Salas Arenas: “Este es el periodo más crítico después de haber recuperado la democracia”

OjoPúblico conversó con el presidente del Jurado Nacional de Elecciones, Jorge Luis Salas Arenas, para analizar los peligros que ciernen sobre la precaria democracia en el Perú, las amenazas y los ataques impulsados desde diversos sectores contra el sistema electoral. El magistrado considera que hay un plan de ataque preordenado y sostenido con recursos económicos y menciona también que el "Tribunal Constitucional ha obviado la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos”.

SALAS ARENAS. "Hay un plan de ataque preordenado contra el JNE", dice el presidente del JNE.

SALAS ARENAS. "Hay un plan de ataque preordenado contra el JNE", dice el presidente del JNE.

Foto: OjoPúblico / Gianella Rojas

Durante los últimos meses las amenazas y hostigamientos contra el presidente del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), Jorge Luis Salas Arenas, se han incrementado en Perú. Al mismo tiempo, las fiscalías que han recibido estas denuncias –incluso con pruebas de amenazas de muerte explícitas y públicas contra el magistrado– han decidido archivar gran parte de estas denuncias con el argumento de que forman parte de la libertad de expresión. 

OjoPúblico conversó con el magistrado para analizar los peligros que ciernen sobre la precaria democracia en el Perú estas amenazas y los ataques impulsados desde diversos sectores de la política. El presidente del JNE considera que hay un plan de ataque preordenado y sostenido con recursos económicos contra el sistema electoral. “Es todo un paquete de acciones coordinadas, supongo que hasta sostenidos, porque no cuesta poco el tiempo de la televisión, de la radio, los troles”, señala.

Usted ha señalado que en Perú la democracia está amenazada. ¿Puede ampliar esta reflexión sobre el momento actual que atraviesa la democracia en el país? 

The Economist hace una evaluación mundial de la situación de la democracia y coloca al Perú en la condición de democracia híbrida, y en esa evaluación, el puntaje más elevado lo tiene el sistema electoral con 8,5 sobre 10, y el más bajo está asignado a las convicciones democráticas de la ciudadanía. 

En este contexto, la Corte Interamericana de Derechos Humanos expidió [en abril del 2023] una resolución en el caso de Julio Aguinaga Aillón contra el Ecuador, en el que señala que las autoridades electorales no pueden ni deben estar sometidas a juicios políticos ni a juicios congresales; y que si lo fueran, la democracia estaría en riesgo porque los jueces no serían libres, no serían autónomos. Entonces, así la justicia no existe, lo que existe aquí es el acomodo, de la conveniencia. Ese panorama es el justificativo para señalar que la democracia [en Perú] está en riesgo.

¿Se refiere a la propuesta en específico del Congreso de modificar el artículo 99 del Constitución para someter a las autoridades electorales a un juicio político? 

Concretamente me refiero a eso porque como usted conoce, las autoridades electorales no hacemos juicios políticos propios, de evaluación propia. Yo me estoy refiriendo a lo que existe y ya se ha dicho de modo concreto.

El Tribunal Constitucional ha obviado la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos”

En este caso, ha sido el Tribunal Constitucional el que ha exhortado al Congreso a establecer este juicio político. ¿Cuál es su lectura sobre este fallo del máximo intérprete de la Constitución?  

Esta sí es una evaluación personal, yo asumo que aquí [en referencia al juicio político] obedece a un plan preordenado de ataque al Jurado Nacional de Elecciones, al sistema electoral en general, pero en particular a quién habla, porque han habido oleadas de intención de ataque y de ataques dirigidos a recortar el mandato, a convertirlo en un mandato de cumplimiento administrativo solamente. 

Y como usted ha señalado, la modificación del [artículo] 99 ahora adquiere un valor agregado más fuerte y es la decisión del Tribunal Constitucional del Perú que le señala al Parlamento que deben modificarlo para incluir a las autoridades electorales.

El Tribunal Constitucional ha obviado la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que señala que los jueces de las altas cortes no pueden ser objeto de juicios políticos, y eso es de antes del [fallo en el caso] Aguinaga Aillón. ¿Por qué el Tribunal Constitucional se pronuncia contra la doctrina de la Corte? ¿Qué fuerza puede haber que los hace pronunciarse en contra?. Esa es una pregunta que hay que contestar técnicamente, y yo preferiría que quien contestara eso fueran los expertos, que contesten los mismos jueces del Tribunal Constitucional. ¿De dónde se funda la fuerza suficiente para decir que lo que la Corte Interamericana ha dicho no opera en el Perú?, ¿o ese es el comienzo de un nuevo estilo para decir vamos a reconocer solo algunos de los fallos y otros no?. De repente pues.

¿Existe algún instrumento adicional que se pueda presentar para garantizar la autonomía de los órganos electorales?

Yo he presentado un documento al Tribunal Constitucional acompañándole la copia de la sentencia Aguinaga Aillón porque de repente no la han leído. Puede ser que no se han enterado qué cosa dice. No he recibido respuesta, he pedido aclaraciones sobre sus decisiones, y tampoco he recibido respuesta. 

Sede central del Jurado Nacional de Elecciones

AMENAZADOS. Así debe funcionar la sede del JNE ante los múltiples ataques y amenazas que ha recibido. Recientemente la Policía Nacional le retiró la seguridad. 
Foto: OjoPúblico / Gianella Rojas

 

¿Cuándo envió ese documento al TC? 

Hace más de un mes. Bueno, pero supongo que tendrá que ser la Corte Interamericana la que finalmente arregle los temas, porque no es el único caso en el que el Tribunal Constitucional está obrando, a mí me parece, con cierta disposición en contra, que eso no es imparcialidad.

Esto ocurre también en un contexto en el que algunas voces desde el Congreso piden que Perú se retire de la Corte Interamericana. ¿Cuál es su interpretación de que este debate se dé justamente cuando el Tribunal Constitucional toma decisiones de este tipo que pueden amenazar la independencia de los órganos electorales?

No puedo hacer un juicio político sobre el particular, no lo voy a hacer. Podría especular muchas cosas, pero no me corresponde. Le diré que ha sido una conquista del Perú lograr que exista un órgano [electoral] de esa jerarquía, que esté por encima incluso de las posiciones, de los apetitos, las concepciones personales o grupales, la que vigile el cumplimiento de los derechos esenciales. Eso es lo que le puedo decir, es lo que le diré.

Desde el Congreso también se están impulsado investigaciones contra usted y el JNE. ¿Cuál es su análisis sobre la persistencia de estas acciones a dos años de las elecciones general del 2021?

Aquí han habido varias entidades de observación [electoral] especializadas, Transparencia, la OEA, la Unión Europea, que han cumplido su rol de modo independiente y transparente, señalando que las elecciones en el Perú obedecen a los estándares internacionales aceptables y las han reconocido como limpias, transparentes, libres, igualitarias. Dos años después todavía algunas entidades políticas y personajes no reconocen esa evaluación. Y no las van a reconocer porque al parecer es su justificación para seguir atacando al Jurado Nacional de Elecciones, y particularmente a su presidente.

Los expertos han hecho su trabajo y han dicho que estas fueron elecciones razonables, de modo que no debía preocuparnos ese tema de no ser porque algunas personas emplean recursos para movilizar prensa, televisión, canales virtuales, grupos de personas y de atacantes físicos y vocingleros para fastidiar y entorpecer nuestra labor, y también para formalizar denuncias constitucionales, ahora con mayor razón porque el Tribunal Constitucional les ha dicho que lo pueden hacer.

Es todo un paquete de acciones coordinadas, un conjunto de sucesos preordenados, preacordados, supongo que hasta sostenidos, porque no cuesta poco el tiempo de la televisión, de la radio, los troles. Y sobre esta materia, del empleo de bots, hay experiencias internacionales que han venido incluso del hemisferio norte. Y un efecto que también deberíamos tomar en cuenta, es el que ocurrió con la empresa Fox, por haber inventado un fraude que no existió y la responsabilidad que les ha venido por esa falsa imputación, algún día llegará esto al Perú.

¿Qué fuerza puede haber que los hace [al TC] pronunciarse en contra de la Corte Interamericana?

Si volvemos a esas semanas intensas para el país por las acusaciones del falso fraude, ¿cómo recuerda esos momentos, que iban apareciendo las apelaciones, unas tras otras?

En realidad, el Jurado no estaba preparado para un evento de esa naturaleza. Tengo entendido que nunca pasó, se me ha explicado que eso no ha pasado, en esa intensidad y esa forma nunca pasó y demoramos en ponernos al tanto. Respondíamos al día y sin mirar todavía el porvenir, lo que venía. Pero ahora, con el panorama, puedo decir que esto ha sido totalmente planificado, quienes atacaron y ofendieron, insultaron, vilipendiaron, pensaban que lo que tenía que ocurrir era que el presidente del Jurado Nacional de Elecciones se fuera, renunciara y ya, o que declarara nulas las elecciones o que hiciera alguna cosa para entorpecer el proceso electoral. 

Usted menciona que en ese momento el Jurado no estuvo preparado para la cantidad de apelaciones.

No, para eso sí estábamos preparados. 

¿Se refiere, entonces, a la campaña mediática del falso fraude?

Así es. No estábamos preparados para una cosa de esa naturaleza, un ataque coordinado de ese tipo, que incluso terminó con viajes al extranjero de gente que fue a reclamar una auditoría, que terminaron por hacerle decir a Mario Vargas Llosa que las elecciones fueron fraudulentas y unos meses después tuvo que corregirse, sin excusarse, porque jamás pidió perdón, que debió hacerlo, pero nunca pidió perdón. [Después] dijo que las elecciones “habían sido correctas, lo que pasa es que los peruanos votamos mal”. Hay que entender que detrás de esas palabras está la excusa de un señor con un ego muy grande que no es capaz de retroceder las cosas que dijo, porque lo realmente caballeroso hubiera sido que diga me equivoqué, me engañaron, me hicieron creer, yo confié en las personas que me dijeron que había fraude y los seguí, eso debió decir. 

¿Qué aprendizaje considera usted que dejó esa situación de crisis, ataque mediático y amenazas para un futuro proceso electoral? 

Se da cuenta de lo complicado de la pregunta y de la respuesta ¿no? O sea, ahora hay que agregar a la función electoral de quien desempeñe la presidencia, y de quienes sean parte del Jurado, que tienen que estar preparados para ser ofendidos, para ser vilipendiados, para que se les denuncie, se les demande, una cosa que no era lo razonable, no era lo habitual en el ejercicio de la judicatura electoral en el Perú.

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Porque el corazón del sistema democrático está en la protección del proceso electoral y los resultados.

Ese es el deber y acá es un tema de formación escolar, familiar, personal, social. Todo el que postula a una plaza de cualquier naturaleza, tiene que tener en su cabeza la posibilidad de que puede no ganar, porque no pueden haber en el Perú 13 presidentes, tiene que haber uno o una y ese puede ganar por un voto, no se necesita un millón de votos de diferencia ni 50.000, un voto puede ser la diferencia. 

¿Luego de esos ataques y la campaña del falso fraude cree que el sistema electoral salió fortalecido o debilitado? Internamente salió fortalecido, pero nosotros trabajamos también con el concepto de confianza. Y cuando comienza a machacarse de modo continuo [el tema del] fraude, el fraude termina por comenzar a pesar en la conciencia colectiva, felizmente no de todos, pero sí de algunos. Se ha sembrado ese concepto y es curioso escuchar a sus sembradores decir que no hay confianza en el Jurado. El daño es profundo.

¿Cómo está implementado el Estado peruano las garantías que ha otorgado a su favor la Comisión Interamericana de Derechos Humanos? 

Las garantías han sido personales, familiares y para mi desempeño funcional. Felizmente he sido respaldado y se ha conseguido. Esas garantías relativamente han sido cumplidas porque el dispositivo de seguridad dispuesto por la Comisión no está del todo cumplido, y en cuanto a la investigación, que es otro de los rubros que la Comisión dispuso, estamos muy retrasados porque la mayor parte de las denuncias hechas por acoso han sido calificadas como delito de difamación o como ejercicio de la libertad de expresión. 

Menciona que estas medidas han sido cumplidas relativamente, ¿qué más hace falta implementar? 

Sí, hay una falta de cumplimiento pero no le puedo dar más detalles por razones de seguridad. El otro rubro es el desempeño funcional, que tenía que haberse producido libre de acosamientos, como dice la resolución de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que debe darse libre de amenazas, pero nada de eso se ha cumplido, sobre todo, por las presiones que provienen del sistema congresal. 

A todas luces la medida cautelar emitida por la Comisión Interamericana, importante desde luego, ha resultado insuficiente y por eso estamos solicitando que sea la Corte Interamericana de Derechos Humanos la que dicte una medida provisional, ya jurisdiccional. Nadie duda en el Perú que lo que dice la Corte tiene el valor de una decisión de obligatorio cumplimiento.

¿Puede detallar un poco más los tipos de ataques y amenazas que ha recibido en todo este tiempo? 

Han sido domiciliarias, algunas de las cuales, curiosamente, la autoridad policial no ha dejado constancia. Otras han sido virtuales, incluso con la fotografía de una bala de fusil militar, y calificada por una fiscalía como difamación, cosa curiosa, en fin, y rechazada también por otras fiscalías. Pero la penúltima ha sido la de este señor [Roger] Ayachi [integrante del grupo extremista Los Combatientes] que a voz en cuello ha gritado que para mí debe haber prisión o muerte.

 He presentado un documento al TC con la copia de la sentencia Aguinaga Aillón porque de repente no la han leído.

Sin embargo, la fiscalía de turno no abrió investigación porque consideró que esos hechos no constituyen una real amenaza. ¿cómo se siente usted con este tipo de argumentos? 

Parece que no hay una lectura cabal de las disposiciones del Código Penal, y hay que apoyar para que la Fiscalía las entienda mejor. Yo no pierdo la fe en que eso ocurrirá, pero en todo caso son amenazas reales que no han sido atendidas, demostración de que el Estado no está cumpliendo lo que debe cumplir.

¿Lo han llamado o se ha reunido en estos meses con las bancadas de Fuerza Popular, Renovación o Avanza País, que son los que impulsan investigaciones en su contra?

No, yo no tengo reuniones con políticos.

¿No han solicitado alguna audiencia?

Sí, claro hay varios políticos que han querido venir a hablar aquí, al parecer por cuestiones relativas a vacancias de alcaldes, por cuestiones de regidores, pero yo no recibo políticos.

¿Pero algunos políticos han intentado comunicarse directamente con usted?

Han intentado comunicarse conmigo, sí, incluso una integrante de una organización política se molestó tremendamente porque no la atendí. Que se moleste nomás porque yo no atiendo a los respetables señores políticos, porque si atiendo a uno tendría que atender a todos. 

Varios constitucionalistas han expresado su preocupación por la concentración del poder que está adquiriendo el Congreso. ¿Cuál su percepción sobre este tema?

Hay reglas básicas para la vida en democracia, cuando el equilibrio de poderes se rompe o se desacomoda, se desacomoda la democracia.

Salas Arenas - JNE - OjoPúblico

ALERTA. "Cuando el equilibrio de poderes se rompe, se desacomoda la democracia”, sostiene Salas Arenas.
Foto: OjoPúblico / Gianella Rojas

 

¿Y usted considera que hay un desequilibrio de poderes ahora en el Perú?

Parece que se percibe que hay un desequilibrio de poderes.

Donde la parte más fuerte está en el Congreso

Esa es una conclusión de su parte.

¿Se ha reunido con la Presidenta de la República?

No sostengo reuniones con la presidenta. La última vez fue cuando se produjo un Consejo de Estado hace como cuatro meses, seis meses. Nunca más se me ha vuelto a convocar, hasta hace una semana o dos, pero yo no estaba en el país y no asistí.

Algunas personas emplean recursos para movilizar prensa, televisión, canales virtuales y atacantes para entorpecer nuestra labor.

¿Cómo las recientes amenazadas y actos de hostigamiento público está afectando su rutina diaria como presidente del Jurado Nacional de Elecciones? ¿Tiene que andar con más seguridad, evaluar más a qué eventos va y a qué no? 

Usted lo ha descrito. Le diré que no es habitual que un funcionario público tenga que hacer todo eso que usted señala y parece una cosa simple, pero no lo es. Yo he sido objeto de ataques de distintas formas, en la calle, por algunos, y también he recibido palabras de aliento de otros a quienes ni conozco, ni he visto antes, que han tenido palabras muy generosas, muy afectuosas. No es una vida habitual, pero este es el momento que me ha tocado vivir y lo tengo que hacer, es mi deber.

¿Cuándo tuvo miedo de que estas amenazas puedan convertirse en algo aún más serio?

Cuando tuve que cambiar de lugar para vivir porque estaban amenazando con el secuestro y ahora con la amenaza abierta, desembozada de [Jorge] Ayachi, que dice que cuenta con el respaldo del Congreso y del Ministerio Público. Cosa curiosa, algunos señores congresistas han salido a defender al atacante, no he escuchado una palabra de solidaridad con el atacado; en fin, entonces algo de cierto tiene que haber en esa afirmación del señor atacante.

Los silencios del mismo gobierno, de la Presidenta y del presidente del Consejo de Ministros sobre estos ataques explícitos, ¿no cree que deterioran más su seguridad y la del Jurado? 

Claro, desde luego, porque imagino que algunas fuerzas del orden también entenderán que esto es parte de la política del Estado, tendré que decirle que en el Jurado Nacional de Elecciones, en algunos de sus locales, ha desaparecido la seguridad exterior por mandato policial.

¿Con qué justificación?

Porque parece que un alcalde ha dicho que el Jurado no necesita seguridad, y se acabó.

Mario Vargas Llosa, no ha sabido resarcir el daño que ha hecho al rebotar los fake news [del falso fraude],

¿Usted recuerda otro período desde la salida del fujimorismo de una crisis institucional como la actual, donde haya tanta precariedad democrática?

Lamentablemente este es el más crítico. Después de haber recuperado la democracia han venido temporadas en las que ha habido mayor fluidez en el recambio democrático, algunos conflictos, pero este es uno muy crítico y que, además, se ha engarzado en una crisis de la democracia a escala mundial. Porque el desconocimiento de los resultados electorales no solo se da en el Perú. 

Los sistemas de desinformación mediática y en redes sociales ahora son más veloces que antes. 

Claro y va calando, sobre todo cuando, por estudios razonables se descubre que la gente no lee periódicos, tampoco miran noticieros y se enteran todo por las redes. 

¿Qué recomendaciones daría para enfrentar situaciones como la del 2021? 

Nadie tiene la posibilidad de mirar hacia el futuro, lo que sí creo que hay que hacer es fortalecer a los jueces, a los fiscales, que son digamos la fuente primaria de donde aparecen los órganos electorales, las cabezas de los jurados electorales especiales. Hay que capacitar a los profesionales abogados, capacitar a la colectividad en lo que significa la democracia, la importancia que tiene el recambio democrático ordenado. El conflicto que significa quebrar el sistema de recambio, el interrumpir el sistema de recambio y preparar a los jóvenes para que no consuman los fake news. Una de las víctimas del fake news, que no ha sabido resarcirse y resarcir el daño que ha hecho es el rebotador más famoso del mundo, es don Mario Vargas Llosa, porque una vez constatado que le mintieron, lo que debió hacer, es no solo decir que la elección fue limpia y transparente, sino [decir[ que a mí me han hecho creer que hubo fraude y no lo hubo. Eso debió decir. 

Bueno, nadie de los que impulsaron el falso fraude ha pedido disculpas a los votantes a quienes acusaron de falsificación.

A las personas a quienes les dijeron que se les falsificaron las firmas no se las falsificaron; así es, lamentablemente para el desarrollo del Perú ese es todavía un asunto pendiente.

 

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