PELIGRO. La población de flamencos en el desierto de Atacama disminuyó en los últimos años.

El boom del litio en Europa presiona los ecosistemas de los países sudamericanos

El boom del litio en Europa presiona los ecosistemas de los países sudamericanos

PELIGRO. La población de flamencos en el desierto de Atacama disminuyó en los últimos años.

Foto: Sebastián López

La decisión de Europa de incentivar la compra de autos con baterías para su transición energética eleva la demanda de litio con consecuencias para Sudamérica. Chile, Argentina y Bolivia, que acumulan el 60% de las reservas de este mineral, recibieron en los últimos meses decenas de proyectos para explotar minería de litio, cuyo principal comprador es China, que las convierte en baterías. En Perú –donde el litio está en rocas– los proyectos están en fase de exploración. Una investigación de la Red Investigativa Transfronteriza de OjoPúblico estima que la extracción de litio se triplicó durante los últimos cinco años en América del Sur y el incremento de la demanda ahora pone en riesgo nuevos ecosistemas de las zonas altoandinas.

21 Mayo, 2023

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Con la colaboración de Gianfranco Huamán

 

Los carros eléctricos son un boom en las ciudades de Europa como Madrid, París y Roma. Los motores de moda ya no rugen, como en los viejos tiempos. Son vehículos silenciosos, alimentados por baterías de litio y otros minerales,  que se han convertido en recursos estratégicos para la Unión Europea. Con la promoción de estos vehículos, Europa busca reducir su dependencia de los combustibles fósiles y la emisión de carbono.

Sin embargo, la transición hacia lo que se considera un modelo energético menos contaminante y sostenible –impulsado por la firma del Pacto Verde Europeo– también tiene su tendón de Aquiles. La extracción de litio en América del Sur casi se triplicó en cantidad de kilogramos exportados durante los últimos cinco años, de acuerdo al análisis de exportaciones realizado por OjoPúblico

La cifra es mucho más alta si se compara con la cantidad de dólares que ingresaron, principalmente motivada por el pico histórico del precio de este mineral durante el 2022. Las exportaciones de litio como materia prima se multiplicaron 10 veces en el último lustro hasta alcanzar los USD 8.300 millones el año pasado.

El aumento de la demanda del litio tiene un impacto directo sobre la gestión de los recursos naturales en los lugares desde donde se extrae: en el sur de América Latina, los conflictos sociales vinculados a la extracción de este mineral se han incrementado, pues en varios casos se encuentra sobre ecosistemas frágiles o en zonas habitadas por pueblos indígenas.

piletón de agua en desierto

PANORAMA. Los llamativos pilones de agua son solo una parte del proceso de explotación del litio. La extracción de este mineral requiere enormes volúmenes de agua.
Foto: Sebastian López

 

“Será inevitable que las ventas de coches eléctricos en Europa aumente la extracción de litio en Sudamérica. La Unión Europea tiene una gran responsabilidad, porque el litio se ha transformado en una prioridad. Es obvio que necesitamos una transición energética pero tiene que ser justa. No vamos a poder abordar la emergencia climática si ahondamos las diferencias y ponemos nuestro territorio por encima de otro. Sino, siempre pagan los mismos”, señala Idoia Villanueva Ruiz, diputada del Parlamento Europeo, a OjoPúblico.

La eurodiputada española remarcó en la entrevista que será clave el control a las empresas extractivas para evitar excesos, como “históricamente ha ocurrido con las multinacionales europeas en América Latina”.

 

Un negocio rentable

 

Durante los últimos años, el mercado en Sudamérica se ha concentrado sobre el denominado triángulo del litio, una región que incluye el norte de Chile y Argentina, y Bolivia, países que acumulan el 65% de las reservas de este mineral en todo el mundo.

Estos tres países exportaron el año pasado 231.000 toneladas de litio, pero la cifra está lejos del potencial que se han estimado sobre las reservas que se encuentran debajo de sus humedales. A pesar de que el desarrollo en la región es aún incipiente, Chile ya se posiciona como el segundo exportador mundial de mineral (detrás de Australia) y Argentina como el cuarto.

 

 

Este mismo grupo de países concentra la producción de este mineral en Sudamérica, y se estima que hay reservas adicionales de 50 millones de toneladas métricas. Esto último también incluye al Perú, donde existen proyectos aún en fase exploratoria.

Chile lidera por un amplio margen todos los rubros de exportaciones de litio en Sudamérica. Su producción de 2022 fue la más alta de la región, ya que solo en ese período sus exportaciones representaron más de USD 7.500 millones. Muy detrás aparece Argentina, con divisas por USD 715 millones, y Bolivia, que registró alrededor de USD 37 millones.

La demanda de coches eléctricos arrastra el precio del litio a nivel mundial, lo que impactará directamente a las economías sudamericanas en los próximos años. China, el principal mercado de autos a baterías del mundo, es un actor clave en toda la cadena del mineral. 

El precio del litio aumentó en casi 500% en 2021 motivado por las ventas de las automotrices; la cifra volvió a dispararse en 2022 hasta superar los 80.000 dólares por tonelada. Pero el anuncio del gobierno chino sobre el retiro de ayudas para los compradores de autos eléctricos desinfló la burbuja: entre diciembre de 2022 y febrero de 2023 el precio del litio cayó casi un 30%.

 

Sin embargo, a pesar de la caída de su precio, el litio sigue siendo visto como una gran oportunidad para los empresarios y políticos sudamericanos. Este mineral podría convertirse en la principal exportación de la región para 2040, con cerca del 80% de las ventas al exterior totales de América del Sur, según un estudio del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica.

Varios escalones por debajo de Chile, está Argentina. Tiene solo dos proyectos en operación, pero sus autoridades anunciaron 18 nuevas inversiones privadas para extraer el recurso en el norte del país.

En el caso de Perú también se han identificado reservas de litio, pero a diferencia de los otros países, en estas zonas el litio se presenta en rocas, por lo que se requieren perforaciones. Un reporte del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), estima que el país tiene 880 mil toneladas de litio.

Actualmente en el país existen dos proyectos de litio, en manos de la minera canadiense Macusani Yellowcake, pero se encuentra en una etapa bastante inicial. Esta compañía es subsidiaria de American Lithium Corp.

Este mes, precisamente, la empresa obtuvo la autorización del Ministerio de Energía y Minas para iniciar los trabajos de perforación en el proyecto Falchani, ubicado en Puno.

Además de estos proyectos, el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet) ha identificado otras zonas de extracción en Perú: Coasa y Santa Rosa, en Puno; y Carumas, en Moquegua.

 

El litio se va, los impactos se quedan

 

Los autos eléctricos batieron récords de venta en Europa en los últimos años, en especial después de que las autoridades acordaran que no se comercializarán más coches a gasolina ni diésel desde 2035. El mercado necesitará más de este mineral para fabricar millones de baterías en los próximos años y su precio, por ahora algo oscilante, tiende a un crecimiento sostenido.

En este reportaje de OjoPúblico, diversos expertos advierten que la neutralidad climática planteada por la Unión Europea hacia 2050 podría cumplirse a costa del impacto sobre humedales y otros ecosistemas frágiles en Chile, Argentina, Bolivia y Perú.

Las imágenes de los inmensos piletones de agua de llamativos colores en lugares áridos son solo parte de una imagen de la explotación del litio, cuya extracción requiere del uso de un gran volumen de agua. En las zonas de explotación de Bolivia, Chile y Argentina, por ejemplo, los flamencos –que antes tenían una presencia más frecuente– ahora pocas veces aparecen.

 

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EXPLOTACIÓN DE AGUA. El impacto tanto para las personas como para las especies animales suele presentarse, precisamente por la falta de agua dulce tras la extracció.
Foto: Sebastian López

 

El litio es un mineral que suele acumularse sobre todo en salares, un ecosistema de humedales áridos que están en contacto directo con una fauna y vegetación únicas, y que es sustento de los pueblos indígenas de la zona.

El impacto tanto para las personas como para las especies animales suele presentarse, precisamente por la falta de agua dulce tras la extracción. “Los pueblos originarios se quedan sin agua; la vegetación desaparece. Los animales herbívoros tienen que trasladarse hasta 20 kilómetros para pastorear”, explica Román Baigún, biólogo del programa para el cuidado de los humedales de la organización mundial Wetlands International. 

El experto argentino está convencido de que la actual explotación minera del litio “es un cóctel tremendo” en Sudamérica. 

“Estamos a favor de la eliminación de hidrocarburos para evitar el cambio climático. Sabemos que para ello es necesario acumular los pulsos de energía de las renovables, del sol, del viento, de las mareas. Pero no es viable que se llenen de agua piletones gigantescos, en Atacama, que equivale a 7.500 canchas de fútbol todas juntas. En una zona tan seca como ésta, sacar billones de litros de agua por evaporación, que no vuelven al sistema, no se puede aceptar”, insiste.

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AUSENCIA. Cerca a las zonas de explotación de litio, cada vez son menos frecuentes los avistamientos de flamencos.
Foto: Sebastian López.

El desierto de Atacama es habitado por flamencos y otras especies de aves que se alimentan de unas bacterias microscópicas (cianobacterias) que florecen en los lagos de esa región. 

Tres especies únicas de flamencos dependen de la conservación de estas condiciones para subsistir, indica un estudio de The Royal Society de Gran Bretaña. Las aguas residuales que desprende la minería del litio suelen ser radioactivas, lo que vuelve inhóspito ese espacio para los flamencos y otras aves, señalan los autores. 

El mismo estudio señala que aunque la explotación minera del litio todavía no está en auge, la población de flamencos ha disminuido en los últimos años: dos especies ya están siendo afectadas por la actividad humana en este refugio de vida silvestre, según esta publicación especializada.  

Pero más allá de los riesgos ambientales, las autoridades de Chile, Argentina y Bolivia están más enfocadas en participar de las rentas que deja el litio que en imponer controles que puedan evitar impactos de su extracción.

Bolivia estatizó los proyectos de litio en 2008, y en Argentina, el Estado participa, a través de la provincia de Jujuy –el mayor reservorio de este mineral y una de las más pobres del país–  en un proyecto de litio como accionista minoritario.

El impacto sobre el ambiente y los laxos controles en Sudamérica son dos temas que despiertan preocupación en Bruselas, la sede de la Unión Europea.

Sagrario Monedero López, directora de Impacto y Acción Sistémica de Greenpeace España, está convencida de que “los coches eléctricos ayudan en la transición ecológica que debe hacer Europa”, aunque sin cuidar los impactos sociales y ambientales que puede ocasionar la extracción.

“Estamos en un boom europeo, en una carrera desenfrenada de empresas que solo quieren aprovechar la oportunidad para ganar más dinero. Mientras tanto, muchas compañías están pasando por encima de los impactos medioambientales del uso indiscriminado de agua, el uso de químicos, los impactos sociales y manejan este tema con poca transparencia”, dijo la experta española. 

Y apuntó a la Comisión Europea para que plantee nuevas reglas del juego que permitan tener más claro bajo qué condiciones ha sido extraído el mineral que aparece en las baterías de los autos eléctricos que circulan por Europa.

La discusión ya está planteada en el parlamento europeo. El mes pasado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, acordó con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que se otorgue un trato favorable a las materias primas consideradas estratégicas para Europa, como el litio, entre otras. Acordaron que se abrirá un diálogo sobre transparencia acerca de sus respectivos incentivos a las energías verdes, para garantizar que unen “fuerzas”, algo “fundamental para lograr la meta de cero emisiones”.

 

China y la disputa geopolítica

 

El litio sudamericano tiene como principal destino China y otros países asiáticos, que se ocupan del procesamiento de este mineral hasta convertirlo en baterías para ingresarlo como productos elaborados a Europa y Estados Unidos.

China compró el 58% de las exportaciones sudamericanas de litio en 2022, según el análisis de exportaciones realizados por OjoPúblico. Corea del Sur es otro de los destinos frecuentes de estas exportaciones, ya que en los últimos cinco años compró el 23% del mineral proveniente de la región; y Japón representó otro 10% de las exportaciones en el último lustro.  

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SALAR. El litio es un mineral que suele acumularse en salares y desiertos. Pero en el caso de Perú, se encuentra en rocas.
Foto: Sebastian López

“El papel de China es clave en el mercado del litio. El 98% de las baterías que compra la Unión Europea ya vienen procesadas desde ese país. Tenemos dependencia de América Latina por sus recursos, pero la región no hace esa transformación del mineral y creo que debería hacerla. Es importante que se unan para negociar en pie de igualdad y que no sea América Latina la que pague el precio de la transición ecológica de Europa”, dice la eurodiputada Villanueva Ruiz.

El litio se ha convertido en un recurso estratégico para los países más ricos. Para evitar una mayor dependencia de China, la Unión Europea extendió el pasado diciembre un acuerdo bilateral con Chile justamente para tener acceso privilegiado al litio de ese país. 

“Chile es uno de los mayores proveedores de litio del mundo, con casi el 40% del suministro mundial. Esto es muy importante para la movilidad eléctrica y para los objetivos medioambientales europeos, y está claro que lo necesitamos para el Pacto Verde y para reducir dependencias, como por ejemplo, la que tenemos con el gas ruso”, indicó el Comisario de Comercio, Vadis Dombrovskis, tras la firma del tratado.

¿Quiénes son las empresas que más ganancias registraron en el denominado triángulo del litio? Sociedad Química y Minera de Chile concentra la mayor cantidad de exportaciones: esta empresa exportó carbonato de litio por más de USD 6.500 solo en 2022, según el análisis de exportaciones.

Esta compañía, cuyo principal accionista es la empresa china Tianqi Lithium Corp, opera sus principales proyectos de litio en el Salar del Carmen y el Salar de Atacama, en la región chilena de Antofagasta.

Infografía litio

Infografía: Claudia Calderón

 

Muy detrás aparece la Sociedad Chilena de Litio LTDA, que exportó por USD 440 millones en 2022, asociada a la compañía estadounidense Rockwood Lithium para operar proyectos también en el Salar de Atacama.

Orocobre Limited completa el podio de las empresas que más exportaron: facturó exportaciones por USD 583 millones durante el año pasado por la operación del proyecto Olaroz, en la provincia argentina de Jujuy. 

Esta compañía está compuesta por una alianza entre las compañías Allkem (Australia) y la automotriz Toyota (Japón), pero con la particularidad de que el gobierno regional también es accionista minoritario del emprendimiento minero a través de la empresa Jujuy Energía y Minería Sociedad Del Estado.

“El mercado del litio está dominado por China. El litio que sale de Sudamérica se va para allá. Fijan el precio y lo modifican cuando quieren. Cuando la Unión Europea imponga la necesidad de solo circular con coches eléctricos, el litio va a volver a dispararse. Ojalá podamos procesar el mineral en la región y, así, participar en la formación de precio. Lo cierto es que hoy existen mínimas regulaciones”, aseguró Pablo Rutigliano, presidente de la Cámara Latinoamericana del Litio.

Chile y Argentina, que aportan más del 30% del litio a nivel global, envían sus recursos a China sin procesarlos y, sobre todo, sin cuestionamientos oficiales sobre los daños ambientales que podría ocasionar una pronta explotación a gran escala en los humedales sudamericanos.

El tesoro que está debajo del Salar de Atacama viaja a Beijing y que ahora está en boca de los parlamentarios en Bruselas. El Pacto Verde Europeo, que sus ciudadanos llevan con orgullo frente a otras potencias con altas emisiones como Estados Unidos y la propia China, también podrá ser cuestionado, paradójicamente, por el costo ambiental que puede generar del otro lado del mundo. 

 

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