CONTAMINADO. El río Santa está contaminado con arsénico, hierro, manganeso y aluminio, según análisis de laboratorio. Esto hace que su agua no sea apta para el consumo humano directo.

La herida invisible de Áncash: más de 400 personas tienen metales nocivos por encima del límite

La herida invisible de Áncash: más de 400 personas tienen metales nocivos por encima del límite

CONTAMINADO. El río Santa está contaminado con arsénico, hierro, manganeso y aluminio, según análisis de laboratorio. Esto hace que su agua no sea apta para el consumo humano directo.

Foto: Dirección Regional de Energía y Minas de Áncash

Al menos 469 personas de Áncash presentan metales pesados en sangre por encima del límite máximo permitido, según monitoreos realizados por las autoridades a las que OjoPúblico tuvo acceso. Solo en Huarmey, una de las provincias más afectadas, casi dos centenares de habitantes presentan altos niveles de arsénico. A más de un año de la detección de los primeros casos, las autoridades no han dado una respuesta a la emergencia por esta contaminación. Cientos de familias de Chimbote dependen del río Santa para beber y cocinar aunque está contaminado con el peligroso arsénico.

19 Enero, 2025

César Ojeda Quiroz tiene 61 años y ocho nietos. Al igual que su familia, vive en el modesto barrio 9 de Octubre, en el distrito y provincia de Huarmey, en Áncash, en la costa norte de Perú. De un momento a otro, los días tranquilos viendo crecer a su familia terminaron. Su vida está invadida por preocupaciones y madrugadas de insomnio: todos sus nietos están contaminados con arsénico, un elemento nocivo para la salud.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que la exposición prolongada a este metaloide, en especial, a través del consumo de agua contaminada, puede causar varios tipos de cáncer y está asociada a enfermedades cardiovasculares y diabetes. “En las noches me despierto, pienso en mis niños: qué futuro van a tener, qué va a ser más adelante de ellos. Gracias a Dios, todavía tengo vida para buscar al responsable y que les den un tratamiento”, dice Ojeda Quiroz, con voz entrecortada.

Que las personas estén expuestas a metales pesados es un problema de salud pública. Ello se debe a su potencial toxicidad y a la amplia variedad de fuentes de contaminación naturales y antrópicas. Entre ellas, la actividad minera. 

En Áncash hay 46 zonas de riesgo por exposición a metales pesados debido a su cercanía a áreas mineras".

Áncash tiene 46 zonas de riesgo por exposición a metales pesados por su cercanía a áreas donde se realizan actividades mineras formales e informales, de acuerdo a un informe de la Dirección Regional de Salud, de diciembre de 2023. Estas se distribuyen en 37 distritos de casi todas las provincias de la región. 

Las pruebas de monitoreo a un grupo de personas que habitan en estas zonas han detectado que 469 —entre niños y adultos de 21 distritos— tienen metales pesados por encima de los límites recomendados. Así lo menciona un informe de la Dirección Regional de Salud, de noviembre del 2024 al que OjoPúblico tuvo acceso. El documento recoge resultados de análisis realizados entre 2019 y 2024; y destaca como los elementos más nocivos la presencia de arsénico, mercurio, plomo y cadmio. Entre los afectados están los ocho nietos de César Ojeda Quiroz.

 

El drama de Huarmey

Ubicada al norte de la capital de Perú, Huarmey es una ciudad con playas de aguas azules y frías, que atraen a los turistas. También es la que concentra la mayor cantidad de población de Áncash con metales pesados por encima de los niveles permitidos.

La tranquilidad de Huarmey se vio alterada en octubre de 2023, cuando las autoridades sanitarias revelaron que 29 personas —la mayoría niños— tenían arsénico en concentraciones dañinas para la salud. 

Más de un año y algunos tamizajes después, se ha determinado que son 198 las personas con arsénico en Huarmey. Todas de dos barrios: 9 de Octubre y Puerto Huarmey. Según los resultados, por cada 100 tamizados, en promedio, 82 dan positivo al metaloide. 

Juan Navarro Inga, presidente del Frente de Defensa y Desarrollo del Patrimonio de la Provincia de Huarmey, cuestionó que, pese a la evidencia, las autoridades de salud solo hayan tamizado a la población de dos barrios. “¿Por qué no nos hacen los tamizajes a nosotros [la población del casco urbano de Huarmey], seguro también estamos contaminados”, dice.

Análisis detectaron afectados con hasta nueve veces más arsénico en sangre que lo establecido en los límites máximos". 

Víctor Ávila Acuña, director de la Red de Salud Pacífico Sur, instancia de la Dirección Regional de Salud de Áncash para Huarmey, explica que tienen limitaciones. “No hay presupuesto para dosar a toda la cantidad que quisiéramos. Además, como Censopas [el Centro Nacional de Salud Ocupacional y Protección del Ambiente para la Salud] es el único laboratorio que hace la lectura de las muestras a nivel nacional, vende estos kits de manera racionalizada”, dijo.

El límite máximo de arsénico para personas no expuestas ocupacionalmente debe ser menor a 20 ug/g creatinina. Datos de la Red de Salud Pacífico Sur sobre los 198 positivos para el metaloide revelan que, entre ellos, existe un niño de seis años con 44,3 ug/g creatinina. Es decir, más del doble de lo permitido. Además, una mujer de 62 años reportó 123,13 y otra de 50 años, 187,36: seis y nueve veces de los máximos, respectivamente. 

OjoPúblico accedió, asimismo, a los resultados de un análisis realizado a un menor de un año: presentó 135,05, casi siete veces más que el límite considerado perjudicial. A pesar de eso, Ávila Acuña asegura que no tiene referencias de algún paciente con sintomatología grave. “En su mayoría son asintomáticos. Y, si tienen algún tipo de sintomatología, es por una enfermedad agregada, no por la exposición al arsénico”, afirmó.

Los testimonios de la población describen una realidad distinta. En agosto del año pasado, durante una reunión de la Plataforma Regional de Áncash zona costa de Afectados por Metales Pesados con otros colectivos de la sociedad civil, Estela Rojas Bruno contó que estaban ansiosos por conocer la fuente de contaminación pues tenían niños “muy delicados” de salud. Uno de ellos —agregó la presidenta de la plataforma— había sido derivado a Barranca, a unas dos horas de allí, porque “su caso ha sido crítico”.

Barrio 9 de octubre_OjoPúblico_Magali Estrada

AFECTADOS. La mayoría de la población que presenta valores altos de arsénico en la sangre vive en 9 de Octubre, en la provincia de Huarmey.
Foto: OjoPúblico / Magali Estrada

 

Reunión plataforma Huarmey_OjoPúblico_Magali Estrada

TESTIMONIOS. En una reunión de la Plataforma de Afectados por Metales Pesados en Huarmey, varias personas contaron la situación que atraviesan sus hijos o nietos, quienes tienen arsénico.
Foto: OjoPúblico / Magali Estrada

 

En ese mismo encuentro, Marco León Mendoza, padre de cuatro niños, señaló que tres tenían arsénico por encima del nivel permitido. “Mi cuarta hija, de 14 años, no sé si estará [con arsénico] porque no le han sacado la muestra. Mis dos hijos menores sufren de migraña. Mi segundo hijo tiene problemas de aprendizaje. Ha ido empeorando su caso, solo duerme de tres a cuatro horas. Estoy muy preocupado”, contó.

Raúl Loayza Muro, director del Laboratorio de Ecotoxicología de la Universidad Cayetano Heredia, explica que todas las personas están expuestas a metales pesados porque estos se encuentran en el ambiente. Sin embargo, las consecuencias para la salud varían según la concentración y el tiempo de exposición, señala. 

La situación de Huarmey es alarmante. “Los niveles encontrados en algunos niños son extraordinariamente altos”, dijo el experto. Según explicó, los efectos de los metaloides podrían manifestarse en cualquier momento. “No sabemos sobre qué aspectos de la salud, habría que estar muy atentos”, agregó. 

En opinión de Loayza Muro, los afectados deberían ser incorporados en un programa de descontaminación antes de que el arsénico comience a manifestarse en síntomas y enfermedades. “Sobre todo en los niños”, remarcó.

OjoPúblico envió un cuestionario al Ministerio de Salud (Minsa) para indagar sobre las acciones que ha desplegado para atender a estas personas. Sin embargo, hasta el cierre de este informe, no hubo respuesta.

 

La fuente de contaminación

Del miedo y desconcierto inicial, la población de Huarmey pasó a organizar reuniones y mesas de diálogo con las autoridades. A pesar de esos esfuerzos, a poco más de un año, todavía no se ha determinado cuál es la fuente de contaminación. “Las autoridades no hacen nada. Ahora todo está en silencio, como si esos niños no estuvieran contaminados. No hacen nada para encontrar el foco”, dice César Ojeda Quiroz.

La comunidad de Puerto Huarmey está “ubicada en la proximidad a la zona de la actividad minera de Antamina, donde desemboca en el mar (puerto)”, se lee en un informe de la Dirección Regional de Salud de Áncash, de diciembre de 2023, el primero que se emitió tras conocerse los casos de afectados por arsénico. 

En efecto, Punta Lobitos es el puerto de embarque al extranjero de la producción minera de Antamina, empresa que tiene como accionistas a BHP Billiton (33,75%), Glencore (33,75%), Teck (22,5%) y Mitsubishi (10%). 

“Antamina no tiene ninguna atribución en este tema, dado que el transporte de concentrado desde la mina a Huarmey se realiza mediante un concentraducto subterráneo herméticamente cerrado, sin exposición al medio ambiente y sin interactuar con el valle de Huarmey”, dijo la minera al ser consultada por OjoPúblico.

Tras la detección de afectados por metales pesados, el OEFA hizo cuatro supervisiones al puerto de Antamina".

La empresa, añadieron, hace un monitoreo constante a la calidad del agua y del aire en el puerto Punta Lobitos. Los resultados de esos análisis —incluyendo los de arsénico— no han mostrado “ninguna excedencia en los años de operación” de Antamina, según indicaron.

En el último año, tras la detección de afectados por metales pesados, el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) realizó supervisiones a ese puerto de Antamina, explicaron fuentes del sector a este medio. 

Al indagar por ese tema, Antamina confirmó que fueron cuatro inspecciones. Las mismas fueron para verificar la calidad de agua, suelo, aire, sedimentos y organismos marinos. Dijeron, también, que Antamina había elaborado contramuestras y que los resultados de estas mostraban valores “por debajo de los estándares” aplicables para el arsénico. No dieron detalles sobre los resultados de los análisis del OEFA. Aunque OjoPúblico envió un cuestionario al organismo, tampoco respondió. 

Para Elías Varas Meléndez, congresista de Áncash que ha monitoreado el caso, la demora en identificar la fuente de contaminación no es casual. “Los encargados de fiscalizar y verificar si existe algún daño al ambiente y a la población son los entes del Ejecutivo (...) ¿Hay algún tipo de interés para que no se sepa? Probablemente, porque la presunción de los pobladores de Huarmey es que esta contaminación ha sido generada por Antamina”, dijo el también médico. 

El legislador aseguró que, aunque ha notificado al Ejecutivo sobre la contaminación por la actividad minera en el ámbito nacional, no ha tenido respuesta. “No hay convocatoria de mesas de trabajo con los afectados por parte del Ejecutivo, no hay mitigación de riesgos de pasivos [instalaciones, efluentes y residuos producidos por operaciones mineras]”, cuestionó.

En Perú, las principales fuentes de contaminación por metales pesados detectadas por la Defensoría del Pueblo son los pasivos ambientales y las unidades mineras en funcionamiento, según un informe de diciembre de 2021.

Beatriz Cortez Sánchez, coordinadora de la Mesa Técnica de Salud Ambiental y Humana —instancia integrada por varias instituciones de defensa de derechos humanos— está preocupada por los retrasos en la detección de la fuente de contaminación. “Sentimos que hay presión para que no salga [cuál es] el origen”, contó.

Un aspecto que dificulta el trabajo, según Cortez Sánchez, es que la tarea no recae en una sola institución. “Está a cargo de distintas instancias en distintos ministerios. Y, sumado a eso, hay falta de coordinación y liderazgo”, dijo. 

Las autoridades de Áncash abordarán el tema en una reunión programada para el 17 de febrero. Ahí se espera que la Autoridad Nacional del Agua (ANA) presente los resultados de estudios sobre la contaminación en el agua y que el OEFA haga lo mismo en temas vinculados a la actividad minera. Para esa fecha está previsto, también, que las autoridades sanitarias presenten los resultados de los últimos 162 dosajes realizados en Huarmey.

 

El principal río de Áncash está contaminado

A tres horas y media de Huarmey, transitando por la Panamericana Norte, un caudaloso río surca la carretera. El río Santa, el principal de Áncash, irriga con sus aguas a decenas de miles de hectáreas de cultivos de los valles de la costa de la provincia del Santa. Además, sirve para el riego de la producción agrícola del Proyecto Especial Chavimochic, en la provincia de Virú, región La Libertad.

Estas aguas, que provienen de la sierra ancashina, también se emplean para producir el agua potable que abastece a la población de Trujillo, en La Libertad, y a la de Nuevo Chimbote, en Áncash. Quienes no tienen acceso a esa red —más de 64 caseríos de la zona rural de Chimbote— usan el agua del río para preparar sus alimentos, beber y asearse sin ningún tratamiento previo.

El 6 de agosto del año pasado, aguas de color amarillo y anaranjado empezaron a ingresar al río Santa a través de un afluente que discurre desde las zonas de actividad minera del distrito de Pampas, en la provincia de Pallasca. La escena alarmó a la población. Esa misma noche, las bocatomas que alimentan a las costas de Áncash y La Libertad se cerraron.

Minería en Pampas_Defensoría del Pueblo

BOCAMINA. Las autoridades inspeccionaron una bocamina del distrito de Pampas, en la provincia de Pallasca, donde se indicó que discurrieron aguas contaminadas hasta llegar al río Santa.
Foto: Defensoría del Pueblo

 

Casi una semana después, la ANA confirmó, a través de la Autoridad Administrativa del Agua Huarmey-Chicama, que las aguas del río Santa no eran aptas para el consumo humano directo: presentaban valores de arsénico, hierro, manganeso y aluminio por encima de los máximos permitidos. 

Desde entonces, la Autoridad Local del Agua, el Proyecto Especial Chinecas, la Defensoría del Pueblo, la Fiscalía en Materia Ambiental del Santa, las juntas de riego y otras autoridades locales acordaron reabrir las bocatomas para el uso de las aguas del río Santa, pero solo para la agricultura. También acordaron que la población rural que dependía del río para el consumo sería abastecida con agua potable mediante camiones cisterna. 

La medida duró, apenas, unas cuantas semanas: primero apoyó la empresa productora de agua potable Sedachimbote. Pero, luego, como no era su competencia, dejó la tarea a la Municipalidad Provincial del Santa. Con logística insuficiente de parte del gobierno local, la población volvió a tomar agua contaminada.

Pese a la gravedad del problema, al Gobierno Regional de Áncash le tomó tres meses instalar una mesa técnica. En la primera reunión, a fines de octubre, aseguraron que insistirían en el pedido para que el Ejecutivo declarase al río Santa en emergencia, aunque el Ministerio del Ambiente había descartado esa posibilidad.

En el río Santa detectaron valores de arsénico, hierro, manganeso y aluminio por encima de los máximos permitidos". 

Las autoridades del gobierno regional también se comprometieron a solicitar tamizajes para la población que se abastece del río y atención sanitaria para los afectados. Ninguna de esas tareas se ha ejecutado, dice Roslin Villanueva Ramírez. La coordinadora de la Defensoría del Pueblo de Chimbote cuenta que las autoridades nacionales están ausentes en el proceso de atención, a pesar de que se necesita la participación de los ministerios de Energía y Minas, Salud, y Ambiente, entre otros sectores.

Entre las tareas pendientes, explica, están los análisis a la población rural que consume agua del río Santa. Las municipalidades también deben identificar nuevas fuentes de agua seguras y elaborar los expedientes para ejecutar obras de tratamiento del recurso. “[Pero] en las dos últimas reuniones [tampoco] participaron todos [los alcaldes]”, dijo Villanueva Ramírez.

La contaminación no empezó el año pasado. Según la ANA data de hace más de una década: en octubre de 2012, durante una reunión en la que participaron autoridades regionales, la entidad informó que uno de sus monitoreos había identificado 46 fuentes de contaminación en el río Santa. 

La mayoría de ellas, precisó, por “presencia de metales pesados, producto de 1.500 pasivos ambientales, desechos industriales, productos químicos”, entre otros. En ese contexto, se conformó una comisión multisectorial y se acordó poner en marcha un proyecto para la recuperación de la calidad de las aguas. 

Población rural Áncash_OjoPúblico_Magali Estrada

SIN SALIDA. Ante la falta de abastecimiento de agua potable, la población rural de Chimbote depende del río Santa, aunque está contaminada con metales pesados.
Foto: OjoPúblico / Magali Estrada

 

Dos años después, un nuevo monitoreo ratificó que el río presentaba niveles de metales pesados por encima de los estándares de calidad ambiental, desde su naciente hasta su desembocadura. Los mismos, detalló el nuevo estudio, se habían incrementado “debido a la presencia de pasivos mineros”. Más de 12 años después, no hay resultados de las acciones anunciadas.

En diciembre pasado, Delia Paredes, funcionaria de la ANA, le contó a un grupo de congresistas sobre la contaminación del río y sus afluentes con antimonio, arsénico, hierro, manganeso y plomo. Una de las causas, según explicó en esa sesión de la Comisión de Pueblos Andinos, es la minería ilegal.

Linder Mauricio Diestra, presidente de la Junta de Usuarios de Riego Irchim, ha participado en todas las reuniones sobre la contaminación del río Santa. “Es lamentable la pasividad de las autoridades”, dijo. La junta que dirige tiene planeado hacer un nuevo análisis, pues en las últimas semanas se han registrado cambios significativos en el caudal por la temporada de lluvias: varió de 100 a más de 1.000 metros cúbicos por segundo. 

Esperan que eso, aunque sea momentáneo, haya reducido la concentración de metales pesados en el agua.

 

“Envenenamiento masivo”

En Perú, más de 10 millones de personas —31,15% de la población— están expuestas a diario a riesgos de contaminación por metales pesados, metaloides y otros tóxicos, según un informe del relator especial para los derechos humanos al agua potable y saneamiento de las Naciones Unidas, Pedro Arrojo Agudo, elaborado en 2023.

El documento advierte que la contaminación proviene de explotaciones mineras legales e ilegales activas, así como de frecuentes vertidos petroleros. A eso se suma, la existencia de 7.668 pasivos ambientales mineros y 3.231 pasivos del sector hidrocarburos.

“Estamos ante un proceso de envenenamiento masivo, que conduce a violaciones flagrantes y a gran escala de los derechos humanos de, al menos, un tercio de la población peruana”, se lee en el documento.

Más de 10 millones de peruanos están expuestas a riesgos de contaminación por metales pesados, metaloides y otros tóxicos".

Por eso, el informe recomendó al Estado peruano transitar del enfoque de gestión del agua como un simple recurso productivo, a un enfoque ecosistémico y de derechos humanos, que permita garantizar la sostenibilidad, “entendiendo el agua como un bien común y no como una mercancía”.  El relator también indicó que las autoridades peruanas debían implementar mecanismos de reparación para los afectados.

Raúl Loayza Muro, biólogo y director del Laboratorio de Ecotoxicología de la Universidad Cayetano Heredia, considera que la cifra de personas expuestas puede ser incluso mayor. Aunque el país no ha experimentado una intoxicación masiva, advierte que no hay que esperar a que la población muestre síntomas críticos, para priorizar su atención. 

 

Registro nacional de afectados

Desde mayo de 2021, Perú cuenta con una Ley para fortalecer la prevención, mitigación y atención de la salud afectada por la contaminación con metales pesados y otras sustancias químicas. Entre otras cosas, la norma dispuso que el Minsa cree el Registro Nacional de Personas Afectadas.

Su reglamento debió estar listo en 90 días, pero se publicó casi dos años después, en mayo de 2023. Este contiene disposiciones para prevenir la exposición a metales pesados y dar atención integral a los perjudicados.

Respecto al registro nacional de afectados, el reglamento ordenó que el Minsa lo implementara en 90 días. Es decir, para agosto de 2023. “Hasta la fecha no está funcionando, está en preparación”, contó Beatriz Cortez Sánchez, de la Mesa Técnica de Salud Ambiental y Humana.

Reunión de autoridades_Gobierno Regional de Áncash

DEMORA. Al Gobierno Regional de Áncash le tomó tres meses instalar una mesa de trabajo para abordar la contaminación del río Santa.
Foto: Gobierno Regional de Áncash

 

Al 2 de noviembre pasado, en Perú se había identificado a 10.986 personas con riesgo a exposición por metales pesados y metaloides, según información del Minsa obtenida por OjoPúblico mediante la Ley de Transparencia. Los afectados pertenecen a 19 regiones distintas. Entre ellas sobresalen Ayacucho (2.273 casos), Piura (1.539) y Huancavelica (1.298). Para Áncash, los registros consignaban 289 casos.

Aunque este medio solicitó el registro nacional de afectados y la cantidad de personas dosadas que presentaron metales pesados por encima del máximo permitido, el Minsa señaló que no contaba con esa información.

“Es triste ver a niños así [con arsénico]. Lo que más duele es que, como población, no tenemos cómo atender esta situación crítica”, se lamenta Juan Navarro Inga, presidente del Frente de Defensa y Desarrollo del Patrimonio de la Provincia de Huarmey.

 

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