RECORTES. La reducción del presupuesto en sectores clave de la salud se contrapone a la alta demanda de atención que existe en los hospitales.

Programas de salud mental y enfermedades no trasmisibles pierden presupuesto en regiones más afectadas por la covid-19

Programas de salud mental y enfermedades no trasmisibles pierden presupuesto en regiones más afectadas por la covid-19

RECORTES. La reducción del presupuesto en sectores clave de la salud se contrapone a la alta demanda de atención que existe en los hospitales.

Foto: Andina

Las 10 regiones más afectadas por la covid-19 en Perú han reducido los montos destinados a la atención, prevención y control de la salud mental, enfermedades no transmisibles —como la diabetes y la obesidad—, cáncer, el cuidado de la salud materno neonatal, la tuberculosis y el VIH/SIDA, en casi S/122 millones con respecto al 2021. Un análisis del presupuesto ejecutado en 2021 en las 25 jurisdicciones del país reveló, además, que los gobiernos regionales solo utilizaron el 89,4% del dinero público asignado al sector sanitario a nivel general y el 91,5% de los recursos específicos para covid-19.

16 Marzo, 2022

La pandemia de covid-19 ha generado brechas que todavía persisten en el diagnóstico y tratamiento de muchas enfermedades: aunque los centros de salud han reanudado la atención de manera progresiva, aún experimentan una demanda que supera su capacidad. “Lo que estamos viviendo es una saturación del sistema, que no se ha planificado”, dice Camila Gianella, experta en salud pública.

A pesar de esa situación, se ha reducido el presupuesto de los gobiernos regionales destinado a la atención, prevención y control de la tuberculosis (TBC), el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), la salud mental, enfermedades no transmisibles (como la diabetes y la obesidad), el cáncer y el cuidado de la salud materno neonatal.

OjoPúblico analizó información del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y halló que las 10 regiones con mayor letalidad por el nuevo coronavirus (Ica, Lambayeque, Piura, Ucayali, La Libertad, Loreto, Callao, Puno, Tumbes y Lima) pasaron de destinar S/1.213'506.851 a estos cinco programas, en 2021, a S/1.091’563.847 para este año. Lo que significa una reducción del 10,1% en los recursos asignados a los mismos de manera conjunta (S/ 122 millones).

La atención de la salud mental es una de las áreas que se ha visto más afectada, pues presenta un recorte del 24,2% del presupuesto otorgado de manera conjunta a estos 10 gobiernos regionales. Dicho sector es seguido por el de prevención y tratamiento de enfermedades no transmisibles, cuya disminución es del 20,3%. Prevención y control del cáncer, salud materno neonatal y TBC-VIH/SIDA, por su parte, presentan reducciones de entre 11,8% y 2,5% respecto al año pasado.

 

 

Estos recortes, de acuerdo con un informe de la Oficina de Presupuesto del Ministerio de Salud (Minsa) y datos del MEF, están vinculados a la falta de ejecución de los presupuestos por parte de los 25 gobiernos regionales: solo el año pasado dejaron de invertir más de S/1,5 mil millones en el sector sanitario. Puno, Pasco, Tacna, Cajamarca y Tumbes fueron las jurisdicciones con los desempeños más bajos, con un gasto inferior al 85%. Javier Llamoza, exdecano del Colegio Químico Farmacéutico de Lima, sostiene que esta situación se repite año a año, pero no corresponde a los requerimientos del sector. “Hay necesidades, ha habido desabastecimiento de medicamentos y, a pesar de ello, se ha devuelto dinero”, remarca.

En comunicación con OjoPúblico, la oficina de comunicaciones del MEF sostuvo que en los casos de Piura y Tumbes los recortes responden a una menor asignación en las contrataciones que se realizan bajo la modalidad CAS, que fueron utilizadas, por ejemplo, para el personal de salud que trabajó en centros de atención de covid-19. En el caso de Lima y Callao, mientras tanto, indicaron que la  reducción se debe a una caída en los ingresos de recursos directamente recaudados por los gobiernos regionales. Es decir, a la menor cantidad de ingresos que tuvieron los hospitales durante 2020 y 2021.

 

Áreas claves son las más afectadas

 

La pandemia de covid-19 impactó de manera negativa en la salud mental de la población: el temor al contagio, la gran cantidad de fallecidos, el aislamiento obligatorio y el cambio en los estilos de vida originaron un incremento de 25% en los cuadros de depresión y ansiedad a nivel mundial, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud. En Perú, las consecuencias no fueron menores: tres de cada 10 niños y adolescentes presentaron algún problema de salud mental durante la emergencia sanitaria. A pesar de estos indicadores alarmantes, la atención de la salud mental es el área que más reducciones ha sufrido en las 10 regiones analizadas por OjoPúblico.

Lima, donde se reportaron más de 7.000 muertes por nuevo coronavirus y cuya letalidad es de 6,6%, encabeza la lista, con un recorte en su presupuesto actualizado —conocido como presupuesto institucional modificado (PIM)— de 44,6% con respecto a 2021. Piura, en paralelo, experimenta una reducción del 32,5%; mientras Lambayeque y Puno tienen una disminución de 31% o más, en comparación con el dinero destinado al área el año pasado.

 

 

La emergencia sanitaria también significó mayores complicaciones para las personas que tienen comorbilidades como diabetes u obesidad, dos afecciones que se engloban dentro de las enfermedades no transmisibles (ENT). Aunque estas patologías han sido consideradas factores de riesgo para la infección por sars-cov-2, los montos destinados a la prevención, control y tratamiento de las ENT se han reducido en un 20,3% en 2022.

Una de las regiones que muestra la mayor disminución presupuestal en esta área es Piura, cuyo monto se redujo en 32,5% respecto al año anterior. Ucayali, Lambayeque y Tumbes, en simultáneo, presentan recortes del 29,9%, 27,7% y 21,6% respectivamente.

 

 

Las personas con enfermedades oncológicas también tienen riesgo de enfermar de gravedad por covid-19. Además de esta vulnerabilidad, la pandemia limitó las posibilidades de tratamiento oportuno y generó una importante brecha en los diagnósticos tempranos.

El oncólogo Juan Carlos Samamé explica que los pacientes que, actualmente, llegan a su consultorio se distinguen, principalmente, en dos grupos. Por un lado, están quienes, a finales de 2019, se realizaron exámenes y estaban pendientes de una posible confirmación, que no se dio en 2020. “Lo que ocurre con estas personas es que están llegando con cánceres en estadíos intermedios”, indica. Y, por otro lado, pacientes que habían superado la enfermedad pero, después de meses sin monitoreo, el cáncer ha reaparecido. “Incluso, en este [segundo] grupo, tengo pacientes que han fallecido como consecuencia de reapariciones de la enfermedad. Esto es el impacto a nivel del consultorio médico”, dice.

A pesar de estas brechas, ocho de las 10 regiones con mayor letalidad por covid-19 registran reducciones en el presupuesto asignado a la prevención y control del cáncer que van desde el 3,4% hasta el 35,8%. Este es el caso, por ejemplo, de Piura: mientras que, en 2021, tuvo un presupuesto superior a los S/7 millones, este año apenas supera los S/4,6 millones. Algo similar ocurrió con Callao, región que ha experimentado una reducción del 27,6%, y La Libertad, con un recorte de 20,8%.

 

 

Una de las principales carencias en este sector, señala Juan Carlos Samamé, es la falta de recursos humanos especializados en oncología pediátrica. Además, el experto del Hospital Arzobispo Loayza indica que hay una insuficiente cantidad de máquinas de radioterapia, como el acelerador médico lineal (Linac), utilizadas para tratar el cáncer. “Todo esto tiene implicancias desde el punto de vista sanitario y económico”, cuenta.

Además de las enfermedades oncológicas, la salud materno neonatal también fue desatendida durante la emergencia sanitaria. Para 2022, el presupuesto total del área presenta una disminución del 5,8% en las regiones analizadas por OjoPúblico. Aunque 2021 fue el año más letal para las gestantes y puérperas de los últimos 12 años, ocho de estas 10 jurisdicciones redujeron los montos destinados al área.

Tumbes es la región más afectada, con una disminución del 31,9% (que equivale a más de S/9 millones). Una situación similar se identificó en Piura con un recorte de 12,7% respecto a 2021 (que representa más de S/12 millones), y Callao, donde la inversión bajó en 12% (equivalente a más de S/6 millones).

 

 

Las reducciones de presupuesto, brechas en el diagnóstico y problemas para acceder al tratamiento también afectan a otros programas del sector salud, como el dirigido a la tuberculosis y el VIH/SIDA. Durante los dos primeros años de pandemia —relata Camila Gianella— un paciente con tos frecuente y cuyo resultado para covid-19 era negativo regresaba a casa, a pesar de esos síntomas, sin descartar que tenga tuberculosis.

“Lo que sabemos es que, durante 2020 y 2021, no se ha hecho nada: no se han identificado casos y no sabemos cómo está la situación ahora. Por lo que, en lugar de recortar el presupuesto a tuberculosis, se le debería dar el doble. Pero acá se recortó y se recortó también el presupuesto en VIH cuando no se estaba detectando”, sostiene.

En efecto, siete de las 10 regiones más afectadas por la covid-19 redujeron su presupuesto para el programa orientado a disminuir la incidencia de tuberculosis, la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) para este año. Dentro de ellas, Tumbes, Piura y Callao son tres de las regiones que presentaron disminuciones más drásticas. Estas equivalen al 14,9%, 7,9% y 7%, respectivamente, en comparación con el año pasado.

 

 

Frente al recorte de presupuestos para este programa en el ámbito regional, el Grupo Impulsor en Abastecimiento de Medicamentos Antirretrovirales envió una carta al Minsa solicitando información sobre los motivos que respaldaron esa decisión. La respuesta fue dada por Alexandro Saco Valdivia, director ejecutivo de la Secretaría de Coordinación del Consejo Nacional de Salud.

El funcionario citó un informe de la Oficina de Presupuesto del Minsa y datos del MEF para dar cuenta de que, como en el año anterior, el programa de TBC-VIH/SIDA no ejecutó la totalidad de su presupuesto, ahora se le ha asignado un monto equivalente a lo que fue capaz de gastar en 2021.

Dicha cartera indicó, además, que de necesitar más dinero, se podría disponer del presupuesto asignado a la adquisición de suministros médicos a través de organismos internacionales (S/415,3 millones). Sin embargo, Javier Llamoza aclara que esos recursos se ejecutan en su totalidad todos los años, por lo que no hay seguridad de que se pueda redirigir a otro programa. “Te dicen ‘no te preocupes. Te damos poco, pero si necesitas más, sí hay’. Pero, en la práctica, sabemos que todo el dinero que se da para compras de bienes estratégicos en organismos internacionales siempre se gasta”, dijo.

Al ser consultada por el tema, la oficina de comunicaciones del MEF aseguró que, para las regiones de Piura, Tumbes, Lima y Callao, la reducción no se explica por una baja ejecución presupuestal. El área de prensa de este ministerio aseguró, además, que “hay incorporaciones de presupuesto pendientes y de transferencias financieras del SIS, con lo que el presupuesto para el 2022 podría igualar o superar el del 2021”. Al respecto, Javier Llamoza confirmó que sí se puede aumentar estos montos, pero ello depende de cuánto se vaya ejecutando a lo largo del año.

Foto: Andina

SALUD. Aunque hay una sobredemanda de atención de enfermedades como el TBC-VIH/SIDA y el cáncer, estos programas sufrieron una reducción de su presupuesto.
Foto: Andina

 

Deficiente ejecución en salud afecta a todo el país

 

Luego de revisar la información pública del MEF, este medio también detectó que, en 2021, los 25 gobiernos regionales dejaron de ejecutar más de S/1,5 mil millones destinados, de manera global, al sector sanitario. En otras palabras, solo utilizaron el 89,4% del presupuesto.

En dicho periodo, los gobiernos regionales recibieron un presupuesto total de S/14.556’607.311 para la atención de la salud. Ese monto representó un incremento de cerca del 16%, en comparación del asignado en 2020 (S/12.550’434.691) y de alrededor de 34% si se compara con el presupuesto de 2019 (S/10.866’116.306).

Sin embargo, esto no se tradujo en una mayor inversión: mientras que, durante el 2020, solo siete regiones utilizaron menos del 90% del presupuesto asignado, el año pasado hubo 11 jurisdicciones que no lograron superar ese porcentaje de ejecución.

Ha habido desabastecimiento de medicamentos y, a pesar de ello, se ha devuelto dinero”, dice Javier Llamoza.

El ránking de menor ejecución de 2021 está encabezado por las regiones de Puno (75,5%), Pasco (81,1%), Tacna (82%), Cajamarca (83,6%) y Tumbes (83,9%).  El caso más llamativo es el de Puno, una de las diez regiones con mayor letalidad por covid-19. Esta región pasó de ocupar el tercer puesto de mayor ejecución del gasto en salud en 2020, a ubicarse en el peor desempeño en 2021. En ese último periodo, el gobierno regional recibió S/ 895’875.084, de los cuales solo ejecutó S/676’385.688, equivalentes al 75,5%.

Pasco, la segunda región en la lista con menor ejecución de 2021, recibió S/277’393.333 para el área sanitaria, de los cuales ejecutó solo 81,1%. Otro caso que sobresale es el de Tacna, que pasó de tener el mejor desempeño en 2020, a ubicarse entre las cinco últimas regiones del ránking de 2021, con una ejecución del 82,0% de su presupuesto. Cajamarca y Tumbes, que ocuparon el vigésimo quinto y el vigésimo puesto en 2020, mostraron desempeños similares en 2021, con una ejecución del 83,6% y 83,9%, respectivamente.

De las diez jurisdicciones más afectadas por la covid-19, tres de las que tuvieron mayor ejecución fueron Ica, Lima y Lambayeque con un 96,3%, 94,9% y 94,2%, respectivamente. En contraparte, Piura, Tumbes y Puno presentaron avances inferiores al 88%.

 

 

Los especialistas consultados por este medio consideran que esta falta de ejecución no significa que los gobiernos regionales hayan descuidado al sector sanitario, sino que dejaron de gastar debido a cuestiones propias del contexto, como el cierre de la atención primaria y las dificultades en las compras de medicamentos. “Esto hasta podría dar cuenta de que han cuidado el gasto, pues no tenían capacidad de uso [durante el 2020 y 2021] porque la atención estuvo cerrada”, sostiene Camila Gianella.

A su vez, Javier Llamoza resalta que la pobre ejecución presupuestal responde a varios factores, como los procesos de compra truncados, la falta de un sistema de información que permita realizarlos de manera eficiente, la inestabilidad política y la pandemia, que ha hecho que no se compre lo que se tenía previsto a inicios de 2020.

 

Los sectores con menor inversión por regiones

 

En 2021, el gasto público ejecutado por los 25 gobiernos regionales apenas superó los S/13 mil millones. Es decir, alrededor de S/1,5 mil millones (equivalentes al 10,6% del presupuesto destinado) no fueron utilizados. Como cada año, este dinero tenía el objetivo de cubrir distintas demandas del sector. Por ejemplo, el pago de salarios, la adquisición de bienes y servicios, la construcción de infraestructura hospitalaria y el pago de pensiones sociales.

Una de las categorías que registró mejor desempeño fue el pago de sueldos y obligaciones sociales correspondientes al personal de salud y administrativo, a la que le fueron asignados más de S/5,8 mil millones, con un avance de ejecución de 98,2%. Al respecto, Camila Gianella precisa que este gasto evidencia que se contrató personal y que no hubo despidos. En relación a la categoría de contratación de servicios, las regiones lograron ejecutar el 92,8% del presupuesto, en cuanto a la compra de bienes este avance fue equivalente al 89,3% de los más de S/1,2 mil millones asignados.

En cuanto a los proyectos de salud, como la construcción de hospitales, adquisición de equipos médicos y vehículos, se destinaron más de S/2,1 mil millones. En dichos planes, las regiones solo invirtieron el 56,5% del dinero asignado el año pasado, de acuerdo con el más reciente informe de Comex Perú. Esta cifra es inferior al 67,8% logrado en 2020, según información del MEF.

 

 

Hace un año, las regiones recibieron —de manera conjunta— un presupuesto para proyectos de inversión pública de S/2.118’151.543. Este monto significó un aumento de aproximadamente 9,7% respecto al asignado un año antes (S/1.930’680.780). Sin embargo, en 2021, las regiones solo ejecutaron S/1.179’892.568. Es decir, no se utilizaron más de S/930 millones.

El caso más resaltante es el de Tacna con una inversión de solo el 17,5%. En comunicación con OjoPúblico Bertha Calani, subgerente de presupuesto de dicho gobierno regional, sostuvo que la deficiente ejecución se debió a que la mayor cantidad de dinero fue destinada al mejoramiento del hospital Hipólito Unanue.

La funcionaria indicó que ese proyecto representaba el 16,4% del presupuesto general de la jurisdicción. Sin embargo, su gasto solo fue de 9,7%. En esta línea, Bertha Calani aseguró que la demora en la ejecución responde a “la culminación del expediente técnico de saldo de obra, elaboración de términos de referencia y dificultades de marco normativo (otorgar la previsión presupuestal) para convocar a proceso de selección”. Además, alertó que este año no se consideró presupuesto para financiar el proyecto.

[La baja ejecución del presupuesto] hasta podría dar cuenta de que han cuidado el gasto”, sostiene Camila Gianella.

Puno y Tumbes, dos de las jurisdicciones con mayor letalidad por covid-19, también destacan por su pobre desempeño: 18,8% y 31,8%, respectivamente. En la región sureña, se destinaron S/ 231’282.953 para proyectos de inversión en salud. Uno de los más importantes es el fortalecimiento del Hospital Regional Manuel Núñez Butrón, ubicado en el distrito de Puno. De los más de S/47 millones asignados para este proyecto en 2021, solo se ejecutó el 24%. 

La inversión en esta obra se ha visto retrasada por una serie de conflictos, entre ellos, la nulidad del contrato con la empresa ejecutora, por presentar documentos inexactos durante el proceso de selección. La resolución, publicada a finales de 2021, da cuenta de que la empresa no contaba con información actualizada sobre su situación financiera de 2018 y, como dos de los especialistas convocados no presentaron la documentación necesaria, no cumplían con el tiempo de experiencia solicitado, de cuatro años.

Otros proyectos con presupuestos de más de S/ 30 millones cada uno, como el mejoramiento del centro de salud de Zepita (ubicado en la provincia de Chucuito) y la adquisición de bienes para nueve establecimientos de salud, entre ellos una planta generadora de oxígeno para Puno, han registrado avances por debajo del 1%.

OjoPúblico se comunicó con ambos gobiernos regionales para solicitar mayor información sobre el tema. Sin embargo, hasta el cierre de este informe, no se tuvo respuesta.

 

 

Según el tipo de programa, uno de los que registró una mayor ejecución en 2021, en el ámbito de regiones, fue el orientado a disminuir la incidencia de tuberculosis, la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). A nivel regional, este presupuesto se ejecutó en un 98,0%. Sin embargo, no superó el avance registrado en 2020, que fue de 99,4%.

En la misma línea, el presupuesto para la atención y prevención de enfermedades no transmisibles alcanzó una ejecución de 97,2%. El gasto en prevención en salud mental, por su parte, tuvo un avance de 96%, mientras que el presupuesto de control y prevención de enfermedades oncológicas y el de salud materna-neonatal alcanzaron el 95,9% y 92,2% de ejecución, respectivamente.

Además, solo dos de las 10 regiones con mayor letalidad por covid-19 registraron una ejecución mayor que la obtenida en su presupuesto sanitario de 2020. Estas son Piura y Lima, jurisdicciones que, en 2021, mostraron un avance de 99,6% cada una, en comparación al 99,1% y 99,3% gastado un año antes, de manera respectiva. 

 

Ejecución del presupuesto en Covid-19

 

En 2021, los recursos asignados a la lucha contra la pandemia (adquisición de recursos y contratación de personal para áreas covid-19) alcanzaron los S/ 4‘117.932.628 para los gobiernos regionales. Ese monto era casi el doble del presupuesto covid-19 otorgado un año antes para dichas jurisdicciones. Sin embargo, la ejecución del 2021 solo alcanzó el 91,5%. En otras palabras, alrededor de S/350 millones no se llegaron a gastar antes de finalizar el año.

 

 

En este último periodo, nueve regiones no lograron una ejecución mayor al 90%: Arequipa (89,5%), La Libertad (89,3%), Pasco (88,4%), Amazonas (87,9%), Madre de Dios (85,2%), Cajamarca (84,0%), Ayacucho (83,6%), Áncash (82,4%) y Moquegua (76,6%).

OjoPúblico se contactó con la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales para indagar en las razones del bajo desempeño en la ejecución del presupuesto del sector sanitario y de los recursos específicos para covid-19 por parte de dichas jurisdicciones. Pero, hasta el cierre de este informe, tampoco tuvo respuesta de la organización.

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