde su casa matriz brindan otro mensaje.

Objetivo. Este año, Marc Murtra, el nuevo presidente de ejecutivo de Telefónica, reafirmó que los mercados clave para sus operaciones son España, Brasil, Alemania y Reino Unido.
Foto: Telefónica
Solo tres días después de la reunión entre los directivos de Telefónica con funcionarios del Osiptel, El Confidencial informó que la matriz española había contratado a la compañía de asesoría financiera Rothschild para que le ayude a vender su filial en Lima.
“El mandato de Rothschild es negociar una solución pactada con los acreedores y, al mismo tiempo, encontrar un comprador que se quede con esta subsidiaria. Un comprador que podrían (SIC) ser los mismos fondos de pensiones y de inversión, la mayoría de ellos estadounidenses, si el acuerdo final consiste en un canje de deuda por capital”, reportó el medio español.
Horas más tarde, a través de un hecho de importancia, Telefónica del Perú confirmó esta información. “Nuestro accionista de control ha puesto en nuestro conocimiento que cuenta con el asesoramiento de Rothschild & Co para valorar distintas alternativas para su activo en Perú”, señala el documento.
Este 2025, la matriz española ha logrado concretar la venta de Telefónica Argentina por 1.189 millones de euros al Grupo Telecom. El gobierno argentino está analizando que la operación no configure un monopolio. En Colombia, la situación es similar. En julio de 2024, se anunció la venta de esta filial al Grupo Millicom por casi 400 millones de euros y, este año, Telefónica ha solicitado al regulador que analice la transacción.
El camino hacia la reestructuración
Telefónica del Perú ha registrado pérdidas por ocho años consecutivos. En 2024, sufrió la caída más profunda: S/3.391 millones. Sus ingresos también bajaron en la última década. Pasaron de S/9.572 millones, en 2015, a S/6.020 millones, al cierre de 2024.
En esa línea, la compañía ha ido perdiendo su participación en el mercado, de acuerdo al Osiptel. Respecto al servicio móvil, su presencia cayó de 52,1%, en 2015, a 26,6% al cierre del año pasado. En ese periodo, fue la empresa que más líneas móviles perdió: 2,7 millones de portaciones numéricas. Sobre el Internet fijo, su presencia pasó de 80,8% a 33%.
Al declive de sus operaciones se suma las deudas que mantiene. Ante Sunat, el monto asciende a S/2.337 millones. Por la emisión internacional de bonos pendientes de pago son S/1.724 millones, y por la emisión local de bonos corporativos pendientes de pago son S/576 millones, según reportó la empresa al Osiptel.
Además, mantiene deudas con Telefónica Hispanoamérica S. A., empresa del grupo español que integra a las filiales de Latinoamérica. La primera es por préstamos de S/2.300 millones, de 2024 —según Fitch Rating más del 90% de este monto fue capitalizado—, mientras que este año le prestó S/1.500 millones.
Así, el 14 de febrero pasado, Telefónica del Perú anunció que su directorio había decidido solicitar ante el Indecopi acogerse al procedimiento concursal ordinario, “después de evaluar diferentes alternativas disponibles para asegurar la estabilidad financiera” de la compañía.
Este mecanismo le permitirá reestructurar o liquidar la compañía en un ambiente donde se proteja su patrimonio. Es decir, de aprobarse, la autorizará a congelar el pago de sus deudas, incluidas las que tiene con el Estado peruano.
En los días siguientes a la presentación de la solicitud ante el Indecopi, tres clasificadoras de riesgo le bajaron la nota crediticia a filial peruana: Moody’s Local, Apoyo & Asociados y Fitch Ratings. Estas refirieron que, entre los motivos principales para tomar esa decisión, se encuentra la solicitud de procedimiento concursal ordinario (PCO) y la manifiesta imposibilidad de Telefónica del Perú para hacer frente al vencimiento de un pago por S/629 millones respecto a un bono internacional.
Desde la perspectiva de Moody’s Local, Telefónica del Perú “no es un activo estratégico” para su matriz en España, por lo que hay incertidumbre respecto a cómo afrontará los próximos vencimientos de deudas.
Leny Calderón Arévalo, secretaria técnica de la Comisión de Procedimientos Concursales del Indecopi, explicó en el Congreso que el objetivo de este proceso es que las empresas viables tengan una “segunda oportunidad” para continuar operando a través de la reestructuración.
Aunque también está el escenario en que no pueda seguir en el mercado, el procedimiento le permitirá salir a través de la liquidación. Es decir, de la venta de su patrimonio. “La continuación o no de las empresas en el mercado depende, exclusivamente, de la junta de acreedores de las empresas deudoras”, precisó la funcionaria.
Si bien los acreedores también pueden solicitar el proceso concursal ordinario, Telefónica del Perú —como deudor— dio el primer paso. Para que su pedido sea aprobado, debe estar en alguno de estos dos escenarios: que más de un tercio de sus obligaciones se encuentren vencidas por un período mayor a 30 días, o que tenga pérdidas acumuladas superiores al tercio del capital social pagado.
Por su parte, el Indecopi tiene 90 días hábiles para evaluar y confirmar que la empresa encaja en alguno de los dos supuestos. Para ello, Telefónica del Perú debe haber enviado una serie de documentos: planilla, estados financieros, estados contables, relación detallada de sus deudas y de sus bienes muebles e inmuebles, entre otros, según la normativa vigente.
De acuerdo a fuentes del sector, el Indecopi está en capacidad de responder a la solicitud entre mayo y junio. Dos factores deberían influir en priorizar la solicitud: se trata de una empresa que brinda un servicio público y la dilación impactaría, de forma negativa, tanto en la compañía como en sus acreedores.
Cuando Indecopi tenga una decisión, deberá publicarla en el Boletín Concursal. Si se declara la situación de concurso —el escenario más probable—, surtirá tres efectos: los acreedores tendrán hasta 30 días hábiles para acreditar las deudas ante la entidad, se protegerá el patrimonio del deudor de cualquier embargo, proceso judicial, coactivo, arbitral, y se suspenderán las obligaciones de pago generadas hasta esa fecha.
Descenso. Aunque Telefónica del Perú (Movistar) podrá seguir brindando sus servicios durante el proceso concursal, las cifras indican que sigue perdiendo participación en el mercado.
Foto: OjoPúblico / Jackeline Cárdenas I.
El Indecopi deberá determinar si existe la deuda presentada por cada acreedor y emitirá resoluciones con esa información. Todo ello permitirá la instalación de una junta de acreedores, quienes —luego de elegir a sus autoridades— decidirán el destino de la empresa: reestructurarla (continuar operando mientras ajusta sus finanzas para pagar sus deudas) o liquidarla (distribución del patrimonio entre los acreedores).
En los días previos a que se conozca las intenciones de Telefónica de vender su filial peruana, Rafael Muente Schwarz, presidente del directorio del Osiptel, señaló en la comisión de Defensa del Consumidor del Legislativo que, “por lógica, Telefónica perdería más en un escenario de liquidación, (...) antes de eso seguramente venderían a un precio que le resulte razonable”, auguró.
Para los trabajadores de la Coordinadora Sindical de Telefónicos, el escenario más favorable es que la empresa continúe sus operaciones en el país bajo una administración diferente, porque la actual es la que la llevó a la crisis.
“No puede ser que una empresa como Telefónica, que estuvo en monopolio más de 10 años, [ahora] diga que está en situación de insolvencia. Como sindicato, consideramos que la administración debe ser materia de debate nacional, y que tenga una nueva administración, que vele por un mejor servicio al cliente y que, quizás, sea mixta [con participación del privado y del Estado]”, refirió Díaz de la Vega.