CAE EL RITMO DE VACUNACIÓN. La inmunización con las terceras dosis es inferior al 40% en todo el Perú.

Vacunación en su punto crítico: desinformación, cambios en el Minsa y falta de estrategia en zonas rurales

Vacunación en su punto crítico: desinformación, cambios en el Minsa y falta de estrategia en zonas rurales

CAE EL RITMO DE VACUNACIÓN. La inmunización con las terceras dosis es inferior al 40% en todo el Perú.

Foto: OjoPúblico / Musuk Nolte

La vacunación contra la covid-19 en Perú se ha desacelerado de manera preocupante. Solo el 35% de la población ha recibido su dosis de refuerzo en el Perú y hay diez regiones que aún no alcanzan el 70% de su población con las dos dosis. La situación es más alarmante en zonas rurales. Los cambios en el Ministerio de Salud, la falta de estrategia para llevar las dosis a zonas alejadas y la desinformación son las principales razones que explican la caída en el ritmo de vacunación.

20 Marzo, 2022

Mientras que el 77,67% de la población peruana objetivo ha recibido el esquema de vacunación de dos dosis, solo el 35,36% ha recibido la inmunización de refuerzo. La vacunación contra la covid-19, que inició en febrero de 2021 por grupos vulnerables priorizados, alcanzó su pico máximo en setiembre del 2021, cuando se logró aplicar más de 8,5 millones de dosis.

Desde entonces, las cifras de vacunación han ido en descenso, con una mayor caída en lo que va del 2022. Un situación similar se registra en otros países del mundo, aunque las razones detrás del freno en el avance en Perú tiene sus propias explicaciones.

Los datos de enero (6.493.053 dosis aplicadas) y febrero (5.686.857 dosis) muestran una baja en la aplicación de más de 800.00 dosis al mes. De acuerdo con el ingeniero Juan Carbajal, quien formó parte de la plataforma OpenCovid y realiza un seguimiento de las datos relacionados a la pandemia, el avance en la vacunación en lo que va de marzo permite prever que este mes se volverá a registrar una caída en la cantidad de dosis aplicadas.

 

 

El especialista resalta que los principales descensos, registrados a mediados de febrero y a finales de ese mismo mes, coinciden con la renuncia de Hernando Cevallos como responsable del Ministerio de Salud (Minsa), el ingreso de Hernán Condori en su reemplazo, la renuncia de Gabriela Jiménez al puesto de jefa de inmunizaciones y la designación de María Martínez Barrera en ese cargo.

A ello se suma, la renuncia de Gustavo Rosell al viceministerio de Salud Pública (sustituido por Jorge López Peña), la salida de cuadros intermedios y del Equipo Consultivo de Alto Nivel (ECAN), encargado de recomendar los criterios y consideraciones éticas en la priorización de la aplicación de las dosis. Luego de la salida de los miembros, dicho grupo de trabajo no se ha restituido.

Aunque el proceso de vacunación no se ha detenido, la campaña a nivel nacional no evidencia un progreso relevante en los últimos meses. Desde inicios de 2022, los esfuerzos han estado enfocados en llegar a los menores de 5 a 11 años. Sin embargo, las cifras tampoco reflejan un avance sólido en este grupo etario. Solo tres de las 29 Direcciones Regionales de Salud (Diresas) que hay en el país superan el 70% de la población infantil con una dosis.

Estas son Ica (72,47%), Lima Provincias (71,87%) y Callao (71,7%). En contraste, Huánuco (36,99%), Amazonas (36,61%), Ayacucho (36,6%), Ucayali (36,51%), Tacna (36%,16), Madre de Dios (30,11%) y Puno (27,76%) muestran avances inferiores al 40%. Además, todas las regiones se encuentran por debajo del 50% en segundas dosis pediátricas. Las más críticas se observan en Puno (8,37%), Madre de Dios (9,07%) y Ayacucho (12,81%).

Cuando hay muchos cambios [en el Minsa] van minando la credibilidad del proceso [de vacunación]”, dijo César Ugarte.

Especialistas consultados por OjoPúblico resaltan la necesidad de replantear la estrategia de vacunación. “Ahora, el trabajo empieza a ser un poco más complejo, porque ya no son grandes bolsones de personas a los que hay que vacunar, sino pequeños grupos”, destaca Gabriela Salmón Mulanovich, doctora en salud pública.

Luego de haber inmunizado a la gran cantidad de personas que estaban a la espera de las dosis contra la covid-19, quedan pendientes aquellas que viven en zonas alejadas y con dificultades para acceder al sistema de salud y, también, aquellos que muestran resistencia debido a la desinformación.

Las dificultades en el proceso de vacunación impactan directamente en la población y en la pérdida de dosis. El ministro Condori confirmó, en su interpelación ante el pleno del Congreso, que 14.000 vacunas AstraZeneca caducaron a finales de febrero. En paralelo, un informe de la Contraloría, señaló que otras 205.285 viales vencerán a fines de marzo.

Consultado sobre la caída en el ritmo de vacunación, el epidemiólogo César Ugarte explica que, mientras haya población sin vacunar como la de los niños o personas vulnerables sin un refuerzo, se incrementan las probabilidades de que aparezcan nuevas variantes y las personas enfermen de gravedad.

 

Dosis que no llegan

 

La baja en las dosis aplicadas mensualmente se explica, en parte, porque las vacunas no están llegando a las zonas alejadas de las grandes ciudades del país.

La inmunización con dos dosis está por debajo del 70% en las capitales de las provincias (68,58%) y las zonas rurales (67,74%). “Hay regiones que todavía están rezagadas, como Madre de Dios, Amazonas y Loreto, con cifras superiores al 50% en segunda dosis”, precisó César Munayco, director ejecutivo de vigilancia en Salud Pública, en una conferencia sobre la situación epidemiológica.

La región amazónica de Loreto, por ejemplo, una de las más afectadas por la pandemia, alcanza el 61,13% de personas vacunadas con las dos dosis.

Emerson García, director de la Red de Salud Datem del Marañón, ubicada en Loreto, explica a OjoPúblico que una de las principales dificultades para vacunar a la población es el difícil acceso. La geografía de la zona caracterizada por tener aproximadamente el 95% de vías fluviales y 5% de vías terrestres constituye una barrera para movilizar los viales y llegar a toda la población.

Además, señala, el recorte en el presupuesto del combustible y el alto costo del mismo limita la posibilidad de que haya mayores traslados dentro de la zona.

Foto: Andina

ESTANCADA. La vacunación en niños de 5 a 11 años tiene un ritmo lento. Solo tres de las 29 Diresas superan el 70% de menores con una dosis.
Foto: Minsa

 

Además de Loreto, hay otros nueve departamentos que presentan avances inferiores al 70% en la aplicación de la segunda dosis: Tacna (69,79%), Huancavelica (69,55%), San Martín (68,19%), Huánuco (66,53%), Ayacucho (65,5%), Ucayali (61,5%), Puno (60,82%), Amazonas (60,47%) y Madre de Dios (53,61%).

Por eso, Percy Minaya, exviceministro de Salud Pública, afirma que una de las principales dificultades para las regiones se encuentra en la organización y el financiamiento, ya que requieren mayores recursos y estrategias diferenciadas. “Las regiones no tienen necesariamente dinero para eso, porque se requiere mucho gasto y logística por la gran distancia que hay que recorrer”, dijo a OjoPúblico.

El médico infectólogo Juan Celis del Hospital Regional de Loreto explica que el costo para vacunar en regiones amazónicas es mayor que hacerlo en ciudades, ya que comprende serios problemas de accesos y de recursos económicos por el combustible.

“Es costoso llegar a lugares tan alejados. Esa es una gran limitante para completar la vacunación”, afirma. Además, resalta que desde su experiencia le parece que no existe una estrategia diferenciada para las zonas alejadas, porque no solo se requiere de presupuesto, sino también de planes de comunicación.

Estas deficiencia que impactan sobre la vacunación con las dos dosis y lo hacen con mayor énfasis en las terceras. La aplicación de las dosis de refuerzo ha mostrado un deficiente avance en todo el país, principalmente en las áreas rurales. Allí, el avance es de 23,36%, en las capitales de las provincias de 24,4%, en el resto urbano es de 24,91%, en las ciudades intermedias (con 20.000 a 100.000 habitantes) es de 36,5% y en Lima Metropolitana es de 45,3%.

 

 

Bajas en el ministerio y en las cifras

Desde inicios de 2022 han renunciado cuadros técnicos del Minsa vinculados a la vacunación. La salida de Hernando Cevallos como ministro de esa cartera, el ingreso del cuestionado médico Hernán Condori en su lugar, la renuncia del viceministro de Salud Pública, Gustavo Rossel, del Equipo Consultivo de Alto Nivel y de la jefa de inmunizaciones, Gabriela Jimenéz, son algunos de los principales cambios dentro del ministerio que se han registrado en el primer trimestre del año.

Los especialistas consultados por OjoPúblico sostienen que esta situación impacta sobre el proceso de vacunación. El epidemiólogo César Ugarte afirma que cualquier cambio administrativo hace que varíe todo el equipo y los objetivos a cumplir queden desfasados. “Más allá de las personas, cuando hay muchos cambios se va minando la credibilidad del proceso”, dijo.

El avance de la dosis de refuerzo en las zonas rurales alcanza solo el 23%.

Un análisis de los avances en el proceso de vacunación durante ese periodo demuestra que las cifras más bajas en la aplicación de dosis se registraron después de estos cambios y en las fechas en las que los contagios por ómicron incrementaron. “Ese momento en el cual llegamos al pico máximo de ómicron conllevó también a que baje el ritmo de vacunación, que se veía muy sostenido”, explica el ingeniero Juan Carbajal.

Por ejemplo, el avance en la vacunación en niños de 5 a 11 años ha sufrido drásticos descensos registrados en simultáneo con los cambios en el Minsa.

Aunque a finales de enero se inició con un buen ritmo, que alcanzó más de las 100.000 dosis el 30 de enero, este bajó en la segunda semana de febrero luego de que se cambió al titular del ministerio; llegando a uno de los puntos más bajos el 13 de febrero, con solo 32.698 dosis aplicadas.

Algo similar ocurrió posteriormente, cuando las cifras empezaron a subir y alcanzaron más de 90.000 dosis diarias entre el 19 y el 25 de febrero, pero volvieron a caer tras la renuncia de Gabriela Jiménez, quien se desempeñó como jefa de inmunizaciones hasta el 26 de febrero pasado.

Uno de los cambios que también ocurrió en ese periodo de tiempo y cuya reconformación aún no se ha dado es la renuncia del Equipo Consultivo de Alto Nivel, que estuvo a cargo de brindar recomendaciones para establecer los grupos de priorización para el proceso de vacunación.

Los cinco miembros (Virginia Garaycochea Cannon, Edwin Vásquez Ghersi, Ladislao Tutaya Gonzales, Juan Rivera Feijoo y Gabriela Minaya Martínez) sostuvieron, a través de una carta pública difundida el 10 de febrero, que su salida respondía a que dentro del Minsa “no existen condiciones para un trabajo autónomo e independiente”.

 

Para el actual ministro Hernán Condori, la renuncia del ECAN no perjudica el proceso de vacunación, pues dice que su creación tenía el fin de establecer los grupos prioritarios a inmunizar, y eso ya se dio al inicio de la campaña. Esta afirmación es imprecisa. Los especialistas consultados por OjoPúblico coinciden en que, en el contexto actual, este grupo es importante para reorientar la estrategia de inmunización y hacer énfasis en aquellas poblaciones a las que las dosis no están llegando.

Percy Minaya explica que, más allá de las personas a las que pongan en los cargos de salud, los cambios afectan a nivel de la estrategia de vacunación. El epidemiólogo resalta que el Minsa no ha sido capaz de establecer métodos para llegar a la población más vulnerable que no está vacunada y saldar la deuda pendiente con la población que vive en las áreas rurales. “Al no tener al ECAN en estos momentos, [las estrategias] no terminan de definirse con una función de equidad y de justicia social”, indica.

En esa línea, el infectólogo Juan Celis resalta que aunque la situación haya variado, porque ya no hay una gran cantidad de personas a la espera de vacunas como al inicio, sí es necesario que la estrategia de vacunación se centre en la población vulnerable que todavía no ha accedido a las dosis. 

 

Dudas y desinformación

 

El proceso de vacunación ha tenido que enfrentarse a la constante desinformación que ha circulado, principalmente, en redes sociales a lo largo de la pandemia.

Emerson García, director de la Red de Salud Datem del Marañón, explica que en la zona, donde viven siete pueblos indígenas (awajún, shawi, chapra, kichwa, achuar, wampis y kandozi), aún es difícil que se interiorice la importancia de la vacunación.

“Hay mucha mala información y eso es lo que produce una negativa a la aplicación de las vacunas”, asegura. El especialista señala que los programas de brigadas de atención de salud utilizados para llegar a las comunidades fueron buenos, pero solo duraron tres meses, durante mediados de 2020.

Esta desconfianza hacia las vacunas se replica –precisa Gabriela Salmón– en otras zonas en las que líderes religiosos vinculados a algunas iglesias evangélicas difunden información falsa entre sus seguidores. El médico Juan Celis cuenta que hay comunidades que se han negado tajantemente a que los grupos de vacunación ingresen a la comunidad por la desinformación difundida por algunos de estos líderes.

Foto: Andina

CAMPAÑAS. Es necesario reorientar la estrategia de vacunación para llegar a la población vulnerable con difícil acceso y reticente a la inmunización por la desinformación.
Foto: Andina

La desinformación difundida entre los grupos que, hasta el momento, son reticentes a recibir las primeras dosis del esquema de inmunización y las dosis de refuerzo están relacionadas a los temores a posibles efectos secundarios y a la combinación de diferentes tecnologías de vacunas, como las de ARNm (Pfizer), virus inactivado (Sinopharm) y adenovirus (AstraZeneca).

No obstante, la información disponible confirma la seguridad de las mismas y la protección que estas brindan luego de su aplicación. Un ensayo realizado en Brasil en el que participaron 1.240 voluntarios demostró –de acuerdo a un artículo publicado en febrero de este año en The Lancet– que el uso de vacunas de diferente tecnología (ARNm, adenovirus y virus inactivado) como dosis de refuerzo proporciona una respuesta inmunitaria fuerte.

“Encontramos que las dosis de refuerzo de vector viral y vacunas de ARNm aumentaron sustancialmente la capacidad de neutralización de las muestras de suero para las variantes delta y omicron”, concluyen los autores.

 

 

El estudio revisado por pares remarca, además, que los efectos secundarios más comunes tras la inoculación fueron dolor en el lugar de la inyección (76% de quienes recibieron Pfizer, 63% en el grupo de AstraZeneca, 60% en J&J y 39% en CoronaVac). Este fue seguido, en algunos casos, por dolores de cabeza, mialgia, fiebre y escalofríos.

Asimismo, el estudio, financiado por el Ministerio de Salud de Brasil y patrocinado por el Instituto D'Or de Pesquisa e Ensino, reportó cinco eventos adversos graves, de los cuales solo tres se consideraron posiblemente relacionados a la vacuna recibida: una mujer de 83 del grupo de Pfizer presentó una embolia pulmonar y una trombosis venosa, una mujer de 52 del grupo de Johnson & Johnson tuvo una hemorragia subconjuntival (una mancha roja que aparece en el ojo) y un hombre de 71 años del mismo grupo presentó una embolia pulmonar. Todos se recuperaron y fueron dados de alta.

Estos resultados coinciden con un ensayo realizado en el Reino Unido con 2.878 participantes, en el que se evaluó la inmunización homóloga y heteróloga con la vacuna de AstraZeneca. De igual manera, la fatiga y el dolor fueron los eventos adversos leves y moderados más comunes entre las personas de 30 a 69 años. “Los eventos adversos graves fueron poco frecuentes, similares en los grupos de vacuna activa y de control”, reportaron. En total se registraron 24 eventos adversos considerados de gravedad.

Hay regiones que todavía están rezagadas, como Madre de Dios, Amazonas y Loreto”, indicó César Munayco.

En el grupo que recibió las dos primeras dosis de AstraZeneca, las frecuencias de reacciones graves fueron inferiores al 5%. En el grupo cuya vacunación primaria fue con Pfizer, se reportó malestar general en el 5,6% de quienes recibieron AstraZeneca como refuerzo, en el 5,5% los que recibieron una tercera dosis de Moderna, y 5,8 % de los que recibieron una dosis de CureVac como refuerzo. Según los autores, esta investigación demuestra que la protección con la tercera dosis es superior a contar solo con el esquema completo (dos dosis).

En conclusión, la vacunación de refuerzo induce a mayores respuestas inmunes y la seguridad de las dosis ha sido probada en estudios realizados durante el 2020 para evaluar la seguridad del esquema completo y, también, por los elaborados en el último año respecto a la tercera dosis. El epidemiólogo Percy Minaya destaca que mientras haya personas sin vacunar y sin recibir su tercera dosis aún habrá población vulnerable a contraer la infección por sars-cov-2 y desarrollar una enfermedad grave.

“Los fallecidos en la tercera ola estuvieron concentrados en personas que no tenían tercera vacunación, especialmente adultos mayores y población vulnerable”, recuerda. César Ugarte, por su parte, toma el caso de Hong Kong como ejemplo —donde actualmente se reportan más de 20.000 nuevos casos diarios y las morgues se encuentran desbordadas— para resaltar que todo indica que las altas tasas de mortalidad están relacionadas a adultos mayores que no completaron sus dosis.

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