Secuelas neurológicas: las huellas de la covid-19 en el deterioro cognitivo

Luego de los dos primeros años de pandemia, estudios indican que una mayor gravedad de la covid-19 está asociada a un deterioro cognitivo que se mantiene hasta un año después de superar la infección. Los síntomas más comunes incluyen dificultad para concentrarse, resolver problemas complejos y encontrar palabras para comunicarse. Los impactos neurológicos también se manifiestan en cambios en la salud mental, especialmente, con incremento de trastornos depresivos o de ansiedad.

IMPACTOS. Las secuelas neurológicas de la covid-19 grave comprenden síntomas temporales, como la pérdida del olfato, y otros duraderos, como la pérdida de memoria.

IMPACTOS. Las secuelas neurológicas de la covid-19 grave comprenden síntomas temporales, como la pérdida del olfato, y otros duraderos, como la pérdida de memoria.

Ilustración: Shutterstock

El impacto de la covid-19 no se limita a las muertes ocasionadas por la infección por Sars-cov-2, sino también a las múltiples consecuencias que provoca en la salud una vez superada la enfermedad. Los estudios de casos publicados describen efectos en los pulmones (dificultad para respirar), en el corazón (complicaciones cardíacas) e incluso el cerebro (disfunción cognitiva). “Ha habido más de 200 síntomas que, en realidad, se han informado en los pacientes”, indicó Janet Díaz, doctora de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Cada vez más estudios sugieren que la infección por el nuevo coronavirus provoca una serie de secuelas neurológicas. Desde síntomas temporales como la anosmia (pérdida del olfato) y cefalea (dolor de cabeza), hasta algunos más duraderos, como la pérdida de memoria o falta de concentración (niebla mental), dificultad para encontrar palabras y trastornos del sueño.

Los principales hallazgos científicos indican que los pacientes recuperados por covid-19 grave presentan deterioro cognitivo que se mantiene hasta un año después de la infección. Una reciente publicación de la revista E Clinical Medicine, que forma parte de The Lancet, concluyó que el déficit cognitivo está relacionado a una mayor gravedad de la enfermedad y persiste durante mucho tiempo en la fase crónica.

Resultados similares fueron anteriormente reportados en un artículo de marzo de este año publicado en la revista JAMA Neurology. Los autores resaltaron que la persistencia de estas secuelas podría suponer un reto a largo plazo para los sistemas de salud. “Estos hallazgos implican que la pandemia puede contribuir sustancialmente a la carga mundial de demencia en el futuro”, señalaron.

[El deterioro cognitivo luego de la covid-19 grave] va a depender de la población evaluada y del estadío inicial”, aclaró Nilton Custodio.

Las manifestaciones neurológicas luego de la covid-19 también incluyen, de acuerdo con la OMS, trastornos mentales de la esfera anímica afectiva. El aumento de la angustia, ansiedad y depresión son algunas de las consecuencias. “Los estudios muestran que la pandemia ha ampliado aún más la brecha en el tratamiento de la salud mental y los servicios ambulatorios de salud mental se han visto particularmente afectados”, alertó el organismo internacional.

Sin duda, los informes científicos publicados hasta el momento confirman que las consecuencias de la pandemia se extienden más allá de la infección respiratoria. Francisco Parodi, geriatra responsable del Centro de Investigación del Envejecimiento (CIEN), explicó a OjoPúblico que el hecho de que personas con demencia dejarán de recibir atención médica durante los primeros meses de la pandemia también contribuyó a que la enfermedad empeorará y que aumente, en paralelo, la necesidad de diagnóstico para aquellos con riesgo de padecerla .

Esta desatención no solo generó que las enfermedades diferentes a covid-19 se agraven, sino que aquellas personas que se encontraban en una fase aguda fallecieran. La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó, a inicios de mayo, que las muertes atribuibles a la covid-19 son 2,7 veces superiores a las reportadas de manera oficial.

Foto: Minsa

GRAVEDAD. El ingreso a UCI y el uso de ventiladores mecánicos se asocio a mayores impactos a nivel cognitivo, según un estudio de la revista E Clinical Medicine.
Foto: Minsa

 

El modelo utilizado por la entidad internacional incluye los fallecimientos causados por la infección por Sars-cov-2 y aquellos relacionados de manera indirecta al impacto de la pandemia, como los decesos por otras enfermedades desatendidas debido a la sobrecarga de los sistemas de salud. El último documento de la OMS indica que la cifra real de defunciones atribuibles a la infección por el nuevo coronavirus es de 14,91 millones en todo el mundo.

Sin embargo, la cifra reportada por los países en los dos primeros años de pandemia asciende a los 5,42 millones a nivel mundial, según Our World in Data. “[El cálculo realizado] representa 9,49 millones de muertes más que las reportadas a nivel mundial como directamente atribuibles a covid-19”, alertó la OMS.

En el caso de Perú, el estimado es de 437 muertes por cada 100.000 habitantes. Este dato se diferencia en más 100 decesos del reportado oficialmente (300 por cada 100.000 habitantes). A pesar de que, hace un año, el Estado peruano sinceró las cifras de fallecidos, la información varía, debido a las diferentes formas utilizadas para contabilizar las muertes directas e indirectas.

 

Deterioro cognitivo

 

Este mes se publicó un nuevo estudio científico en la revista E Clinical Medicine. El mismo fue realizado por investigadores de la Universidad de Cambridge y del Imperial College de Londres, y plantea que el deterioro cognitivo de un paciente que superó la infección por Sars-cov-2 en forma grave equivale a 20 años de envejecimiento. “El deterioro cognitivo como resultado de un covid-19 severo es similar al que se mantiene entre los 50 y los 70 años de edad y es el equivalente a perder 10 puntos de coeficiente intelectual”, anunció el comunicado de prensa.

Dicho resultado llamó la atención, nuevamente, sobre los impactos neurológicos luego de la infección por covid-19. Sin embargo, la evidencia científica al respecto aún se sigue recopilando y los autores del estudio advierten que sus hallazgos no se pueden generalizar a todos los pacientes que superaron la enfermedad, por las diferencias entre las personas  (esta es una muestra de 40 voluntarios británicos), los diversos tratamientos recibidos y las nuevas variantes de contagio.

Ilustración: Claudia Calderón

“Todos los pacientes fueron reclutados del mismo hospital [Addenbrookes Hospital, de Reino Unido] y después de la enfermedad dentro de un período de tiempo estrecho [6 a 10 meses luego de la admisión en el establecimiento de salud], lo que dadas las diferencias en el tratamiento del paciente y las variantes del virus a lo largo del tiempo limita nuestra confianza al generalizar estos resultados”, advirtieron.

En esa línea, Nilton Custodio, director médico del Instituto Peruano de Neurociencias (IPN), aclaró que la información proporcionada por el estudio es un estimado y que no se puede precisar con exactitud cuánto tiempo una persona puede haber sido afectada en términos del deterioro cognitivo. “Va a depender de la población evaluada y del estadío cognitivo inicial”, dijo a OjoPúblico.

El médico neurólogo destacó un estudio, realizado en Perú y publicado en American Journal of Alzheimer's Disease & Other Dementias, en el que se dio seguimiento a pacientes con alzheimer. Los resultados arrojaron que estas personas siguieron su curso regular en cuanto a sus síntomas cognitivos, pero que empeoraron sus síntomas de conducta (con un mayor presencia de trastornos mentales, como depresión). “Es difícil establecer que una persona que no ha tenido síntomas previos pueda envejecer 20 años después de [padecer] la covid-19, porque tenemos datos peruanos que dicen lo contrario”, indicó.

La pandemia puede contribuir sustancialmente a la carga mundial de demencia en el futuro”, concluye un estudio.

En efecto, la estimación de los años de envejecimiento cognitivo no es el eje central del estudio publicado en E Clinical Medicine, sino que el mismo hace énfasis en que una presentación más grave de la covid-19 está asociada a mayor probabilidad de deterioro cognitivo. Ello se evidenció en que los pacientes recuperados mostraron un menor desempeño en el razonamiento analógico verbal. Es decir, tuvieron dificultades para encontrar palabras.

Asimismo, los resultados muestran que, en comparación con las personas que no padecieron la enfermedad viral, los recuperados presentaron una mayor deficiencia en la fluidez verbal, la capacidad de atención, la resolución de problemas complejos y la memoria de trabajo. Los investigadores resaltaron, además, que una mayor gravedad de la covid-19 y la necesidad de ventilación mecánica estuvieron relacionadas a un rendimiento cognitivo más deficiente.

La obtención de estos resultados está basada en los datos de 46 personas que estuvieron en unidad de cuidados intensivos (UCI) del hospital Addenbrookes de Reino Unido, 16 de estas con ventilación mecánica, entre el 10 de marzo de 2020 y el 31 de julio de 2020. Ellos se sometieron a una evaluación cognitiva computarizada. “Esta es la primera vez que se lleva a cabo una evaluación y una comparación tan rigurosas en relación con las secuelas de la covid-19 grave”, subrayaron los autores.

 

Más evidencia científica

 

No es la primera vez que se realiza un estudio que evalúa el impacto neurológico a largo plazo. Dos estudios publicados en marzo de 2022 analizaron el deterioro cognitivo en sobrevivientes de covid-19 grave. Una investigación publicada en la revista JAMA Neurology encontró que la supervivencia de covid-19, especialmente en casos graves, estuvo asociada a un aumento en el riesgo de deterioro cognitivo a largo plazo.

Los investigadores compararon los datos de 1.438 pacientes de 60 años o más que superaron la enfermedad con la información de 438 individuos de control que no se contagiaron. “Se excluyeron los participantes con deterioro cognitivo previo a la infección, un trastorno neurológico concomitante o antecedentes familiares de demencia, así como aquellos con enfermedad cardíaca, hepática o renal grave o cualquier tipo de tumor”, aclararon.

El análisis realizado en Wuhan, China, arrojó que el 12,45% de los sobrevivientes a la infección viral mostraron un deterioro cognitivo a los 12 meses del alta. Los resultados evidenciaron que estos tuvieron puntajes más bajos en la entrevista sobre el estado cognitivo que aquellos pacientes con casos no severos o sin infectarse. “Los hallazgos sugieren que el deterioro cognitivo a largo plazo es común después de la infección por Sars-cov-2, lo que indica la necesidad de evaluar el impacto de la pandemia de covid-19 en la futura carga de demencia en todo el mundo”, concluyó. 

Foto: Sisol

COMPLICACIONES. La dificultad para encontrar palabras y una respuesta verbal más lenta fueron dos manifestaciones presentes en pacientes que superaron la covid-19.
Foto: Sisol

 

El segundo estudio que respalda estos hallazgos fue publicado hace dos meses en la revista Brain, Behavior, and Immunity. El mismo concluyó que “la fatiga y el deterioro cognitivo se encuentran entre los síntomas más comunes y debilitantes del síndrome post-covid-19”.

El análisis incluyó la revisión de 81 estudios científicos publicados hasta el 8 de junio de 2021. Esta investigación determinó que uno de cada cinco individuos presentó deterioro cognitivo tres o más meses después del diagnóstico de covid-19. “Se observaron incidencias similares de fatiga y deterioro cognitivo entre las poblaciones hospitalizadas y no hospitalizadas. Además, la fatiga y el deterioro cognitivo parecen perdurar y potencialmente pueden empeorar con el tiempo en individuos susceptibles”, advirtieron los autores.

De hecho, la evidencia científica que sugiere impactos en el deterioro cognitivo luego de una infección respiratoria también proviene de estudios llevados a cabo en epidemias anteriores. Por ejemplo, una investigación publicada en 2020 en la revista The Clinical Neuropsychologist halló que alrededor del 15% de los pacientes con el síndrome respiratorio agudo severo (Sars-cov) o el síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS) mostraron secuelas de déficits cognitivos hasta tres años después de superado el contagio. Los síntomas incluyeron problemas de memoria, alteración de concentración, insomnio y fatiga.

 

Posibles explicaciones

 

“Las bases neurobiológicas y psicológicas de estos déficits siguen sin estar claras”, advierten los investigadores de la Universidad de Cambridge y el Imperial College de Londres. Sin embargo, los estudios deslizan una serie de hipótesis sobre los posibles causantes de este deterioro. En principio, aclaran que la infección por el virus es la causa menos probable.

El neurólogo Nilton Custodio señaló a este medio que las secuelas cognitivas en personas jóvenes —de alrededor de 30 años de edad— que tuvieron una enfermedad grave o estuvieron en UCI no están relacionadas a la infección en sí misma, sino a otros procedimientos.

Los factores alternativos están relacionados a la respuesta del cuerpo a la infección y al tratamiento de los síntomas que sí podrían jugar un papel importante explicando estas manifestaciones neurológicas. Tal es el caso del suministro inadecuado de oxígeno o sangre al cerebro, pues —de acuerdo con la publicación de JAMA Neurology— las neuronas son sensibles a la lesión hipóxica (privación de oxígeno y un limitado flujo de sangre).

La desatención de la demencia en los primeros meses de pandemia contribuyó a que la enfermedad empeorará”, dijo Francisco Parodi.

La baja oxigenación cerebral —explicó Francisco Parodi, geriatra responsable del Centro de Investigación del Envejecimiento (CIEN)— puede, por un lado, provocar que se active un mecanismo de muerte celular programada (conocido como apoptosis) en el que las células se van muriendo poco a poco. Por otro lado, agregó, puede generar la formación de coágulos que ocasionan microinfartos o infartos cerebrales. “Se forman coágulos que tapan las arterias del cerebro y matan las neuronas. Eso puede llevarte a un tipo de demencia vascular”, dijo a OjoPúblico.

Asimismo, tanto el bloqueo de vasos sanguíneos debido a la coagulación como la respuesta inflamatoria son reacciones del organismo que ayudan a entender los impactos neurológicos. “La evidencia emergente sugiere que el mecanismo más importante puede ser el daño causado por la propia respuesta inflamatoria y el sistema inmunitario del cuerpo”, señala el estudio publicado en E Clinical Medicine. Francisco Parodi precisó que la inflamación de las meninges o del cerebro (meningitis o encefalitis, respectivamente) por covid-19 puede dejar cicatrices que se manifiestan como deterioro cognitivo.

Finalmente, las investigaciones resaltan que los factores de riesgo vascular también están asociados a un mayor déficit cognitivo. Estos incluyen accidente cerebrovascular, enfermedad coronaria e hipertensión. “Puede pasar que por la gran disfunción de órganos o por efectos secundarios de algunos fármacos que se han podido usar se altere el funcionamiento mental y haga un deterioro cognitivo, pero podría ser potencialmente reversible”, advirtió Parodi.

 

Diferentes impactos

 

Aunque el deterioro cognitivo es una de las consecuencias de mayor preocupación, no es la única. A nivel neurológico, las secuelas van desde manifestaciones neuropsiquiátricas hasta físicas. La duración de estos síntomas es variable. “La susceptibilidad del sistema nervioso central al Sars-cov-2 ha despertado un gran interés en las investigaciones neuropsiquiátricas entre los sobrevivientes de covid-19”, anuncia una investigación de 2022.

Tan solo un estudio observacional publicado en la Revista de Neuro-psiquiatría de la Universidad Peruana Cayetano Heredia y realizado en Perú a finales de 2020 encontró manifestaciones distintas en el sistema nervioso central (SNC) y el sistema nervioso periféricos (SNP). Las del primer grupo incluyeron cefalea, encefalopatía, ataque cerebrovascular, crisis epiléptica, hemorragia cerebral y encefalitis.

Mientras que en el segundo grupo se identificó a la mialgia, anosmia, disgeusia, rabdomiólisis y polirradiculoneuropatía aguda. “De 1.122 pacientes, 354 (31,5%) presentaron alguna manifestación neurológica, en tanto que 26,9% mostraron síntomas del SNC y 8,4% del SNP”, concluyeron.

Foto: Minsa

TRASTORNOS MENTALES. La ansiedad y depresión son algunos de los impactos en la esfera anímica afectiva registrados después de la infección por la covid-19. 
Foto: Minsa

 

A estas consecuencias físicas se suma el incremento de las afecciones mentales, como la ansiedad y la depresión. Un análisis de 153.848 personas, publicado en British Medical Journal, halló que las personas con covid-19 grave presentaron trastornos de ansiedad, depresivos, de estrés y adaptación, hasta un mes después de superar la infección. “Los hallazgos sugieren que las personas que sobreviven a la fase aguda de covid-19 tienen un mayor riesgo de sufrir una variedad de trastornos de salud mental incidentes”, indicaron los autores de la publicación.

Además, un estudio con más de 230.000 participantes —hecho en 2021 y disponible en la revista The Lancet— determinó que uno de cada tres pacientes que se recuperaron de la covid-19 presentaron un trastorno cerebral o psiquiátrico en los seis meses siguientes al contagio. “Nuestros resultados indican que las enfermedades cerebrales y los trastornos psiquiátricos son más comunes después de la covid-19 que después de la gripe u otras infecciones respiratorias”, afirmó el investigador Max Taquet en un comunicado de prensa.

Al respecto, Nilton Custodio destacó que los síntomas conductuales que presentaron pacientes con alzheimer en Perú, como depresión y apatía, se detectaron tras la primera ola de contagios, pero que un segundo análisis —aún por publicarse—, realizado luego de la segunda ola de la enfermedad, reveló que estas manifestaciones se redujeron. “Son conductas provocadas por el aislamiento social más que por la enfermedad y, en su mayoría, son transitorios”, concluyó.

Reloj Se ha añadido un artículo a su lista de lecturas

Noticias Relacionadas