Tiburones amenazados: Perú se resiste a apoyar pedido para proteger 56 especies

La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites) deberá aprobar o rechazar una propuesta que plantea proteger a una familia completa de tiburones compuesta por 56 especies. Funcionarios de Produce adelantaron que solo apoyarán parcialmente esta iniciativa, una postura compartida por el Instituto del Mar del Perú y el Ministerio del Ambiente. Perú y Ecuador son los países donde se da la mayor caza –y también gran parte del tráfico ilegal– de tiburones para cortarles las aletas y exportarlas. Oficialmente, este año, Perú ha exportado USD 12 millones de este producto y Ecuador, USD 5,2 millones.

DECISIÓN. El Ministerio de la Producción y el Instituto del Mar del Perú son las entidades encargadas de votar por proteger o no a una familia de tiburones.

DECISIÓN. El Ministerio de la Producción y el Instituto del Mar del Perú son las entidades encargadas de votar por proteger o no a una familia de tiburones.

Foto: Alejandra Elías

Los tiburones para el mar son como los leones para las sabanas africanas: sin leones la sobrepoblación de animales herbívoros disminuiría la vegetación y se generarían condiciones para propiciar sequías y, con ello, se afectarían diversas especies. En el mar, sin tiburones, se incrementarían los peces que se alimentan de otros más pequeños, y se produciría un desequilibrio en el ecosistema marino.

En el mundo existen más de 400 especies de tiburones, varios de estos se encuentran en peligro de extinción debido al comercio y pesca industrial no regulada, sobre todo por la elevada demanda de sus aletas en el mercado principalmente asiático. 

Los principales puntos de caza y extracción de estas especies son Perú y Ecuador, donde además se concentra el tráfico ilegal de aletas más importante de la región. Solo durante la pandemia la exportación de aletas de tiburón desde estos países hacia China, Hong Kong y Singapur alcanzó cifras históricas en 10 años. Diversos especialistas e investigadores coinciden en que, lo mínimo que se necesita, es regular su comercio. 

En pandemia, Ecuador y Perú alcanzaron cifras históricas de exportación de aletas de tiburón. 

En este contexto, el Gobierno de Panamá ha presentado una iniciativa para que 56 especies de tiburones de la familia Carcharhinidae sean incluidos en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites), la categoría intermedia de protección que permite el comercio de las especies incluidas en este listado, pero de modo regulado, es decir contando con certificaciones que garanticen su sostenibilidad.

La propuesta será analizada la próxima semana por 181 países. Según los expertos consultados para este informe por OjoPúblico, esta iniciativa tiene el respaldo de países de Centroamérica, la Unión Europea y Latinoamérica, menos de Perú. Así lo han confirmado las autoridades administrativas y científicas de Cites en Perú: ministerios de la Producción y Ambiente.

La propuesta presentada por Panamá tiene, además, como proponentes a los gobiernos de Senegal, Bangladesh, República Dominicana, Mónaco, El Salvador, Reino Unido, Colombia y Ecuador. 

Un análisis de OjoPúblico establece que solo en lo que va del año, hasta la primera semana de noviembre, el Perú ha exportado lo equivalente a USD 12 millones de aletas de tiburón, cifra que se posiciona como la segunda más alta en los últimos 10 años. El pico histórico se registró el 2021, cuando se exportó el valor de USD 17 millones.

En el caso de Ecuador, esta cifra alcanza los USD 5,2 millones en lo que va del año. Al igual que Perú, registró su pico histórico en el 2021, con USD 10 millones.

OjoPúblico accedió al pedido enviado por Panamá a Cites y entre los argumentos se destaca que la inclusión de estas especies en el Apéndice II “está claramente justificada ahora, antes de que alcancen el umbral de los criterios de inclusión en el Apéndice I”, debido “a la elevada presión pesquera y la falta de manejo del comercio o de las capturas en toda su área de distribución”.


La propuesta de Panamá

El pedido de Panamá se discutirá en la décimo novena reunión de la Conferencia de las Partes de Cites (COP19), que se realizará precisamente del 14 al 25 de noviembre en este país. Esta iniciativa busca que 19 especies de tiburones que se encuentran “en peligro” y “en peligro crítico” –en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)– y otras 37 de la misma familia sean incluidas en el Apéndice II de esta convención.

La Cites es un acuerdo internacional entre los países que la integran voluntariamente, de la que Perú y Ecuador forman parte. Su objetivo es regular el comercio internacional de especímenes de animales y plantas silvestres, para que las exportaciones, importaciones y otros mecanismos comerciales no sean una amenaza para la supervivencia de las especies. 

Cites tiene tres grados de regulación: el Apéndice I, donde están las especies cuyo comercio internacional está prohibido; el Apéndice II, que contiene a las especies cuyo comercio se permite, pero es regulado, y el Apéndice III, donde figuran las especies incluidas a pedido de un país que ya reglamenta su comercio, pero que necesita de la cooperación de otros para evitar su explotación ilegal.

Las especies principales incluidas en la iniciativa enviada a Cites son el tiburón gris de arrecife (Carcharhinus amblyrhynchos), el tiburón arenero (C. obscurus), el tiburón poroso (C. porosus), el tiburón del Ganges (Glyphis gangeticus), el tiburón trozo (C. plumbeus), el tiburón de borneo (C. borneensis), el tiburón de pondicherry (C. Hemiodon), el tiburón dentiliso de punta negra (C. leiodon), el cazón negrudo (Negaprion acutidens) y el tiburón de arrecife del Caribe (C. perezi).

También se encuentran el cazón picudo (Isogomphodon oxyrhynchus), el tiburón de noche (C. signatus), el tiburón de cara blanca (Nasolamia velox), el tiburón de morro negro (C. acronotus), el tiburón cariblanco (C. dussumieri), el tiburón perdido (C. obsoletus), el tiburón cola blanca del Pacífico (C. cerdale), el tiburón de borneo de aleta ancha (Lamiopsis tephrodes) y el tiburón aletón (Lamiopsis temminckii). Todos pertenecen a la familia de los Carcharhinidae. 

Propuesta de Panamá by OjoPúblico Periodismo de Investigación on Scribd

La propuesta también contempla una segunda parte, en la que se pide que se incluya en el Apéndice II a las demás especies de la familia antes mencionada, de los géneros Carcharhinus, Isogomphodon, Loxodon, Nasolamia, Lamiopsis, Negaprion, Prionace, Rhizoprionodon, Scoliodon, Triaenodon y cualquier otra especie putativa de la familia Carcharhinidae. 

Sumados a las 19 especies principales antes detalladas, en total la iniciativa busca proteger a 56 especies de tiburones que habitan la mayor parte de los océanos y mares del mundo con aguas cálidas o templadas.

Están presentes en el Perú: el tiburón azul (Prionace glauca), el tiburón puntas blancas (C. longimanus), tiburón sedoso (C. falciformis), Cazón o tiburón de Galápagos (C. galapagensis), tiburón pico blanco (Nasalamia velox), tiburón tigre (Galeocerdo cuvier), tiburón toro (C. leucas), tiburón puntas negras (C. limbatus), tiburón cobrizo o mantequero (C. brachyurus), tiburón baboso (C. altimus), tiburón limón (Negaprion brevirostris), tollo picudo del Caribe (C. porosus) y cazón picudo del Pacífico (Rhizoprionodon longurio).

La iniciativa busca proteger a 56 especies de tiburones que habitan la mayor parte de océanos y mares.

En Ecuador están presentes el tiburón azul, el tiburón sedoso, el tiburón de puntas negras, tiburón arenero y al menos otras seis de las especies que constan en la lista de los 56 de la propuesta de Panamá.

La iniciativa indica que se ha documentado que la población de tiburones en el mundo ha disminuido en más del 70% en solo 50 años, por lo que urge la regulación de su comercio internacional.

La mayoría de estas especies están clasificadas como “en peligro” y “en peligro crítico” debido a la pesca insostenible impulsada, entre otros, por la demanda de sus productos, sobre todo de Asia, en cuyo mercado se ha encontrado al menos 35 especies de la familia Carcharhinidae.

La protección de estos tiburones se hace más necesaria —sustenta la propuesta— porque más del 68% de la familia Carcharhinidae ya se considera amenazada, según IUCN. 

Esta organización señala que solo siete de estas 56 especies se encuentran bajo la categoría de preocupación menor. Según la iniciativa, si ahora no se regula su comercio, en un futuro tendrían que ser incluidos en el Apéndice I, es decir se prohibiría su comercio.

¿Por qué incluir a otras 37 especies no clasificadas “en peligro” o “en peligro crítico”? El documento enviado a Cites señala que las especies son muy parecidas entre sí, por lo que si solo se incluye a los 19 principales, los funcionarios encargados de vigilar y fiscalizar el comercio internacional tendrán dificultades para distinguir los regulados con los no regulados.

La protección de estos tiburones es necesaria. Más del 68% de la familia Carcharhinidae se considera amenazada.

“Si dejamos algunas especies por fuera del Apéndice II, esas van a quedar sin protección y van a ser como el comodín para sacar las especies que tienen ciertas regulaciones”, explicó el biólogo marino colombiano Carlos Julio Polo Silva, asesor del Gobierno de Panamá para la elaboración de la propuesta en discusión. El científico comentó a OjoPúblico que el objetivo de la iniciativa es regular el comercio de esta familia de tiburones, no de prohibirlo. 

tiburones

REGULACIÓN. La población de tiburones disminuye debido a la pesca insostenible impulsada, entre otros, por la demanda de sus productos, sobre todo de Asia.
Ilustración: OjoPúblico / Claudia Calderón 

 

“Lo importante aquí es saber que la inclusión en el Apéndice II no afecta el consumo interno de los países, solo regula la exportación, que principalmente está dirigida a las aletas… Si el país quiere continuar haciendo esa extracción, esta tiene que ser probadamente sustentable. No pueden decir que es pesca incidental, cuando realmente es dirigida”, afirmó.

En la COP19 de Cites también se analizará otra propuesta que busca proteger al resto de las familias de tiburones martillo que aún no están incluidas en el Apéndice II. “Con la propuesta (de Panamá) y esta propuesta de la Unión Europea se alcanzaría a regular casi el 90% de las especies de tiburones que encontramos en el mercado global, eso sería un logro impresionante”, dijo Polo Silva.


Apoyo parcial desde el Perú

La iniciativa de Panamá —según expertos consultados para este reportaje— tiene el apoyo de varios países de Latinoamérica, Centroamérica y la Unión Europea, menos de Perú.

Un documento oficial al que accedió OjoPúblico expone que el Perú apoyará solo parcialmente la protección de estas especies.

El Informe 293-2022-Produce/DPO, emitido el 28 de junio de este año, por la dirección de Políticas y Ordenamiento de la Dirección General de Análisis del Ministerio de la Producción (Produce) señala: “Se considera pertinente apoyar la inclusión de las especies que se citan expresamente en la propuesta [de 19 “en peligro” y “en peligro crítico”], pero no de todas las familias, ya que ello podría llegar a ser inaplicable”.

Esta posición fue confirmada el miércoles 9 de noviembre, durante una sesión de la Comisión de Pueblos Andinos del Congreso de Perú, donde estuvieron en calidad de invitados dos especialistas de Produce para explicar la posición del país frente a la propuesta de Panamá.

Juan Carlos Moreno, biólogo de la Dirección General de Asuntos Ambientales Pesqueros y Acuícolas de Produce, dijo que de las 19 especies principales propuestas para su inclusión en Cites, nueve se encuentran en Perú. Indicó que, de estas, ocho han sido consideradas dentro de la pesca incidental y solo una como pesca dirigida.

En base a esa interpretación anunciaron que su sector –como autoridad administrativa Cites en Perú– solo apoyará la primera parte de la propuesta.

 

Con relación a la segunda parte, que busca la protección del resto de la familia de Carcharhinidae, señaló que han analizado el pedido y han acordado con el Instituto del Mar del Perú (Imarpe) y el Ministerio del Ambiente (Minam) en no apoyarla. 

Juan Carlos Moreno, dijo que cuentan con un estudio científico de Imarpe que tras analizar cerca de 10 años de datos concluye que la población de tiburones no se ha reducido, sino que ha aumentado. El funcionario sostuvo que este estudio –que no presentó en la sesión del Congreso– está basado en los volúmenes de desembarque. 

Por su parte, Jaime de la Torre Obregón, coordinador de extracción pesquera de la Dirección de Pesca para Consumo Humano Directo e Indirecto del Viceministerio de Pesca y Acuicultura de Produce, también respaldó en la sesión lo señalado por su colega.

Indicó que si en el peor de los casos en esta COP19 no se puede incluir a esa familia de tiburones, en la siguiente, con mayor sustento científico, quizá se pueda. “No es la única oportunidad que tenemos”, aseveró.

Los especialistas de Produce pidieron a la Comisión de Pueblos Andinos que se invite a los pescadores artesanales para conocer su opinión sobre la propuesta, dejando entrever que serían afectados porque se dedican a la pesca de tiburones.

Produce anunció que –como autoridad administrativa Cites en Perú– solo apoyará la primera parte de la propuesta.

Los datos citados por los funcionarios peruanos han sido cuestionados. Maximiliano Bello Maldonado, conservacionista chileno y experto en manejo de recursos naturales de la organización Mission Blue, indicó que un estudio que muestra mayor desembarque no significa que haya más tiburones, sino más bien podría decirse que hay una mayor presión pesquera, es decir, que se está pescando más. 

“Ese tipo de estudios no sirven para estimar las poblaciones o los stocks pesqueros”, comentó a OjoPúblico en respuesta al estudio mencionado por uno de los biólogos de Produce.

El biólogo colombiano Carlos Polo Silva, asesor de la propuesta de Panamá, también refutó la posición de Produce. “Si no lo hacemos ahora que es el momento clave, cuando queramos hacerlo ya no van a haber solamente 19 especies que están próximas a estar casi extintas, van a haber el doble de eso, quizá 38, 40. Esa no puede ser la razón para no colocar medidas de manejo”, alegó.

El especialista también criticó el argumento de que esta medida podría afectar a los pescadores artesanales. “¿Todos los pescadores artesanales son exportadores? No creo. El pescador artesanal que pesca tiburón lo hace para el comercio interno y Cites no maneja comercio interno, eso depende de las regulaciones del país. Cites maneja comercio internacional”, recordó.

Para la bióloga marina Stefanie Torres Latorre, presidenta Sustainable Ocean Alliance (SOA) Perú, proteger a los tiburones es proteger a la pesquería en general porque la presencia de estos animales es garantía de que se tiene un mar saludable. 

“Se dice que los tiburones son los doctores del océano porque se comen especies que no tienen probabilidades de coexistir o pueden propagar enfermedades, entonces protegerlos es lo mínimo que podríamos hacer, considerando toda la presión pesquera que hay sobre ellos y las pocas medidas de regulación que tenemos”, señaló.

“Lamentablemente Perú tiene una pésima reputación en Cites y usualmente es visto como un país que suele votar en contra de las medidas con respaldo científico”, aseguró el biólogo marino Daniel Cáceres Bartra, presidente de SOA Latinoamérica.

El especialista dijo a OjoPúblico que la posición del Perú se debe a que las autoridades obligadas a controlar a las especies no quieren la fiscalización porque saben que tienen un problema de falta de capacitación de sus observadores, que no saben identificar las especies de tiburones.

“Lo que no quiere Perú es ser sancionado, porque si no cumples Cites te sanciona, no pueden exportar e importar más, y eso te perjudica. Entonces lo que está viendo Perú es qué les beneficia en temas económicos”, sentenció.

Maximiliano Bello es más enérgico en su apreciación. “Hace 10 años escuchaba los mismos argumentos y lamentablemente no he visto ninguna mejora. Entonces creo que no se quiere avanzar en regulaciones porque no es políticamente interesante, pero es irresponsable seguir pensando que el océano es infinito y por no tomar decisiones las cosas van a seguir así”, consideró.

Para que se apruebe la propuesta de Panamá se necesita el voto favorable de dos tercios de las partes presentes y votantes (son 181 los países, pero los votos en abstención no se cuentan). El voto de Perú si bien no es determinante, los expertos consultados por OjoPúblico consideran que sí es importante porque se trata de uno de los principales exportadores de productos derivados de los tiburones. Su adhesión a la iniciativa daría el mensaje de que apoya la protección a estas especies a nivel mundial.

 

Históricas exportaciones de aletas


Perú y Ecuador son dos de los países donde más se cazan tiburones para cortarles las aletas y exportarlas. Las ventas durante los últimos años han alcanzado picos históricos. 

Las tres empresas peruanas que más aletas de tiburón han exportado en lo que va del 2022 son Lamarqocha Inversiones (USD 3,6 millones, en valor FOB), Angaff Perú (4,1 millones) y Exportaciones JME(2,4 millones). 

China se mantiene como principal comprador de las aletas de tiburón que salen de Perú. De los USD 12 millones, el 66% tuvo como destino el gigante asiático.

En el caso de Ecuador las mayores exportadoras de este año son Solorzano & Avila Exportadora del Mar Evverfish (USD 6,8 millones), Fishchoez & Villegas Exportadora de Productos de Mar (USD 6,7) y Jrmoreira Cía (USD 3,3 millones). Perú es el mayor destino de exportación para Ecuador.

Perú y Ecuador han sido identificados como un corredor vulnerable al tráfico de aletas. Una muestra de ello es que en febrero de este año se impuso una sentencia de cuatro años y medio de cárcel contra Jorge Roldán Angulo Sánchez, gerente general de la empresa Ajansa Perú SAC, y Poly Diks Pinto Gonzáles. Ambos fueron hallados responsables del delito de comercio ilegal de aletas de tiburón. 

También hay evidencias documentadas –como ha expuesto OjoPúblico en reportajes anteriores– de la falta de control en la exportación de tiburones. Un análisis realizado por la organización conservacionista Oceana Perú a un total de 158 permisos emitidos por Produce para exportación de tiburones listados en el Apéndice II de Cites –de abril del 2017 a octubre del 2021–– revela una serie de anomalías en la emisión de estos documentos. 

Para exportar especies listadas en el Apéndice II, las autoridades administrativas Cites (en el caso de Perú, Produce) deben emitir autorizaciones de exportación, las cuales no se pueden otorgar si es que la carga no cuenta con un Dictamen de Extracción No Perjudicial (DENP) emitido por la autoridad científica Cites (Ministerio del Ambiente en Perú).

Además, se requiere un Dictamen de Adquisición Legal y una constancia que se ha verificado que el espécimen vivo a exportar tendrá el menor riesgo de maltrato. Estos dos últimos documentos emitidos por la autoridad administrativa Cites.

El primer grupo de documentos analizados por Oceana estuvo compuesto por 72 permisos emitidos entre el 11 de abril de 2017 y el 23 de abril de 2019. El análisis concluye que en la mayoría de casos hubo una inadecuada emisión de estas autorizaciones. 

“De los 72 permisos de exportación emitidos, solo 22 estuvieron avalados por el DENP correspondiente. En concreto, se emitieron 50 permisos sin cumplir con el artículo 20 del DS 030-2005-AG y el Artículo IV del texto de la Convención”, señala el informe de Oceana, al que tuvo acceso OjoPúblico.

En varios casos se detectó que para emitir la autorización de exportación, Produce tuvo en cuenta solo la opinión de Imarpe, adscrita a ese mismo ministerio.

Este señaló que las capturas del tiburón Sphyrna Lewini eran reducidas en aguas jurisdiccionales peruanas por lo que las mismas no constituían amenaza para su supervivencia. Esa afirmación reemplazó al requisito indispensable de contar con el DENP, que debió ser emitido por el Ministerio del Ambiente.

En otros casos, la especie a exportar no contaba con la autorización DENP, pero Produce indicó que, “considerando que no se puede obstaculizar el comercio”, se le daba paso porque resultaba necesario iniciar el registro de exportación de las especies contenidas en el Apéndice II Cites. Y, en base a ello, la entidad señalaba que quedaba, “pendiente el pronunciamiento de la autoridad científica Cites”, pese a que ese pronunciamiento, según las normas, era indispensable.

También se detectaron problemas en cuanto a los volúmenes permitidos para la exportación. Por ejemplo, el Dictamen de Extracción No Perjudicial para Alopias Vulpinus del 2018 daba una cuota de exportación de aletas de 13,2 toneladas, pero se emitieron permisos Cites de exportación por 41.20 toneladas. 

De igual modo, se estableció un máximo de 4,2 toneladas para Alopias Pelagicus del 2018; sin embargo, se emitieron permisos Cites de exportación por 25.662 toneladas. 

Respecto al cumplimiento de contar con el  certificado de que se ha verificado que el espécimen no fue capturado violando las normas del Estado (DENP), Oceana detectó una serie de falencias en el otorgamiento de los permisos. En dos casos se sustentó la compra de tiburón zorro con facturas de tiburón azul. Ambos permisos sumaron 2.011 kilos. 

En otro caso, para solicitar un permiso se presentó facturas de la compra de aletas que ya habían sido usadas para tramitar otro permiso. También  aceptaron declaraciones juradas para acreditar que las especies no fueron adquiridas en tiempo de veda, a pesar de que existía una factura que demostraba lo contrario.

El segundo grupo de permisos analizados fue de 86, emitidos entre el 10 de diciembre de 2019 y el 31 de octubre de 2021. El resumen indica que 41 de los 86 permisos Cites de exportación tuvieron entre una y tres observaciones. 

El análisis de Oceana expone que Perú no cumple tampoco adecuadamente con las normas ya emitidas para proteger a las especies de tiburones que se encuentran incluidas en Cites. 

La bióloga marina Adriana Gonzáles-Pestana advierte que el Perú tampoco ha emitido las suficientes medidas para proteger a las especies listadas en el Apéndice II. Comentó que de los tiburones que hay en Perú y que están incluidos en Cites, solo se ha determinado el nivel de explotación del tiburón martillo, por lo que se ha dispuesto una veda en los meses de verano y una cuota de captura. 

Sobre los tiburones zorro, la científica aseguró que el Perú no ha realizado ninguna acción pese a que la mayoría de aletas de esta especie que se venden en el mercado asiático provienen de Perú y Ecuador. Lo mismo indicó que sucede con cinco especies de Mobulas listadas en Cites, que no han ameritado estudios ni regulaciones adicionales para protegerlas.

Para Gonzales-Pestana la posición de Perú de no apoyar la propuesta para proteger 56 especies de tiburones se entiende, porque si no han hecho casi nada para proteger a las ya listadas en Cites, lo más seguro es que no quieran tener más que controlar “porque no pueden ni con las que ya tienen”.

Urge proteger a estas 56 especies de tiburones. El momento para hacerlo –coinciden los científicos– es ahora. Hacerlo en las próximas COP, como sugiere Produce, puede ser demasiado tarde.

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