Actualización: 19 de julio del 2020
Durante cuatro días el líder asháninka Marco Germán Crevo viajó por carretera desde su comunidad Unión Paraíso Alto Huao, ubicado entre la frontera de Perú y Brasil, en Ucayali, para llegar hasta la ciudad de Pucallpa, con el fin de solicitar apoyo del Gobierno Regional y enfrentar la incertidumbre y la muerte que acecha en su territorio. Los últimos meses la cifra de fallecidos se ha incrementado en su localidad y no saben si es por el dengue o por la infección del SARS-CoV-2. “Hay varios enfermos que prefieren tratarse en la comunidad con plantas tradicionales y no salen a las ciudades [para atenderse en los puestos de salud] porque cuesta mucho dinero”, dijo el dirigente.
El apu del pueblo asháninka solicita que la brigadas de salud lleguen a las comunidades indígenas de la frontera y puedan entregarles un diagnóstico claro sobre la enfermedad que enfrentan. El líder explicó a OjoPúblico que uno de los problemas que tienen es que no pueden notificar los fallecimientos a las autoridades sanitarias porque el puesto de salud más cercano está a un día de viaje por río. A la misma distancia se encuentra la comunidad más cercana con señal telefónica.
El caso de la comunidad Unión Paraíso Alto Huao es uno de tantos que existen en la Amazonía peruana, donde las muertes indígenas son invisibles para el Estado. Durante el último año de pandemia, con las muertes incrementándose, el líder indígenas Berlín Diques, de la Organización Regional Aidesep Ucayali, alerta que estas pérdidas no se han reflejado en los datos oficiales del Perú.
Defunciones sin variable étnica
El 31 de mayo, las autoridades peruanas sinceraron la cifra de fallecidos por Covid-19 ocurridas entre el 1 de marzo de 2020 y el 22 de mayo de 2021, y anunciaron que en este tiempo 180.764 personas murieron por la Covid-19. Este número es tres veces más grande que los reportes oficiales que se conocían hasta ese momento de parte del Ministerio de Salud (Minsa).
La investigación, que estuvo a cargo de funcionarios y expertos independientes, tomó en cuenta cinco bases de datos, entre ellas la del Sistema Nacional de Defunciones (Sinadef). Sin embargo, esta fuente de información no cuenta con la variable étnica, por lo que este denominado sinceramiento de cifras no permite conocer cuántos indígenas han muerto realmente a causa de la pandemia.
OjoPúblico se comunicó con Patrick Wieghardt, uno de los integrantes del equipo técnico que se encargó de sincerar la cifra de fallecidos por Covid-19 en el Perú. El biólogo explicó que de las cinco bases de datos que analizaron, ninguna hacía referencia al pueblo indígena de la persona fallecida. “Cuando revisamos la información sobre defunciones, lamentablemente no encontramos ningún campo que indique la etnia de la persona”, indicó el experto. Explicó también que de parte del Estado no se conversó ni contempló incluir esta información en el análisis.
El trabajo de sinceramiento de las cifras de fallecidos por Covid-19 comenzó el 14 de abril por encargo de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) y finalizó con la publicación de un informe con los datos de más de 180 mil personas fallecidas a causa del coronavirus. El documento ya fue enviado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) para que pueda ser adoptado en otros países.
Diferencias en las cifras oficiales
¿Si los datos oficiales no contemplan la variable étnica cómo el país podrá saber el impacto de la pandemia en los pueblos indígenas de los andes y la Amazonía? A la lideresa de la Confederación Nacional Indígena de la Amazonia Peruana, Diana Ríos, le preocupa que no exista esta información y que las muertes indígenas permanezcan silenciadas, a pesar de que han sido una de las poblaciones más afectadas por la pandemia. "Por justicia los pueblos indígenas deberíamos tener una atención intercultural, pero falta de voluntad de los gobiernos”, dice. Un dato expone esta ausencia: solo el 32% de las comunidades indígenas cuentan con un establecimiento de salud en su territorio, según el INEI.
Según la Base de Datos de Pueblos Indígenas, en el Perú hay 2.703 comunidades pertenecientes a 51 pueblos indígenas amazónicos, con una población estimada de 470.591 indígenas. Además, el informe anual del Grupo de trabajo de pueblos indígenas de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos estima que hay 7.000 personas pertenecientes a pueblos indígenas en aislamiento y contacto inicial (PIACI).
Si bien las cifras oficiales del Ministerio de Salud (Minsa) y las Direcciones Regionales de Salud (Diresa) no muestran el impacto real de la Covid-19 en los pueblos indígenas, un equipo de OjoPúblico analizó la información existente en la Sala de población indígena con Covid-19 del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades (CDC-Minsa) con la que reportan las regiones y encontró incongruencias en las cifras.
Hay 2.703 comunidades pertenecientes a 51 pueblos indígenas amazónicos en el Perú".
Hasta el 10 de junio, el CDC tenía registrados a 139 indígenas fallecidos en 10 regiones amazónicas del Perú. De acuerdo a esa limitada información los pueblos más afectados fueron los Awajún (48), Asháninka (19) y Kichwa (10).
Sin embargo, la información en las regiones registra un número más alto. OjoPúblico construyó una base de datos -a partir de pedidos de acceso a la información- sobre las muertes reportadas por las oficinas de Epidemiología de cuatro regiones amazónicas del Perú: Loreto, Ucayali, San Martín y Amazonas, y halló que, hasta el 9 de junio, registraban 169 fallecidos indígenas por Covid-19.
Hasta el cierre de esta edición la única región que no contestó fue Madre de Dios, porque aún estaban trabajando en el sinceramiento de sus cifras, dijo Carlos Delgado Arana, director de la Oficina de Epidemiología. “Se ha evidenciado un mal registro de casos indígenas, ahora trabajamos para esclarecer la cifra”, precisó.
Consultado sobre el tema, Julio Mendigure, director ejecutivo de Pueblos indígenas u Originarios del Minsa indicó a OjoPúblico que la fuente oficial sobre el avance de la pandemia en esta población es la Sala de población indígena con Covid-19 de la CDC. Sin embargo, los datos de este sistema no coinciden sus datos con las direcciones regionales de salud.
OjoPúblico también se comunicó con la CDC del Minsa para conocer su metodología y fuentes de información pero hasta al cierre de esta edición no respondieron nuestra solicitud.
SIN ACCESO.Los centros de salud más cercanos para la mayoría de comunidades indígenas está a un día de viaje por el río.
Foto: Andina
Por su parte, las cifras que la Red Eclesiástica Panamazónica (Repam) y la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (Coica), consignan en su informe del 10 de noviembre del 2020, mencionan que hasta ese momento habían registrado 400 muertes indígenas por Covid-19 en Perú. Era la tercera región, después de Colombia y Brasil, con más víctimas.
El boletín de monitoreo Covid-19 en la Panamazonía de Repam y Coica no continuaron porque “los estados presentaron deficiencias en sus reportes”, dijo Diego Aguiar a OjoPúblico, responsable de la elaboración de este documento.
En el caso de Perú, la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep) era la encargada de juntar los datos haciendo una comparación con los registros de las Diresas, y luego la enviaba a Coica y Repam. Sin embargo, “encontraron dificultades en las cifras específicas de infectados y fallecidos, y por eso se suspendieron los informes", explica Aguiar.
El subregistro de muertes indígenas ya había sido alertado por la Defensoría del Pueblo, explicó Nelly Aedo a OjoPúblico, jefa de programa de Pueblos Indígenas de dicha institución, y recomendó al Minsa corregir los datos sobre los fallecidos en un Informe de Adjuntía presentado en diciembre de 2020.
El subregistro de muertes indígenas ya había sido alertado por la Defensoría del Pueblo".
“Si bien la Sala de Pueblos Indígenas del Minsa-CDC fue un avance, observamos que no se actualiza todos los días, así como faltan varias precisiones e información a nivel comunal. Desde nuestra institución se pidió a todas las Diresas a nivel nacional que incorporen la variable de pertenencia étnica en todos sus registros. Y también es importante que se sincere la cifra de fallecidos en este grupo vulnerable para conocer su real afectación durante esta pandemia”, agregó Aedo.
El presidente de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), Lizardo Cauper, también ha expresado su preocupación por el subregistro en las muertes indígenas y cree que eso es también una forma de discriminación. “Si en las comunidades no hay centros de salud, medicinas, ni profesionales que atiendan a los enfermos, y hay abandono del Estado, cómo se va a poder registrar a todos nuestros muertos por Covid. No existe una estadística clara de enfermedades”, dijo.
Para el antropólogo Rodrigo Lazo el número de fallecidos sería mayor a los registrados por los del sistema de salud nacional y regional. El especialista, que analiza el subregistro de muertes en indígenas, indicó que “los reportes del Estado tienen un subregistro sistemático, pues no se tratan de casos aislados, de cinco o diez como sucede en las ciudades, sino de algo más sistémico porque hay una gran cantidad de muertes indígenas que ni siquiera tuvo la posibilidad de ser registrado porque no hay establecimientos del Estado cercanos a sus territorios”, explicó.
¿Qué estrategias aplicar?
A dos meses del inicio de la pandemia, el 12 de mayo del 2020, el líder shipibo-konibo y alcalde del distrito de Masisea (Ucayali) Silvio Valles, falleció a consecuencia de la infección por Covid-19. La noticia se difundió a nivel nacional y muchos medios informaron que se trataba de la primera víctima indígena de la pandemia, pero las organizaciones indígenas locales advierten que antes ya se habían reportado otras muertes en las comunidades pero que no se registraron en la ciudad por la desconfianza existente hacia el sistema de salud.
El presidente de ORAU, Berlín Diques, cuestiona la burocracia del gobierno para implementar un adecuado registro de fallecidos indígenas por Covid-19 y dice que solo en su zona "se han registrado más de 240 muertes en lo que va de la pandemia, mientras la Diresa señala que hay solo 23. Yo creo que el Ministerio de Salud y la Diresa esconden la información y esto no permite medir adecuadamente el impacto de la pandemia”, criticó.
Para mejorar el registro de fallecidos, el antropólogo Rodrigo Lazo propone implementar un registro de síntomas para la identificación sindrómica de los casos. Detalla que las juntas comunales pueden asumir el registro diario a través de sus secretarios, para consignar el nombre y perfil del enfermo, síntomas, antecedentes de exposición (contacto y lugar) individual y colectiva para la identificación epidemiológica, causas clínicas del fallecimiento y características de la comunidad.
“Esta información debería ser remitida a sus organizaciones de base y luego regionales. Comparar los datos con las Diresas y analizar cada caso para determinar las causas. Así se tendría un registro más certero de los casos”, recomendó Lazo.