PROHIBIDO. La PNP tiene prohibido usar perdigones de plomo. Sin embargo, en los últimos años, se ha encontrado evidencia de su empleo durante represión a protestas ciudadanas.

Perdigones de plomo: Necropsias e informes médicos exponen el uso de este proyectil prohibido en las protestas

Perdigones de plomo: Necropsias e informes médicos exponen el uso de este proyectil prohibido en las protestas

PROHIBIDO. La PNP tiene prohibido usar perdigones de plomo. Sin embargo, en los últimos años, se ha encontrado evidencia de su empleo durante represión a protestas ciudadanas.

Imagen: OjoPúblico / Luis Javier Maguiña

El uso de perdigones de plomo por parte de la Policía está prohibido en Perú desde hace una década. Sin embargo, todavía existe evidencia de su uso en el contexto de protestas ciudadanas. En 2020, se encontraron estos proyectiles en el cuerpo de Inti Sotelo y Bryan Pintado, los dos jóvenes que fallecieron por la represión policial a las marchas contra el régimen de Manuel Merino. Dos años después, la evidencia analizada por OjoPúblico –necropsias e informes médicos– exponen que heridos y fallecidos recibieron impactos de perdigones de plomo. La letalidad de estos proyectiles está comprobada por entidades nacionales e internacionales.

19 Marzo, 2023

Actualización: 27 de marzo de 2023 - 11:45 a.m.

*Con la colaboración de Gianfranco Huamán

 

El 9 de enero de 2023, el día más fatídico desde que iniciaron las protestas contra el gobierno de Dina Boluarte, el Congreso de la República y en demanda del adelanto de elecciones, Gabriel Omar López Amanqui recibió el disparo de una escopeta perdigonera, que le ocasionó la muerte de manera inmediata. El hombre, de 35 años, se encontraba protestando en los alrededores del aeropuerto de Juliaca, en Puno, que entonces era custodiado por efectivos policiales y militares.

La necropsia encontró 72 orificios en el cuerpo de López Amanqui, provocados por “esferas metálicas", que le destrozaron el tórax, los pulmones y el corazón. La Policía Nacional del Perú (PNP) tiene prohibido utilizar perdigones de plomo en cualquiera de sus actividades desde hace 10 años, precisamente por su letalidad. 

En 2003, la PNP aprobó una norma que prohíbe este tipo de proyectil y solo permite aquellos que están hechos de goma para cualquier actividad, especialmente durante el control de una protesta. Además, la misma Policía ha reconocido que los perdigones de plomo pueden ocasionar lesiones graves e incluso la muerte, según documentos internos a los que OjoPúblico tuvo acceso.

Sin embargo, desde entonces, se han registrado casos de manifestantes heridos con estos proyectiles durante la represión policial a diversas protestas desarrolladas en el país.

Perdigón

LETAL. Los médicos legistas encontraron 72 orificios en el cuerpo de Gabriel Omar López Amanqui, provocados por perdigones metálicos.
Foto: Protocolo de necropsia

 

En noviembre de 2020, por ejemplo, fallecieron Inti Sotelo y Bryan Pintado durante las marchas contra el régimen de Manuel Merino. Las pericias fiscales comprobaron que ambos jóvenes recibieron impactos de perdigones de plomo, los cuales fueron los causantes de ambos decesos. La Policía intentó desmentir el uso de este proyectil prohibido, pero las pericias presentadas por la Fiscalía y los vídeos conseguidos por las familias refutan su discurso.

Ahora, en las recientes protestas contra del gobierno de Dina Boluarte, el Congreso de la República y en demanda del adelanto de elecciones, nuevamente se ha evidenciado el uso de este tipo de proyectiles. Desde hace años, este tipo perdigón dejó de ser considerado como menos letal por ocasionar daños similares a una bala, según informes de organismos internacionales, como las Naciones Unidas, que ha concluido que nunca deberían usarse en manifestaciones. 

Así como en el caso de López Amanqui, el Ministerio Público encontró restos de un perdigón de plomo en el cuerpo de Marco Quispe Quispe (54), otro de los fallecidos que se encontraba protestando en los alrededores del aeropuerto Manco Cápac, en Juliaca, en enero pasado. La necropsia señala que el proyectil le perforó el tórax y el pulmón.

“La trayectoria del perdigón se extrae del hemitórax posterior derecho, luego se hace una incisión y se extrae el perdigón de plomo”, se lee en el acta fiscal de la necropsia.

En Arequipa, la Fiscalía también encontró tres perdigones de plomo en el cuerpo de Jhan Carlos Condori Arcana (30), uno de los fallecidos durante el enfrentamiento que se produjo, el 19 de enero de 2023, en los alrededores del aeropuerto Alfredo Rodríguez Ballón entre efectivos de la Policía y las personas que pedían la renuncia de Dina Boluarte y el adelanto de elecciones generales.

Los perdigones le perforaron el pecho y llegaron hasta el corazón. En el cuerpo de Condori Arcana también se encontraron restos de este proyectil prohibido en sus piernas. 

necropsia

MORTALES. El acta de necropsia confirma que un disparo de perdigones le quitó la vida a Jhan Condori Arcana.
Fuente: Certificado de necropsia

 

La Policía ha señalado reiteradamente que ya no cuentan con perdigones de plomo en sus almacenes. Sin embargo, una fuente policial en retiro confirmó a OjoPúblico que este tipo de proyectiles pueden encontrarse en cualquier tienda de armas y municiones, aunque solo pueden ser adquiridas formalmente con la tarjeta de propiedad del arma y la licencia de uso.

Además, indicó que los perdigones de plomo pueden dispararse de la misma manera y con los mismos equipos con los que se disparan los perdigones de goma. Es decir, con escopetas de calibre 12 mm  y cartuchos de 12 GA, que son de uso común por parte de la PNP.

“En ellas [en las escopetas que usa la Policía] pueden disparar perdigones de goma, pero también se puede usar para perdigones de plomo”, señaló el policía en retiro.

La fuente explicó a OjoPúblico que los cartuchos empleados por la PNP para disparar perdigones de goma también pueden contener cualquier otro tipo de proyectil, como balines, canicas o perdigones de plomo.

“Cualquier cosa puedes poner en los cartuchos de escopeta [calibre 12 GA], hasta hielo seco. Se puede poner distintas cosas, hasta un clavo, aunque el tubo cañón va a tener mayor presión”, apuntó.

 

Proyectil prohibido

En los años 90, en el Perú todavía estaba permitido el uso de perdigones de plomo, aunque ya existía evidencia a nivel internacional que señalaba los graves daños que podían provocar este tipo de proyectiles en el control de las manifestaciones.  

Por ejemplo, un informe de Physicians for Human Rights (PHR) e International Network of Civil Liberties Organizations (Inclo) encontró, tras la revisión bibliográfica de informes médicos de 25 años, que proyectiles como los perdigones de plomo, balines, canicas —entre otros usados por la Policía en protestas a nivel mundial— ocasionaron graves lesiones. 

Entre ellas, se describen rupturas del globo ocular, lesiones cerebrales, hematomas en los pulmones, hematomas en el corazón, esguinces, fracturas, conmoción cerebral, contusiones internas, sangrados internos, fractura del cráneo, lesiones a la médula espinal y perforación de cráneo.

Daños

DAÑO. Organizaciones internacionales revisaron informes médicos sobre el daño que ocasionan proyectiles de energía cinética, entre ellos los perdigones de plomo. 
Fuente: Physicians for Human Rights

 

Aunque el estudio en cuestión se publicó en 2016, los informes médicos en los que se basa el mismo ya estaban disponibles desde los años 90. Además, desde finales de los años 70 se habían aprobado a nivel internacional los principios de proporcionalidad, necesidad y la prohibición del uso indiscriminado de la fuerza

Aún así, la prohibición expresa de utilizar perdigones de plomo por parte de la PNP corresponde a una directiva publicada recién en 2003. En ella se señaló, además, que solo se usarían perdigones de goma para el control del órden público a una distancia no menor de 35 metros.

Más de una década después, en 2015, la PNP aprobó una nueva directiva, que regula el procedimiento del uso de armas no letales y armas letales en intervenciones policiales. En la misma se señala, de nuevo, el uso estricto de perdigones de goma para el control de disturbios, así como de bombas lacrimógenas, gases irritantes y aturdidoras.

Mientras que, en 2016, a través del Manual de Operaciones y Mantenimiento y Restablecimiento del Orden Público, la Policía estableció detalles adicionales sobre el uso de estos proyectiles en la contención de protestas. 

En este se especifica, por ejemplo, que los perdigones de goma deben ser disparados por escopetas calibre 12 mm —también conocida como escopeta de caza— y que el escopetero de perdigones tendrá que salir al campo con 25 cartuchos calibre 12 GA o con la cantidad suficiente para atender la magnitud de los disturbios.  

En 2020, el mismo año en que murieron Inti Sotelo y Bryan Pintado, la División de Servicios Especiales de la PNP elaboró el manual Uso de la fuerza y armas no letales, como parte de una capacitación para los oficiales que salen a contener el orden público.

Escopetas

En ese documento, la PNP indica que, para el disparo de perdigones de goma, utilizan las escopetas Akkar calibre 12 mm, modelo Karatay, de origen turco. También se detalla que, para el uso de armas “no letales”, primero se debe realizar un análisis de la situación y apelar al diálogo. 

Este tipo de perdigones disparados hasta con una distancia de 50 metros pueden provocar la muerte u lesiones de gravedad".

En caso sea inevitable, la norma establece que el personal policial sólo usará estas armas si es atacado de forma directa con objetos contundentes que pongan en peligro su integridad o la de terceros. 

Además, en dicha cartilla, el comando policial informa claramente que están prohibidos todos los tipos de perdigones de plomo por ser altamente peligrosos. “Se prohíbe cartuchos comerciales calibre 12 GA con perdigones de plomo 7 ½, 00, 0, etc., ya que estas no son proporcionadas ni autorizadas por el Estado, y a su vez, causaría lesiones e incluso la muerte, no siendo el objetivo legal ni el propósito del arma no letal (tácticas defensivas no letales)”, precisa el documento.

Un estudio interno de la PNP sobre el daño que ocasionan los perdigones de plomo —realizado en 2016 por la institución, y al que OjoPúblico tuvo acceso para este informe— evidencia que este tipo de perdigones disparados hasta con una distancia de 50 metros pueden provocar la muerte u otras lesiones de gravedad. El documento confirma, además, que la Policía tiene conocimiento de la letalidad de dichos proyectiles, tal como advierten estudios internacionales. 

 

Cartuchos y escopetas para perdigones de plomo

Las escopetas y cartuchos autorizados para el uso de perdigones de goma por parte de la PNP también sirven para disparar otros proyectiles, como perdigones de plomo, explicó una fuente policial en retiro a OjoPúblico. Esas mismas armas, detalló, eran empleadas por los efectivos para disparar perdigones de plomo antes de que los mismos fueran prohibidos. 

Las escopetas Akkar calibre 12 milímetros (mm) que usa la policía son de tipo retrocarga, popularmente conocidas como “pajeras”. Tienen capacidad para almacenar seis cartuchos y un espacio extra en la recámara para incluir uno más. Por eso, se le suele llamar 6+1. 

escopeta
ARMA. La División de Servicios Especiales de la PNP reveló en un documento interno que el arma que usan para disparar perdigones es la escopeta Akkar, modelo karatay, de origen turco. 
Fuente: Policía Nacional del Perú

 

Semanas atrás, OjoPúblico informó, tras acceder a documentos fiscales, que el personal de la Dirección de Operaciones Especiales (Diropesp) de la PNP trasladó, en los primeros grupos que llegaron a Juliaca para la protección del aeropuerto, 12 escopetas de caza para el disparo de perdigones. 

Sin embargo, se presume que pudieron haber usado más debido a que no todas las dependencias informaron el uso de sus armas “menos letales” y, posteriormente, llegaron más policías de diversas regiones. 

El cartucho empleado en estas escopetas es un recipiente cilíndrico. Este tiene un extremo de metal, que contiene pólvora, y otro extremo —conocido como posta—, en el que se ponen los proyectiles, es decir los perdigones. 

Las escopetas calibre 12 mm, que usa la policía para el disparo de perdigones, solo pueden disparar cartuchos calibre 12 GA, y no podrían ser empleadas con otros cartuchos como los de calibre 16 o 24 GA, según la fuente policial.

En el mercado existen una gran cantidad de cartuchos. Entre los más conocidos están los cartuchos calibre 12 GA, 16 GA y 24 GA. El primero es el que usa la policía y son más grandes que los otros dos cartuchos, por ende entran más proyectiles. 

cartucho

MUNICIÓN. Los cartuchos calibre 12 GA, que usa la PNP, sirven para almacenar perdigones de goma, pero también podrían usarse con perdigones de plomo.
Foto: OjoPúblico / Luis Javier Maguiña

 

Según la fuente policial en retiro, el cartucho calibre 16 GA es más usado por las personas que se dedican a la caza en provincia, debido a que son los cartuchos característicos para escopetas monotiro —que solo tienen espacio para un cartucho—. 

Los perdigones de plomo son esferas hechas con aleación de plomo. Las más usadas en nuestro país son las modelos 7 ½, 0 y 00 y estás pueden ser disparadas con diferentes tipos de armas, entre ellas la escopeta calibre 12 mm, usadas por la Policía.

El perdigón de plomo modelo 7 ½ tiene un diámetro que oscila entre 2,37 y  2,41 mm y, en el ámbito de la caza, es utilizado para disparar a pichones y palomas. 

El perdigón modelo 0, mientras tanto, tiene un diámetro de 4,25 mm y, en la caza, se emplea para disparar a gansos o zorros. Por último, los perdigones modelo 00 tiene un diámetro de 4,5 mm y se usan para cazar venados o animales grandes. 

La diferencia entre los tipos de perdigones radica en su tamaño y su peso. Por eso, incluso los cartuchos calibre 12 GA pueden almacenar diferentes cantidades de perdigones.

Por ejemplo, en un cartucho calibre 12 GA, usado por la Policía, puede entrar un promedio de 300 perdigones 7 ½, mientras que, en el mismo cartucho, solo entrarían un promedio de nueve perdigones del modelo 00, según la fuente policial consultada.

El daño que pueden causar los perdigones de plomo dependen del modelo, pero sobre todo de la distancia del disparo. No obstante, el policía en retiro aseguró que tanto un perdigón de plomo de 7 ½ como el 00 pueden matar, pues ya han habido casos comprobados.

“Los que se usaban, hace muchos años [en la Policía], son los pequeñitos. No me acuerdo exactamente, son los que miden 2 mm [se refiere a la modelo 7 ½]. Pero yo he visto que, incluso de ese tamaño, te puede matar (...) Yo hice un informe alguna vez de un muerto a 80 metros con perdigón de plomo modelo 00”, declaró.

El policía en retiro aseguró que tanto un perdigón de plomo de 7 ½ como el 00 pueden matar".

Hay que entender que los disparos de perdigones se dan por cantidad, no uno por uno, ya que en cada cartucho entran varios proyectiles. En ese sentido, tras un disparo, los perdigones comienzan a expandirse a medida que van alcanzando mayor distancia. En otras palabras, a más distancia, mayor es el ángulo de impacto de los mismos. 

Por eso, en distancias cortas, los perdigones tienen impactos concentrados y generan mayor daño, mientras que a mayor distancia pueden dañar varias partes del cuerpo o diferentes personas. Aún así, más allá de la distancia, este tipo de perdigón sigue siendo potencialmente mortal. 

 

Heridos y fallecidos luego de la prohibición

El 7 de diciembre de 2022, tras el intento de golpe de Estado del expresidente Pedro Castillo y la asunción constitucional de Dina Boluarte, se iniciaron movilizaciones en distintos puntos del país.

Las protestas comenzaron en Apurímac —región donde se registraron los primeros fallecidos— y, poco a poco, se fueron extendiendo a Arequipa, La Libertad, Ayacucho y Junín. En la segunda fase de movilizaciones, luego de una tregua por las fiestas de fin de año, se produjeron los primeros enfrentamientos mortales en Puno y, semanas después, en Lima.

En poco más de tres meses, 67 personas fallecieron en el contexto de convulsión social que afronta Perú. De ese total, 49 civiles y un policía murieron —o recibieron heridas que, luego, provocaron su deceso— en los enfrentamientos entre los manifestantes con las fuerzas del orden. En paralelo, 11 civiles fallecieron por accidentes de tránsito y hechos vinculados a los bloqueos de carretera, y otros seis militares murieron tratando de cruzar el río Ilave, en Puno.

El 9 de enero pasado —el día más fatídico desde que empezaron las recientes protestas—, Gabriel Omar López Amanqui (35) recibió una descarga de perdigones. En la necropsia se encontraron 72 orificios en su cuerpo.

El protocolo de la necropsia practicada a López Amanqui reveló que los perdigones le perforaron la caja torácica y, luego, los pulmones y el corazón. Las perforaciones le provocaron shock hipovolémico, es decir pérdida de sangre que paraliza los órganos vitales.

La pericia balística del Ministerio Público, realizada a la muestra de proyectiles encontrados en el cuerpo de López Amanqui —a la que accedió OjoPúblico—, confirma que recibió perdigones de plomo, modelo 4, cuya medida es de 3,25 milímetros.

Ese mismo día, en medio de la represión policial, Marco Quispe Quispe fue atacado en el aeropuerto Manco Cápac, en Juliaca, Puno. El acta fiscal de la necropsia, al que también accedió este medio, detalla que se le encontró un perdigón de plomo en la zona del tórax cercana al pulmón. 

La pericia balística realizada a la muestra de proyectil encontrada en el cuerpo de Quispe Quispe confirmó que también fue atacado con un perdigón de plomo. En este caso, modelo 00, de un diámetro de 8,38 milímetros.

Acta de necropsia

PRUEBA. El acta fiscal de necropsia revela que se encontró un perdigón de plomo en el cuerpo de Marco Quispe, uno de los fallecidos en Juliaca. 
Fuente: Acta fiscal de necropsia

 

Un día después, el 10 de enero, Rosalino Florez Valverde* (21), acudió junto a su hermano a observar las protestas que ocurrían ese día en los alrededores de la ciudad del Cusco. Al ver que varios manifestantes estaban afectados por los gases lacrimógenos, ambos empezaron a ayudar en el traslado de estas personas hacia zonas seguras. 

Sin embargo, cuando se encontraba por la avenida 28 de julio, un policía le disparó al joven estudiante de Gastronomía una ráfaga de perdigones a menos de tres metros de distancia, según contó Rosa Medina, tía de la víctima, a OjoPúblico para un reportaje anterior

El cuerpo de Rosalino recibió 36 perdigones de plomo que afectaron órganos vitales, como los intestinos, hígado y riñón, así lo confirmó su hermano Juan Florez a este medio. Actualmente, a más de dos meses de ser herido, se encuentra en estado crítico y es atendido en el Hospital Arzobispo Loayza de Lima.

placa

UCI. Actualmente, Rosalino Florez se encuentra en Unidad de Cuidados Intensivos debido al grave daño que le causaron los perdigones de plomo a sus órganos vitales. 
Fuente: Placa toráxica

 

Poco más de una semana más tarde, el 19 de enero, Jhan Carlos Condori Arcana (30), recibió el ataque de perdigones. Estaba protestando en los alrededores del aeropuerto Alfredo Rodríguez Ballón, en Arequipa, que era resguardado por la Policía. 

La necropsia de Condori Arcana, a la que accedió OjoPúblico, señala que los perdigones le perforaron el tórax y, posteriormente, el corazón. 

Un reporte preliminar de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos del 14 de diciembre señala que, en los primeros días de las protestas, se identificó el uso de municiones prohibidas.

“[Se ha identificado] el uso de munición prohibida para el control de multitudes, incluyendo perdigones de calibre 00, o canicas de metal, canicas de vidrio, perdigones de metal y balas”, detalla.

En esa línea, Amnistía Internacional, también identificó víctimas de perdigones disparados por los efectivos policiales.

“A pesar de que las normas internacionales de derechos humanos prohíben el uso de armas de fuego con munición letal para el control de protestas, la información recopilada apunta a que en múltiples casos la Policía y el Ejército recurrieron a ésta como uno de los principales métodos para dispersar las manifestaciones, incluso cuando no existía riesgo aparente para la vida de otras personas”, precisa su informe preliminar.

La Misión pudo identificar en varios relatos que, durante las protestas, se empleó uso de perdigones (de plomo y de goma).

En tanto, en un reciente informe sobre vulneración de derechos en las últimas protestas de Perú, Misión de Solidaridad Internacional y Derechos Humanos señala que, tras recolectar diversos testimonios, concluyen que ha habido un uso de proyectiles prohibidos por parte de los efectivos contra los manifestantes, entre ellos los perdigones de plomo.

“En particular la Misión pudo identificar en varios relatos que, durante las protestas, se empleó uso de perdigones (de plomo y de goma) y bombas lacrimógenas a la cabeza y tórax, a corta distancia, incumpliendo con los estándares internacionales en materia de uso de armas”

Hace más de dos años, durante las marchas contra el régimen de Manuel Merino, la Policía reprimió desproporcionadamente a los manifestantes que salieron a protestar entre el 10 y el 14 de noviembre de 2020. Tras los enfrentamientos, el saldo fue de más de 200 heridos y dos fallecidos, Inti Sotelo y Bryan Pintado, quienes fueron heridos mortalmente. 

La investigación ha retomado su cauce, luego que la Corte Suprema de Justicia decidiera que el caso lo siga viendo la Primera Fiscalía Supraprovincial de Derechos Humanos de Lima, a cargo de la fiscal Jhousy Aburto. Han pasado más de dos años de las muertes y el proceso aún continúa en la etapa de investigación preparatoria.

Actualmente, el caso solo se sigue a nivel fiscal, pues a nivel administrativo, la Inspectoría de la PNP decidió archivar la denuncia contra los altos mandos policiales al no encontrar pruebas que los vinculen con las muertes.

Mientras que la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales del Congreso de la República también archivó la denuncia constitucional contra Manuel Merino (exmandatario), Ántero Flores Araoz (expresidente del Consejo de Ministros) y Gastón Rodríguez (exministro del Interior) al aprobar un informe del congresista Alejandro Cavero (Avanza País), en el que se argumenta que los policías no podrían haber causado la muerte de los jóvenes, ya que solo se puede matar con perdigones cuando se dispara a corta distancia. 

La necropsia practicada a Bryan Pintado reveló que el joven de 22 años recibió el impacto de 10 perdigones de plomo en el cráneo, el cuello, el tórax y la cara. Mientras que la necropsia de Inti Sotelo, de 24 años, muestra que recibió un perdigón de plomo en el corazón. 

Inti y Bryan

IMPUNIDAD. Han pasado más de dos años de la muerte de Inti y Bryan y, hasta la fecha, las autoridades no han encontrado ningún responsable.
Imagen: OjoPúblico / Musuk Nolte

 

El Ministerio del Interior ha negado que se sigan usando este tipo de perdigones como parte del equipamiento de los efectivos encargados del orden interno. En el 2020, luego de la muerte de Inti Sotelo y Bryan Pintado, realizaron una conferencia de prensa para explicar que solo usan perdigones de goma. 

“El disparo a mi hermano fue prácticamente en el tórax y directo al corazón. Ahí está la pericia balística que menciona el arma irregular que ellos han utilizado. Es bastante frustrante que sigan diciendo que es un arma artesanal o que nos matamos entre protestantes, cuando ya está demostrado con evidencia que no es así”, dijo Quilla Sotelo, hermana de Inti, en conversación con OjoPúblico

En los últimos meses, la criminalización de las protestas ha sido frecuente. Las principales autoridades han dejado entrever que estas movilizaciones —que en algunos casos incluyeron ataques a propiedades públicas y privadas— estaban dirigidas por grupos extremistas y que los disparos podrían haberse efectuado con armas artesanales. 

Esta situación motivó que una delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que visitó el país a inicios de este año, denunciará terruqueo y estigmatización por factores raciales de parte de autoridades durante la crisis social. 

A pesar del llamado al diálogo por parte del organismo, dos días después, el presidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola, aseguró que habían ingresado armas desde Bolivia para equipar a los manifestantes.

“Existen indicios y pruebas de que así ha sido [han entrado armas al Perú] y de que no solamente ha habido un trasiego de material de Bolivia acá, sino un trabajo también sistemático y permanente de algunos expresidentes, no solamente para azuzar a la población, sino hablar claramente de insurrección”, dijo, el 15 de enero, en una entrevista para Latina.

Nueve días después, durante una conferencia de prensa, la mandataria Dina Boluarte sostuvo que los ataques que provocaron las muertes durante las protestas en Puno provenían de grupos radicales y que los disparos podrían venir de la misma población.

"De manera extraoficial, lo que nos dicen es que los fallecidos de ese 9 de enero, en Puno, ahí donde estaba la Policía custodiando el aeropuerto de Juliaca, no ocurrieron los fallecimientos, sino en las inmediaciones de las calles, y que la mayoría de ellos es por impacto de un arma artesanal denominado dum-dum, que la Policía no usa esas armas letales", afirmó.

No obstante, la propia ministra de Relaciones Exteriores, Ana Cecilia Gervasi, señaló a inicios de febrero que, hasta ese momento, el Gobierno no tenía pruebas de que existan grupos criminales detrás de las protestas ciudadanas. 

 

Venta de perdigones de plomo 

Los perdigones de plomo están permitidos en el Perú para uso civil, pero solo para tres actividades —la caza, el deporte de tiro y seguridad privada—, de acuerdo a la Ley de armas de fuego, municiones, explosivos, productos pirotécnicos y materiales relacionados a uso civil.

Si bien existen tiendas que venden todo tipo de municiones, entre ellas los perdigones de plomo, estas no son de acceso legal para cualquier persona. Se necesitan dos requisitos para adquirir estos proyectiles: tarjeta de propiedad del arma y la licencia de manejo, según la norma.

Además, si una persona tiene licencia para disparar cartuchos de calibre 9 mm, no podrá adquirir cartuchos de calibre 12 GA, pues son diferentes. La fuente policial consultada informó que las empresas de seguridad son las que, normalmente, compran en mayores cantidades los perdigones de plomo, pues tienen las escopetas para disparar estos proyectiles. 

Si alguien compra grandes cantidades de perdigones de plomo de manera formal y, luego, las revende, sería un acto claramente ilegal. 

Según información de la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat), entre 2015 y 2022, las empresas que han importado cartuchos calibre 12 con perdigones de plomo modelo 7 ½ son Lima Guns S.A., Importaciones el Conquis S.A. y Armory Supply S.A.C. La mayoría de estos envíos proviene de las empresas españolas Maxam Outdoors y Nobel Sport España, y de la estadounidense Fiocchi. 

Lima Guns S.A. es una empresa que tiene larga experiencia en venta de armas y municiones a entidades públicas, entre ellas al Instituto Nacional Penitenciario (INPE), el Ministerio del Interior, el Ejército del Perú y municipalidades, según la base de datos de proveedores del Estado.

Entre 2014 y 2015, Lima Guns S.A. le vendió al Ministerio del Interior 900 escopetas lanza lacrimógenas y 726 escopetas de caza calibre 12. Mientras que, en 2018, le vendió cartuchos con perdigones —no se precisa el tipo— modelo 7 ½ por un monto de S/4.200 al INPE. 

En paralelo, en 2016, Importaciones el Conquis S.A. le vendió al Instituto Nacional Penitenciario municiones —no se especifica el tipo— para escopeta calibre 12 mm por un monto de S/4.080. Dos años antes, le vendió municiones —de igual modo, sin especificar el tipo— a la Sucamec para el examen de manejo de armas, por un valor de S/4.431.

Luego, en octubre de 2020, la empresa Armory Supply S.A.C. le vendió al Ministerio del Interior 810 escopetas de caza por un monto de S/1’521.990. En diciembre del año pasado, por  último, esta misma empresa le vendió municiones a la PNP —tampoco se especifica el tipo—, que serían destinadas a las diferentes escuelas de formación, por un monto de S/2’194.500.

 

 

*Rosalino Florez Valverde falleció el 21 de marzo de 2023, días después de la publicación de este informe.

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