El negocio de los medicamentos

Las maniobras de las cadenas para controlar el negocio de las medicinas

Las maniobras de las cadenas para controlar el negocio de las medicinas

El negocio de los medicamentos

Foto: Andina

Los problemas por la concentración de empresas en el mercado de boticas no son un escenario futuro, sino uno muy actual desde que las grandes cadenas hicieron sus primeras fusiones en el 2011. Ojo-Publico.com identifica las maniobras comerciales que Mifarma e Inkafarma -ahora en manos del Grupo Intercorp– usan para aumentar sus márgenes de ganancias y dominar el mercado en perjuicio de los usuarios.

1 Febrero, 2018

La profesora de primaria Flor Ruiz consulta por el jarabe antinflamatorio Ibuprofeno en uno de los locales de Infakarma, en Pueblo Libre. La farmacia está llena y un joven vendedor revisa rápidamente los registros de su computadora para responderle:

- Cuesta S/.7.90 ¿Lo lleva?

- ¿Qué marca es?

- Fredol, del laboratorio Portugal.

- ¿No lo tiene en genérico?

- No, pero este producto es de una marca económica y es mejor.

El medicamento que recibe esta usuaria no es un jarabe de marca, sino un genérico de su línea de productos propia fabricado por un laboratorio con el que Inkafarma tiene un acuerdo de manufactura que se conoce como maquila. En la caja del jarabe aparecen estos datos en letras pequeñas: fabricado por el Laboratorio Portugal para Eckerd Perú, que es la razón social de Inkafarma. La profesora Ruiz compró su jarabe sin conocer que el mismo producto -sin el empaque de Inkafarma- cuesta seis veces menos que lo que pagó en esa botica.    

A menos de una cuadra de distancia se ubica el local de Mifarma, donde la profesora Ruiz consulta por cápsulas de Fluconazol, un fármaco de uso común para tratar los hongos. En esta farmacia el vendedor le ofrece solo dos opciones, pero ninguna es el genérico que cuesta entre S/ 0.20 y S/ 0.50 por unidad en boticas independientes, según el Observatorio de Medicamentos del Ministerio de Salud. La primera alternativa que recibe la profesora es una tableta de cuatro pastillas de Flucoxin a un precio de S/ 26. La segunda es una tableta de Funzal Twin de dos unidades del laboratorio Farmaindustria que tiene un costo de S/ 22.66.

-Le sale más a cuenta Flucoxin

-¿No tiene genéricos?

-No, pero esa opción es barata. Va a necesitar al menos cuatro dosis.

-Lo llevo.

En la caja de Flucoxin aparece Quilab como el fabricante de este producto que vende Mifarma como parte de su línea de productos propia. Quilab y Mifarma pertenecen a Quicorp, lo que garantiza su flujo de abastecimiento y ventas.   

La profesora Ruiz compró sus dos medicamentos sin darse cuenta que le vendieron genéricos costosos en ambas cadenas de boticas, cuyos trabajadores tienen como política orientar la compra hacia sus productos de línea propia. Al igual que miles de usuarios, la maestra de primaria cayó en las maniobras comerciales vigentes usadas por estas franquicias, que desde el viernes pasado pertenecen a una sola corporación: el Grupo Intercorp.  

 

COMPRAS DIRIGIDAS. Consumidores son direccionados por las grandes cadenas a comprar medicamentos de sus marcas.
Foto: Andina. 

La última operación financiera de este conglomerado de la familia Rodríguez Pastor le otorga el monopolio del mercado de boticas en el Perú, ya que con la compra de Quicorp concentra ahora la propiedad de empresas que se encargan de todos los procesos del negocio: los laboratorios fabricantes Quilab y Cifarma, las droguerías distribuidoras Química Suiza y Albis y las cinco cadenas de boticas de mayores ventas: Mifarma, Inkafarma, BTL, Arcángel y Fasa.

“Esta concentración representa un riesgo potencial para el usuario en un escenario de alza en los precios de los medicamentos”, dijo el ministro de Salud, Abel Salinas, en una conferencia de prensa el martes en la que pidió al Congreso que retome el debate para la aprobación de una la ley antimonopolio que evite los abusos de posición de dominio. Sin embargo, el problema para los usuarios no es futuro, como afirma el ministro Salinas, sino muy actual desde que varias cadenas hicieron sus primeras fusiones en el 2011 sin ninguna vigilancia del Estado. Ese año, Mifarma compró la cadena de boticas BTL e Intercorp se hizo de Inkafarma. En enero de 2012, Mifarma absorbió a Fasa y cuatro años después a Arcangel y su distribuidora Albis.

El Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) no supervisa de manera permanente las farmacias y la Dirección General de Medicamentos Insumos y Drogas (Digemid) del Ministerio de Salud mantiene un Observatorio de Precios de Medicinas que no cumple su objetivo porque las boticas no suben todos sus datos ni los actualizan pese a que están obligadas por la ley. La herramienta debe permitir a los ciudadanos ubicar los precios más convenientes para su bolsillo, pero la información no es fiable. Aún así, el ministro Salinas la presentó esta semana como la principal arma de los usuarios para evitar abusos en los precios de las medicinas.

En esta nota OjoPúblico identifica algunas de las maniobras comerciales de las cadenas del Grupo Intercorp que afectan a los usuarios y la forma cómo acorralan a las boticas independientes.

 

 

La eliminación de las farmacias de barrio

Una fotografía de un local de Inkafarma rodeado de farmacias independientes en una calle de Villa María del Triunfo es la prueba que muestra el gerente general de esta cadena de boticas, Rafael Dasso, para negar que existe un monopolio en manos del Grupo Intercorp tras la reciente adquisición de Quicorp. “Uno no se lo imagina, pero hay 11.000 boticas en el Perú”, dice el empresario a los periodistas que le preguntan por la posición de dominio de su corporación.

Dasso afirma que las cadenas de botica ahora en manos de Intercorp poseen en total 2.140 locales, lo que representa solo el 18% de farmacias que existen en el país. Pero el problema está en que la  fotografía y las cifras que menciona no reflejan cómo opera el negocio, ya que el indicador más importante es su participación en el mercado por volúmenes de ventas. “En este caso, las franquicias fusionadas concentran el 80% de las ventas en cadenas de botica”, explica el químico farmacéutico Pedro Wong, expresidente del capítulo de medicamentos de su colegiado, basado en los últimos reportes de la consultora internacional IMS que estudia la industria de la salud.

Este panorama ha llevado a la paulatina desaparición de las boticas independientes, cuyo número decreció a cerca de la mitad en quince años: en 1998 estaban registrados 11.314 establecimientos de venta de diferentes propietarios, mientras que en el 2012 la cifra llegó a 7.790, según un estudio de la Asociación de Farmacias y Boticas Independientes del Perú (Afabip). En ese mismo período, los puntos de venta de las grandes cadenas crecieron de 77 a 1.588 en zonas estratégicas como las calles más cercanas a los hospitales, clínicas y centros comerciales.

La expansión de los locales de cadenas como Inkafarma y Mifarma se ha logrado mediante el acorralamiento de los competidores pequeños. “Estas cadenas negocian con los dueños de las boticas de barrio el alquiler de sus locales y de todo su personal para administrarlas. Así las absorben”, dice Wong, quien estudia desde hace una década el mercado de farmacias.

 

SIN SUPERVISIÓN. Las cadenas no suben ni actualizan la información sobre sus medicamentos y Digemid no aplica las multas impuestas por ley.

 

El direccionamiento de la compra

Mifarma e Inkafarma obtienen mayores márgenes de ganancias a través de varias estrategias, como el direccionamiento a los usuarios para que compren medicinas de su línea propia - la mayoría genéricos fabricados por encargo a terceros-, la venta de productos de laboratorios con los que tienen exclusividad y disposiciones que condicionan a los usuarios a adquirir determinadas cantidades de un medicamento. La frase “no vendemos unidades, solo a partir de tabletas o cajas” se ha hecho recurrente en los locales de estas cadenas.

Ojo-publico.com conoció que la mitad de las ganancias de Inkafarma corresponden a la venta de productos propios y alrededor de un 30% a  medicinas de Pfizer y GSK con los que tiene convenios. En el caso de Mifarma, su línea propia de medicinas las hace Quicorp, que pertenece a su mismo grupo empresarial y administra los laboratorios Quilab y Cifarma, además de la distribuidora Química Suiza. Desde hace una semana, todas estas empresas están fusionadas con Intercorp.

Los laboratorios Abbot, Bayer, Novartis, Merck y Reckitt Benckiser distribuyen a través de Química Suiza sus medicinas a las boticas del país. Las farmacias independientes que quieran acceder a estas marcas deben negociar ahora con la distribuidora de Intercorp. “Este conglomerado puede decidir a quién le vende y a qué precio se ofrecerá el producto”, advierte Marcial Torres, decano del Colegio Químico Farmacéutico del Perú.

 

La omisión de datos en el Observatorio

Las cadenas de farmacia han encontrado una forma de burlar el objetivo del Observatorio de Precios de Medicamentos del Ministerio de Salud. En sus locales solo ofrecen los productos de su propia línea o genéricos de marca, pero no los colocan en esta base de datos de consulta ciudadana. En esta herramienta se observa, por ejemplo, que Inkafarma vende cada pastilla del antibiótico ciprofloxacino, del laboratorio Naturgen, en veinte céntimos. Sin embargo, cuando llamamos a la cadena para preguntar por el medicamento, solo nos ofrecen el antibiótico de su propia marca que cuesta S/ 2.50.

Cuando buscamos el medicamento contra el cáncer de próstata Neo Decapeptyl de 11.25 miligramos encontramos que este producto aparece como disponible en tres farmacias externas y con distintos precios. En Inkafarma cuesta S/ 2.012, en Feban S/ 3.186  y en Boticas y Salud S/ 1.790. Si el usuario se deja llevar por esta información y decide ir a la farmacia que ofrece el menor precio, puede llevarse una mala experiencia. En Boticas y Salud no está disponible el fármaco en el local que promete el costo más bajo desde setiembre de 2017.

La obligación de actualizar la base de datos del Observatorio no se cumple y una de las razones del problema está en que la Digemid tampoco aplica las multas por esta infracción y su monto no es disuasivo para las cadenas de botica grandes. “La multa representa unos S/ 4.500, un monto que no impacta en las grandes empresas”, dice Javier Llamoza, decano del Colegio Químico Farmacéutico de Lima.  

 

EN ALERTA. El ministro de salud, Abel Salinas, dijo esta semana que la concentración de cadenas de boticas y laboratorios es un riesgo potencial para el usuario / Andina.

 

El control de precios

En octubre del 2016, el Indecopi impuso una multa de nueve millones de soles a Inkafarma, Arcángel, Fasa, Mifarma y Nortfarma por concertar el alza del precio de 36 medicamentos. Se trata del primer caso de colusión sancionada en el mercado de farmacias en el país. Pero la concentración de laboratorios, distribuidores y cadenas de venta de medicinas en manos de un solo grupo corporativo genera un escenario de control de precios sin necesidad de concertaciones, advierte el exjefe de la Dirección General de Medicamentos Insumos y Drogas (Digemid), César Amaro.  

“No es así, estamos en un mercado de libre competencia porque hay más de once mil boticas”, insiste el gerente general de Inkafarma, Rafael Dasso. El problema está en que los competidores de las cadenas de boticas de Intercorp son demasiado pequeños y con la concentración empresarial pierden más condiciones para sobrevivir en este mercado.

Esto se refleja, por ejemplo, en el proceso de abastecimiento de medicinas. Las cinco cadenas de boticas más importantes del país mueven grandes volúmenes y cuentan con capital suficiente para negociar con los laboratorios proveedores, varios de los cuales son parte ahora de su mismo grupo corporativo. Por eso están en condiciones de vender medicamentos a precios más bajos que las boticas independientes, incapaces de hacer compras solas y obligadas a agruparse para negociar con los fabricantes.

 

Empleados con cuotas de venta

Testimonios de exempleados de la cadena Inkafarma revelan que el modelo de negocio de esta cadena obliga a sus trabajadores a cumplir con cuotas diarias de ventas de medicamentos de línea propia. Si lo hacen obtienen comisiones, pero si no lo hacen les reducen el sueldo. “Están obligados a ofrecer primero sus productos y convencer al cliente de cambiar su opción de varias formas, como informarles que se encuentran agotados los medicamentos de su receta y que solo disponen de una opción de marca, la más conveniente para la cadena”, dijo Juan Orellana, exsupervisor de Infakarma, a OjoPúblico

Otro extrabajador que pidió no ser identificado presentó su reclamo al Colegio Químico Farmacéutico del Perú antes de renunciar a Inkafarma: “Me fui porque el sueldo era muy bajo y estaba condicionado a una venta irracional de medicinas para obtener incentivos. Los químicos farmacéuticos no somos los que dirigimos las boticas, sino los gerentes de ventas”. El decano de este colegio profesional, Marcial Torres, dice que son varios los casos de abusos laborales, pero cada vez menos empleados se atreven a hacer públicas sus denuncias por temor a represalias.

En marzo de 2012, cinco trabajadores de Inkafarma fueron despedidos por formar un sindicato. Desde entonces, ningún otro grupo se atrevió a retomarlo y presentar sus reclamos en público.

 

La ley pendiente

El Perú es uno de los pocos países de la región que carece de una ley de control previo de concentraciones o fusiones empresariales que permita al Estado revisar este tipo de operaciones. “El Indecopi no puede prohibirlas ni condicionarlas, pero se mantendrá vigilante ante posibles abusos de posición de dominio”, dijo ayer el presidente del Indecopi, Sergio Gagliuffi, en su presentación ante la Comisión de Defensa del Consumidor del Congreso.

La última operación financiera del Grupo Intercorp hizo que varios legisladores recuerden que existen proyectos de ley para regular los monopolios y prometen discutirlos en la próxima legislatura. Una de estas propuestas legislativas, presentada por el legislador Yonhy Lescano, está encarpetada en la Comisión de Economía desde octubre de 2017.

En el sector salud, la concentración de empresas  empezó hace varios años con la fusión de aseguradoras y clínicas como lo expuso OjoPúblico en su investigación “Los dueños de la salud privada en el Perú”, pero el Ministerio de Salud se mantuvo en silencio. El tema ahora es ineludible.

 

Por: Fabiola Torres y Mayte Ciriaco

 

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