Pérdida de bosques peruanos crece entre retrasos del Minam y cifras paralelas

En la tercera semana de marzo, sin ninguna difusión pública, el Ministerio del Ambiente (Minam) actualizó el portal Geobosques —al 2022— con los registros que maneja sobre deforestación en el Perú. A pesar del desfase en los datos, se evidencia un alza en la pérdida de bosques: el área afectada llegó a 146.575 hectáreas según los datos oficiales, 11% más que en 2021. OjoPúblico encontró diferencias importantes con la información recopilada por la plataforma especializada Global Forest Watch para ese mismo periodo. Aunque esta registra una menor variación entre 2021 y 2022, hay 7.000 hectáreas de bosques deforestados que no fueron considerados en los datos del Minam.

AVANCE. En 2022, según el último reporte oficial, la pérdida de bosques de la Amazonía peruana aumentó en 11%, respecto al 2021.

AVANCE. En 2022, según el último reporte oficial, la pérdida de bosques de la Amazonía peruana aumentó en 11%, respecto al 2021.

Foto: OjoPúblico / Aldair Mejía

En setiembre de 2022, el Ministerio del Ambiente (Minam) destacó, a través de una nota de prensa, que se había registrado una caída del 32% en la pérdida de bosques de la Amazonía peruana. Un año después, la cartera no declaró la actualización de las cifras oficiales. 

Esto ocurrió recién la tercera semana de marzo de 2024, sin ninguna difusión pública, cuando el sector cargó datos actualizados en el portal Geobosques. A la demora, se ha sumado un incremento en la deforestación del país: pasó de 137.976 hectáreas a 146.575, en 2022. Es decir, 11% más que el año previo.

Desde 2010, como parte del Programa Nacional de Conservación de Bosques, el Minam difunde las cifras oficiales sobre deforestación en el país. Esto ocurre a mediados de cada año, debido al proceso de verificación y validación de los datos. Así, la información de 2023 debería publicarse entre junio y julio de este año, pero la reciente actualización de cifras de 2022 apuntan a una nueva tardanza. 

A fines de enero pasado, frente al retraso en la difusión de los datos, OjoPúblico solicitó, vía la Ley de Transparencia, el registro de pérdida de bosque por distrito de los últimos años. En su respuesta, a inicios de febrero, el Minam indicó que, al no terminar de “cerrar lo del 2022”, entregarían datos referentes a las “alertas tempranas”. Estas últimas son cifras que se actualizan cada 20 días, pero que no pasan “por tantas fases de verificación”.

A diferencia de lo recién publicado en el portal Geobosques, esos datos preliminares eran conservadores. En 2022, según la información proporcionada por el sector, había 130.313 hectáreas en alerta temprana de pérdida de bosque. Es decir, una cifra 11% más baja que las 146.575 declaradas hace unos días. 

Para el 2023, de acuerdo a lo entregado, el aumento de la pérdida de bosque fue de 123.636 hectáreas. En los próximos meses —cuando se actualicen las cifras del portal Geobosques al año pasado —se sabrá en cuánto difiere este indicador respecto a los datos finales del Minam. 

Al analizar la pérdida de bosques, otro punto a considerar es el método empleado para determinar el impacto. OjoPúblico cruzó la información del Minam con otras fuentes especializadas, y detectó diferencias marcadas en la implementación de las metodologías y sus resultados. Además, encontró que en Loreto, San Martín y Ucayali —territorios donde avanzan economías ilegales— se han registrado aumentos en las áreas deforestadas.


 

Diferencias metodológicas

 

El incremento en los datos sobre deforestación parte de un análisis basado en imágenes de satélite LANDSAT 7 y 8, realizado por el Programa Nacional de Conservación de Bosques del Minam. En sus gráficos actualizados, el sector no especifica la categoría boscosa revisada. No obstante, en su protocolo, la cartera señala que se trata de “cobertura de bosques primarios”. Es decir, aquellos que nunca han sido explotados por la actividad humana. 

Ante una consulta de OjoPúblico, el Minam dijo que realizan un monitoreo de "bosques primarios y secundarios mayores a 30 años aproximadamente" a través de imágenes satelitales Landsat, que “por sus características son empleadas por gran parte de países en el mundo". Sin embargo, no precisó si el análisis incluía a ambos grupos o solo a los primarios, como detalla el protocolo.

La recolección de información sobre pérdida anual de bosques emplea una metodología propuesta por la Universidad de Maryland (Estados Unidos). Esta fuente también es usada por otras organizaciones y plataformas, como el Global Forest Watch (GFW) que, junto a la casa de estudios estadounidense, brinda apoyo técnico al Programa Nacional de Conservación de Bosques.

A la demora en la publicación de los datos, se ha sumado un incremento en la deforestación del país: pasó de 137.976 a 146.575 hectáreas, en 2022". 

Teniendo en cuenta esto, OjoPúblico revisó la información sobre deforestación en Perú manejada por el portal del GFW y detectó una diferencia de 7.000 hectáreas deforestadas que no aparecen en los registros del sector ambiental. Es decir, según el GFW, la pérdida de bosque primario en 2022 fue de 161.000 hectáreas, un 9,8% más que los valores reportados por el gobierno peruano.

Esta diferencia se repite en los datos de 2021, aunque ambas fuentes emplean la medición de la Universidad de Maryland. De acuerdo a los registros del GFW, la deforestación llegó a 154.000 hectáreas ese año, un 11,6% mayor que las 137.976 consignadas en la plataforma Geobosques. 

 

Fernando Regal Gastelumendi, especialista en sistemas de información geográfica de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS) en Perú, califica como “buena y consistente” la metodología que usa el Minam para la realidad peruana. 

A pesar de eso, reconoce que hay fallas al no difundir los resultados y, también, por completar “la información con la que se cuenta [los datos por distrito, por ejemplo, todavía están actualizados hasta 2021]”.

Ruth Noguerón, del equipo de Global Forest Watch, explicó a OjoPúblico que la colaboración que tienen con el Programa Nacional de Conservación de Bosques ha sido “buena y abierta”.

Según la especialista, este trabajo se ha centrado en promover “el uso de alertas tempranas de deforestación”, así como el desarrollo de “entrenamientos” en la región Ucayali, donde el sector ambiental presenta la plataforma Geobosques, y ellos la del GFW. 

Al ser consultado por el retraso en la actualización de los datos de 2022, el Minam indicó, de forma general, que está "optimizando los procedimientos" para volver a brindarlos "en los tiempos establecidos". Aunque también se preguntó por el avance del análisis de 2023, el sector no respondió.

En paralelo, respecto a la falta de difusión de las cifras, la cartera informó que entregó los datos a los gobiernos regionales para que estos "puedan informar a su población los aspectos relacionados a la pérdida de bosques y puedan tomar las acciones pertinentes en el marco de la descentralización".

 

Repunte de la deforestación

Las cifras sobre pérdida de bosques de la Amazonía peruana, sean con la fuente oficial u otra especializada, muestran un incremento respecto a 2021. Además, los datos del Minam revelan una nueva característica sobre las extensiones de territorios deforestados: es la primera vez, desde 2017, que se detectan registros en superficies mayores a 500 hectáreas, asociadas a la agricultura de gran escala de palma aceitera o el establecimiento del grupo religioso menonita. 

En esta categoría, los datos oficiales reportan 3.003 hectáreas de bosque perdido en las regiones Ucayali y Loreto. En el primer caso, la deforestación de 1.895 hectáreas ocurrió en Nueva Requena, un distrito de la provincia Coronel Portillo, en Ucayali, caracterizado por la presencia de empresas que producen aceite de palma, así como la llegada de la colonia menonita, cuyas actividades agrícolas han generado deforestación en la región y enfrentamientos con comunidades indígenas.

En 2022, las regiones que registraron mayor incremento de pérdida de bosques son: Amazonas, San Martín, Loreto y Madre de Dios".

El segundo caso, en tanto, corresponde al distrito de Padre Márquez, en la provincia de Ucayali, región Loreto. Allí se perdieron 503 hectáreas. En esta localidad también se ha denunciado la actividad de los menonitas y la fiscalía ambiental de Loreto tiene una investigación contra el grupo religioso por el presunto delito contra el medio ambiente, en la modalidad deforestación. 

No obstante, la mayor cantidad de pérdida de bosques de 2022, siempre según Geobosques, se registró en extensiones de entre menos de una hectárea y cinco. Este grupo, relacionado a la agricultura familiar, representó el 66% de todo lo deforestado en la Amazonía peruana. 

Asimismo, a partir de la revisión de datos de esta misma fuente, este medio identificó que las zonas con mayor incremento de pérdida de bosques son: Amazonas (48,5%), San Martín (35,8%), Loreto (33,4%) y Madre de Dios (5,8%). Estas regiones concentran el 51,2% de toda la deforestación en el país y, también, el avance de economías ilegales que afectan los bosques primarios. 

 

En el caso de la región Amazonas, como ha reportado OjoPúblico en los últimos meses, hay un aumento en la extracción ilícita de oro en el distrito de El Cenepa, donde incluso se ha alertado sobre acuerdos entre comunidades y mineros ilegales. En esta localidad, casi se duplicó la deforestación. Entre 2021 y 2022, pasó de 337 a 614 hectáreas, según el portal Geobosques. 

La región San Martín, en tanto, tiene distritos con actividades lícitas, como el sector inmobiliario, que reportan un crecimiento a la par del de la pérdida de bosques. En Moyamba, por ejemplo, la deforestación creció en 42%: pasó de 860 a 1.222 hectáreas, entre 2021 y 2022. 

El director de Sistema de Información Geográfica y Tecnologías de la Asociación para la Conservación de la Cuenca Amazónica, Sidney Novoa Sheppard, señaló que el país no se encuentra frente a una “cifra crítica”, pero se ha “estancado en la tendencia a reducir las tasas anuales de deforestación”. A esto se suma, dijo, que todavía está pendiente entender las causas o “drivers” asociados a la pérdida de bosques. 

“Aún no se tiene información de segundo nivel, relacionada a cuánto del área deforestada cumple los fines por los cuales se retiró la cobertura de bosque. Es decir, cuánto, efectivamente, corresponde a una ampliación de la frontera agropecuaria, agroindustria, minería, infraestructura o simple deforestación por especulación de tierras, entre otras posibles causas”, finalizó. 

Reloj Se ha añadido un artículo a su lista de lecturas

Noticias Relacionadas