El acaparamiento y la geopolítica marcan el acceso a las vacunas para Covid-19

El acaparamiento y la geopolítica marcan el acceso a las vacunas para Covid-19

Ilustración: Claudia Calderón

En un clima de tensiones internacionales ante las demoras en su producción, las vacunas contra el coronavirus se han alzado como el objeto más deseado del mundo en este momento. Mientras países de América del Norte y Europa han acaparado millones de dosis y ahora exigen a gigantes farmacéuticos como Pfizer y AstraZeneca que cumplan con los contratos firmados, al otro lado, vacunas como la Sputnik V se infiltran en territorios ignorados hasta ahora por estas multinacionales. Día a día, las vacunas provenientes de Rusia y también de China buscan ganar presencia en algunos países de la región.

2 Febrero, 2021

Actualización: 13:00

El 23 de diciembre comenzó el desembarco de las vacunas contra la Covid-19 en la región. Aunque no vinieron por mar sino por aire: a bordo del vuelo AR1060 de Aerolíneas Argentinas arribaron al aeropuerto de Ezeiza provenientes de Rusia las primeras 300 mil dosis de la vacuna Sputnik V, de las 20 millones y medio de dosis que el gobierno de Argentina compró. La mayor campaña de vacunación en la historia de este país sudamericano inició seis días después.

Desde entonces, un efecto dominó ha echado a correr en América Latina. Varios países han anunciado acuerdos bilaterales para la compra de esta y otras vacunas. En un contexto global de acaparamiento de las dosis, la vacuna rusa ha ingresado a las negociaciones de más países. A comienzos de 2021, la Sputnik V fue autorizada en Paraguay, Venezuela y Bolivia, que recibió las primeras 20 mil dosis el 28 de enero.

Pero es probable que estos países no sean los únicos en adquirirla. Perú está en conversaciones con el Fondo Ruso de Inversión Directa. Y el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, acordó con Vladimir Putin el envío de 24 millones de dosis, aunque aún no tiene la autorización de la Comisión para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris) de este país. 

En un contexto global de acaparamiento de las dosis, la vacuna rusa ha ingresado a las negociaciones de más países".

En Brasil, la farmacéutica brasileña União Química planea avanzar con la producción con miras a exportar la vacuna a otras partes de Sudamérica. Según el director de negocios internacionales de la firma, Rogerio Rosso, el mercado potencial para la Sputnik V en América Latina, incluido Brasil, es de 300 millones de dosis este 2021.

El avance acelerado de esta vacuna -registrada en Rusia en agosto pasado, cuyos resultados del análisis intermedio de la fase 3 del ensayo se publicaron en The Lancet el 2 de febrero- está lejos de ser un fenómeno exclusivamente latinoamericano. Ha sido también aprobada en los Emiratos Árabes Unidos, Hungría, Bielorrusia, Serbia, Argelia, Palestina y Turkmenistán, y aguarda la revisión de la Unión Europea. 

En un clima de tensiones internacionales, las vacunas contra el coronavirus se han alzado como el objeto más deseado del momento. Mientras países de América del Norte y Europa batallan contra la escasez y exigen a gigantes farmacéuticos como Pfizer y AstraZeneca que cumplan con los contratos firmados, vacunas como la Sputnik V alcanzan territorios ignorados hasta ahora por estas multinacionales. Día a día, las vacunas provenientes de Rusia y también de China ganan presencia.

Sputnik V ha sido desarrollada por el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya, que depende del Ministerio de Salud de la Federación Rusa y funciona desde 1891. Esta vacuna consta de dos dosis, con tres semanas de diferencia, y tiene una eficacia reportada del 91 %.  

Vacunas como la Sputnik V se infiltran en territorios ignorados hasta ahora por las grandes multinacionales".

Como las demás vacunas hasta ahora autorizadas, los datos sobre cómo logra proteger contra la infección por coronavirus fueron comunicados primero a través de comunicados de prensa. 

Algunos científicos han expresado su preocupación por su rápido despliegue antes de que se completaran los ensayos de Fase III y se publicaran sus resultados en una revista científica. El análisis de los ensayos de Fase I y II de la vacuna se publicó en la revista médica The Lancet en septiembre. “Se espera que los resultados de la Fase III de los ensayos clínicos sean publicados en breve”, publicaron sus desarrolladores en su sitio oficial

Según el Fondo Ruso de Inversión Directa -que financia su producción-, más de 1,5 millones de personas ya han sido vacunadas con ella. 

acaparamiento de vacunas

CONCENTRACIÓN. Países ricos de Europa y norteamérica han comprado el 96% de las dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech, como las de Moderna.
Ilustración: Claudia Calderón

 

La razón de su expansión no radica solo en su precio -menos de 10 dólares por dosis, aunque más que la vacuna de AstraZeneca/Oxford que cuesta 4 dólares por dosis- o el dato nada menor de que que puede almacenarse en un refrigerador convencional. 

Lo que vuelve atractiva a la Sputnik V es en especial su disponibilidad para los países de ingresos medios y bajos que han sido tanto arrollados por la pandemia de Covid-19 como por los países más ricos. 

La primera gran batalla geopolítica del siglo XXI

En sus 10 meses, la pandemia ha incentivado desigualdades y divisiones. El mundo ahora está fragmentado; por un lado, los países ricos han impulsado contratos con laboratorios farmacéuticos que lideran la producción de estas vacunas, Pfizer, Moderna, AstraZeneca, Johnson & Johnson, Sanofi, Novavax, CureVac/BayerM. Y, por otro lado, están las naciones con menos recurso que están celebrando acuerdos con Estados productores de vacunas o con fuerte participación en sus empresas, como ocurre en China.

En ambos casos, estas negociaciones no se realizaron sin concesiones y presentan fuertes implicaciones. A tal punto que se considera la producción y distribución de vacunas contra el coronavirus como la “primera gran batalla geopolítica del siglo XXI”.

Detrás de su aparente benevolencia, tanto Rusia como China ofrecen sus vacunas como una potencial herramienta diplomática para ganar amigos y tender alianzas que reconfigurarán el mundo post-covid.

En tiempos de desesperación y con una pandemia huérfana de una nación u organización supranacional que haya reclamado el liderazgo más contundente, la provisión de vacunas les ofrece una oportunidad única a estas dos potencias para reformular su imagen pública y coronarse como posibles salvadoras de las regiones más pobladas del mundo. 

Se considera a la producción y distribución de vacunas contra el coronavirus como la “primera gran batalla geopolítica del siglo XXI”.

En América Latina, algunos países les han abierto las puertas. Rusia busca expandir su influencia y China consolidar su posición como un actor clave en la economía global amplificando sus inversiones ya fuertes en infraestructura, hidrocarburos, minería, la extracción del litio y energía eólica en una nueva "Ruta de la Seda" por la que espera que fluyan sus mercancías. 

"Los acontecimientos actuales están remodelando el orden global de formas que nadie puede predecir", indica Cynthia Sanborn, directora del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico. "Para que América Latina obtenga el máximo beneficio de un escenario global cambiante, es fundamental comprender y comprometerse con China, así como con otras potencias importantes".

Tanto Rusia como China ofrecen sus vacunas como una potencial herramienta diplomática".

La relación de los países que tienen acuerdos con laboratorios -un sector que busca mejorar su reputación- no es menos dependiente. Pese a repetir que están actuando desinteresadamente, los gigantes de la industria farmacéutica en algún momento buscarán un retorno financiero y beneficiarse económicamente de la pandemia. No solo monopolizando el acceso a las vacunas contra el coronavirus, que se espera que se vuelva estacional, sino a través de su cada vez mayor poder de lobby para modificar leyes a su favor y subir los precios de sus medicamentos, como ya se reveló que harán en 2021 Pfizer, Sanofi, GlaxoSmithKline, entre otros. 

La dependencia de estos países a estas multinacionales incluso los vuelve presa de las interrupciones de suministros. Desde que Pfizer y AstraZeneca anunciaron recientemente retrasos en la entrega de las vacunas compradas, se desató una batalla descarnada mediada por la política. La Unión Europea, por ejemplo, amenazó con imponer controles a las exportaciones de las vacunas producidas en Bélgica, lo que conduciría a choques con el Reino Unido que acaba de abandonar el bloque. 

Sálvese quien pueda

Mucho antes de que las vacunas candidatas mostraron ser eficaces para evitar la infección del coronavirus en los ensayos clínicos, ya se había formado una enorme fila. Países desarrollados se abalanzaron sobre ellas.  

Fue un déjà vu de lo que ya había sucedido durante la pandemia de 2009: las acapararon. Pese a que el secretario general de las Naciones Unidas, António Gutierres, insistió en junio que las vacunas para prevenir la covid-19 deben considerarse un bien público global y que la única solución a la crisis sanitaria es una distribución equitativa, países de América del Norte y Europa -muchos de los cuales se comprometieron con la igualdad- optaron por la vía del llamado “vacunacionalismo”, es decir, la de comprar tantas dosis de vacunas posibles del mayor número de fabricantes para aumentar sus posibilidades de cubrir a su población. 

Ya se reveló que Pfizer, Sanofi, GlaxoSmithKline, entre otros, subirán los precios de sus medicamentos este 2021".

Los detalles de muchos de estos acuerdos -que han saltado la supervisión regulatoria y la transparencia de los mecanismos tradicionales de contratación- no son públicos.

De acuerdo a The People's Vaccine Alliance, el 96% de las dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech, como las de Moderna, han sido compradas por países ricos. Esta coalición de organizaciones, que incluyen Free the Vaccine, el Centro Yunus, Frontline AIDS, Oxfam, SumOfUs y ONUSIDA, ha hecho un llamado público a las farmacéuticas para que la vacuna se venda a precios asequibles y haya una asignación justa, en 67 países más pobres solo una de cada 10 personas recibirá una vacuna para 2021.

Los modelos actuales predicen que no habrá suficientes vacunas para cubrir a la población mundial hasta 2023 o 2024. “Veremos una profundización de las desigualdades que ya han sido expuestas a través de la pandemia y la recesión económica que la siguió”, estima Andrea Taylor, que sigue la distribución global de vacunas. “Si bien la carga real la sentirán las personas más pobres de los países de menores ingresos, habrá consecuencias para toda la economía mundial y también para los países más ricos”.

Los modelos actuales predicen que no habrá suficientes vacunas para cubrir a la población mundial hasta 2023 o 2024".

Un estudio publicado por el Duke Global Health Innovation Center expuso cómo la Unión Europea, Gran Bretaña, Estados Unidos y Canadá han comprado con anticipación suficientes dosis para vacunar a más que toda su población, en algunos casos varias veces. Esto pese a que 76 países ricos se han comprometido con la iniciativa Covax, un mecanismo liderado por organizaciones como Gavi, Vaccine Alliance, Coalition for Epidemic Preparedness Innovations y la OMS para garantizar que los países más pobres tengan un acceso justo a las vacunas.

“El mundo está al borde de un fracaso moral catastrófico”, dijo el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Distribución de las dosis de vacunas contra la covid-19

DESIGUALDAD. Los acuerdos directos realizados por países ricos con las farmacéuticas están concentrando las dosis, dejando una porción pequeña para una asignación global y equitativa de la vacuna.
Fuente: Duke Global Health Innovation Center
 

La maratón que viene

A finales del año pasado, la llamada “carrera por la vacuna” -que comenzó inicialmente el 9 de enero de 2020, cuando científicos chinos compartieron con el mundo el genoma del nuevo coronavirus- ingresó en 2021 en una nueva fase. Ahora consiste en una maratón para producir, distribuir y aplicar vacunas capaces de crear suficiente inmunidad y así suprimir la propagación del virus. 

Dentro del club de los países ricos, la Unión Europea ha vacunado al 1,4 % de su población. Israel lleva la delantera al haber vacunado al 45 % de la población, la tasa más alta del mundo. Los Emiratos Árabes Unidos han logrado el 26%, en parte con la vacuna de Sinopharm (China). El Reino Unido inmunizó al 10,5 % y Estados Unidos al 6,9 %, según Our World In Data.

Israel lleva la delantera al haber vacunado al 45 % de la población, la tasa más alta del mundo".

Excluidos de los acuerdos de distribución con los gigantes farmacéuticos europeos y estadounidenses y ante el peligro de quedarse atrás, los gobiernos latinoamericanos comenzaron a ver a la vacuna rusa, así como a las vacunas desarrolladas por China, como una vía para obtener rápidamente dosis para sus poblaciones.

México recurrió a la empresa CanSino Biologics -el primero en publicar sus resultados en una revista médica revisada por pares- para acceder a 35 millones de dosis de la vacuna Ad5-nCoV. Por su parte, Perú acordó comprar 38 millones de dosis de la vacuna BBIBP-CorV de Sinopharm.

En el caso de Chile, para complementar las 1,6 millones de dosis compradas a Pfizer, el gobierno de Sebastián Piñera negoció 10 millones de dosis para el primer semestre de 2021 de la vacuna CoronaVac de Sinovac Biotech, una empresa biofarmacéutica con sede en Pekín. Las primeras 2 millones de dosis llegaron el 28 de enero. 

Y en Brasil, tras varias postergaciones, la campaña de vacunación comenzó el 17 de enero con esta vacuna que ya se produce localmente.

Esto sucedió luego de días de confusión: el ensayo realizado en este país informó una eficacia del 50%, muy por debajo de las pruebas anteriores de esta vacuna, en Turquía e Indonesia, que habían informado eficacias del 91% y 65% respectivamente. 

Igualmente, una vacuna que tiene solo un 50% de eficacia cumple el mínimo con los umbrales internacionales establecidos antes de que comenzara la pandemia y no impidió que fuera autorizada por el organismo regulador sanitario (Anvisa).

Impulsados por los prejuicios, algunos sectores opositores a los gobiernos de estos países que han comprado o establecido conversaciones con los productores de las vacunas de China o Rusia, los han tildado de “comunistas” o “izquierdistas”. "No preguntamos qué ideología tiene la vacuna, solo si salva vidas, respondió el presidente argentino, Alberto Fernández. 

En medio de la emergencia sanitaria global, el acceso equitativo a las vacunas y a la tecnología para garantizar su distribución, se producirá en medio de una lucha que a la prioridad de salud pública, suma la estrategia geopolítica de los Estados que los impulsan.

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