AVANCE. En los primeros cinco días de vacunación, más de 68 mil trabajadores de salud recibieron una primera dosis.

La carrera por la vacunación con un sistema de salud fragmentado

La carrera por la vacunación con un sistema de salud fragmentado

AVANCE. En los primeros cinco días de vacunación, más de 68 mil trabajadores de salud recibieron una primera dosis.

Foto: Andina

El último sábado, 700 mil vacunas de Sinopharm llegaron a nuestro país, para completar el primer millón de dosis adquirido a la compañía china. Con este lote, se prevé completar la inmunización a todo el personal de salud del país. Durante la primera semana de vacunación se alcanzó el 50% de la meta y en el proceso OjoPúblico documentó las quejas de trabajadores de salud en Lima y regiones sobre inconsistencias en el padrón y problemas de distribución de las dosis. Un informe preliminar de la Contraloría reportó que las bases de datos están desfasadas en quince regiones. Expertos recomiendan fortalecer los mensajes de comunicación y vigilancia farmacológica.

14 Febrero, 2021

El anuncio de la llegada al país del primer lote con 300 mil dosis de la vacuna de Sinopharm representó para la médica intensivista Rosario Paz Puelles, un pequeño respiro en 11 meses marcados por jornadas intensas en el hospital Guillermo Kaelin, en Lima. En marzo de 2020 atendió al primer paciente de Covid-19 que llegó al nosocomio y, desde entonces, como muchos profesionales, no ha tenido descanso de aquella demoledora rutina en medio de ventiladores mecánicos e interminables decisiones sobre la atención de pacientes en listas de espera.

La noche del arribo del primer cargamento, el presidente Francisco Sagasti anunció que la vacunación priorizaría al personal que labora en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), emergencia y otras áreas que mantienen contacto directo con casos del nuevo coronavirus, donde el riesgo de contagio es mucho mayor. Rosario se sintió optimista: “Nos dijeron que éramos la prioridad, estábamos felices”.

Pero su esperanza en poco tiempo se convirtió en indignación. El martes 9, al salir de una guardia de 24 horas, Rosario se enteró que ningún miembro del cuerpo médico del hospital Guillermo Kaelin estaba considerado en el padrón inicial de vacunación. A través de un comunicado interno, la Gerencia de Gestión de las Personas de EsSalud, les informó que solicitarían su inclusión en las próximas horas. Dos días después, al no obtener respuesta, un grupo de intensivistas de esta institución decidió llevar su reclamo a las redes sociales. “Llevamos 11 meses atendiendo pacientes críticos. No queremos que nos llamen héroes o nos aplaudan, queremos ser vacunados”, dijo Rosario Paz a OjoPúblico.

El mismo jueves, más de 100 médicos residentes del hospital Guillermo Almenara realizaron un plantón afuera del establecimiento de salud, para pedir el acceso a una inmunización prioritaria. “Hacemos guardias en áreas Covid-19. Queremos ser vacunados para entrar con un poco de tranquilidad a trabajar. Cada día que pasa sin recibir una dosis, es una muerte que puede ocurrir”, indicó Eduardo Cabellos Acuña, médico residente de Geriatría del Hospital Nacional Guillermo Almenara.

No queremos que nos llamen héroes, queremos ser vacunados”, dijo la intensivista Rosario Paz.

Así como estos casos, se han reportado una serie de denuncias no solo en Lima, sino a nivel nacional. Aún sin haber culminado la primera semana de inmunización, el Gobierno ya enfrenta su primer gran reto: poner orden al proceso y garantizar el acceso inmediato a las dosis a los profesionales de la primera línea. Se mantienen, además, otros desafíos aún no resueltos: asegurar la llegada de más dosis en corto tiempo, potenciar la logística para almacenar y distribuir los antígenos que requieren condiciones térmicas especiales y organizar los próximos grupos que serán vacunados.

Grupo de intensivistas del hospital Guillermo Kaelin reclaman por el acceso a vacunas.
EN ESPERA. Personal del área UCI del hospital Guillermo Kaelin (EsSalud) solicita vacunas contra la Covid-19.
Foto: Rosario Paz

 

El ordenamiento de la primera etapa

 

Perú inició la inmunización contra la Covid-19 el martes 9 de febrero, con una primera meta de 141.376 trabajadores de salud, seleccionados -en teoría- según su nivel de exposición y riesgo. Para estas labores, mil vacunadores se han desplegado en 654 instituciones de salud de todo el país. Hasta la noche del sábado 13 de febrero, el proceso registraba un avance de casi 50%. Es decir, hasta el quinto día, más de 68 mil personas recibieron la primera dosis, según la aplicación de seguimiento del Ministerio de Salud.

De acuerdo al portal Our World in Data, solo al cuarto día (13 de febrero), Perú había logrado suministrar 0.21 vacunas por cada 100 habitantes. En comparación, durante su primera semana de inmunización, Brasil alcanzó administrar 0.33 dosis, con la vacuna china Sinovac; Argentina 0.09 dosis con la Sputnik V y Chile 0.05 dosis por cada 100 habitantes con la vacuna de Pfizer/BioNTech.

“El personal de enfermería que está a cargo de la vacunación tiene mucha experiencia. Eso está permitiendo que se avance en un ritmo bastante aceptable”, sostuvo el médico infectólogo y presidente del Comité de Salud Pública del Colegio Médico del Perú (CMP), Augusto Tarazona Fernández.

Pero en medio de este importante progreso han surgido denuncias sobre irregularidades en el padrón nacional de vacunación. Esta base de datos administrada por el Ministerio de Salud debía contener información actualizada de los trabajadores, tanto del sector público como privado, y sobre las labores que desempeñan, de modo que permitiera priorizar a aquellos de primera línea. Sin embargo, según un informe preliminar de la Contraloría, en quince regiones, equipos de auditores reportaron que las bases de datos están desfasadas y presentaron inconsistencias. 

No hay claridad en la documentación, lo que pedimos es transparencia”, dijo Flor Bazán, enfermera del hospital Rebagliati.

Por ejemplo, se incluyó a personas que realizan trabajo remoto o que se encuentran con licencia, mientras que se excluyó a quienes atienden directamente pacientes con Covid-19. OjoPúblico comprobó este tipo de situaciones en hospitales de Minsa y Essalud, de las regiones de Áncash, Huánuco y Arequipa, y también en Lima, donde además del Almenara, se reportaron denuncias en los hospitales Edgardo Rebagliati, de Emergencias Grau y en el Hospital Central de la Policía.

“Sabemos que han ingresado más de 4 mil vacunas al hospital, pero todavía hay personal que ha estado en primera línea durante toda la pandemia, en emergencia, UCI, hospitalización, a los que la vacuna no les ha llegado. No hay claridad en la documentación, lo que pedimos es transparencia”, dijo Flor Bazán Salazar, representante de la Secretaría del Cuerpo de Enfermeras del hospital Rebagliati a OjoPúblico.

Asimismo, algunas Direcciones Regionales de Salud (Diresa), o establecimientos de EsSalud, elaboraron sus propios padrones, en contra de lo recomendado por el Ministerio de Salud. En Huánuco, además, no se repartieron carnés de vacunación, como está consignado en la directiva sanitaria 129-MINSA/2021/DGIESP. Y, en otros establecimientos, como el hospital Alberto Barton, del Callao, el hospital III de Chimbote, y el hospital Guillermo Kaelin, donde trabaja la médica intensivista Rosario Paz, hasta el sábado 13 de febrero, no se habían repartido vacunas.

“Esta situación genera una clara señal de alerta de que no se cuenta con un padrón ordenado, sistematizado, depurado y actualizado, lo que podría generar serios problemas en la efectividad de la inmunización para esta primera etapa”, advirtió la Contraloría.  La fragmentación del sistema de salud y de información en el país dificulta aún más la implementación del proceso.

Al ser consultada sobre estos problemas, la exministra de Salud, Pilar Mazzetti, dijo esta semana ante el pleno del Congreso que los percances se produjeron debido a errores informáticos o de actualización. “Algún subsistema envió su padrón y habían columnas vacías, que el sistema quitó por [considerarlas] incompletas. También ha sucedido que figuraba personal en remoto, o mayores de 65 años que estaban trabajando. (...) El padrón tiene fallas. Juntar todos los subsistemas es complejo, pero eso no quiere decir que las personas se quedarán sin vacunar. Está en proceso de revisión”, reconoció.

Samuel Rotta, director ejecutivo de Proética, sostiene que este problema tiene origen en el manejo incorrecto de los datos. “En las denuncias sobre el padrón puede haber corrupción o abuso, pero también son problemas propios de una gestión de información deficiente. Los sistemas de control deben investigar ágilmente, para brindar recomendaciones y mejorar el proceso de cara al resto del proceso de vacunación”, indicó. 

El padrón tiene fallas.Está en proceso de revisión”, reconoció la exministra de Salud, Pilar Mazzetti.

“Sabemos cuáles son las fases, pero hay subdivisiones. No todo el personal de salud es primera línea, hay quienes que están en administración o gerencia. Entonces, tiene que haber transparencia y claridad sobre los criterios de priorización, para que el propio personal pueda hacer un control interno. Esto, acompañado de un fortalecimiento de los canales de denuncia”, agregó el especialista.

El último sábado, las 700 mil dosis restantes del primer millón adquirido a Sinopharm, llegaron a Perú. Con este total de vacunas, el Ministerio de Salud prevé continuar la vacunación de los 416 mil trabajadores de salud (en un régimen de doble dosis con 21 días de diferencia) independientemente de su tipo de contrato, sector, o área. 

 

 

La organización de los próximos grupos

 

Una vez que se culmine con el personal de salud, iniciará la vacunación de los estudiantes de Salud, Fuerzas Armadas y Policía Nacional, el Cuerpo de Bomberos, miembros de mesa de las próximas elecciones, entre otros trabajadores de servicios públicos esenciales comprendidos dentro de la primera fase. En el caso de los estudiantes y trabajadores de limpieza o seguridad, serán inmunizados en los establecimientos donde estudian o laboran. Para el personal de las FF.AA. o Policía, se coordinará un cronograma con el Ministerio de Salud y EsSalud.

En la fase II, se prevé que los adultos mayores y personas con enfermedades crónicas sean inmunizados en centros de salud, mientras que la población indígena será vacunada a través de brigadas itinerantes. 

El infectólogo Augusto Tarazona considera que durante esta fase, se deberían proponer nuevas estrategias que minimicen los riesgos de contagio. “El problema de las jornadas de vacunación [durante la pandemia], es que concentran personas. Cuando hubo el brote de difteria se reunieron cientos de personas y eso no debe repetirse”, indicó.

Finalmente, en la fase III, donde el objetivo es reducir la transmisión de la infección en comunidad, se han considerado a personas entre 18 y 59 años. La estrategia de vacunación para este grupo, según anunció el Ministerio de Salud en noviembre, será de tipo votación. Es decir, se habilitarán puntos desconcentrados, con listas elaboradas a partir del registro de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (Onpe).

 

Se necesitan más vacunas y mejor logística

 

Además del compromiso por 38 millones con Sinopharm, a través del cual se ha contemplado la llegada de otras dos millones de dosis entre fines de febrero y marzo, Perú tiene acuerdos de compra con Pfizer por 20 millones, con AstraZeneca por 14 millones y con el mecanismo Covax por 13.2 millones de vacunas, lo que da un total de 85.2 millones de vacunas. Sin embargo, solo alrededor de 8 millones han sido programadas para su envío durante el primer semestre de 2021.

“El principal reto es obtener más vacunas en el menor tiempo posible para alcanzar, por lo menos, un 80% de la población vacunada”, indica Tarazona Fernández. En caso contrario, si la inmunización se da en dos o tres años, podrían surgir nuevas variantes que afecten la eficacia de los antígenos, explicó el especialista.

Los envíos de las vacunas, sin embargo, deben estar organizados de acuerdo a la capacidad de almacenamiento local. El almacén del Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (Cenares), desde donde se distribuyen las dosis al resto del país, por ejemplo, tiene capacidad para resguardar solo 12 millones de vacunas al mismo tiempo. 

El principal reto es obtener más vacunas en el menor tiempo posible", dijo el infectólogo Augusto Tarazona.

De otro lado, Ernesto Gozzer Infante, médico salubrista y docente de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), consideró acertado el inicio de la vacunación contra la Covid-19 con dosis de Sinopharm. “Es una vacuna que conocemos, se necesita una cadena de frío y aplicación que el personal de salud sabe manejar. Esto permite hacer una validación del plan y la capacitación”, indicó.

La vacuna de Sinopharm, al ser de virus inactivado, puede ser almacenada y transportada entre 2 °C y 8 °C, al igual que otros antígenos que forman parte del programa nacional de inmunizaciones (vacunas contra la Hepatitis B, Influenza, Sarampión, entre otras). En cambio, las de Pfizer/BioNTech, al ser de ARN mensajero, necesitan temperaturas extremadamente bajas para su conservación y suponen un enorme desafío logístico.

 “Requiere de -70 °C y -80 °C para almacenamientos prolongados. El reto va a ser identificar dónde aplicar esta vacuna. Debe ser aplicada en Lima y ciudades grandes, que cuenten con [buenas] condiciones de refrigeración”, dijo Gozzer Infante a OjoPúblico.

Al respecto, Carlos Neuhaus, secretario técnico del grupo de apoyo del proceso de vacunación contra la Covid-19, señaló recientemente que el laboratorio Pfizer se comprometió a brindar las facilidades para trasladar las vacunas. “A diferencia de Sinopharm, ellos traen [las dosis] y las ponen en puntos de vacunación, en coolers que luego hay que regresarlos. Es parte del entendimiento”, dijo en una entrevista con TV Perú.

El infectólogo Augusto Tarazona también considera que el personal involucrado en el manejo de este tipo de vacuna necesita recibir una capacitación especial. “De lo contrario se podría registrar una alta tasa de pérdidas”, señaló.

Todos los procesos de vacunación tienen un porcentaje de pérdidas. De acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud (OPS), este se refiere a frascos vencidos, rotos, congelados, expuestos al calor o con defectos de fábrica y se calcula de acuerdo a estrategias, tipo de población a vacunar, entre otros factores. Así, por ejemplo, con el primer lote de 300 mil vacunas, solo se prevé la vacunación de 141.367 personas, es decir, el uso de 282.734 dosis. El porcentaje de pérdida estimada es del alrededor del 6%. 

 

Control de posibles efectos adversos

 

La aplicación de las dosis no es la última fase de la vacunación. La vigilancia farmacológica, a través de la cual se monitorean los eventos supuestamente atribuidos a la vacunación e inmunización (ESAVI), es una parte fundamental del proceso. Esta inicia inmediatamente después de la inyección, con una observación de 30 minutos, según indica la directiva sanitaria.

Javier Llamoza, exdecano del Colegio Químico Farmacéutico Departamental Lima, explica que al tratarse de medicamentos que por la emergencia sanitaria global no han completado todos los estudios de seguridad a largo plazo, de por lo menos dos años, es importante que el proceso de vigilancia de las vacunas se cumpla de manera precisa. “No conocemos el total de reacciones adversas, por eso es que ante cualquier síntoma de consideración este debe ser reportado”, indicó.

El especialista también explicó que Perú cuenta con procedimientos para el seguimiento farmacológico de las vacunas contra la Covid-19. Asimismo, a la fecha, el Ministerio de Salud no ha reportado ningún evento severo relacionado a la inmunización con dosis Sinopharm. 

Por su parte, el salubrista Ernesto Gozzer, sostiene que las autoridades deben reforzar las campañas informativas sobre las reacciones a la vacunación, a fin de mejorar la confianza en el proceso de inmunización. “Debe explicarse cómo reportar [posibles eventos adversos] y a dónde acudir. Puede haber casos donde una persona presente malestar que no tiene que ver con la vacunación y, si no llega a ser atendido, puede asumir que es a causa de la vacuna. Eso genera confusión en las demás personas”, explicó.

Una encuesta realizada por Ipsos Perú durante la quincena de enero, reveló que solo el 48% de peruanos estaban dispuestos a ser inmunizados por el Gobierno. Para febrero, en cambio, el 59% de los entrevistados se mostró a favor de recibir una vacuna contra la Covid-19. “Perú no es un país anti-vacunas, tiene una historia de procesos de inmunización [exitosos], pero ahora hay mayores retos. (...) La vacunación no es solamente colocar una inyección, también se necesita educación”, dijo Gozzer Infante a OjoPúblico.

 

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