FINANCISTAS. En el 2022, año del derrame de petróleo en Perú, Repsol S.A. recibió financiamiento de más de 450 inversionistas.

Los financistas de Repsol luego del desastre ecológico en el mar peruano

Los financistas de Repsol luego del desastre ecológico en el mar peruano

FINANCISTAS. En el 2022, año del derrame de petróleo en Perú, Repsol S.A. recibió financiamiento de más de 450 inversionistas.

Ilustración: OjoPúblico / Jhafet Ruíz

En medio del auge de precios de los combustibles fósiles, el derrame de petróleo en la Refinería La Pampilla –operada por Repsol–, que afectó el ecosistema marino y a cientos de pescadores, no fue uno de los temas centrales en las reuniones de accionistas de la matriz en España durante el balance del 2022. No se habló de los miles de barriles de petróleo derramados, pero sí hicieron énfasis en “la buena marcha del negocio”. Los ingresos aumentaron y actualmente la multinacional reporta entre sus accionistas significativos a BlackRock Inc., Amundi Asset Management S.A. y al Banco Central de Noruega, que administra el fondo de pensiones de este país.

7 Mayo, 2023

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Luego del derrame de petróleo en la Refinería La Pampilla –operada por la multinacional Repsol–, las autoridades peruanas iniciaron una serie de investigaciones contra la compañía por el desastre ecológico. Lo que parecía ser un mal año para la empresa española, por la cantidad de sanciones y multas impuestas, no lo fue tanto. Unas semanas después, en febrero del 2022, Rusia invadió Ucrania y alteró el abastecimiento global de combustibles fósiles. El precio del petróleo aumentó y con ello los ingresos de todas las petroleras en el mundo. En Perú, la subsidiaria de Repsol incrementó sus ingresos en 73%.

En medio de este auge de precios y del negocio petrolero, la catástrofe ambiental que impactó el ecosistema del mar peruano y afectó la economía familiar de cientos de pescadores, no fue uno de los temas centrales en las reuniones de los accionistas de la compañía petrolera con sede en España. Al cierre del 2022, la matriz de Repsol reportó un incremento del 70% de sus ganancias respecto al 2021.

OjoPúblico identificó –tras revisar las agendas y conversaciones públicas de los accionistas de Repsol en las conferencias del 2022– que la contaminación por el derrame de doce mil barriles de petróleo no fue tocado como un hecho significativo en las reuniones del primer trimestre de ese año. Incluso, durante la junta del 16 de febrero de este 2023, cuando se realizó el balance anual del 2022, tampoco se habló del tema. Sí se hizo énfasis en “la buena marcha del negocio”.

El mismo año del derrame y de acuerdo a los informes financieros, la matriz de Repsol –con operaciones en España, Portugal, Perú, Italia y México– registró una variación en el número de accionistas significativos (los que más dinero invierten en el grupo), pero eso no afectó las inversiones porque incluso uno aumentó su capital. 

ACCIONISTAS SIGNIFICATIVOS. BlackRock lidera la participación en Repsol con 5,48%, seguido de Norges Bank con 3,25% y Amundi con 3,20%. Composición: OjoPúblico

ACCIONISTAS SIGNIFICATIVOS. BlackRock lidera la participación en Repsol con 5,48%, seguido de Norges Bank con 3,25% y Amundi con 3,20%.
Composición: OjoPúblico

 

BlackRock y un fondo noruego

Antes del desastre ambiental, el grupo petrolero reportaba cinco accionistas significativos: BlackRock Inc. (con participación del 5,12%), Amundi Asset Management S.A. (4,5%), Banco Santander S.A. (3,83%), Norges Bank (3,33%) y Sacyr S.A. (3,09%). Estos representaban casi el 20% de las inversiones. 

Al cierre del 2022, Repsol reportó solo tres accionistas significativos: BlackRock (5,48%), Norges Bank (3,25%) y Amundi S.A. (3,20%).

Consultado sobre esto, Jim Sanchez, investigador de Profundo Research & Advice –empresa de investigación y asesoramiento en temas de sostenibilidad, basada en Países Bajos– señaló a OjoPúblico que “es normal que los accionistas cambien con frecuencia [su participación], especialmente si son inversionistas institucionales, es decir, que no están en el mismo negocio [petrolero en este caso], sino que invierten en la empresa para aprovechar los dividendos y la valoración de las acciones”, explicó. 

BlackRock es el principal accionista de la petrolera española. Es considerada la más grande en gestión de inversiones en el mundo y tiene participación en marcas globales como Apple, Unilever, McDonald's, Adidas, Vivendi, Barclays, JP Morgan, BBVA, Santander, Bank of America, Citi, Credit Suisse, Deutsche Bank, Visa, Sanofi, General Electric, SAP, Telefónica, entre otros. 

La gestora de fondos se declara impulsora de inversiones sostenibles y forma parte del Climate Action 100+, una iniciativa dirigida por inversionistas para garantizar que los emisores de gases de efecto invernadero corporativos más grandes del mundo tomen las medidas necesarias sobre el cambio climático. 

BlackRock, principal accionista de Repsol, es considerada la más grande gestora de inversiones del mundo.

En el 2020 BlackRock anunció que dejará de invertir en proyectos que presenten elevados riesgos de sostenibilidad. Sin embargo, un año después, un informe de las organizaciones ambientalistas Reclaim Finance y Urgewald reveló que el fondo estadounidense seguía invirtiendo más de 85.000 millones de dólares en la industria de los combustibles fósiles.

Durante el año 2022, BlackRock incrementó su capital en Repsol: pasó de 5,12% a 5,48%, alcanzando así su nivel más alto desde su ingreso en el 2010. Al cierre del 2022, su inversión ascendía a 1.695 millones de dólares. 

BlackRock también invierte en otras empresas de la industria petrolera, como Exxon Mobile, la gigante británica BP y la estadounidense Chevron.  

La segunda mayor accionista de Repsol es Norges Bank, el Banco Central de Noruega, que además de cumplir su función tradicional, administra uno de los fondos soberanos de inversión más grandes del mundo: el Government Pension Fund of Norway (Fondo de Pensiones del Gobierno de Noruega).

El Banco Central de Noruega se define como una de las instituciones con mayor compromiso por las inversiones sostenibles. El año pasado el fondo retiró la inversión a 74 empresas por sus riesgos ambientales, sociales y de gobierno corporativo, señalan en su sitio web. En esa misma línea excluyó de su lista a 13 compañías por recomendación de su consejo de ética.

El banco noruego tiene participación en 9.000 empresas del mundo, de las cuales 213 son del sector energético en 37 países, por un total de 38.348 millones de dólares, lo que representa el 3% del total de sus inversiones. Entre estas destacan las petroleras Shell, Exxon Mobil, Chevron Corp, BP PLC, Reliance Industries Ltd., Schlumberger Ltd., Eni SPA, Petrobras y Enbridge Inc.


 

La tercera mayor accionista de Repsol, según el reporte financiero de la petrolera a la Comisión Nacional de Mercado de Valores (CNMV) de España –a diciembre de 2022– es Amundi S.A, filial de Crédit Agricole (red francesa de bancos cooperativos). Esta redujo su participación de 4,5% a 3,2%. 

Amundi también enfatiza que desde su creación en el 2010 tiene como pilar fundamental y enfoque de gestión la inversión responsable. Además, en diciembre de 2021, poco antes del derrame de petróleo de Repsol, el fondo francés lanzó su Plan de Ambición ESG 2025, que tiene como una de sus principales políticas la desinversión en empresas cuya operación en hidrocarburos no convencionales representan más del 30% de su actividad.

En 2021, poco antes del derrame de Repsol, Amundi lanzó un plan de inversiones sostenibles. 

Entre los accionistas que dejaron de invertir en Repsol están la también española Sacyr S.A., que en julio del 2022 y luego de 16 años vendió toda su participación. La constructora venía reduciendo sus activos en los últimos años, en línea con su Plan Estratégico 2021-2025, debido a problemas societarios que venían de años atrás.

Otra compañía española que dejó de figurar como accionista significativo de Repsol es el Banco Santander S.A. La entidad sigue invirtiendo pero con una participación menor al 5%.

 

Inversores de Estados Unidos, Reino Unido y Francia.

La industria fósil requiere, como otra actividad, financistas que sostengan sus operaciones. Y en el caso de Repsol, durante los primeros meses del 2022 –y luego del derrame de petróleo en el mar peruano– se reportó un reacomodo en sus principales accionistas, quedando como los principales BlackRock, Norges Bank y Amundi S.A. Pero el número total de inversores es más grande. 

OjoPúblico accedió a la lista detallada de empresas y bancos que sostienen –como inversionistas o accionistas– actualmente la actividad de la petrolera española. Destacan fondos de inversión, fondos de pensiones y bancos. Dicho capital se concentra principalmente en Estados Unidos, Reino Unido y Francia.

Al cierre del 2022, Repsol recibía financiamiento –a través de acciones y bonos-– de cerca de un millar de empresas que pertenecen a 450 grupos económicos. Este número es mayor a las 350 matrices presentes en el 2021.

Un análisis realizado por Profundo Research & Advice a esta lista de inversores establece que también se encuentran las estadounidenses The Vanguard Group, Invesco Ltd., Dimensional Fund Advisors y BMO Financial Group; la alemana National-Bank y la francesa Eleva Capital. Estas inversiones suman 5.554 millones de dólares, que equivale al 62% del financiamiento total a Repsol. 


 

También destacan los bancos JP Morgan, Goldman Sachs, AXA, Scotiabank, BBVA y Mapfre. Al igual que el Banco Central de Noruega que participa en Repsol con el fondo de pensiones de este país, hay otros 12 fondos previsionales que invierten en la petrolera. 

Estas son principalmente de los Países Bajos: Algemeen Burgerlijk Pensioenfonds (ABP), Pensioenfonds Metaal en Techniek (PMT), Pensioenfonds Zorg en Welzijn (PFZW), Bedrijfstakpensioenfonds voor de Bouwnijverheid (Fondo de Pensiones para la Industria de la Construcción), Pensioenfonds voor de Woningcorporaties (SPW) y Pensioenfonds Detailhandel (Fondo de Pensiones Minorista). 

Los otros son el Fondo de Inversión de Pensiones del Gobierno de Japón, la también japonesa Asociación de Fondos de Pensiones para Funcionarios del Gobierno Local, el Servicio Nacional de Pensiones de Corea del Sur, las administradoras de los fondos de Dinamarca y Suecia. También figuran los fondos de pensiones de Japón y Corea del Sur.

De acuerdo a la información financiera de Repsol, durante el 2022 no se han registrado nuevos créditos. Pero hasta el 2021, alrededor de 25 bancos suscribieron emisión de bonos, línea de crédito revolvente, emisión de acciones y préstamo corporativo, algunos de los cuales aún tienen vigencia para años posteriores. 

Entre los bancos que financiaron estos créditos destacan Morgan Stanley, BBVA, Citigroup, Santander, Goldman Sachs, JPMorgan Chase, NatWest, La Caixa Group, BNP Paribas y HSBC. 

Según reporta la matriz Repsol, sus principales inversores actuales se ubican en Estados Unidos (26,6%) y Reino Unido (27,6%). Le siguen Francia (13,2%), el resto de Europa (12,5%), luego Alemania (5,6%) y España (6,7%). 

La empresa española señala en sus estados financieros que en el 2022 –en todas sus operaciones– empleó un capital de 28.229 millones de euros, principalmente en exploración y producción de combustibles fósiles. Este monto es ligeramente menor al de 2021 cuando se dispuso de 28.556 millones de euros.

Las acciones de Repsol se cotizan en las bolsas de valores españolas de Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia.  

 

Inversiones y crisis climática

Debido a hechos relacionados a la contaminación ambiental (como los derrames de petróleo), las afectaciones de derechos en comunidades indígenas y sobre todo, la crisis climática generada por el aumento de la temperatura global, cada vez hay más compromisos y herramientas que promueven inversiones en negocios ambientalmente responsables y con bajas emisiones.

El Acuerdo de París, firmado en el año 2015 por 192 países y la Unión Europea, estableció objetivos para reducir sustancialmente las emisiones de gases de efecto invernadero y contener el aumento de la temperatura global a 1,5 °C. Eso implicaba que los países y el sector privado –entre ellos, los principales contaminadores, la industria del petróleo– asumieran compromisos de reducción; sin embargo, el alza de los precios del petróleo cambió el escenario.

Por ejemplo, en el 2019 la petrolera británica BP se había comprometido inicialmente a reducir sus emisiones y la producción de petróleo en un 40%. Sin embargo, tras las ganancias extraordinarias reportadas durante el 2022, la compañía anunció que ahora su plan es reducirlo a solo el 25% hacia el 2030.

El exviceministro de Energía del Ministerio de Energía y Minas (Minem), Pedro Gamio, señaló que cada vez las inversiones priorizan más los negocios más sostenibles con el ambiente. “Ya no se financia cualquier proyecto, ahora sí hay la necesidad de que pasen un examen ambiental”, explicó. 

"Hoy en día, los productores de combustibles fósiles y quienes los apoyan siguen corriendo para aumentar la producción".

En esa línea, el exdirector general de Hidrocarburos del Ministerio de Energía y Minas (Minem), Gustavo Navarro, explicó que debido a la crisis climática cada vez es más difícil conseguir financiamiento para combustibles fósiles, a diferencia de las inversiones que apoyan a proyectos eólicos, solares, hidrógeno o geotermia. 

Respecto al caso de Repsol, el funcionario señaló que en este sector “el tema reputacional es muy importante en el tema de financiamiento”. Y enfatizó: “Cuando una empresa tiene un episodio de ese tipo (derrame de petróleo) se le cierran muchas opciones y especialmente de financiamiento. Un ejemplo es la inversión petrolera que se asocia con la afectación de la amazonía. Los bancos a nivel mundial cuando ven un proyecto de desarrollo en la amazonía se asustan, lo asocian con esos problemas y prefieren no meterse”, explicó el especialista.

Uno de los más críticos al incremento en la producción de combustibles fósiles ha sido el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, quien manifestó su descontento en enero de este año durante su participación en el Foro Económico Mundial. 

“Hoy en día, los productores de combustibles fósiles y quienes los apoyan siguen corriendo para aumentar la producción, sabiendo muy bien que este modelo de negocio es incompatible con la supervivencia humana”, dijo en Davos. 

 

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