Por: Viviana Curtihuanca 

Entre mayo y agosto los establecimientos de salud de Puno afrontan una situación crítica: a la pandemia por el Covid-19 se sumarán las heladas, con temperaturas que pueden llegar a los 20 grados bajo cero, e incrementan el número de pacientes con neumonías e infecciones respiratorias agudas. 

Jorge Montesinos Espinoza, titular de la Dirección Regional de Salud (Diresa), señala que cada invierno se hace evidente la falta de personal médico y de inversión en equipamiento en los 463 hospitales y centros de salud de Puno, la mayoría de los cuales son de poca capacidad y su infraestructura tiene hasta 50 años de antigüedad.

OjoPúblico y Radio Onda Azul revisaron los contratos que firmó el Gobierno Regional de Puno entre el 2015 y 2018 para conocer qué obras, servicios y bienes destinaron a los hospitales y centros de salud públicos. Es decir, la herencia en infraestructura y equipos con los que debe trabajar el personal de salud actual. La data corresponde a la gestión de Juan Luque Mamani, de la agrupación política Proyecto de la Integración para la Cooperación, y quien es investigado actualmente en el Ministerio Público por lavado de activos por la presunta compra irregular de un terreno. 

URGENCIAS. La exgestión regional invirtió unos S/6 millones en insumos médicos y solo 2,8% en servicios de reparación de establecimiento de salud más pequeños.

Foto: Andina.

En los cuatro años analizados, la región invirtió S/201 millones en sus establecimientos de salud. El 35,6% sirvió para comprar bienes diversos, como combustible, uniformes y vales de alimentos, pero también para insumos médicos valorizados en unos S/6 millones, productos farmacéuticos por S/7,2 millones, y poco más de S/15 millones en equipos para las áreas de cirugía, hospitalización y obstetricia.

Un mínimo 2, 8% se destinó a servicios de refacción en los puestos de salud de Carabaya, Simón Bolívar y Salcedo; al mantenimiento de cunas e incubadoras para recién nacidos, el cambio de techo del banco de sangre y la rehabilitación del tercer piso del Hospital Regional de Puno. Además de la contratación de servicios de transporte, alimentos, vigilancia, confección de uniformes e impresiones.

De los S/120 millones del presupuesto asignado en cuatro años de gestión, S/7,2 millones se destinaron a productos farmacéuticos.

El 60,9% de los recursos presupuestados por la región para atender la salud de sus habitantes se concentró en una obra que se mantiene inconclusa: el Hospital de Apoyo Ilave. El proyecto está valorizado en S/120 millones y la consultoría de supervisión de obra costó otros S/2,8 millones.

La edificación debió inaugurarse en noviembre del 2019 en la provincia ganadera de El Collao, que no cuenta con un establecimiento especializado en cirugías y tratamientos complejos, pero hasta el inicio del Estado de Emergencia los trabajos tenían un avance del 18%. Hasta el momento la antigua y la actual gestión regional han desembolsado S/57 millones para su construcción. El resto del millonario presupuesto se mantiene a la espera de su ejecución.

Sin UCI ni ventiladores

El 28 de marzo del 2018, el gobierno regional adjudicó el proyecto al Consorcio del Altiplano, integrada por la española Assignia Infraestructura y la peruana Chung & Tong Ingenieros S.A.C, ambas con antecedentes de incumplimiento en otras regiones del país. Assignia está bajo investigación fiscal por irregularidades en la ejecución de obras en Tacna y Apurímac, y ha sido identificada en reportajes anteriores de OjoPublico debido a retrasos en la construcción de nosocomios en Piura y Arequipa; mientras que Chung & Tong fue sancionada tres veces por el Tribunal de Contrataciones del Estado. 

La primera de sus faltas fue detectada el 2013 cuando presentó documentos falsos en el proceso de selección de otro hospital en Cajamarca, lo que le valió una suspensión de dos años. La segunda ocurrió el 2016 con la demora en la elaboración de un expediente técnico en Piura, por lo que pagó una penalidad de más de S/1 millón; y en junio del 2019 el Tribunal volvió a confirmar que Chung & Tong adjuntó documentación fraudulenta en otra licitación en Lima, por lo que se encuentra impedida de contratar con el Estado hasta fines del 2020.

El Hospital de Apoyo Ilave está en manos de estas constructores. Un año después de ganar la licitación, el Consorcio Altiplano solicitó dos ampliaciones de plazo alegando problemas con el expediente técnico, pero estos fueron rechazadas por la anterior gestión.

Sin embargo, el 1 de marzo del 2019, con las nuevas autoridades ya en el cargo, la empresa consiguió su propósito. El entonces gerente del Gobierno Regional de Puno, Dione Pacoticona Mamani -que ejerció hasta octubre pasado- aprobó las dos prórrogas en un mismo día.

PRIMERA PIEDRA. Las exautoridades regionales invirtieron casi todo el presupuesto en esta obra. El exgobernador Juan Luque puso la primera piedra en marzo del 2018.

Foto: GORE Puno

Con ello la empresa obtuvo seis meses adicionales para culminar los trabajos, por lo que la nueva fecha de entrega fue fijada para el segundo trimestre del 2020. Enviamos una carta al representante legal del Consorcio Altiplano, Marco Alexander Tong Pizango, detallando nuestras interrogantes, pero no respondieron al cierre de edición.

“Esto es responsabilidad de la Oficina de Infraestructura del Gobierno Regional de Puno. Es una obra que la población ilaveña espera, y hubiera sido de gran utilidad durante esta pandemia”, señaló el director de la Red de Salud El Collao-Ilave, Moisés Chambi Condori, quien asumirá su administración cuando este concluido. De haber concluido el proyecto, los vecinos de esta provincia contaría con salas de cirugía, consultas externas, laboratorios y 43 camas de hospitalización, infraestructura necesaria en el contexto del Covid-19.

El antiguo hospital no cuenta con UCI ni ventiladores. Los pacientes críticos con Covid-19 deben ser trasladados al Hospital Regional.

“El antiguo Hospital de Ilave no está en la capacidad de atender a pacientes graves, pues al ser un establecimiento de nivel II-1 no cuenta con Unidad de Cuidados Intensivos ni ventiladores mecánicos, solo Unidad de Vigilancia Intensiva. Si llega un enfermo crítico no podemos asistirlo, este es enviado al Hospital regional de Puno”, añadió Chambi. Este traslado le toma al paciente una hora de viaje en auto.

El funcionario explicó que en la antigua sede, ubicada a diez minutos del hospital inconcluso, se han habilitado tres módulos prefabricados para atender a infectados con Covid-19 que presenten síntomas de leves a moderados.

El pasado 6 de marzo, funcionarios del gobierno regional, el alcalde provincial de El Collao Ilave, Resalaso Villanueva Maquera y el director Moises Chambi se reunieron con representantes del Consorcio Altiplano y de la empresa supervisora para plantear soluciones ante el retraso de su construcción. La pandemia terminó por bloquear su reanudación.