EN DESCENSO. Durante las últimas semanas, Minsa y Sinadef han registrado una disminución constante de muertes diarias por Covid-19.

Covid-19: el descenso de muertes no significa el fin de la pandemia

Covid-19: el descenso de muertes no significa el fin de la pandemia

EN DESCENSO. Durante las últimas semanas, Minsa y Sinadef han registrado una disminución constante de muertes diarias por Covid-19.

Foto: Osorio Artis / Shutterstock

Durante las últimas semanas, informes del Minsa y del Sinadef coinciden en una disminución del número de fallecimientos por Covid-19. Sin embargo, los investigadores advierten que las medidas de prevención se deben mantener y que el periodo de baja debe aprovecharse para implementar nuevas acciones de control y atención de la enfermedad.

27 Septiembre, 2020

El número de muertes por Covid-19 es uno de los principales indicadores para medir el impacto de la actual pandemia. En Perú, las consecuencias son desoladoras: según cifras oficiales, somos el país con la tasa más alta de fallecidos (más de 960) por millón de habitantes. Sin embargo, en las últimas semanas, el número de decesos diarios, reportados tanto por el Ministerio de Salud (Minsa) como por el Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef), ha mostrado una tendencia a la baja.

El Gobierno anunció el reinicio gradual de la cuarta fase de reactivación económica. En este contexto, las experiencias de otros países y el propio desarrollo de la enfermedad en el nuestro advierten de la imperiosa necesidad de reforzar acciones para prevenir una nueva ola de contagios y muertes. Especialistas consideran que, si bien han disminuido los casos -debido al comportamiento natural de la enfermedad, entre otros factores- aún no estamos cerca del final de la pandemia.


Hay menos muertes por Covid-19

 

Los fallecimientos diarios por el nuevo coronavirus son registrados por el Minsa y por el Sinadef. En el primer caso, la Sala Situacional del Minsa considera solo a las muertes confirmadas a través de pruebas rápidas (serológicas) y moleculares. En cambio, Sinadef incluye a casos asociados a Covid-19, tanto sospechosos como confirmados.

Si bien existe una diferencia entre los datos registrados por cada entidad, los gráficos revelan que ambas curvas han descendido desde finales de agosto. Según el Minsa, en la última semana, se han registrado 120 muertes diarias en promedio; cuando, durante los picos registrados en junio, se superaba las 300 muertes al día. Las cifras de Sinadef también han mejorado: el 22 de setiembre se reportaron 99 muertes, el número más bajo desde la quincena de abril.

Otra forma de evaluar el impacto de la enfermedad es a partir del exceso de muertes registradas por el Sinadef. Es decir, la diferencia entre las defunciones reportadas el 2020, con respecto a años anteriores. En el siguiente gráfico, identificamos que las muertes no violentas (por enfermedades u otras causas) de los años 2017, 2018 y 2019, mantenían una tendencia constante. Mientras que, la curva correspondiente al año actual, ha mostrado una frecuencia irregular, con picos en los meses de mayo y agosto, pero también, con un descenso a partir de los últimos días de agosto.

 

¿En qué etapa de la pandemia nos encontramos?

 

El 11 de marzo de 2020 se reportó el primer caso positivo de Sars-Cov-2 en el Perú. A partir de entonces, la Covid-19 -que se detectó inicialmente en Lima- se expandió a diferentes regiones. Empero, la pandemia ha registrado un comportamiento distinto en cada área geográfica, con crisis en diferentes momentos. 

En los primeros meses, según los reportes del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades, las regiones más afectadas fueron las del norte (Piura, Lambayeque, La Libertad) y oriente (Loreto, Ucayali). Y, luego, el mayor número de contagios y decesos se concentró en el centro (Cusco, Ica) y sur (Arequipa, Moquegua) del país. En Lima, el comportamiento de la enfermedad también ha variado entre sus diferentes distritos. Por ejemplo, según un informe de Sinadef del 11 de setiembre, la fase 3 de la reactivación, afectó más a los distritos del sur y residenciales tradicionales, cuyas cifras de contagio aún no reflejan un marcado descenso, aunque sí hay una reducción del exceso de mortalidad.

Rodrigo Carrillo Larco, médico epidemiólogo, investigador y científico de datos, confirmó a OjoPúblico que la información revela un descenso constante en la mortalidad, ya sea según casos confirmados de Covid-19 o en el exceso de muertes, en las últimas cuatro semanas.

“[Los datos] sugieren que la mortalidad va disminuyendo. Sin embargo, no es una indicación para decir que la pandemia está acabando. Estamos en una situación medianamente favorable, pero no hay que dejar las normas de higiene. No, [la pandemia no está acabando]”, señaló el especialista.

En los últimos días, también se discute la llegada de una segunda ola de contagios. Según el epidemiólogo Percy Minaya, una ola de contagios se define por el incremento rápido y drástico de casos. En nuestro país, el desigual avance de la pandemia ha generado confusiones al identificar si se trata de una o más olas.

“La mortalidad va disminuyendo. Sin embargo, no es una indicación de que la pandemia está acabando”, dijo el epidemiólogo Rodrigo Carrillo.

"En algunas ciudades, el impacto de la enfermedad fue rápido y violento y, luego, disminuyó. En Lima, empezó a decrecer [en junio] pero, cuando se liberaron algunas actividades, se formó un segundo pico.  [Ahora estamos] otra vez en descenso, pero como todo ocurrió casi en el mismo periodo, lo hemos denominado primera ola [a nivel nacional]”, explicó.

Para la decana del Colegio de Enfermeras del Perú, Liliana La Rosa Huertas, en los diferentes centros de atención se refleja un aplanamiento de la curva de contagios y decesos. No obstante, considera que “todavía no hemos salido plenamente de la primera ola” y, por ende, las posibilidades de contagio siguen siendo altas.

“Varios colegas dicen que hemos salido de la primera ola. No, todavía seguimos en la primera. Está en la parte de descenso, pero no hemos salido. Lo que queda, es mantener las medidas de restricción. Si comenzamos a liberar [actividades] sin cuidado, va a pasar lo mismo que en julio, volveremos a tener una subida de casos”, coincidió el epidemiólogo César Ugarte Gil.


Los factores de la mejora

 

El descenso en los indicadores de fallecimientos también se ve reflejado en sistemas hospitalarios menos congestionados: menos pacientes internados y más plazas de Unidades de Cuidados Intensivos disponibles. “Desde hace unas semanas estamos viendo un descenso de casos. En lo que corresponde a cuidados intensivos, hay menos presión. Todavía hay camas ocupadas, pero ya no hay una lista de espera tan grande”, señaló Jesús Valverde Huamán, médico intensivista del hospital Dos de Mayo y presidente de la Sociedad Peruana de Medicina Intensiva.

En recientes declaraciones, la ministra de Salud atribuyó este fenómeno a un comportamiento “más responsable” de la población. Pero, especialistas consultados por OjoPúblico coinciden en que son más factores los que intervienen en la variación de las cifras de decesos.

Para Percy Minaya León, médico epidemiólogo y consultor del Instituto Nacional de Salud (INS), la disminución de muertes diarias está relacionada a las acciones de la población y las medidas de restricción dictadas por el Gobierno, pero también al comportamiento natural de la enfermedad. “Al inicio, un número importante de ciudades fueron afectadas y, por eso, tuvimos una curva creciente. Luego, la transmisión disminuye porque no hay a quién más contagiar”, señaló.

“Queda una proporción de la población susceptible [a infectarse] y eso genera riesgo de un rebrote”, advirtió la epidemióloga Zulma Cucunubá.

Minaya León recuerda lo ocurrido en Loreto. En junio, los resultados preliminares de un estudio de seroprevalencia (para identificar anticuerpos contra el Sars-Cov-2) realizado en Iquitos Metropolitano, determinaron que 7 de cada 10 habitantes de la capital loretana se habían contagiado de Covid-19 (70% de seroprevalencia); mientras que análisis similares en Lambayeque encontraron una prevalencia del 29,8% y en Lima y Callao, de un 25,3%. 

Zulma Cucunubá, médica epidemióloga colombiana e investigadora del Imperial College de Londres, explicó que la pandemia no tiene un ciclo definido. Por eso, en zonas muy específicas, donde se produjo un gran impacto (más contagios y muertes), hay una importante proporción de la población que se ha expuesto y ha ganado cierta inmunidad, aunque aún no está claro por cuánto tiempo. Esto se refleja en curvas descendentes, “pero de todas maneras queda una proporción de la población susceptible [a infectarse] y eso genera riesgo de un rebrote”, precisó. 

“Eventualmente, todo brote desciende. Aunque en nuestro caso fue largo, tenía que pasar”, indicó el epidemiólogo César Ugarte.

En el mismo sentido, César Ugarte Gil, médico epidemiólogo e investigador de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, indicó que “eventualmente, todo brote desciende. Aunque en nuestro caso fue largo -por múltiples razones-, tenía que pasar”. Asimismo, señaló que un mayor conocimiento de la enfermedad entre la población, ha influido en la capacidad de atención de los pacientes.

“Hemos aprendido cosas importantes, como usar el pulsioxímetro. Cuidando que la persona no tenga una oxigenación menor a 92, podemos hacer un manejo desde casa. Eso desatura los hospitales y genera mayor capacidad para atender a pacientes y cuidar mejor a los casos severos”, explicó el especialista.

 

La experiencia de otros países

 

Sin una vacuna segura y eficaz contra la Covid-19 y la capacidad para inmunizar a millones de ciudadanos, es muy difícil pensar en el fin de la pandemia. Aunque en un inicio cobró fuerza la idea de que el aumento de las temperaturas podría frenar el avance del nuevo coronavirus, estudios recientes, como un artículo publicado en la revista Frontiers in Public Health, plantean que sin intervenciones de salud pública, el Sars-Cov-2 puede propagarse duramente meses calurosos; como ha ocurrido en varios países del hemisferio norte.

En Europa, luego del primer brote de la Covid-19, se registraron contracciones en el número de casos. Sin embargo, recientemente ciudades como Madrid han sufrido una nueva alza de contagios y decesos. Así, medios internacionales ubican a España como el país que lidera la segunda ola del nuevo coronavirus: el 18 de septiembre alcanzó un pico histórico de 11.588 casos positivos. 

A través de una columna de opinión, el epidemiólogo Miguel Hernán y el médico Santiago Moreno, atribuyeron el nuevo brote a las deficiencias en la gestión de salud pública española. “Una reapertura que ignora la evidencia científica tiene un alto riesgo de crear inseguridad económica, nuevas restricciones de movilidad y daño reputacional”, indicaron los especialistas.

“Ante una segunda ola, hay una gran posibilidad de conflictos sociales con trabajadores sanitarios” advirtió Liliana La Rosa, decana del Colegio de Enfermeras.

¿Cómo podría afectar al Perú una segunda ola? Para Liliana La Rosa, en nuestro país existen condiciones sociales y económicas diferentes que, así como propiciaron la primera ola, podrían intensificar las consecuencias de un nuevo brote. “En España no hay una economía informal que ocasione que la gente trabaje en cualquier condición. Nuestras posibilidades de una segunda ola son altas por la pobreza, la falta de servicios básicos y la falta de profesionales de la salud. Además, ante una segunda ola, hay una gran posibilidad de conflictos sociales con trabajadores sanitarios”, advirtió.

Percy Minaya, considera que, al haberse registrado un fuerte impacto en un primer momento de la pandemia, la situación de Perú no es comparable a la de países de Europa. “Las prevalencias [de Covid-19] difieren, de manera que una segunda ola dependerá de qué tan duradera es la inmunidad y de cuándo terminará de afectar a distritos y provincias que aún no han sido alcanzados. Pero eso no significa que bajemos la guardia en las medidas de prevención”, señaló.

Sobre la inmunidad de grupo o también llamada “inmunidad de rebaño”, la epidemióloga Zulma Cucunubá advierte: “América Latina tiene una mayor proporción de personas infectadas que Europa. (...) Eso hace que el futuro que nos espera sea relativamente distinto. Puede ser que en algunas zonas, donde la pandemia fue devastadora, se infectó suficiente población para producir, al menos temporalmente, inmunidad de grupo, para evitar rebrotes en los próximos meses. Pero son zonas muy específicas”.

“La situación de Perú no es comparable a la de Europa. Las prevalencias [de Covid-19] difieren”, sostuvo el epidemiólogo Percy Minaya.

Sobre la inmunidad generada frente al Sars-Cov-2, aún no hay estudios concluyentes. Algunas investigaciones estiman que la protección natural podría durar unos meses. Como informamos en un artículo previo sobre reinfecciones, se ha determinado que las personas generan cierta inmunidad, pero aún no se sabe su alcance; por lo cual no es viable confiar en esta condición.

¿Las reinfecciones podrían generar nuevas olas? Los especialistas consideran que aún no hay suficiente evidencia para llegar a esta conclusión. Por eso, en el artículo “Compare la pandemia de gripe de 1918 y el COVID-19 con precaución”, la viróloga Megan Culler y la historiadora Mari Webel plantean que “los nuevos brotes no serán provocados por la mutación o virulencia del Sars-Cov-2, sino por la exposición adicional de personas no inmunes al virus”. Por ello, señalan, “es muy probable que los picos futuros de casos y muertes de Covid-19 dependan de lo que hagan las personas”.

 

La agenda pendiente de las autoridades

 

Ante el inicio de la fase 4 de la reactivación económica, el grupo Plataforma Ciudadana para la Formulación de Políticas de Salud y Derechos Humanos, envió una carta abierta al Ministerio de Salud. En ella exponen que “resulta esperanzador” que desde hace más de un mes haya una tendencia decreciente en varios indicadores que miden la pandemia. No obstante, sostienen que aún “no se cuenta con una interpretación oficial de las principales razones de la caída de la incidencia”, ni de una “evaluación conjunta de la estrategia gubernamental, que permita realizar ajustes y cambios”.

El documento propone, entre otras medidas, mejorar la comunicación y reforzar los mensajes de higiene y distanciamiento social; fortalecer la organización comunitaria y los programas Tayta y la red Amachay (para atender a peruanos vulnerables como adultos mayores, personas con discapacidad y con comorbilidades); y postergar las actividades económicas que generen aglomeraciones.

“No se cuenta con una interpretación oficial de las principales razones de la caída de la incidencia”, advierte una organización ciudadana.

También el epidemiólogo César Ugarte sostiene que la respuesta, ante una disminución de casos, debe ser un conjunto de medidas tanto sanitarias, como económicas y sociales: “No queda claro cuál es el plan para evitar que tengamos un rebrote. ¿Vamos a tener una segunda ola? Sí. Entonces, necesitamos ir guardando recursos y prepararnos”, puntualiza.

Por su parte, Percy Minaya propone fortalecer las medidas preventivas y desarrollar estudios de seroprevalencia para confirmar la situación epidemiológica de cada región y, a partir de eso, restaurar los servicios; manteniendo las medidas de control. El especialista sugiere además que, ante un periodo de baja, se retomen las estrategias de rastreo de casos y contactos.

“Se entiende que en momento de crisis era muy difícil hacerlo, pero en este momento, si es que vamos a dar paso a la fase 4 [de reactivación], tenemos que identificar los casos, hacer seguimientos y aislamientos”, precisó Minaya León.

“Es un momento para preparar nuestros hospitales para lo que pueda venir más adelante”, plantea el intensivista Jesús Valverde.

Liliana La Rosa considera que la Covid-19 se sumará a otras patologías ya instaladas, como la tuberculosis o el dengue. Por ello, señala que se debe mejorar la atención en centros de salud y postas médicas y, también, las condiciones laborales del personal sanitario. “En más de seis meses de pandemia, seguimos con un primer nivel de atención endeble, y es allí donde se debería contener la potencial segunda ola”, dijo.

El médico intensivista Jesús Valverde, también resaltó la importancia de preparar los servicios de salud: “No es momento para retroceder,. Se debe focalizar los hospitales que puedan atender a pacientes no Covid-19, reponer nuestras farmacias y verificar que los ventiladores estén operativos. Es un momento para preparar nuestros hospitales para lo que pueda venir más adelante”.

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