La huida a Egipto es un lienzo que muestra la escena bíblica de la Sagrada Familia en su escape de la matanza de inocentes ordenada por el rey Herodes. La escena muestra a la Virgen María con el niño Jesús en brazos, mientras es transportada en un burro jalado por un ángel y acompañada por San José. Al menos hasta el 2012, la pintura colgaba de una de las paredes interiores en el templo Nuestra Señora de la Asunción, en el distrito de Chucuito, Puno, hasta que un día fue sustraído por desconocidos junto con un botín que incluyó otros seis cuadros y distintos objetos rituales de plata y bronce. Por más de diez años, la obra estuvo perdida, hasta que hace unos días un experto en historia del arte identificó una pieza idéntica en medio de un lote de obras puesto a la venta por una casa de subastas de Nueva York.
A la presencia del cuadro sobre el escape bíblico se sumaba una segunda pieza del arte religioso andino que también despertó sospechas: un lienzo con la imagen de la Virgen de las Mercedes, que muestra a la advocación mariana rodeada de ángeles, con un vestido de adornos dorados, en medio de cortinajes rojos y con una inscripción rodeada de flores del mismo color. Era la misma imagen de otro de los lienzos robados el mismo día y en la misma iglesia de Puno.
SUBASTA. Imagen de la pintura que se iba a subastar hoy por la casa Doyle, de Nueva York. Es una escena titulada La huida a Egipto.
Foto: Doyle
ORIGINAL. Foto del cuadro reportado como robado por el Mincul en una alerta del año 2015. Esta misma imagen aparece en registros del antiguo Instituto Nacional de Cultura, del 2003.
Foto: INC
Ambos cuadros están incluidos en una alerta de robo del Ministerio de Cultura, emitida el 11 de mayo del 2015, que sirve de base para la búsqueda de estas obras en todo el mundo. Allí se da cuenta de la sustracción de 16 objetos del patrimonio histórico del templo, entre los que había coronas, potencias y seis lienzos, cada cual con las fotografías de registro de la época, para facilitar su identificación. La alerta indica que el robo se produjo el 9 de febrero del 2012, y que el episodio fue objeto de una denuncia policial registrada en la comisaría del distrito de Chucuito.
Las fotografías incluidas en el documento oficial peruano muestran las piezas en un precario estado de conservación, que coincide con lo señalado en distintos registros revisados para este informe. Sin embargo, la comparación entre las imágenes originales y las de las piezas puestas a subasta fue validada como positiva por distintos expertos consultados por OjoPúblico.
Ambos cuadros están incluidos en una alerta de robo del Ministerio de Cultura, emitida el 11 de mayo del 2015.
“Aunque necesitaría ver las pinturas directamente para emitir una opinión definitiva, el examen de las fotos no me deja la menor duda de que se trata de las mismas pinturas”, indicó Almerindo Ojeda, un experto en fuentes de la pintura colonial, quien cuenta con varias publicaciones sobre el arte religioso de la época y es el creador de un proyecto que ha identificado más de mil obras pictóricas a partir del análisis de lienzos y grabados.
A una consulta para este informe, el Ministerio de Cultura señaló que las obras puestas en subasta son las que fueron robadas en Puno. "La evidencia es suficiente para solicitar la repatriación", dijo Evelyn Centurión, directora de la Dirección de Recuperaciones del Mincul.
No es la primera vez que la comparación entre fotos antiguas de pinturas en mal estado y las piezas actuales facilita la recuperación internacional de arte robado en el Perú. En 2022, el gobierno estadounidense restituyó al país un lienzo con la imagen de la Virgen de Guadalupe que fue robado en el Cusco y estuvo perdido por quince años, hasta que fue detectado durante una investigación de OjoPúblico en una catedral en California.
El caso de las obras robadas en Puno está incluso mejor documentado.
El robo
“[Esta iglesia] sufrió dos robos en los cuales las pinturas o los cuadros que adornaban este templo han desaparecido, y algunas, las que quedan, no se encuentran en buen estado”, dice ahora el sacerdote Gregorio Ramírez Jordán, quien tiene 9 meses como administrador de la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción, en Chucuito.
El templo a su cargo es una edificación de los siglos XVI a XVII, con paredes de 14 metros de altura, que domina la plaza principal del distrito.
TEMPLO. Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en el distrito de Chucuito, Puno. De aquí se llevaron 6 pinturas coloniales y otros objetos, en febrero del 2012.
Foto: OjoPúblico/ Karin Chacón
OjoPúblico pudo constatar que de esas paredes cuelgan algunos cuadros maltratados, con marcos rajados e imágenes deslucidas. También es posible ver los clavos que sujetaban a las pinturas sustraídas. Un sector del templo se encuentra afectado por un severo deterioro, con goteras que debilitan las estructuras, al punto que una de las puertas ha sido tapiada por motivos de seguridad.
“Por ahí han entrado a robar los cuadros, justamente la iglesia colinda con el cementerio”, dice el padre Ramírez sobre el episodio ocurrido el 9 de febrero del 2012, que conoce por versión de los feligreses.
En la tarde de los hechos, una comitiva se presentó a constatar lo ocurrido y dejó un acta que permite ahora conocer algunos detalles claves. El grupo estaba integrado por un fiscal, el comisario, tres suboficiales y el párroco de la zona. A la hora de ingresar, la suboficial a cargo de llevar el acta registró que una de las puertas de madera tenía la chapa rota, y que en uno de los primeros ambientes había muebles con las gavetas abiertas y objetos desperdigados en el suelo.
El recorrido permitió identificar las pérdidas más significativas. Al examinar la nave principal, “el representante de la iglesia precisó que falta dos (02) lienzos, uno es la Huida de Egipto y el otro de la Virgen con el Niño (sic)”, se indica en una página del cuaderno de denuncias de la policía, revisada por OjoPúblico.
PÁRROCO. El sacerdote Gregorio Ramírez Jordán lleva 9 meses como administrador parroquial del templo. Dice que todavía no dispone de recursos para seguridad.
Foto: OjoPúblico/ Karin Chacón
Algunos pasos más allá, el párroco señaló que faltaban otros cinco lienzos, que los investigadores plantearon revisar con el inventario del templo.
En los distintos ambientes del templo se detectaron rastros del frenético saqueo realizado por los ladrones. Al interior de uno, por ejemplo, se detectó “varios enseres de madera regados en el piso, [en el mismo espacio] de donde al parecer habían sustraído una corona del Cristo Yacente”, indica el acta de intervención policial. Cerca del presbiterio -el espacio reservado al clero y cerca del altar- se encontró “seis marcos de madera tirados en el piso”.
Cuando la diligencia, ya estaba avanzada, se presentó una persona que se identificó como presidente de la Hermandad del Santo Sepulcro, “quien manifestó que faltan [...] las potencias de plata y mantos para cubrir en la procesión”.
Por ahí han entrado a robar los cuadros, justamente la iglesia colinda con el cementerio”, dice el padre Ramírez.
La inspección terminó a eso de las siete de la noche. Un perito recogió algunas huellas “para identificar a los autores del delito”.
El objetivo nunca se cumplió y tampoco se tuvo pista alguna de las piezas hasta la aparición de dos pinturas idénticas a las reportadas como robadas en el anuncio de una venta por martilleo programada para hoy en Nueva York. Ambas obras estaban anunciadas en el sitio de la casa de subastas con un precio estimado entre 7 y 12 mil dólares.
Un experto estableció la coincidencia de las imágenes del anuncio con las piezas perdidas que aparecían en una alerta del Mincul emitida ocho años atrás, y dio el primer paso para la recopilación de evidencias.
Pruebas del origen
Las referencias a ambas obras en el acta policial del robo del 2012 coinciden con las descripciones del inventario de la parroquia Nuestra Señora de la Asunción, un documento manuscrito realizado en mayo del 2004 por una comisión que se encargó de verificar los bienes de ese templo. El documento, revisado por OjoPúblico, describe más de 180 objetos, entre obras de arte, adornos y otras piezas del aparato litúrgico.
INVENTARIO. Documento manuscrito del 2004 que describe una de las pinturas desaparecidas, el cuadro de La huida a Egipto.
Al momento de empezar la verificación, “el párroco manifestó que existe un inventario fotográfico, el cual será entregado a la comisión”, indica el acta de instalación.
La pintura de La huida a Egipto aparece identificada como la pieza número 74, y es descrita como un óleo sobre tela “de estilo barroco de la Escuela Altiplánica”. El inventario indica que mide 1.2 metros de alto por 2.4 metros de ancho. “El cuadro se encuentra en regular estado de conservación”.
Más adelante, se consigna la existencia del cuadro de la Virgen de las Mercedes, identificado como la pieza número 101. También está hecho en óleo sobre tela y mide 1.32 metros de alto por 1.2 metros de ancho. Según la descripción, “la pintura se encuentra en regular estado de conservación, con algunos orificios al costado derecho, pero se aprecia claramente la imagen de la Virgen y el niño rodeada por ángeles”.
EVIDENCIAS. Fichas de campo del antiguo INC, realizadas en 2003, que ya dan cuenta de la existencia de las obras como parte del patrimonio de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
En las últimas imágenes que se tiene de las pinturas antes del robo se aprecia que, en efecto, ambas obras presentaban signos de deterioro. Sin embargo, las fotos permiten identificar la similitud de detalles con los de los cuadros actuales.
Las fotografías, a las que hizo referencia el antiguo párroco para el acta, habían sido realizadas un año antes, en agosto del 2003, por un equipo integrado por un catalogador y un fotógrafo designados por el entonces Instituto Nacional de Cultura (INC), antecesor del actual Ministerio de Cultura. Las fichas de campo registradas en ese momento constituyen la evidencia más clara de la pertenencia de las pinturas originales a la Iglesia de Nuestra Señora Señora de la Asunción.
En la ficha de campo correspondiente a La huida a Egipto se describe la imagen en los siguientes términos: “Pintura horizontal, parte central sobre el burro negro Virgen María con el niño en brazos, San José detrás del burro y el ángel jalando al burro bellamente decorado, tanto la Virgen y San José con su sombrero (sic)”.
Esta descripción va acompañada por una copia física de una foto en que aparece el cuadro colgado en una pared de aspecto rústico, lo que sitúa la pieza en su contexto original. Es la misma imagen que sería usada años después para dar la alerta internacional del robo.
ALERTA. Documento emitido por el Mincul en 2015, que da cuenta del robo ocurrido tres años antes.
Captura: OjoPúblico.
La otra ficha contiene la siguiente descripción: “Representa a Virgen [de las] Mercedes, de cuerpo entero, sentado en un sillón con el niño en brazos, en los sombreros plumas, en toda la vestimenta brocateado con pan de oro, con diferentes diseños, en la altura del pecho lleva el escudo de los mercedarios, sus atributos principales el niño y la azucena (sic)”.
El documento también lleva adjunto una copia física de la foto, que sería luego usada en la misma alerta de robo.
Tanto el acta policial como los registros gráficos y descriptivos cumplen con los requerimientos para un eventual pedido de restitución, de acuerdo a investigaciones sobre casos similares realizadas en los últimos años por este medio. En uno de esos casos, el de la mencionada Virgen de Guadalupe restituida al Perú en 2022, la evidencia principal fue una fotografía en blanco y negro, tomada en el Cusco en los años ochenta.
Las fotografías fueron realizadas en agosto del 2003, por un catalogador y un fotógrafo designados por el INC de entonces.
La búsqueda
La aparición de las presuntas piezas en Estados Unidos podría terminar con una búsqueda internacional iniciada poco después del robo de las piezas en febrero del 2012.
Una prueba importante está en un oficio emitido por el Ministerio de Culturas de Bolivia el 23 de marzo del 2012, que da cuenta del caso tras una comunicación recibida a través de la Cancillería de ese país.
El documento, dirigido a la presidenta de la Aduana de Bolivia, incluye las fotografías de siete cuadros, dos coronas y un par de objetos más que acababan de ser reportados como robados en la iglesia del distrito de Chucuito. Allí figuran las dos pinturas mencionadas desde el inicio de este informe.
COOPERACIÓN. Documento del 2012, dirigido por el Ministerio de Culturas de Bolivia a su autoridad aduanera. Demuestra que Perú buscó las piezas robadas en el ámbito internacional desde poco después de los hechos.
Captura: OjoPúblico.
El ministerio boliviano instó a su autoridad aduanera a “coadyuvar a través de las instancias correspondientes de las unidades que resguardan nuestras fronteras, para que tomen las precauciones necesarias a fin de evitar su ilícita comercialización y se facilite su recuperación”.
Esta comunicación se produjo incluso tres años antes de emitirse la alerta de robo vigente, lo que evidencia que anteriores administraciones del Estado peruano realizaron esfuerzos para recuperar las piezas desde el inicio del caso.
Con el tiempo, el episodio cayó en el olvido, hasta el hallazgo que dio pie a esta investigación periodística.
“Nunca me informaron al respecto”, dijo el Obispo Ciro Quispe López, quien lleva cuatro años a cargo de la prelatura de Juli, la jurisdicción religiosa de la que depende la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. “El objetivo sería recuperar y volver a traer [esas obras]”, comentó.
COMISARÍA. El acta de intervención realizada el día del robo, y que figura en los archivos de la Policía en Chucuito, es una pieza clave para un eventual pedido de restitución.
Foto: Karín Chacón
Tras conocer parte de los antecedentes consignados en este informe, la casa Doyle desistió de seguir con la venta de estas piezas programada para hoy.
“Las dos pinturas han sido retiradas de la subasta”, dijo Louis LeB. Webre, vicepresidente senior de Marketing y Medios en Doyle, en respuesta a una consulta de OjoPúblico sobre el caso.
Los detalles fueron analizados por el equipo de Doyle a 24 horas de abrirse la venta, que se realizará en línea y abierta a postores de todo el mundo. La casa neoyorkina no respondió un cuestionario enviado por OjoPúblico acerca de sus procedimientos de debida diligencia para cerciorarse sobre el origen lícito de las obras o la documentación presentada por el actual poseedor.
Este es un caso inusual de una subasta internacional que es detenida por la propia casa organizadora, al filo de la fecha programada.
“Estamos cooperando con las autoridades en su investigación”, dijo Webre vía email.
Este es un caso inusual de una subasta internacional que es detenida por la propia casa organizadora, al filo de la fecha programada, tras analizar evidencia que pone en cuestión el origen de obras de arte del patrimonio cultural peruano. También puede ser la mejor oportunidad reciente para restituir tesoros artísticos a una de las zonas más afectadas por el tráfico de bienes culturales en el país. Un pueblo que hace unos días celebraba la fiesta de la Virgen del Rosario, otra advocación mariana, sin saber que algunas de sus joyas robadas estaban a punto de ser vendidas.