Verificación de video

“Sabemos que las vacunas provocan cáncer. Eso está plenamente demostrado”

Fecha de la detección: 28 de octubre del 2020
ojo Falso

Por Carla Díaz Gonzales

En un video que tiene más de 103 mil visualizaciones, al 3 de noviembre, el youtuber mexicano, Alex Backman, asegura que ninguna vacuna ha demostrado ser segura y que incluso algunas ocasionan enfermedades. Como sustento de su afirmación, dice lo siguiente: “Sabemos que las vacunas provocan cáncer. Eso está plenamente demostrado”. Tras revisar los antecedentes sobre las vacunas, OjoPúblico concluye que esto es falso.



Ver: [8:55-9:00]


Backman, quien se presenta a sí mismo como periodista y conferencista, publica regularmente videos en español e inglés sobre temas científicos a través de una radio en línea y su canal de YouTube, donde cuenta con más de un millón de seguidores. Sin embargo, el comunicador fue desmentido en junio del 2020 por OjoPúblico en esta verificación, luego de asegurar que quienes se infectaron con la Covid-19 también adquirieron el virus de la inmunodeficiencia humana adquirida (VIH). Aquella no fue la primera vez que se desmontaron las afirmaciones de Backman. En enero de este año, otros medios de verificación de la región revelaron que los datos que difundió sobre la Covid-19 eran falsos.

El mito que afirma que las vacunas ocasionan cáncer se remonta a inicios de los años 60. En ese entonces, se descubrió que las vacunas contra la polio estaban contaminadas con un virus proveniente de los simios —llamado SV40, por sus siglas en inglés—. Durante los siguientes años, los investigadores encontraron que este patógeno ocasionó la aparición de tejido canceroso al ser inyectado en roedores. También se le identificó en algunos tipos de tumores humanos.  

Se estima que durante 1955 y 1963, entre el 10 y 30% de vacunas contra la polio estuvieron contaminadas con ese virus, según datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos (EE.UU.). Por ello, se realizaron diversos estudios que determinaron que la administración de estas vacunas contra la polio no causaron una mayor predisposición al cáncer, como da cuenta el Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU

En el libro “Las vacunas y tu niño: Separando los hechos de la ficción”, publicado por la Universidad de Columbia en 2011, se señala que una parte de las vacunas contaminadas por SV40 fueron administradas por vía oral, por lo que el virus fue digerido y expulsado por el sistema digestivo, sin ocasionar una infección viral. En el caso de las vacunas administradas por medio de inyectables, se tuvo como hipótesis que el uso de formol en la solución final disminuyó la efectividad de contagio del virus, al menos diez mil veces. 

Según información de los CDC, la mayoría de estudios no estableció una asociación causal entre la recepción de la vacuna contra la polio con el desarrollo de alguna forma de cáncer, de acuerdo con los análisis de datos de los Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Suecia.

En 1997, se desarrollaron encuestas epidemiológicas sobre los registros de tumores en Estados Unidos y Suecia en personas que podrían haberse expuesto a las vacunas con SV40. El análisis —patrocinado por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés), los Institutos Nacionales de Salud, la Oficina del Programa Nacional de Vacunas y los CDC de los EE.UU.— concluyó que no había evidencia de que dichas vacunas ocasionaran un incremento en la aparición de diferentes tipos de cáncer. 

Nueve años más tarde, en una de las investigaciones más recientes sobre la materia, la Sociedad Americana de Oncología Clínica de los EE.UU. hizo una revisión sobre los estudios que evaluaron la relación entre la exposición de los seres humanos al SV40. El artículo encontró que no había pruebas suficientes de “una mayor incidencia de tumores en las personas que recibieron la vacuna contaminada o un papel directo del SV40 en el cáncer humano”.

Consultado para esta verificación, Miro Rodríguez, oncólogo e investigador principal en el Centro de Investigación de Hematología y Oncología Médica del Hospital Cayetano Heredia, descartó que exista evidencia sobre una asociación entre las vacunas y el cáncer. 

“Ese tipo de contaminación [de la SV40] se asoció a dos tipo de tumores: al mesotelioma, que es un tumor maligno a la pleura, y al linfoma no Hodgkin [cáncer a los glóbulos blancos]”, indicó Rodríguez, quien agregó que algo así no ha vuelto a suceder porque las vacunas actuales son mucho más elaboradas. “Las vacunas no ocasionan cáncer porque son extractos de virus atenuados, que ya no producen infecciones, solo son para estimular el sistema inmunológico”, sentenció. 

En los últimos años, la FDA exigió pruebas para garantizar que las vacunas contra la polio no contengan el virus SV40. A la fecha, se ha descartado que se encuentren en circulación vacunas contaminadas. 

Otros estudios han evaluado la asociación entre la leucemia infantil, un tipo de cáncer, con la vacuna triple vírica, y la inmunización contra la difteria, el tétano, las paperas, la influenza o la hepatitis B. Así, el artículo “Asociaciones entre la vacunación y los cánceres infantiles en las regiones de Texas”, publicado en 2011 por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Texas y el Hospital de Niños de Houston, reveló que los niños de los estados con mayor cobertura de inmunización contra la hepatitis B y la polio tenían menores probabilidades de desarrollar diferentes tipos de cáncer

Contrario a lo afirmado por Backman, no existe evidencia que sustente que las vacunas provocan cáncer o generan una mayor tendencia hacia esta enfermedad. Por el contrario, diversos estudios sostienen que el riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino disminuye al aplicarse la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH). Así lo indica una investigación liderada por la Agencia de Salud Pública de Suecia, publicada en octubre del 2020, que realizó un seguimiento a más de 1.6 millones de mujeres y niñas de entre 10 y 30 años, desde el 2006 al 2017. 

Por su parte, el doctor Juan Wong, quien preside el Comité de Acción Científica de la Sociedad Peruana de Inmunología, indicó que las reacciones adversas a las inmunizaciones son fiebre, dolor, malestar y otras más graves en pacientes inmunodeprimidos, es decir, con las defensa bajas; “pero no desarrollo de enfermedades neoplásicas”. 

“Las vacunas que tenemos hoy en día, son productos que ya tienen en el mercado muchos años y que han sido estudiadas durante mucho tiempo, así como sus efectos adversos durante los primeros días, semanas, meses o años”, afirmó Wong. Por ello, el especialista en salud consideró que es muy difícil que exista en el mercado un producto que ocasione células cancerosas.   

Cabe resaltar que existe una variedad de estudios que sustentan la seguridad de las vacunas, las cuales son sometidas a pruebas rigurosas a través de ensayos clínicos que deben superar antes de ser masificadas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que es más probable padecer de lesiones graves debido a una enfermedad prevenible a través de la vacunación, que por daños causados por las vacunas.  

En suma, “los beneficios de la vacunación superan largamente los riesgos”, ya que sin la inmunización habría más enfermedades y muertes, como lo destaca la OMS. 

En función a lo expuesto, OjoPúblico concluye que, la afirmación del youtuber Alexander Backman, acerca de que las vacunas pueden causar cáncer, es falsa. 

 

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