INFORMALIDAD. Las atenciones a domicilio se han incrementado por la emergencia sanitaria, pero se realizan con poca transparencia, informalidad y muchas recetas..

Negocio paralelo: los servicios médicos a domicilio que nadie fiscaliza

Negocio paralelo: los servicios médicos a domicilio que nadie fiscaliza

INFORMALIDAD. Las atenciones a domicilio se han incrementado por la emergencia sanitaria, pero se realizan con poca transparencia, informalidad y muchas recetas..

Ilustración: OjoPúblico/ Claudia Calderón

El colapso de los hospitales, la precariedad del primer nivel de atención en todo el Perú y el miedo de perder a sus familiares si acudían a un hospital, ha hecho que las familias de muchos pacientes de Covid-19 contraten los servicios de médicos particulares y otros profesionales de la salud para que los atiendan en sus casas. Sin embargo, dichas atenciones no son fiscalizadas por Susalud ni por ninguna otra autoridad y se realizan en un ambiente de informalidad, exceso de recetas con largas listas de medicamentos en las etapas más tempranas de la enfermedad y poca transparencia. Estas atenciones en casa deberían estar acompañadas de una historia clínica, pero estas no se realizan.

16 Mayo, 2021

El 18 de febrero, día de su cumpleaños, Simón Paúcar Gamarra (65) presentó un ligero resfrío que lo llevó hasta el Hospital III Essalud de Puno. “Se demoraron en atenderlo, por eso se fue a una clínica donde le hicieron  una  radiografia y una prueba. Le detectaron Covid-19 y le dijeron que sus pulmones estaban dañados”, cuenta su hijo Alexander Paúcar. La familia de Simón no se alarmó, su saturación era estable, y creyeron que su malestar pasaría en pocos días. Lo llevaron a casa para que lo cuidara un médico particular recomendado por una de sus primas. 

Durante dos semanas estuvo bajo el cuidado de Wilson Arturo Quispe Canepa, quien firmó las recetas como médico cirujano. Sin embargo, OjoPúblico comprobó que en la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu) figura como bachiller en Medicina Humana y no cuenta con registro en el Colegio Médico. “Al principio pensábamos que mejoraría rápido, pero al pasar los días empeoró. Tuvimos que administrarle oxígeno”, señala su hijo Alexander. 

La labor del bachiller Quispe se centró en supervisar al paciente, medir su saturación y recetarle una serie de medicamentos que debían ser administrados vía intravenosa. De esto último se encargaba la enfermera que lo acompañaba. “Ella le suministraba los medicamentos que debían ser combinados con suero. Le pagamos 100 soles por cada una de sus visitas, porque no había enfermeras que quisieran atender a pacientes Covid-19”, explica Alexander. 

Médicos particulares atienden a domicilio a pacientes Covid-19 y les cobran entre 200 y 1.000 soles al día". 

Los pagos que le hicieron a ambos profesionales fueron en efectivo y después de cada visita. Quispe recibía S/150 de honorarios por visita y la enfermera S/ 100. La familia del señor Paúcar no recibió ningún comprobante por el servicio de atención. 

“Cada semana gastábamos entre 400 a 500 soles solo en el pago del médico y la enfermera, fuera de los gastos en los medicamentos”, dice Alexander Paúcar. En total estiman que salvarle la vida a su padre les supuso una inversión de alrededor de S/ 8 mil, entre medicamentos, balones de oxígeno y personal de salud. OjoPúblico intentó contactar al médico Wilson Arturo Quispe Cánepa, pero la familia de Simón Paúcar indicó que el bachiller les había exigido total discreción. 

Durante la pandemia, ante el colapso de hospitales y clínicas se ha generado un negocio paralelo: las atenciones domiciliarias por parte de médicos que cobran entre 200 y 1.000 soles al día, dependiendo de las regiones y ciudades, para tratar a pacientes con Covid-19. Sus tratamientos incluyen casi siempre -de acuerdo a la evidencia que OjoPúblico ha podido documentar con el análisis de una cantidad de recetas recogidas a través de su Red Investigativa Regional- corticoides (dexametasona y prednisona) y antibióticos en la primera fase de la infección por SARS-CoV-2, cuando diferentes médicos infectólogos consultados para este reportaje señalan que no se deberían en etapas tempranas.

El avance de estos servicios de atención a domicilio en pandemia no es supervisada por ninguna entidad de salud. La desesperación por encontrar mejoría y la escasez de camas en los hospitales ha generado un negocio informal con tarifas elevadas para cientos de familias.  

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SIN ESPACIO. Ante el colapso de los hospitales en regiones, los familiares de pacientes con Covid-19 contratan servicios de médicos particulares a domicilio. 
Foto: Iván Orbegoso

 

Las atenciones domiciliarias de médicos que ofrecen sus servicios privados se extiende en todo el país. En Lima, Hugo Trauco (68) se contagió con Covid-19 en enero de este año y, en busca de mejoría, su familia decidió tratarlo en casa y contrataron los servicios de un neumólogo. Uno de sus hijos, Henry, cuenta que su padre padecía de cirrosis hepática. 

“Contratamos un médico particular que le recomendaron a mi hermano. Nos cobraba 100 soles por cada consulta médica. Lo revisó tres veces, la primera fue presencial en su consultorio y nos entregó un comprobante. Las otras dos veces lo atendió por teléfono y le depositamos el dinero a una cuenta sin recibo de por medio”, indica.  

La enfermedad preexistente lo convertía en un paciente vulnerable. Además del médico, contrataron a una enfermera para que le colocara las ampollas y medicamentos que le habían recetado. Luego, cuando se puso peor lograron internarlo en el Hospital Luis Negreiros de EsSalud. Pero lamentablemente su padre falleció dos semanas después de contagiarse.

Los médicos no entregaron comprobantes de pago y recetaron tratamientos con corticoides y antibióticos en fases iniciales". 

OjoPúblico ha recogido testimonios de pacientes en Lima y diferentes regiones que recibieron tratamiento domiciliario de médicos particulares que no les entregaron facturas ni recibos por sus honorarios, y que les recomendaron extensas recetas de corticoides, antibióticos y suplementes vitamínicos. 

El Ministerio de Salud explicó a OjoPúblico que esta modalidad de atención no está sujeta a ningún tipo de regulación ni fiscalización. Los servicios son cada vez más frecuentes mientras más saturados estén los hospitales públicos y las clínicas.  

La oferta de camas UCI sigue siendo limitada: apenas 2.798 para todo el país. Los pacientes que no son atendidos en hospitales, centros de salud o postas médicas acuden a médicos, enfermeras y otros profesionales de salud que brindan sus servicios privados. 
 

Una oportunidad de negocio

 

En la mayoría de testimonios recogidos por OjoPúblico, las familias de los pacientes consultados señalaron que pagaron en efectivo, y que no recibieron ningún recibo, factura u otro tipo de comprobante de pago. Solo conservan las recetas médicas con  los tratamientos que les dejaron.  

El riesgo de exponerse a falsos profesionales médicos o enfermeros no colegiados o no capacitados para la atención por Covid-19 es alto. Así lo considera el médico epidemiológico e investigador de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, César Ugarte Gil. “No todos los profesionales de la salud están especializados en el manejo de estos casos, sobre todo cuando se complican. Cuando se requiere uso de oxígeno y de ciertos medicamentos como dexametasona, la atención a domicilio sí implica un riesgo”, aseguró.

Una de las recomendaciones que hizo Ugarte es que las familias que contraten servicios particulares de médicos deben asegurarse de que estos se encuentren registrados como miembros del Colegio Médico. Sin embargo, reconoce que algunos profesionales que tienen colegiatura y licencia para trabajar también han visto en la pandemia “una oportunidad para hacer negocios”.

Otra de las preocupaciones de Ugarte es que los profesionales continúen recomendando el uso de corticoides y antibióticos en etapas tempranas. Ugarte ha revisado otras recetas médicas y señala que este es uno de los errores más frecuentes en el tratamiento a domicilio de los pacientes. “Eso explica por qué estamos como estamos. Lamentablemente, a pacientes leves les mandan corticoides y ahí los complican. También les recomiendan antibióticos cuando no son necesarios, por lo menos en los casos leves o moderados”, explicó el investigador. 

En su opinión, la automedicación y el uso excesivo de fármacos son costumbres muy arraigadas entre los peruanos, incluso antes de la llegada de la pandemia. “Tenemos la cultura de recibir medicinas para sentir que estamos siendo tratados. Algunos pacientes solo necesitan observación y paracetamol. El problema es que todos quieren tomar pastillas y ahí se complican. Si no hacemos cambios ahora, no sé cuándo los haremos”, señala.  

Como alternativa a los tratamientos domiciliarios, Ugarte recomienda incorporar hospitales de campaña en todo el país, que brinden oxígeno a los pacientes de Covid-19 con síntomas  leves. “Cuando les dan oxígeno a tiempo, no necesitan muchos días de tratamiento. La mayoría de los pacientes se complican porque no reciben oxígeno en su momento. Necesitamos eso, para comenzar a desocupar los hospitales”. 

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TRATAMIENTO. Las recetas de los médicos que atendieron a pacientes entrevistados por OjoPúblico incluyen corticoides y antibióticos en fases tempranas. 
Ilustración: OjoPúblico/ Claudia Calderón

 

Consultado por OjoPúblico, Ildauro Aguirre Soza, vocal del Comité de Asuntos Contenciosos y Procesos Disciplinarios del Colegio Médico del Perú, dijo que no tienen registro de las atenciones que hacen los médicos en el ámbito privado. “No es sencillo controlar toda la actividad privada. Es como ver si los ingenieros [de todo el país] construyeron bien o si todos los abogados actúan bien. En el caso de los médicos, todo ciudadano tiene el derecho de denunciar si no lo han atendido bien”, sostuvo. 

El especialista recomendó a los pacientes de Covid-19 atenderse en un centro médico. “La práctica domiciliaria siempre se ha dado, antes o después de la pandemia. Lo que tenemos que aconsejar es que vayan a un centro hospitalario. Pero lamentablemente, muchos pacientes prefieren ser manejados por un médico particular, compran balones de oxígeno o concentradores o se automedican”, indicó.  

 

¿Quién fiscaliza?



Para Mario Ríos Barrientos, exintendente adjunto de la Superintendencia Nacional de Salud (SuSalud) y abogado especializado en Salud Pública, la labor de los médicos y enfermeras en pandemia debería estar fiscalizada por SuSalud, entidad encargada de proteger los derechos de los pacientes. 

“Estas atenciones en casa no se han fiscalizado. Incluso las prestaciones y recetas médicas que otorgan los profesionales de la salud deberían estar acompañadas de una historia clínica. Es muy probable que muchos de ellos [los pacientes] no tengan ni siquiera eso; y la Ley General de la Salud señala que todo acto médico debe de estar registrado en una historia clínica”, precisó. 

Sobre los ingresos económicos que obtienen los profesionales de la salud por atenciones a domicilio, Mario Ríos dijo que estos deben ser regulados por la Superintendencia Nacional de Aduanas y Administración Tributaria (Sunat). “Las familias han cargado con estas atenciones y se ha generado un mercado informal. Los profesionales de la salud que ofrecen esas atenciones debieron emitir un recibo por honorarios, boletas u otro  documento que sustente el pago de  impuestos”, indicó.   

El especialista dijo que la falta de regulación de estos servicios genera un problema tributario, que reitera la informalidad de nuestra economía. OjoPúblico se comunicó con el área de Imagen Institucional de la Sunat para conocer si realizaron labores de fiscalización en estos servicios y solo precisaron que todas las personas naturales que prestan servicios individuales deben emitir recibos por honorarios. 

Al respecto, Ildauro Aguirre -representante del Colegio Médico- aclaró que todos los profesionales de la salud tienen la obligación de emitir un recibo por honorario y enviarlo al correo electrónico del paciente o su familiar. Sobre los precios de los tratamientos precisó que hay un debate pendiente para establecer un tarifario en las consultas médicas. 

Los especialistas consultados coinciden en que los médicos debieron entregar comprobantes de pago para no evadir impuestos". 

“Lamentablemente, no hay una regulación. Eso es un poco el libre mercado. Depende si el paciente acepta o no [el precio que solicita cada médico]. Es un acuerdo entre dos partes, nadie interviene ahí”, remarcó el represetante del gremio médico. 

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VIGILANCIA. Los especialistas recomendaron que los pacientes con Covid-19 sean tratados en centros médicos y no en sus domicilios. 
Foto: Iván Orbegoso

 

OjoPúblico intentó comunicarse en reiteradas ocasiones con algún representante de SuSalud para conocer la función de supervisión que desarrollaron durante la pandemia. Sin embargo, hasta el cierre de este artículo no contestaron el pedido de entrevista. 

Marcel Ramírez La Torre, economista y docente de la Universidad del Pacífico, indica que  la supervisión de estos servicios particulares médicos son difíciles de documentar. “Incluso antes de la pandemia siempre estas actividades han sido un problema para el que gestiona el sistema tributario. La relación profesional independiente tiene una obligación legal, pero normalmente es una transacción informal”.

Atenderse en casa es una salida para cientos de pacientes, ya sea por el colapso de los hospitales o por el miedo a internarse. Además, el 97% de los centros del primer nivel de atención en las regiones presentan una capacidad inadecuada, infraestructura precaria, equipamiento obsoleto, inoperativo o insuficiente. Tampoco han recibido ninguna intervención integral en los últimos cinco años. 

"Los pacientes con Covid-19 debieron ser atendidas en el primer nivel de atención, con médicos de los puestos y centros de salud de sus territorios. Muchos de ellos pudieron recibir visitas domiciliarias por parte del sistema de salud pública. Hubieran tenido una mejor respuesta y no hubieran recargado los gastos a su bolsillo”, enfatiza Ríos Barrientos, especialista en Salud Pública.

El año pasado, OjoPúblico reveló que 14 hospitales a nivel nacional se empezaron a construir entre 2013 y 2019 pero hasta la fecha siguen paralizados. Dos años antes, en 2011, durante el gobierno del expresidente Alan García, se aprobó el Plan Nacional de Fortalecimiento del Primer Nivel de Atención, que señalaba que en los próximos 10 años, hasta el 2021, se mejorarían los puestos, postas y centros de salud en todo el país. “Nada de ese plan siquiera se intentó hacer, no se garantizo presupuesto ni nada”, dice  Mario Ríos.

Flor Luna Victoria Mori, decana del Colegio de Enfermeros de La Libertad, señala que “los gobiernos regionales tienen que implementar y darle énfasis a la atención primaria, a la promoción de la salud y a la prevención y tratamiento oportuno en los centros de salud, en las postas médicas”.

También enfatizó que los profesionales de la salud que atienden de manera particular “deberían emitir sus recibos por honorarios” porque “si pagan sus impuestos al emitir el recibo [ese dinero] se revierte nuevamente [al tesoro público] para mejorar la salud y evita la evasión de impuestos. Pero conozco, por evidencias propias de familia y amistades, que no hay emisión de estos recibos”.

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