RÉGIMEN. Alberto Fujimori lideró un proyecto autoritario que significó el control de las instituciones y las Fuerzas Armadas.

Alberto Fujimori: el expresidente que convirtió su apellido en una ideología autoritaria falleció a los 86 años

Alberto Fujimori: el expresidente que convirtió su apellido en una ideología autoritaria falleció a los 86 años

RÉGIMEN. Alberto Fujimori lideró un proyecto autoritario que significó el control de las instituciones y las Fuerzas Armadas.

Foto: OjoPúblico / Aldair Mejía

Este 11 de setiembre falleció el exmandatario Alberto Fujimori Fujimori, condenado por graves violaciones de derechos humanos y corrupción, indultado irregularmente y excarcelado hace casi 10 meses por el gobierno de Dina Boluarte en desacato a un fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. En este perfil, OjoPúblico rescata los principales hitos de la vida de un político que marcó al Perú con un régimen autoritario basado en el sometimiento de las instituciones públicas y las Fuerzas Armadas.

11 Septiembre, 2024

Investigación y texto: Mayra Castillo Vásquez

 

El hombre que se resistió a abandonar el poder y convirtió su apellido en una ideología autoritaria, Alberto Fujimori Fujimori murió hoy a los 86 años, mientras permanecía en la casa de su hija, exprimera dama y excandidata presidencial, Keiko Fujimori Higuchi. 

El expresidente, quien había sido diagnosticado con cáncer, permanecerá en la historia de la política peruana como un símbolo: el de un mandatario autoritario que, tras cometer graves violaciones a los derechos humanos y actos de corrupción, ser condenado, encarcelado e indultado irregularmente, pasó sus últimos días en libertad, gracias a una disposición del gobierno de Dina Boluarte que desacató un fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

OjoPúblico hace un repaso de los principales hitos que marcaron la vida de Alberto Fujimori, desde el candidato outsider, su llegada al poder, el régimen autoritario que impulsó con la captura de las instituciones, la caída de su gobierno por las casos expuestos de corrupción y sus últimos años.

 

El candidato desconocido

“Honradez, tecnología y trabajo” fue el slogan de campaña de Cambio 90, el partido del desconocido candidato presidencial Alberto Fujimori que prometía soluciones eficaces a la hiperinflación, el terrorismo y el desempleo.  

Conocido solo como rector de la Universidad Agraria La Molina y como presidente de la Asamblea Nacional de Rectores (ANR) en los años 80, el ingeniero de lenguaje campechano y dicción monocorde se lanzó a las calles en el Fujimóvil llevando el mensaje del outsider: no era un político tradicional sino un tecnócrata independiente que prometía hacer todo diferente a sus predecesores, sobre todo luego del quinquenio de Alan García que dejó al país en un colapso económico. 

Aunque en esta aventura electoral, Fujimori no obtuvo el respaldo inmediato ni de su propia familia, consiguió el 29,2 % ​de los votos en la primera vuelta en abril de 1990, gracias al apoyo de grupos hasta entonces marginales en la política peruana: empresarios informales, pequeños industriales de Lima y provincias, y las iglesias evangélicas. 

Keiko Fujimori informó que su padre Alberto Fujimori falleció tras agravarse su diagnóstico de cáncer".

Los votos le alcanzaron para pasar a segunda vuelta con el reconocido escritor Mario Vargas Llosa del Frente Democrático (Fredemo), que, desde 1987, personificó el viento neoliberal posterior al fracaso del socialismo mundial. 

“Era más pequeñito de lo que parecía en las fotos y totalmente japonés, incluso en cierta defectuosa manera de pronunciar el castellano (…) Era un hombre menudo y algo rígido, algo menor que yo, cuyos ojitos me escrutaban con incomodidad detrás de sus anteojos”, describió Vargas Llosa a Fujimori en sus memorias El pez en el agua

Nunca antes un austero hijo de inmigrantes japoneses —nikei de primera generación— había tentado un lugar tan alto en la esfera pública. Casado con Susana Higuchi y padre de cuatro hijos (Keiko, Hiro, Sachi y Kenyi), Fujimori aprovechó la imagen positiva de la colonia japonesa en el Perú —disciplinada y trabajadora— para conectar con quienes buscaban un modelo a seguir.

Alberto Fujimori

SENTENCIADO. Alberto Fujimori fue sentenciado en el 2009 por graves violaciones a los derechos humanos, en los casos Barrios Altos y La Cantuta. 
Foto: Andina

 

En la segunda vuelta, Fujimori se convirtió en la imagen ideal del foráneo que parecía entender a los peruanos. Sus opositores, entre asombrados y suspicaces, permitieron que el prejuicio racial se hiciera patente también por primera vez acusándolo de no ser peruano. “[En la segunda vuelta] se pretendió generar una campaña racista, pero indudablemente el peruano no lo es (...) Casi el 100% de peruanos es una mixtura de razas y sangres”, declaró Fujimori entonces al periodista español Javier Sáenz.

Alberto Fujimori fue condenado por corrupción y graves violaciones a los derechos humanos".

Ni las irregulares declaraciones juradas de la constructora que dirigió por 15 años con su esposa ni la ola de apoyo católico a Vargas Llosa —pese a que el escritor es agnóstico— detuvieron al llamado tsunami Fujimori: con el 62,4% de votos en la segunda vuelta, y sin haber expuesto su Plan de Gobierno alguno, el ‘Chino’ se convirtió en Presidente del Perú.

Para ese momento, el misterioso abogado y excapitán de Ejército Peruano Vladimiro Montesinos ya lo acompañaba en esta nueva empresa en la que nadie más pudo discutir —ni anticipar— sus movimientos y estrategias porque, simplemente, no las compartía con nadie.

 

Fujimori presidente: pateando el tablero  

A solo 10 días de ajustarse la banda presidencial, Fujimori se apropió del Plan Económico del Fredemo, aquel del shock económico que prometió no aplicar.

La noche del 8 de agosto de 1990, el Fujishock fue anunciado por el entonces presidente del Consejo de Ministros, Juan Carlos Hurtado Miller, por Canal 5. Esta medida eliminó los subsidios de la canasta básica (incluidos combustibles) para liberar los precios, de modo que disminuya la demanda y, en consecuencia, la inflación.

“La lata de leche evaporada que hoy costaba en la calle 120.000 intis costará a partir de mañana 330.000 intis. El kilo de azúcar blanca que solo se conseguía a 150.000 intis, costará a partir de mañana 300.000 intis. El pan francés que esta tarde costaba 9.000 intis, costará a partir de mañana 25.000 intis (…) Que Dios nos ayude”, sentenció el también ministro de Economía. 

La pobreza creció en 57,4% para el año 1991 (casi 12 millones de peruanos) así como la informalidad, tras la pérdida de empleos. A nivel macroeconómico, este fue el primer paso para la apertura de la economía de mercado en el Perú, una política promovida en el Consenso de Washington y que llevó, años más tarde, a que el régimen rematara empresas públicas.  

Alberto Fujimori disolvió el Congreso en 1992 y controló las instituciones públicas con amparo de las Fuerzas Armadas".

Según la Comisión Investigadora del Congreso sobre los delitos económicos y financieros cometidos entre 1990-2001, hasta el año 2000 los recursos provenientes de privatizaciones sumaron USD 6.445 millones y ya habían sido gastados para el 2002.

Aunque las políticas de choque paliaron la crisis económica con el pasar de los años, el hito que muchos estudiosos consideran fundamental para entender la década de los 90 fue el autogolpe del 5 de abril de 1992. Esta decisión fue clave en sus pretensiones autoritarias y de permanencia en el poder. Además, con la posterior creación de la Constitución de 1993 se validaron sus políticas económicas y de seguridad nacional.

“Disolver… Disolver temporalmente el Congreso de la República hasta la aprobación de una nueva estructura orgánica del Poder Legislativo, la que se aprobará mediante un plebiscito nacional”, anunció el presidente ese domingo por la noche. 

Con el apoyo de las Fuerzas Armadas, Fujimori consumó aquello que los estudiosos Steven Levitsky y Lucan Way llamaron autoritarismo competitivo y en el que su liderazgo fue total. 

Alberto Fujimori

INDULTO. El expresidente Alberto Fujimori fue indultado en el 2017 por el exmandatario Pedro Pablo Kuczynski, pero fue anulado al año siguiente por la Corte Suprema. 
Foto: Andina

 

Pese a ello y debido a la pésima imagen del Congreso de la República, el autogolpe fue aprobado por el 80% de la población, esto en medio de un contexto de conflicto armado interno, que ya había llegado a la capital. Nuevamente, el ‘Chino’ acertó al apelar en la necesidad de un gobierno con carta libre para luchar contra el terrorismo y denunció restricciones por parte del Parlamento para actuar como un dictador. 

Fujimori y los militares también intervinieron los gobiernos regionales —que pasaron a ser dirigidos por el nuevo Ministerio de la Presidencia— el Poder Judicial, el Tribunal de Garantías Constitucionales (el Tribunal Constitucional de hoy), la Contraloría General de la República y el Jurado Nacional de Elecciones (JNE). 

A la par, los medios de comunicación fueron amedrentados con tanquetas en sus instalaciones, se secuestró a periodistas incómodos para el régimen —como Gustavo Gorriti— y se aplicó arresto domiciliario a parlamentarios. 

Hasta diciembre de ese año, ‘El Chino’ gobernó mediante 748 Decretos Leyes Especiales. “Muchas de estas leyes reforzaban la impunidad de las Fuerzas Armadas, las cuales estuvieron implicadas en numerosas violaciones de derechos humanos en su lucha contra Sendero Luminoso”, explican Jane Marcus-Delgado y Martín Tanaka en Lecciones del final del fujimorismo (2001). 

En mayo de 1992, ante la presión de la Organización de Estados Americanos (OEA) y por los compromisos financieros asumidos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), Fujimori convocó a elecciones con el fin de conformar el Congreso Constituyente Democrático (CCD). 

AUTOGOLPE. Imágenes inéditas del autogolpe del 5 de abril de 1992. 
Vídeo: Lugar de la Memoria (Lum)

 

Todas estas normas fueron ratificadas por los 120 parlamentarios elegidos para redactar la Nueva Constitución, la cual se sometió a referéndum en octubre de 1993 y cuyos resultados fueron ajustados: el “Sí” ganó con el 52,33%; el “No” obtuvo el 47,67%. 

La debilidad institucional con partidos políticos minimizados permitió que la Carta Magna allanara el camino de Fujimori hacia su segundo mandato, pues incluyó la posibilidad de la reelección presidencial. Una vez más, ‘El Chino’ pudo imponerse fácilmente en el vacío democrático.

Además, la captura de Abimael Guzmán –líder del sanguinario grupo terrorista Sendero Luminoso (SL)– ofreció la oportunidad de oro a Fujimori para encarnar la “mano dura” tras dos sonados atentados de esta organización en Lima durante 1992: el asesinato de María Elena Moyano y el coche bomba de la Calle Tarata. 

Ese mismo año, el Grupo Especial de Inteligencia (GEIN) de la Policía Nacional fue el responsable de la “captura del siglo”, mientras Fujimori pescaba en la Amazonía, el 13 de setiembre de 1992. Ni Fujimori ni Montesinos tenían conocimiento. Tampoco importó mucho: en adelante, la narrativa del éxito del gobierno giraría en torno a la pacificación y la estabilidad lograda por Fujimori. 

Ni siquiera la existencia de los paramilitares del Grupo Colina ni sus crímenes atroces en Barrios Altos (octubre de 1991) ni el asesinato de nueve estudiantes y un profesor de la Universidad La Cantuta (setiembre 1992) debilitarían la popularidad del mandatario. 

Según explica Carlos Iván Degregori en La década de la antipolítica, ello revela el creciente poder militar detrás de Fujimori, quien en 1995 aprobó una Ley de Amnistía para los militares envueltos en estos delitos extrajudiciales. 

Esto explicaría la aplastante victoria de Fujimori en 1995, que lo convirtió en el primer presidente en obtener 64% de votos a favor (desde 1950) al vencer al exsecretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Javier Pérez de Cuellar, reconocido diplomático y candidato de Unión por el Perú (UPP). 

Con la reelección consumada, el poder y legitimidad de Fujimori eran enormes. Tan grandes que dejó que Vladimiro Montesinos fuera su principal —si no único— operador político y militar.

Alberto Fujimori

LIBERADO. Alberto Fujimori fue liberado en diciembre de 2023, luego que el TC validara el indulto otorgado por PPK en el 2017. 
Foto: Andina

 

Este develamiento comenzó cuando el narcotraficante Demetrio Chávez Peñaherrera, alias ‘Vaticano’, delató cómo operaba la corrupción al más alto nivel. En agosto de 1996, en un juicio público, ‘Vaticano’ aseguró que Montesinos le cobraba USD 50.000 al mes para proteger los envíos de pasta básica de cocaína a Colombia. 

Estas declaraciones se sumaban a los 170 kilos de cocaína que, en mayo de 1996, fueron incautados en un avión de la Fuerza Aérea, donde uno de los pilotos era edecán del presidente Fujimori. 

La aeronave evitaba las revisiones de rigor camino a Rusia pues el vuelo era considerado “secreto” ya que transportaba armas para su mantenimiento en el extranjero. En represalia, ‘Vaticano’ fue trasladado a la Base Naval donde fue torturado y, finalmente, retiró las acusaciones. 

Permanecer en el poder, para Fujimori, implicaba seguir torciendo las herramientas electorales y, así, dar un aspecto democrático a su régimen represivo. Sin embargo, reelegirse por segunda vez implicó una jugada muy burda: sostener que la Nueva Constitución convirtió el mandato iniciado en 1995 en el primero (y no segundo). 

Alberto Fujimori

AUTOGOLPE. En 1992, Alberto Fujimori cerró el Congreso de la República. Un año después, convocó a un Congreso Constituyente para elaborar una nueva Constitución. 
Foto: Andina

 

Por tanto, ‘El Chino’ podría postular nuevamente en el año 2000. Los miembros del Tribunal Constitucional se opusieron y calificaron de “inaplicable” la Ley de Interpretación Auténtica de 1996, por lo que el Congreso los destituyó. 

De acuerdo con Sally Bowen, periodista y escritora de El espía imperfecto, las declaraciones de ‘Vaticano’ aceleraron la promulgación de la Ley de Interpretación Auténtica de la Constitución por parte del Congreso de la República.

Faltaban poco menos de tres años para las elecciones, pero ya existía la posibilidad de un nuevo referéndum para evitar la rereelección de Fujimori. A ello se sumaron las protestas desde las universidades y las denuncias periodísticas de interceptación telefónica.

También el retorno del amnistiado Grupo Colina como artífice del descuartizamiento de la exagente del SIN Mariela Barreto (acusada de filtrar información a la prensa) y de las torturas de Leonor La Rosa, exagente del SIN. 

Los castigos recibidos por los medios de comunicación que propalaban estos hallazgos (incluidas las sospechosas declaraciones juradas del asesor Montesinos) a través de cobros de la Sunat y juicios sumarios, revelaron cuánto era necesario para Fujimori perpetuarse en el poder.

El entonces presidente respondió con mucho proselitismo en él ámbito nacional, sirviéndose del Ministerio de la Presidencia y de todas las prerrogativas que tenía para la inauguración de obras públicas. El color naranja llegó hasta los cerros pelados de los pueblos jóvenes con el logo de Perú 2000 y el lema de “El Perú no puede parar”.

Fujimori Farc

PACTOS. Conferencia de prensa de Fujimori con Montesinos y altos mandos de las fuerzas armadas en 1999. Su gobierno sometió la independencia de las instituciones con el apoyo de las Fuerzas Armadas.
Foto: Archivo histórico de Andina

 

La caída del régimen sí fue televisada

En apenas dos años, Fujimori pudo revertir la creciente desaprobación hasta convertirse —según las encuestadoras— en el favorito para alcanzar el tercer mandato presidencial. Tanto la inercia conocida de “más vale malo conocido que bueno por conocer” como el poder de los medios de comunicación adeptos al régimen fueron vitales para lograrlo. 

Los diarios chicha se dedicaron a demoler cualquier candidatura que no fuese la de ‘El Chino’: atacaron a Alberto Andrade (entonces alcalde de Lima por segunda vez) y a Luis Castañeda Lossio (calificándolo de ladrón). A Alejandro Toledo le destinaron muy poco tiempo y, quizá por eso, logró el segundo lugar en la primera vuelta electoral, convirtiéndose en el único outsider en abril del año 2000. 

Para ese momento, ni el reportaje sobre la fábrica de firmas falsas para inscribir a Perú 2000 —publicado en El Comercio a solo un mes de las elecciones— pudo contra el manejo de instituciones como la ONPE con el telón de fondo de El ritmo del chino

Finalmente, el 28 de julio, el mismo día que Fujimori juraba como presidente para un tercer mandato, se llevó a cabo la Marcha de los Cuatro Suyos, una de las movilizaciones más grandes que ha tenido el país en su historia y que fue vital para la caída del régimen. 

El descontento era generalizado. Ese mismo día se pudo ver un incendio en el Banco de la Nación, que dejó seis guardias de seguridad muertos. Tiempo después se descubriría que el fuego empezó tras una explosión originada desde dentro y no por culpa del candidato Alejandro Toledo ni de quienes protestaban en las calles. La ilegitimidad rondaba Palacio de Gobierno y, más que nunca, al SIN de Vladimiro Montesinos.

Keiko Fujimori

EN EL GOBIERNO. Fujimori y la primera dama Keiko Fujimori (1994-2000).
Foto: Archivo histórico de Andina

 

El 14 de setiembre del 2000, Canal N transmitió la conferencia de prensa en vivo de los entonces congresistas Fernando Olivera y Luis Iberico, quienes propalaron el famoso video Kouri-Montesinos en la salita del SIN, donde el congresista tránsfuga recibía USD 15.000 en efectivo para pasarse a la bancada de ‘El Chino’. 

El régimen de Alberto Fujimori cayó en el año 2000 cuando se conocieron los vladivideos".

Desde entonces, fue imposible detener la caída del presidente Fujimori y el hundimiento del asesor Montesinos que, mientras más reflectores lo apuntaban, más oscuro se volvía. Dos días después, los llamados ‘Siameses’ —apodo recibido tras una entrevista que dieron a Álamo Pérez-Luna, en 1998— se separaron por primera vez en 10 años de gobierno compartido.

La convocatoria, a través de un mensaje a la nación, a nuevas elecciones en las que él ya no participaría y la fuga de Montesinos por mar chalaco anticiparon la llegada de más vladivideos, que conforman la videoteca de la corrupción fujimorista. 

En ellos no solo aparecían figuras políticas adictas a la ideología del “billetito manda” sino también militares sujetos a los caprichos de Montesinos, quien buscó asilo en Panamá y, finalmente, fue capturado en Venezuela. 

Queda claro que la mayor fortaleza de ‘El Chino’ se convirtió en debilidad: detentar todo el poder no solo fue tomar decisiones inopinadas sino convertirse en el centro de toda la atención internacional ante el escándalo. 

Aprovechando una visita programada al Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) a realizarse en noviembre, Fujimori partió el día 13 a la ciudad asiática de Brunei, para luego hacer escala en Japón y renunciar por fax el 19 de noviembre del 2000. 

JAPÓN. Declaraciones de Alberto Fujimori desde Japón.
Vídeo: Lugar de la Memoria (LUM)

 

En menos de una semana, el Congreso de la República rechazó la renuncia y declaró la vacancia presidencial por incapacidad moral, de modo que Valentín Paniagua, en su calidad de presidente del Congreso, asumió la transición. 

Así, la década de los 90 terminaba con el mismo estupor con el que se inauguró: Alberto Fujimori evadía la justicia peruana y se cobijaba en Japón, gracias a su doble nacionalidad. 

La justicia alcanzó a Fujimori en 2009, cinco años después de que fuera detenido en Chile. El Poder Judicial sentenció al expresidente a 25 años de prisión como autor mediato de los crímenes de 15 personas, incluido un niño de ocho años, en Barrios Altos, y de nueve estudiantes y un profesor de La Cantuta. También fue condenado por corrupción, luego de que se allanara y asumiera su responsabilidad.

Tras su condena, Fujimori fue recluido en un ambiente del penal de Barbadillo.

 

Un indulto irregular

En 2017, el expresidente Pedro Pablo Kuczynski le otorgó un irregular indultó, que fue anulado un año después por la Corte Suprema. Sin embargo, en diciembre de 2023, el actual Tribunal Constitucional validó la gracia presidencial y permitió su libertad, cuando aún le faltaba cumplir nueve años de pena. 

Luego de esto, el gobierno de Dina Boluarte, desacató la orden de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y ordenó la excarcelación.

Sin embargo, sus procesos penales continuaron, luego de que el Poder Judicial iniciara el juicio oral en su contra por la matanza de los campesinos de Pativilca, ocurrido en 1992, a manos del destacamento militar, conocido como Colina. Esto se dio luego de que la Sala a cargo del caso decidiera no aceptaran la aplicación del derecho de gracia. 

En junio de este año, asimismo, se conoció que la justicia chilena había decidido, en primera instancia, aprobar la extradición por cinco nuevos casos, lo que abría la posibilidad de nuevas condenas. 

En los últimos meses, su inscripción como militante de Fuerza Popular generó expectativas entre sus seguidores. Esta euforia aumentó luego de que su hija, investigada por lavado de activos y postulante a la presidencia en tres oportunidades, Keiko Fujimori Higuchi, informara que había decidido que su padre lidere la lista electoral de cara a las elecciones del 2026.

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