Actualizado el 9 de agosto del 2021.
A mediados del 2021, Chequeos en Lenguas recibió el reconocimiento del Paris Peace Forum y el premio a la excelencia periodística de la Sociedad Interamericana de Prensa.
Una mañana de agosto del 2020, Yanua Atamain entendió la verdadera magnitud del trabajo que había empezado a hacer desde poco tiempo atrás. Ella es una mujer iinia —lo que los apash, gente de fuera de la Amazonía, llamamos awajún— y hacía cinco años se dedicaba a difundir contenido sobre su identidad. Las personas de su comunidad en Rioja (San Martín) y las de zonas aledañas reconocían quién era ella por las recetas, los relatos y los saberes que difundía a través de las redes sociales. En otras latitudes —dentro y fuera del país— también veían en ella a una voz potente de los pueblos indígenas: incluso la organización internacional Global Voices la había calificado como una importante activista de las lenguas originarias. Pero fue recién aquella mañana de agosto del 2020, el año de la pandemia, cuando Atamain comprendió que su voz también podía salvar vidas.
Atamain, quien es corresponsal de OjoPúblico en la región San Martín, había aceptado interpretar y difundir mensajes de verificación sobre la Covid-19 para el proyecto Chequeos en Lenguas. Ella recibía textos donde se desmantelaban o echaban abajo mentiras y engaños sobre la enfermedad global —por ejemplo, que absorber vinagre era un método de diagnóstico, que el enjuague bucal evitaba el virus o que la leche materna transmitía el mal a los bebés— y luego adaptaba esa información a su realidad, a su forma de ver el mundo, al iinia chicham (lengua de nosotros, en castellano).
En la época en que Yanua Atamain informaba sobre la ivermectina, 21.921 personas indígenas de la Amazonía ya se habían contagiado.
CONTRA EL ENGAÑO. La periodista Yanua Atamain, corresponsal de OjoPúblico en San Martín, cuenta que el trabajo de intérprete para Chequeos en lenguas la comprometió a conocer más sobre las evidencias científicas y sobre su propia lengua.
Por esa labor, pudo difundir un mensaje que indicaba que la ivermectina, ese antiparasitario usado contra la sarna y los piojos, podía ser nociva para aquellas personas que la tomaran como medicina preventiva contra la Covid-19, algo que proclamaban desde seudo científicos hasta políticos. Algunas personas no le hicieron caso y enfermaron, pero otras, como un señor iinia de 60 años, sí. “Me ha salvado la vida”, le dijo aquel hombre cuando se la cruzó por la calle, caminando, en aquella definitiva mañana de agosto.
En la época en que Yanua Atamain estaba difundiendo esa información sobre la ivermectina, 21.921 personas indígenas de la Amazonía se habían contagiado del nuevo coronavirus, según el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades del Ministerio de Salud (Minsa). También por esos días, la organización Avaaz calculaba que las versiones falsas que se difundían por redes sociales podían llegar a 500 millones de cuentas personales —unas 15 veces la población del Perú— en solo un mes. Eso era más que toda la población indígena en el mundo, que según las Naciones Unidas se estima en 476 millones de personas distribuidas en noventa países.
MAPA AMAZÓNICO. Muestra en video del mapa interactivo de las radios que difunden los chequeos en la región amazónica. Explóralo completo aquí
Desarrollo: Gianella Tapullima.
La alerta había empezado mucho antes a lo largo de los territorios andinos y amazónicos del país. En abril del 2020, un grupo de miembros de la comunidad nativa de El Pilar, en la región amazónica de Madre de Dios, hizo una protesta con los rostros cubiertos con hojas de plátano en lugar de mascarillas. Sus líderes explicaron a una cadena de televisión internacional que habían decidido cerrar las puertas acceso a su tierra para impedir el paso de algún portador del virus. “Loreto, la mayor región amazónica, tiene el primer lugar de infectados después de Lima”, reclamó también la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), una de las organizaciones indígenas más influyentes de la Amazonía. “Solicitamos las acciones de urgencia para impedir desbordes trágicos o incluso nuevos etnocidios en algunos pueblos”.
RECUPERACIÓN DE LA LENGUA. Para poder lograr que los mensajes sean claros en su lengua, Yanua Atamain consulta con las personas mayores y los sabios de su pueblo sobre los términos y formas de expresarse.
Fotos: Wilder Gómez.
Esta cruzada inédita ha logrado traducir mensajes a cinco lenguas: iinia, shipibo-konibo, kukama-kukamiria, yanesha, aimara y quechua (collao y chanca).
Al reclamo de atención médica y mejores servicios públicos, las organizaciones sumaban un pedido esencial: información en lo idiomas locales para que la gente pudiera enterarse de lo que estaba pasando con la nueva enfermedad. La situación se veía agravada por la difusión por adelantado de mensajes con información falsa sobre la Covid-19: desde el presunto contagio a través de las antenas de telefonía 5G hasta los falsos tratamientos con desinfectantes o la versión conspirativa de que en alguna parte se estaba preparando una vacuna que estaba marcada con la señal del diablo (el 666) y que el gobierno la iba a aplicar a la fuerza sobre la población.
En ese contexto nació el proyecto Chequeos en Lenguas, de OjoPúblico, que busca combatir las mentiras y los engaños sobre la Covid-19 con un enfoque intercultural: se trata de la primera iniciativa periodística de verificación en lenguas originarias en el Perú y un esfuerzo inédito de respuesta a una situación de emergencia nacional. La principal vía elegida para su difusión fue la radio, pues ha demostrado ser un canal poderoso para informar sobre los cuidados, la prevención y los problemas que afectan a los pueblos indígenas. Según el III Censo de Comunidades Nativas, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el 50,3% de las comunidades nativas y campesinas que acceden a un medio de comunicación lo hacen por medio de la radiofonía.
La crisis era tal que muchas comunidades temían la llegada de las brigadas de salud porque podían llevar la enfermedad.
AMAZONIA.Chequeos en Lenguas difunde semanalmente contenido de verificación en tres idiomas amazónicos: el iinia chicham (awajún), kukama-kukamiria y shipibo-konibo.
Una alianza regional
La voz de Yanua Atamain se difunde desde un altoparlante; que sirve como el único medio de comunicación en Rio Soritor, una localidad donde viven 1.200 personas, pero que figura como no georeferenciada en la Base de Datos de Pueblos Originarios del Ministerio de Cultura. Es la única forma en que las autoridades locales pueden hacer llegar información de importancia para los miembros de la comunidad. Esta mañana de diciembre, por ejemplo, Atamain habla de uno de los engaños más difundidos sobre las vacunas: “Vacuna aidau canceran sukagtawai tuina duka dekaskechui”, dice el mensaje, que en castellano se puede entender como: “Es falso que las vacunas causen cáncer”. En los minutos siguientes se le escuchará dar tres razones que desmienten ese temor, basadas en entrevistas a médicos realizadas por el equipo de verificación de OjoPúblico en Lima.
—Es mil veces mejor comunicar en el propio idioma —dice Atamain, con la idea de que interpretar es algo más que solo cambiar palabras de un idioma a otro—. El idioma iinia transmite sentimientos y pensamientos que no se pueden expresar en español. Siento que estoy haciendo historia, resistencia, al participar de este proyecto.
En abril del 2020, la unidad de verificación de OjoPúblico empezó a traducir las versiones falsas y engañosas que desmonta cada semana sobre la enfermedad a dos lenguas indígenas: el iinia chicham (conocido como awajún) y el quechua en su variante collao, que cubre buena parte de la zona sur andina (en particular Cusco y Puno). A partir de junio —con el apoyo de la embajada de Canadá— la iniciativa incorporó paulatinamente otros tres idiomas originarios: el shipibo-konibo y el kukama-kukamiria, para la zona amazónica, y el aimara para la zona andina. Esto ocurría mientras los estragos de la pandemia recrudecían en distintas regiones, al punto que la Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú (Onamiap) llegó a presentar una acción de amparo contra el Estado peruano “por poner en riesgo a los pueblos originarios durante la pandemia”.
[Mapa interactivo: haz click en los íconos para conocer las radios]
EXPLORACIÓN. Descubre en este mapa interactivo a las 15 radioemisoras que difunden los mensajes de verificación elaborados por el equipo periodístico de OjoPúblico.
En ese contexto, la iniciativa de verificación en lenguas originarias incorporó también versiones en otra variante andina: el quechua chanka, que permite comunicar los mensajes con información confiable a varias regiones, entre ellas Ayacucho y Apurímac.
En junio del 2020, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), señaló que la comunicación efectiva destinada a los grupos étnicos debe estar basada en las lenguas indígenas y en formatos accesibles, “con mensajes culturalmente apropiados, utilizando símbolos e imágenes cuando sea posible, validados por la comunidad”. Las radios comunitarias y regionales cumplen esta función para transmitir desde amenazas como los conflictos mineros y demandas sociales hasta los actuales efectos de la pandemia.
A la fecha, un total de 15 radioemisoras integran esta iniciativa regional contra la desinformación sobre el coronavirus y la pandemia en al menos ocho regiones del país, desde Loreto hasta Puno y desde Ayacucho hasta San Martín.
Cada mañana, a las 5:45 am, los chequeos en lengua iinia salen al aire en el horario estelar de noticias.
EN LAS ALTURAS. Los mensajes de verificación son difundidos por siete radios de regiones andinas como Apurímac y Ayacucho y del altiplano, como Puno.
A finales de agosto, la iniciativa de OjoPúblico se fortaleció con la creación de una alianza colaborativa con radios regionales y locales cuya audiencia principal son personas con autoidentificación indígena. Este esfuerzo en conjunto ha permitido que a la fecha registremos más de 100 transmisiones radiales que han difundido evidencia científica, en términos sencillos de comprender, para contrarrestar las cadenas de mentiras que hemos escuchado durante la pandemia: que si el dióxido de cloro cura o previene la Covid-19, que si el uso de un anticoagulante como la warfarina tiene supuestos efectos positivos contra la enfermedad, que si el uso de mascarillas es malo porque supuestamente impide el ingreso del oxígeno al organismo (llamado hipoxia). Los efectos de ese tipo de versiones falsas han llegado a ser de consideración e incluso fatales: un médico de Arequipa tuvo que hacer un llamado urgente cuando detectó pacientes que llegaban a emergencia a punto de desangrarse por el medicamento que escuchó en cierta radio.
Escucha aquí un mensaje en iinia chicham.
Escucha aquí un mensaje en quechua collao.
La primera estación radial en sumarse a Chequeos en Lenguas fue 'Pachamama Radio, la voz del sur andino’, que cuenta con una audiencia potencial de un millón de personas en toda la región de Puno. Con 17 años de experiencia, en septiembre del 2019 fue considerada como una de las cinco emisoras con más audiencia en la ciudad de Puno, de acuerdo con un estudio de la Compañía Peruana de Estudios de Mercados y Opinión Pública (CPI). En esta zona liberamos el contenido en quechua collao y en aimara.
Los contenidos de verificación son emitidos a las 4:30 de la mañana, minutos antes del segmento principal ‘Pachamama Noticias’. En ese horario, las comunidades rurales que hablan esas lenguas suelen llamar a la radio para expresar sus preocupaciones. Muchos son personas dedicadas a la agricultura o la ganadería, pero también adultos mayores que no están familiarizados con el castellano. “La radio es un puente para ellos con las autoridades”, explica el productor Wilber Laquise.
A la fecha, este esfuerzo ha realizado más de 100 transmisiones radiales que han difundido evidencia científica.
Al otro extremo del mapa, desde la capital amazónica de Loreto, Radio La Voz de la Selva (LVS) emite contenido verificado a la región más grande y afectada por la pandemia de la Covid-19. Fue el segundo medio radial en sumarse a la difusión de chequeos en idiomas originarios, en este caso en la lengua iinia chicham (awajún). LVS pertenece al Instituto de Promoción Social Amazónico (IPSA), una fundación creada en 1972 y muy conocida por su señal de onda corta. Por las mañanas y las tardes transmite a nivel regional, con un alcance que se extiende hasta localidades como Islandia, en el límite compartido con Colombia y Brasil.
Cada mañana, a las 5:45 a.m., los chequeos en lengua en iinia salen al aire en el horario estelar de noticias conducido por Oraldo Reátegui, quien es el director y presentador. Esta emisora hace cobertura sobre conflictos territoriales indígenas y tiene secciones de diálogo conducidas por adolescentes y jóvenes interesados en los problemas que surgen en esa etapa. También difunde debates de la realidad nacional, segmentos deportivos y hasta rondas de música tropical. Se estima que tiene una audiencia de más de 20 mil personas en toda la región, según comentó a OjoPúblico, Ricardo Dávila, encargado de la programación radial de LVS.
MAPA ANDINO. Muestra en video del mapa interactivo de las radios que difunden los chequeos en la región andina. Explóralo completo aquí.
Desarrollo: Gianella Tapullima.
Hacia los primeros meses del año, en la etapa más aguda de la pandemia en Loreto, LVS redobló sus esfuerzos para realizar coberturas extraordinarias en los principales centros de salud de Loreto, recoger las denuncias por falta de atención médica y producir información sobre medidas de prevención contra la Covid-19. El equipo buscó maneras creativas de difundir información útil.
“Pusimos la canción ‘Agarránse de las manos’, del ‘Puma’ José Luis Rodríguez, y luego Oraldo decía: ‘¡Alto! antes de hacerlo, piensa en el coronavirus, y lávate las manos’”, cuenta Dávila. También crearon mensajes sobre la distancia social y otras medidas. “Pero no había mucha información certera [sobre la enfermedad]”, recuerda.
Esto ocurría a tal punto que muchas comunidades temían la llegada de las brigadas de salud porque podría llevar el contagio. A partir de su incorporación a la alianza de Chequeos en Lenguas, LVS ha difundido temas que en su momento generaban dudas, como: “Es mentira que tomar agua ayude a eliminar el coronavirus”, “Es falso que oler vinagre sea una manera efectiva de detectar el virus”, “Es falso que los médico jóvenes no se contagian”, “Es falso que el sol y el calor protejan del contagio con Covid-19”, entre otras versiones falsas.
La alianza incluye a otras 13 emisoras que permiten dar forma a un verdadero mapa radiofónico de la verificación en el país. Estas radios no solo están posicionadas a nivel regional y local, sino también en canales digitales y alternativos: pese a los problemas de conectividad e internet en sus zonas, la mayoría ha decidido apostar por el desarrollo de aplicativos para llegar a sus audiencias en vivo. Otras de las estrategias efectivas son los reproductores en tiempo real en sus páginas web y las transmisiones de sus programas vía Facebook.
MENSAJES CON IDENTIDAD. Conoce a las personas que se encargan de adaptar a sus lenguas el contenido de verificación de OjoPúblico al quechua chanca, quechua collao, aimara, iinia (awajún) y kukama-kukamiria.
El desafío de la interpretación
Hay conceptos que no tienen traducción específica. No existe una palabra quechua o iinia equivalente a ‘científico’, en el sentido moderno. Tampoco hay forma de traducir literalmente a shipibo-konibo o a kumama kukamiria la expresión ‘evidencia científica’ o la palabra ‘virus’. Mientras una parte del mundo se aferra a los avances del conocimiento moderno, otra parte se refugia en el conocimiento ancestral. Para construir un puente entre ambos a la hora de explicar los chequeos, Yanua Atamain conversa con su padres, quienes le ayudan a poder explicar mejor algunas ideas, términos o situaciones en el idioma de su pueblo.
En la Amazonía peruana, donde apenas una de cada cinco personas accede a un seguro de salud (según el Censo de 2017), es necesario hacer un esfuerzo por interpretar conceptos médicos, como virus o vacunas, por ejemplo. El médico infectólogo Juan Carlos Celis, jefe del Departamento de Enfermedades Infecciosas del Hospital Regional de Loreto, ubicado en Iquitos, se encontró con esa realidad en sus inicios profesionales. “Algunas personas de comunidades no entendían incluso qué era una enfermedad crónica, para ellos no existía algo que pueda hacerte daño toda la vida”, explica el especialista en salud, quien además participó en un taller para comunicadores en el marco del proyecto Chequeos en Lenguas. “No se trata de traducir de manera literal sino de interpretar los mensajes de acuerdo a la cosmovisión del pueblo originario”, añade Celis.
UNA VOZ QUECHUA. Karin Chacón es la intérprete más antigua del proyecto. Ella, además, es periodista y busca ejercer su carrera en su propio idioma.
Ese esfuerzo buscan hacer Karin Chacón y Ecker Ramos, dos comunicadores indígenas de Puno: ella es del pueblo quechua collao y él es aimara. Nacieron en la Comunidad Campesina de Saytococha (Azángaro) y en el Centro Poblado de Villa Socca (Acora), respectivamente. Ambos aprendieron a hablar el castellano al ingresar a la escuela y mantuvieron viva su lengua materna dentro de sus casas. También han logrado desempeñarse en sus profesiones mediante el uso de sus idiomas, grabando spots, leyendo noticias en las radios, elaborando radionovelas. Ahora sus voces son escuchadas por miles de personas a las que tratan de explicar por qué cierto mensaje alarmista es falso o por qué determinado producto no cura la Covid-19 y, por el contrario, puede ser peligroso.
—Me gusta este trabajo porque siento que las personas de las zonas rurales pueden escuchar ese tipo de mensajes y así salir de la incertidumbre en la que estaban —dice Chacón, de 38 años, quien también es corresponsal de OjoPúblico en Puno. Uno de sus mensajes más importantes fue el que decía que era falso que aguantar la respiración sirva para detectar al coronavirus.
Karin Chacón y Yanua Atamain son dos aguerridas periodistas indígenas que integran la red regional de OjoPúblico.
En el curso de esta cruzada, las brechas culturales han estado más expuestas que nunca. OjoPúblico realizó consultas con profesionales de distintos campos que tenían experiencia previa en la comunicación intercultural para definir la mejor manera de explicar conceptos e ideas que se han vuelto frecuentes a raíz de la pandemia. Por ello, para la lingüista Carolina Rodriguez Alzza, no es menor el esfuerzo de llevar este tipo de mensajes a algunas de las 48 lenguas originarias que se hablan en el territorio peruano. “No se deben traducir los mensajes, sino más bien hacer que el mensaje se adapte a la lengua. Se debe comunicar de acuerdo a la realidad del pueblo”, explica Rodríguez Alzza, quien a lo largo de la pandemia trabajó con hablantes shipibo-konibo en la elaboración de términos que pudieran explicar de mejor manera la nueva enfermedad. De esa forma, dice, se crearon neologismos como:
Kashi Isin: La enfermedad del murciélago
Bero maxkobaon oko isin: La enfermedad de la tos de China
Jakonma isin: La enfermedad mala
Uno de los rasgos centrales de este uso de las lenguas, a decir de Rodríguez Alzza, es entender que “el lenguaje nos sirve para estar en el mundo y para construir nuestras identidades diversas”. En ese sentido, los traductores del proyecto —conocedores de la idiosincracia de sus pueblos— han tenido el cuidado de usar el idioma como una herramienta para superar brechas.
—Los aimaras por naturaleza somos muy desconfiados. A pesar de los muertos y los contagios que han habido, muchos no creían que era verdad lo de la enfermedad, decían que la pandemia era un cuento. Cuando les empezamos a hablar en su idioma materno, recién hicieron caso —dice por su parte Ramos, de 24 años, quien desde el próximo año participará de Jiwasanaka, el programa en aimara de TV Perú. Gracias a su trabajo, pudo explicar los síntomas que quedan en las personas luego de infectarse por la Covid-19.
EXPLORACIÓN SONORA.Visita nuestro mapa 'La verdad es un idioma universal', donde conocerás las regiones y radios que se han sumado a nuestra cruzada para combatir la desinformación sobre la Covid-19.
Eso también intenta hacer desde Ayacucho Elizabeth Humareda, intérprete del quechua chanca en el proyecto Chequeos en Lenguas.
—A mí no me gusta mezclar el quechua con el castellano, siempre intento usar la lengua del campo para explicar los términos científicos de los que estamos hablando —comenta.
Humareda es administradora de profesión, pero desde el año 2015 se desempeña como intérprete de casos relacionados a la violencia política, en especial de personas desplazadas. Según cuenta, es una forma de sanar también sus propias heridas, porque ella y su familia tuvieron que huir de la comunidad donde vivían cuando fue arrasada por Sendero Luminoso. Desde este año Humareda sumó a su experiencia el trabajo de traducir los mensajes de verificación, una labor que le da satisfacción porque así su voz llega a las zonas rurales alejadas. “Siempre estoy dispuesta a que las personas tengan acceso a la información, esto es hacer la verdadera inclusión”, dice. Justamente por su labor logró que las mujeres quechuahablantes pudieran saber que su leche materna no transmitía el virus, incluso si ellas estaban infectadas.
No se trata de traducir de manera literal sino de interpretar los mensajes de acuerdo a la cosmovisión del pueblo originario, añade el doctor Juan Carlos Celis.
En la experiencia del traductor Segundo Curitima, hombre kukama-kukamiria, hacer llegar mensajes en su lengua a su pueblo es un trabajo de reivindicación histórica. Sus padres renunciaron poco a poco a su identidad en los años ochenta, la época del terrorismo, cuando la gente de las ciudades miraba con desconfianza a quien hablara una lengua andina o amazónica. Primero dejaron la Comunidad Nativa Achual Tipishca, ubicada en la margen izquierda del río Huallaga, en el distrito de Lagunas (Loreto), para asentarse en Iquitos. Después asumieron un tipo de vida citadina. Finalmente, dejaron de hablar su lengua natal, incluso al estar en casa. Recién a los 21 años, cuando estudiaba en el Programa de Formación de Maestros Bilingües de la Amazonía Peruana (Formabiap), Segundo Curitima tomó mayor conciencia de que pertenecía a un pueblo originario. Desde entonces, se ha esforzado por conocer a profundidad sus tradiciones.
—Yo donde esté y haga lo que sea, siempre estoy trabajando con mi identidad —afirma.
Desde el año 2013, Curitima es un intérprete oficial del Ministerio de Cultura. Su trabajo es mantener viva la lengua kukama-kukamiria, que es hablada por 10.762 personas en el Perú. También enseña y desde hace unas semanas se encarga de traducir los mensajes de Chequeos en Lenguas que se difunden por radioemisoras en las provincias de Loreto y Alto Amazonas. Todo esto lo hace con tanta determinación que con frecuencia se resiste a usar el castellano. Por ejemplo, cuando se refiere a la salud, él usa la frase ima aikua, que significa estar bien.