Castillo asumirá un país con 1,3 millones de desempleados y un PBI en recuperación

El nuevo ministro de Economía enfrentará dos retos claves: impulsar el crecimiento del PBI, el cual pasó de -11,12 % a 3,8 % durante la pandemia, y mejorar los niveles de empleo en el sector formal. Un informe del Banco Central de Reserva y expertos consultados señalan que acelerar el proceso de vacunación será clave para proteger la frágil recuperación económica.

INFORMALIDAD. Los porcentajes de población ocupada se están recuperando, pero sumándose al sector informal.

INFORMALIDAD. Los porcentajes de población ocupada se están recuperando, pero sumándose al sector informal.

Foto: Andina.

El gobierno de Pedro Castillo asumirá un país que llega al bicentenario con sus principales indicadores económicos en lenta recuperación, debido al impacto de la pandemia. El próximo ministro o ministra de Economía tendrá como retos la generación de puestos de trabajo formal, reducir los niveles de pobreza e impulsar una actividad productiva que ha logrado revertir sus cifras en rojo.

Debido a la crisis generada por la Covid-19, el Perú llegó a un pico de -30 % del Producto Bruto Interno (PBI) tras la primera cuarentena y cerró el 2020 con -11,12 %, cifras solo comparables con el periodo de inflación y violencia terrorista de la década del ‘80. Para este año, las proyecciones del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) indican que la producción nacional se recuperará a un 10,7 %.

Los datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) muestran que en marzo el país registró un 3,8 % del PBI. Este crecimiento es de los más altos en América Latina, considerando los resultados de Argentina (2,5 %), Colombia (1,1 %), Brasil (1 %) y Chile (0,3 %). Entre los factores de la recuperación está la expansión del gasto de consumo de las familias (2,1 %), así como mayores desembolsos por parte del Gobierno (7,2 %) en los sectores de salud, administración y educación. 

Según el informe del INEI, a estos resultados se sumó el aumento de la inversión pública y privada, de -15,6 %, en diciembre de 2020, a 30,4 %, en marzo pasado. Esta se impulsó, principalmente, por la construcción y remodelación de viviendas multifamiliares y edificios para oficinas, obras coordinadas con Gobiernos locales y regionales, compra de maquinarias, entre otros. 

 

 

Respecto a las exportaciones, el BCRP indica que estas ascendieron a USD 13’288.000 en el primer trimestre del año, lo que representó un incremento del 28,7 % en comparación con el mismo periodo de 2020. Ello debido, sobre todo, a las ventas de productos tradicionales (33,3 %), como la harina de pescado y el cobre, en un contexto en que este mineral logró superar los USD 10.000 por tonelada.

En la presentación del Reporte de Inflación y Proyecciones Macroeconómicas del BCRP, el 23 de junio pasado, el presidente de la institución, Julio Velarde, explicó que la incertidumbre política registrada durante los últimos meses tuvo un efecto en las decisiones de consumo e inversión. Pero dijo que, en un entorno de estabilidad, el PBI podrá recuperarse en el primer trimestre de 2022 a  niveles de prepandemia.

Los cálculos del BCRP, la entidad encargada de preservar la estabilidad monetaria en el país,   se diseñaron bajo la hipótesis de que se mantendrán los altos precios de los metales exportados, un hecho evidenciado durante el último año. Y, sobre todo, considerando que se avanzará de manera masiva con el proceso de vacunación contra la Covid-19, y no se registrarán impactos severos en las futuras olas de contagios. 

“En el horizonte de proyección la economía alcanzaría un crecimiento de 4,5 % en 2022. El proceso de vacunación masiva en la segunda mitad de 2021 permitiría una rápida recuperación de la actividad económica en el siguiente año, a través de la normalización de los hábitos de gasto, que impulsaría a los sectores no primarios y generaría una recuperación del empleo”, señala el reporte.

 

 

El economista Luis Arias Minaya, coincide en que el primer reto que tiene el presidente Pedro Castillo es aumentar el ritmo de la vacunación a un promedio de 200 mil dosis diarias, como mínimo, y que esta sea equitativa en el resto de regiones. “Si no se avanza más rápido, estamos expuestos a una tercera ola o a una nueva variante, y eso puede atentar contra la frágil recuperación económica. La vacunación ayudará a reactivar sectores intensivos de empleo, como turismo, restaurantes y otros”.

Para el también exjefe de la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (Sunat), el segundo reto será reducir los índices de pobreza, que aumentaron en 10 % en el último año; y elevar la tasa de empleo, que todavía no recupera sus niveles prepandemia y se está consolidando en el precario segmento de la informalidad. Es decir, sin seguro médico ni protección social.

“Obtener más recursos fiscales pasa, primero, por reactivar a las empresas. El Plan Bicentenario de Pedro Castillo habla de renovar los contratos tributarios mineros y, si bien esto es importante, no es suficiente para aumentar la recaudación porque las ventas son volátiles y dependen de los precios internacionales. Cualquier reforma pasará por el Congreso y una negociación, cuyo éxito no se tiene asegurado. Por eso, enfocarse en generar empleo e inversión es lo inmediato para ayudar a la economía del país”, añadió.

 

Empleo, pobreza e inversión pública

En junio de 2020, cuando se levantó la cuarentena sanitaria, la población ocupada se redujo a mínimos históricos y 6,7 millones de personas perdieron sus fuentes de ingresos. Para entonces, solo 10,3 millones mantenían sus puestos de trabajo. Tras el reinicio de algunas actividades económicas, el 2020 cerró con 2,2 millones de peruanos sin ocupación ni ingresos y, para el primer trimestre de este año, al menos 1,3 millones de personas se mantenían en esta situación. 

La cifra de desempleados es un 3,5 % menor a lo registrado en el mismo periodo de 2019: unas 580.700 personas adicionales sin ingresos. Estas pérdidas se concentraron en los sectores de servicios (17,4 %), minería (9,3 %) y manufactura (1,1 %). El informe actualizado del Marco Macroeconómico Multianual del MEF, el documento guía para las decisiones económicas del Gobierno, señala que la recuperación ha sido más lenta en las zonas urbanas, en el sector servicios y en las empresas medianas y grandes.

Los datos del INEI también muestran que 3,3 millones de peruanos ingresaron al sector de pobreza en 2020. La pobreza monetaria se elevó en diez puntos porcentuales y alcanzó al 30,1 % de la población. Esto significa que unas 9,9 millones de personas no contaban con S/360 mensuales para cubrir el costo de una canasta básica de alimentos y bienes indispensables.

 

 

Sin embargo, el 77 % de los que accedieron a un empleo lo desarrollan en el sector informal. En el estudio Empleo e informalidad laboral en la nueva normalidad, publicado en abril por Pablo Lavado y Gustavo Yamada, del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico (CIUP), se explica que la pandemia contribuyó a agudizar la informalidad laboral como uno de los problemas estructurales que enfrenta el país.

"[Los trabajadores informales] cuentan con muy poca liquidez para soportar un shock negativo por mucho tiempo, lo que puede generar un daño irreparable a la economía en términos de puestos de trabajo y capacidad productiva. Asimismo, según el Instituto Peruano de Economía, el nivel de informalidad en la economía peruana se incrementaría en alrededor de 10 puntos porcentuales en el presente año, de tal forma que el 80 % del empleo total sería informal".

Proinversión registra 36 pproyectos por adjudicar, valorizados en más de USD 7 mil millones".

Para Luis Chávez-Bedoya, profesor e investigador de la Universidad ESAN, además de acelerar el proceso de vacunación, es importante que el presidente electo designe a un ministro de Economía que brinde seguridad a los actuales y futuros inversores. En la misma línea, remarcó la importancia de que el Gobierno cuente con voceros el Gobierno que no emitan discursos contradictorios respecto a los planes a ejecutar.

“De las decisiones que se anuncien en el corto plazo dependerá que se desarrollen grandes inversiones, lo que no solo involucra a grandes empresas, sino también a una cadena de pequeñas y medianas compañías que sirven como sus proveedores. Alrededor de esta se teje una cadena productiva y de empleo. Esa debe ser la prioridad en el corto plazo: generar empleo, y ello está fuertemente vinculado con las expectativas de inversión pública y privada", señaló.

Para el periodo 2021-2022, Proinversión reporta una cartera de 22 obras en marcha y otras 36 por adjudicar, estas últimas valorizadas en más de USD 7 mil millones. En el primer grupo se encuentran proyectos mineros, de hidrocarburos, eléctricos e industriales, así como ocho megaconstrucciones. Entre estas destaca la Línea 2 del Metro de Lima, que tiene un avance del 36 % y se espera que la primera etapa, ubicada entre las estaciones Mercado Santa Anita y Evitamiento, empiece a operar en octubre. 

Otros proyectos en ejecución son la ampliación del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, cuya segunda pista de aterrizaje deberá concluir en 2022; el Terminal Portuario Marcona, a cargo de la empresa Shougang, y la modernización del Muelle Norte del Callao, que debe suscribir una adenda en su contrato de concesión. Además, el proyecto Ampliación Muelle Sur, que se llamará Muelle Bicentenario e implica una inversión de USD 350 millones.

 

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