PROBLEMAS. La modalidad de beca indígena, otorgada por Pronabec, es la que presenta mayor deserción.

El otro rostro de Beca 18: el 43% de estudiantes indígenas no logra terminar la carrera

El otro rostro de Beca 18: el 43% de estudiantes indígenas no logra terminar la carrera

PROBLEMAS. La modalidad de beca indígena, otorgada por Pronabec, es la que presenta mayor deserción.

Foto: Andina

Desde 2012, cuando se creó Pronabec, más de 17 mil jóvenes pobres y de pobreza extrema no terminaron sus estudios porque dejaron de recibir la subvención que les otorgó el Estado. De las ocho modalidades de Beca 18, la mayor cantidad de deserción corresponde a la categoría de comunidades indígenas amazónicas. De los 2.824 estudiantes que obtuvieron una beca entre 2014 y 2020, el 43% no concluyó su carrera profesional. Diversos especialistas señalan que es necesario reformar este programa con un enfoque intercultural, pues universidades no reconocen su lengua indígena como segundo idioma.

14 Diciembre, 2020

Desde que llegó a Lima, en 2014, para estudiar Gestión Ambiental Empresarial en la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL), el  joven awajún Dante Sejekam Espejo prometió no marcharse de esa gran ciudad sin ser profesional. Había ganado una beca otorgada por el Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec), que cubría todos sus gastos por un periodo de seis años, cuando debía terminar la carrera. Sin embargo, cumplido ese tiempo, el muchacho había desaprobado algunos cursos que le impidieron graduarse. Sin la subvención del estado peruano, su futuro se complicaba. 

Sejekam Espejo, oriundo de Condorcanqui (Amazonas), no pudo retomar las materias desaprobadas porque la universidad le exigía estudiar inglés para graduarse. El Estado tampoco reconoció su idioma awajún como segunda lengua. Ese tiempo invertido en aprender otro idioma le impidió llevar los cursos reprobados y perdió los beneficios de la beca. No fue el único estudiante que enfrentó esa dificultad: solo dos de los becarios que ingresaron con él a USIL concluyeron la carrera en 2019. 

Dante es parte de la primera promoción de estudiantes indígenas a la que Pronabec le otorgó la Beca 18, bajo la modalidad de Comunidades Nativas Amazónicas (CNA). Ingresó a la universidad junto a 98 compañeros de las distintas regiones de la selva peruana. La mayoría de ellos desertó de la universidad, al dejar de recibir la ayuda del Estado. “Todo el mundo se fue por su lado. Fue como una despedida, en realidad”, recuerda el joven.

Aidesep solicitó el 2019 a Pronabec ampliar la beca en USIL hasta por tres semestres para que un grupo terminara sus estudios, pero no aceptaron.

El año pasado la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep) solicitó a Pronabec ampliar la beca en USIL hasta por tres semestres, para que 20 estudiantes de comunidades amazónicas terminaran su carrera y obtuvieran un título profesional. Sin embargo, aunque se reunieron con el Viceministerio de Gestión Institucional del Ministerio de Educación (Minedu), Guido Rospigliosi Galindo, Pronabec no aceptó. La entidad argumentó que su reglamento no permite prolongar el subsidio de Beca 18 y tampoco tiene el presupuesto para financiar a todos los estudiantes que no finalizaron su carrera.   

Tras la respuesta, Dante Sejekam persistió: se quedó en Lima para trabajar y concluir los cursos que le faltan. Sobrevivió a la etapa más crítica de la pandemia, gracias al apoyo de uno de sus docentes y, ahora, espera que Pronabec y el Ministerio de Cultura le brinden facilidades para terminar sus estudios. No quiere marcharse de Lima sin ser profesional, como se lo prometió en 2014. 

 

La modalidad con más deserción

 

En 2012, el gobierno peruano creó Pronabec y se convocaron cuatro modalidades de beca: Beca 18 ordinaria, Beca 18 Fuerzas Armadas (para licenciados del Servicio Militar Voluntario), Beca 18 Vraem (dirigido a jóvenes que viven en distritos del Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro) y Beca 18 Repared (para víctimas del conflicto armado interno entre 1980 y 2000). Un año después, se incorporaron las modalidades Beca 18 EIB (Educación Intercultural Bilingüe) y Beca 18 Albergue. Y, por último, se sumaron las modalidades Beca 18 Huallaga y Beca 18 CNA, en 2014. 

Esta última va orientada a estudiantes de regiones amazónicas de hasta 22 años, con buen rendimiento académico y que acrediten pertenecer a una comunidad nativa amazónica o a una federación indígena. Según los datos de Pronabec, la Beca 18 CNA es la cuarta modalidad que ha entregado más subsidios a la fecha: 2.824 estudiantes beneficiados. 

Desde 2012, Pronabec ha entregado un total de 71.205 becas 18, en sus ocho modalidades. Sin embargo, 17.825 jóvenes (25%) dejaron de recibir ese subsidio. La modalidad con mayor porcentaje de deserción fue CNA. De los 2.824 estudiantes que obtuvieron una beca entre 2014 y 2020, el 43% no concluyó su carrera profesional. Es decir, 1.217 jóvenes dejaron de recibir los beneficios del Estado: pago de la matrícula y pensión de estudios, costos de alimentación, alojamiento y transporte. Los becarios recibían S/ 1.200 mensuales de Pronabec hasta mediados de 2019, cuando dicho monto aumentó S/ 60, según contó  Dante Sejekam Espejo.  

becas indigenas

SIN CONCLUIR. Carlos Olórtegui y Dante Sekejam ingresaron en 2014 a USIL gracias a una beca del Estado, pero no terminaron su carrera. 
Foto: Archivo personal Carlos Olórtegui

 

Mediante un documento, Pronabec dijo a OjoPúblico que “muchos de los becarios CNA históricamente han desertado de la carrera al no poder solventar con sus propios medios [económicos] los cursos desaprobados”. Otra de las razones que indicaron para explicar la alta deserción fue el abandono de los estudios, reiterado incumplimiento de obligaciones, renuncia de la beca y discapacidad. 

A partir del análisis de los datos de Pronabec, OjoPúblico estableció que la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL) es la segunda institución educativa que recibió más becas 18. Y, además, es la institución que registra mayor deserción de becarios en la modalidad CNA. Asimismo, esa casa de estudios es la segunda con más becas suspendidas en las ocho modalidades que existen de la Beca 18: de las 421 becas entregadas por USIL bajo la modalidad CNA, hubo deserción en 295 casos. Es decir, el 70% del total. 

Pronabec asegura haber aplicado cambios para mejorar sus índices de deserción como la implementación de una plataforma de orientación vocacional y un sistema de alerta temprana para advertir el nivel de riesgo en los becarios, conforme van avanzando. Sin embargo, Wilfredo Quispe y Elena Burga -especialistas consultados por Ojo Público- advierten que el programa Beca 18 no tiene un enfoque intercultural y sus criterios de evaluación no se adaptan a los aprendizajes y apoyo emocional que necesitan los jóvenes de los pueblos amazónicos.

 

Sueños truncados

 

El 15 de marzo, cuando el expresidente Martín Vizcarra declaró el Estado de Emergencia por la Covid-19, Carlos Olórtegui, de 27 años, trabajaba a tiempo completo en una tienda de zapatillas, en el distrito de Santa Anita, en Lima. Un año antes, al igual que Dante Sejekam Espejo, había dejado de recibir el financiamiento de Beca 18 en USIL. 

Ambos resistieron a la crisis generada por la pandemia en Lima, con la esperanza de terminar la carrera y volver a sus regiones como profesionales. Olórtegui, joven yine oriundo de Atalaya (Ucayali), cuenta a OjoPúblico que solo regresará a su tierra cuando termine la carrera de Gestión Empresarial Ambiental. “A Lima nunca me voy a acostumbrar, es algo temporal. Sí o sí tengo que regresar a mi provincia, porque amo la selva y deseo estar ahí; y aportar con lo que he aprendido estos años en la universidad”, cuenta. 

El joven yine continúa trabajando en la tienda, pero ha empezado a buscar otro empleo de medio tiempo para pagar los dos semestres que le faltan y terminar la carrera. “No tengo esperanza de que [Pronabec] se flexibilice con nosotros. Está cerrado ese tema, pero quizás tome en cuenta que de todos los becarios, solo dos han terminado. Entonces, ¿qué podemos mejorar? ¿se puede ampliar [la beca] uno o dos cursos, tal vez un ciclo? Esos criterios deberían manejarlos”, explica. 

Ambos resistieron a la pandemia en Lima, con la esperanza de terminar la carrera". 

Sejekam Espejo, en cambio, sí tuvo días en los que consideró -junto a su novia- la posibilidad de volver a Condorcanqui. “Pensamos en regresar caminando. Ya tenía decidido retornar, pero uno de mis profesores me ofreció quedarme en su casa y ayudarme con los cursos [que me faltaban]. Fueron momentos muy difíciles”, admite el joven awajún. 

Sin el financiamiento de la beca, Dante y Carlos solo recibirán el descuento del 50% que les prometió Pronabec en el costo de los cursos que les falta estudiar en USIL. Es decir, por los ocho cursos que les faltan, Sejekam pagaría aproximadamente S/8.215; mientras que Olórtegui asumiría el costo de S/13.180 por los diez cursos que tiene pendientes. 

“Aunque nos ofrecen descuento, no es suficiente. Porque si sacamos la cuenta, con un sueldo básico [de S/930 mensuales], el cuarto, el pasaje, la comida, ¿qué te queda para pagar la universidad?”, se pregunta Olórtegui.  

 

Una posible salida

 

Ante esta difícil situación que viven más de 1.200 estudiantes de la Amazonía, Aidesep propuso, en 2019, que Pronabec subvencione la totalidad o parte de los pagos que debían realizar los alumnos. E incluso planteó que los estudiantes puedan recuperar y adelantar algunos cursos durante el período vacacional, para “disminuir el tiempo de extensión de la beca”.  

A cambio, la organización indígena se comprometía a supervisar el desempeño de los jóvenes y asegurarse que aprobaran todos los cursos. Con este propósito sugirió que, junto al Consejo Directivo de Pronabec y el Minedu, se diseñe un plan de acompañamiento académico para los becarios con enfoque intercultural y territorial. 

El 4 de diciembre de 2019, Aidesep y un grupo de exbecarios tuvieron una primera reunión con el abogado Jordan Meléndez, de la Dirección de Educación Intercultural Bilingüe del Minedu. Allí, la organización indígena expuso los inconvenientes que tuvieron los exbecarios para cursar los 10 semestres académicos consecutivos, tal como exige el convenio de Pronabec. Señalaron, por ejemplo, que para los alumnos era obligatorio el curso de inglés; lo que les impedía llevar otros cursos de su carrera al mismo tiempo. 

becas indigenas

DIÁLOGO. Aunque Aidesep le propuso a Pronabec ampliar la beca para que un grupo de estudiantes indígenas concluyan su carrera, la entidad estatal no aceptó. 
Foto: Aidesep

 

“Teníamos la opción de llevar algunos cursos que desaprobamos en el verano, con nuestra propia plata. Pero, a la vez, nos exigían que estudiáramos inglés en un instituto. Esto último nos demandaba toda la mañana y los cursos eran en ese mismo horario. Teníamos que elegir inglés porque si no lo llevábamos, [Pronabec] no nos subvencionaba durante los meses de vacaciones”, contó Olórtegui. 

El idioma inglés es un requisito en cualquier carrera profesional de la modalidad CNA. Sin embargo, Sejekam Espejo sostiene que estudiar un idioma extranjero es difícil para muchos indígenas que, antes de su experiencia universitaria, presentaban dificultades para hablar español. “Llevamos el curso con estudiantes de Lima y algunos que estuvieron en Estados Unidos. Si alguien domina inglés y habla bien, avanza. Pero, los que no sabemos nos quedamos así, con las dudas. Si haces un reclamo, no te hacen caso”, explicó.   

Pese a la propuesta de Aidesep, el resultado de la reunión con el Minedu no fue favorable. El 16 de diciembre de 2019, la organización indígena envió una carta al viceministro de Gestión Institucional, Guido Rospogliosi Galindo, para insistir en un acuerdo que garantice “el derecho a una educación de calidad” para los jóvenes de comunidades amazónicas. 

Pese a la propuesta de Aidesep, el resultado de la reunión con el Minedu no fue favorable".

“Si bien USIL ha venido implementando algunas medidas, como tutorías especializadas y acompañamiento académico, estas no han contribuido a asegurar la permanencia ni el egreso [de los becarios]”, señala el documento.  En respuesta, el Ministerio de Educación informó que designó un equipo técnico de Pronabec para analizar lo advertido por Aidesep. 

Luego de insistir con el tema a través de correos electrónicos, los líderes de Aidesep se reunieron con el viceministro Guido Rospliguiosi y la comisionada Nelly Aedo Rueda, jefa del Programa de Pueblos Indígenas de la Defensoría del Pueblo. Sejekam Espejo recuerda que en aquella cita la ampliación de la beca fue rechazada por las autoridades. “Ellos nos dijeron que no tenían presupuesto y el caso se cerró. Empezaron a tocar otros temas”, cuenta el estudiante awajún que participó en la reunión. 

En octubre de este año, Pronabec le dijo a OjoPúblico que “la normativa actual de Pronabec no contempla para ninguna de sus becas” una ampliación de los beneficios por un retraso “en la culminación de los estudios superiores debido a cursos desaprobados”. 

becas indigenas

BENEFICIADA. USIL es la segunda institución educativa que recibió más becas 18 en todas las modalidades.  
Foto: USIL

 

La entidad estatal precisó que todos los becarios firman una ficha de aceptación de la beca, donde declaran conocer la normatividad que rige a la subvención. Esta incluye terminar los estudios en seis años consecutivos: uno de nivelación y los cinco propios de la carrera profesional.

 

Los argumentos de Pronabec

 

El 20 de noviembre, Dante Sejekam se volvió a reunir con representantes de Pronabec, la Defensoría del Pueblo y el Ministerio de Cultura. En esa cita virtual, Pronabec argumentó que, ante un mayor número de becarios, existe mayor deserción y probabilidades de pérdida de la beca; y denegó la ampliación del subsidio porque existe “una restricción legal” y todas las “normas los tienen atados”. María Amparo Joseph Huamán, una de las representantes de Pronabec, señaló incluso que las dificultades que atravesaba el joven para conseguir trabajo y seguir estudiando afectaba a todos los becarios. 

Por ese motivo se creó, en mayo de este año, la Beca Continuidad. Esta nueva beca fue lanzada para estudiantes de universidades privadas, escuelas de educación superior e institutos públicos y privados que fueron afectados por la emergencia sanitaria. La selección de becarios finalizó en agosto y, aunque Dante pudo cumplir algunos criterios para ser admitido, no pudo registrarse pese a que lo intentó varias veces, pues el sistema de inscripción estaba fallando. 

Lo que buscamos es tener trabajo para, de alguna manera, costear nuestros gastos", explica Dante".  

Como alternativa, Pronabec le ha ofrecido un curso virtual de empleabilidad y cuatro sesiones de asesoría “para evaluar su situación actual” y que “pueda reflexionar e interiorizar las temáticas impartidas en su crecimiento personal”. Por lo pronto, Sejekman Espejo y Olórtegui -al igual que siete de sus compañeros de USIL- han decidido aceptar esta oferta con la expectativa de obtener un empleo cuando terminen su carrera. “Lo que buscamos es tener trabajo para, de alguna manera, generar ingresos y costear nuestros gastos. Por eso hemos aceptado”, explica Dante.  

La historia de estos dos jóvenes demuestra que, si no es acompañada con una estrategia específica, la entrega de becas no garantiza la formación de más profesionales: de los 99 becarios que ingresaron a USIL en 2014 solo 22 han egresado. Otros cuatro, por su parte, siguen como estudiantes activos y 73 alumnos perdieron el beneficio.

 

Factores no considerados por Pronabec

 

Wilfredo Quispe Huayhua, especialista de la Dirección Intercultural Bilingüe del Minedu, señala que Pronabec debería considerar el aspecto intercultural y el desarraigo familiar de los jóvenes. El objetivo es que los estudiantes se adapten a Lima, que es la ciudad con el mayor número de becarios en la modalidad CNA. 

Un segundo aspecto resaltado por Elena Burga Cabrera, especialista en temas indígenas y exviceministra de Interculturalidad del Ministerio de Cultura, es la brecha educativa que existe entre las regiones amazónicas y Lima. “Estos chicos vienen de una secundaria rural, de escuelas unidocentes y multigrado. Por más que sean los número uno, sus niveles son bajísimos. [Por eso] su adaptación requiere de un sistema tutorial especializado para acompañarlos y darles un apoyo socioemocional”, señala. 

La exviceministra explica, además, que Aidesep advirtió sobre estos riesgos al Pronabec hace algunos años, pero la entidad estatal no reformuló los requisitos. “Lamentablemente, el Estado tiene una incapacidad para salir de la caja y hacer una beca pensada con un enfoque intercultural. Para lograr una verdadera igualdad, tenemos que tener becas de acuerdo a las características [de los estudiantes]”, precisó.   

Pronabec debe identificar las dificultades en el aprendizaje de los becarios", dice Nelly Aedo. 

¿Qué aspectos debería mejorar Pronabec? El antropólogo y docente universitario, Rodrigo Lazo Landívar plantea que la entidad necesita más presupuesto para cubrir los cursos que desaprueben los becarios. “Ese ya es un factor de posible pérdida de la beca porque, si sus familias pertenecen a los últimos quintiles de pobreza, no tiene ningún sentido que [se pretenda que] puedan pagar esos créditos [que les faltan para acabar la carrera]”. 

Además, el especialista cuestiona el sistema usado por Pronabec para evitar la deserción de estudiantes. “Cuando planifican que [los estudiantes] acaben en cinco años, eso es lo ideal. Pero ni los universitarios que salen de las familias más privilegiadas y con mejores oportunidades acaban en ese tiempo”, sostiene. 

Nelly Aedo, de la Defensoría del Pueblo, señala que Pronabec debe identificar las dificultades en el aprendizaje de los becarios y brindar un acompañamiento emocional y educativo. “No puede ser obstáculo [para los becarios] el sentirse solos, lejos de su comunidad. Son jóvenes que tenían una vida más colectiva, con diversas tareas, pero la vida en la ciudad es más individualista”, explicó a OjoPúblico. 

Rodrigo Lazo dice que Pronabec necesita más presupuesto para cubrir los cursos que desaprueben los becarios".

Por su parte, Wilfredo Quispe considera que se necesita brindar asesoría con sabios y líderes indígenas, pues ellos comprenden mejor las dificultades de los jóvenes. “La mayoría de universidades no tienen una mirada intercultural. Siguen siendo universidades convencionales, con una sola metodología, un solo saber. El  mayor reto es modificar sus mallas curriculares”, sostuvo. 

Hay, asimismo, otros dos aspectos que se suman a la lista de dificultades que enfrentan los estudiantes indígenas: el no reconocimiento de su idioma nativo y los compromisos que les exige Pronabec. Sobre el primer aspecto, Pronabec reconoció en enero de este año que no existe una directiva para que los becarios de la modalidad CNA acrediten como segundo idioma su lengua originaria. 

“Se solicitará a la Universidad (USIL) implementar esa posibilidad. Además se ha consultado a la Dirección de lenguas originarias del Ministerio de Cultura con qué mecanismos se cuenta para la acreditación”, señaló Pronabec en un oficio enviado a la Defensoría del Pueblo. 

Rodrigo Lazo lamentó que la lengua originaria no haya tenido validez ante el Ministerio de Educación".

Al respecto, Rodrigo Lazo lamentó que la lengua originaria de estos jóvenes no haya tenido validez ante el Ministerio de Educación. “Entiendo que dentro de la normativa actual debería ser posible que los chicos certifiquen su propia lengua. Como derechos lingüísticos de los pueblos indígenas, ahí hay algo que no está considerando el programa [de Beca 18]”, cuestionó. 

El segundo aspecto es, quizás, el menos conocido hasta ahora: los becarios firman un “Compromiso País”, que los obliga a permanecer en Perú por un período de tres años después de finalizar sus estudios. Asimismo, deben prestar servicios profesionales o técnicos, preferentemente en su lugar de origen, trabajar en la administración pública e informar a Pronabec, anualmente, sobre el cumplimiento de sus actividades. 

Si no cumplen con dichos compromisos, los becarios “se someten a las sanciones que determine Pronabec”, señala el documento al que accedió OjoPúblico. Hasta 2016, el Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo podía exigirle al egresado “la devolución de la beca” si no cumplía con los acuerdos contemplados en el artículo 4 de la Guía de Resolución de Casos referentes a la condición del becario de pregrado. 

Al año siguiente, esta sanción quedó sin efecto con la Resolución Directoral Ejecutiva N° 118-2017 de Pronabec. No obstante, este cambio no anula los compromisos de servicio al país para los estudiantes que deciden retomar sus estudios luego de concluida la beca. 

OjoPúblico solicitó una entrevista con representantes de Pronabec, pero la institución estatal solo respondió con un documento, donde sostiene que las tasas de deserción de las diferentes modalidades de Beca 18 “siguen siendo relativamente bajas” tras el rediseño que aplicaron en 2018, cuando se implementó un sistema de riesgos y alerta temprana, así como apoyo académico y socioemocional. Sin embargo, el análisis realizado por OjoPúblico demuestra que, desde que se implementó el programa de becas del Estado, la mayor tasa de deserción afectó a jóvenes de comunidades amazónicas.  

La entidad también señaló que está en trámite la aprobación de un nuevo reglamento, que permitirá otorgar un subsidio para los cursos que fueron desaprobados por primera y segunda vez. Este anuncio, de concretarse, podría beneficiar en el futuro a jóvenes como Carlos Olórtegui y Dante Sejekam.    

Reloj Se ha añadido un artículo a su lista de lecturas