Los Shipibo-konibo se refugian en las plantas

[Comunidad combina tratamientos clínicos con hierbas tradicionales]

Un portafolio de Florence Goupil

En Cantagallo hay cuatro arboles de eucalipto que han adoptado y la comunidad usa sus hojas, dicen que los ayuda a protegerse del Covid-19.

 

Emerson Mejía Cruz, opta por el humo de tabaco. El enfermero shipibo-konibo Pablo Faustino Díaz dice que ayuda a limpiar el cuerpo y el espíritu.

Para los pueblos indígenas, el concepto de aislamiento ha sido muy difícil de asimilar porque viven en comunidad, como una familia.

 

Durante los últimos meses las dos mil personas que viven aquí enfrentan el aumento de casos de Covid-19, cerca de la cuarta parte está contagiado.

 

Robinson Malca Ramírez es enfermero del Ministerio de Salud y llegó a Cantagallo a mediados de mayo para atender a los contagiados y dar seguimiento médico a los más de 2.000 miembros de la comunidad.

Los shipibo-konibo encontraron refugio en su origen. "Las plantas no nos dejan, nosotros no las dejamos a ellas", dice Gabriel Senencina.

Pablo Faustino Díaz es enfermero y ha logrado unir los dos mundos: el amazónico con el uso de plantas como el eucalipto y medicinas occidentales para luchar contra el Covid-19.

Filder Agustín Peña (40), artista indígena y representante cultural de Cantagallo, falleció con los síntomas del Covid-19 en la madrugada del 11 mayo.

Durante el periodo de emergencia sanitaria, los Shipibo-Konibo -como Elena Valera Vásquez, que protege su mascarilla con eucalipto- han vivido hacinados en un terreno insalubre.

"Isin Tapon", kión o jengibre en español. Confrontados a la pandemia, los Shipibo-Konibo reposan su confianza en esta raíz, basados en una larga herencia de usos tradicionales.

Los shipibo-konibo encontraron refugio en su origen. "Las plantas no nos dejan, nosotros no las dejamos a ellas", dice Gabriel Senencina.

La comunidad de Cantagallo se encuentra asentada en el distrito limeño del Rímac desde hace 20 años. Hay muy pocas fuentes de agua para las 500 familias y en el aislamiento solo podía salir una persona por familia.

 

Frente a la falta de medicamentos, la comunidad se protege con plantas que consideran medicinales.

Desde que migraron a Lima los shipibo-konibo se han ido adaptando poco a poco a la vida urbana de la capital, conservando al mismo tiempo sus tradiciones y cosmovisión.

 

 

 

En mayo, dos shipibo-konibo fallecieron en Cantagallo con síntomas del Covid-19. Los reportes de indígenas fallecidos son inciertos porque el gobierno no lleva un registro que incluya la variable étnica.

 

 

 

Proyecto fotográfico: Florence Goupil.

Edición gráfica: Leslie Searles.

Edición general: Nelly Luna Amancio.

Este proyecto ha sido producido con el apoyo de Nat Geo.