El Niño global: temperaturas históricas, pronósticos y riesgos en Perú

En las últimas semanas, los picos de temperatura han batido récords históricos en Perú y el mundo. Organismos internacionales alertan que es posible que la intensidad de El Niño global aumente entre noviembre y enero próximos. En el país, este fenómeno se conjugará con El Niño costero. ¿Cuáles son las áreas más vulnerables y los impactos que se prevén? ¿Qué señalan los pronósticos para los próximos meses y cuáles son los avances en la ejecución de acciones para prevenir los riesgos?

PRONÓSTICOS. Agencias del clima estiman que, en el verano de 2024, El Niño costero y El Niño global se desarrollarán en simultáneo.

PRONÓSTICOS. Agencias del clima estiman que, en el verano de 2024, El Niño costero y El Niño global se desarrollarán en simultáneo.

Foto: OjoPúblico / Renato Pajuelo

Desde la segunda mitad de este 2023, los picos de temperatura han batido récords históricos en distintas partes del planeta. En Piura, durante tres días de junio, en pleno invierno en el hemisferio sur, el Servicio Nacional de Metereología e Hidrología del Perú (Senamhi) la estación meteorológica en el distrito de Catacaos llegó marcó 33,8°C.

En otras ciudades de la costa central y norte del país, como Lima (donde la temperatura del distrito de La Molina llegó a 27,6 °C, el 4 de julio, el máximo en lo que va del invierno) y Lambayeque (donde alcanzó los 30,1 °C, en los primeros días del mismo mes) se superaron los picos reportados durante el fenómeno El Niño de los años 1997/1998, así como de 2015/2016. En el último caso, incluso, no se registraban valores de este tipo desde 1983, cuando se dio un evento El Niño extraordinario.

Mientras esto ocurre en el sur, en el hemisferio norte del planeta se presentan intensas olas de calor. El último 21 de julio, en el Aeropuerto del Golfo Pérsico, el índice de calor, también conocido como sensación térmica, alcanzó los 67,9 °C.  

En Estados Unidos, el 16 de julio, la temperatura en el Valle de la Muerte llegó a los 53,3 °C, por lo que el gobierno lanzó una alerta de emergencia por calor excesivo en esta zona del estado de California. Mientras que, el pasado fin de semana, China alcanzó el récord nacional de 52,2°C, según el servicio meteorológico nacional del Reino Unido. 

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) informó, de acuerdo a cifras preliminares, que la primera semana de julio fue la más calurosa registrada a nivel global y que el 7 de este mes la temperatura mundial promedio llegó a los 17,24 °C. Estos valores fueron 0,3 grados más altos que lo alcanzado en el récord anterior (16,94 °C), el 16 de agosto de 2016, durante un evento El Niño.

La primera semana de julio fue la más calurosa registrada, teniendo en cuenta la temperatura promedio a nivel global".

“Estamos en un territorio desconocido y podemos esperar más récords, a medida de que El Niño [global] se desarrolle y estos impactos se extiendan hasta el 2024”, dijo Christopher Hewitt, director de servicios climáticos de la OMM.

¿Estos récords de temperatura en diferentes partes del mundo tienen relación entre sí? Yuri Escajadillo Fernández, especialista en climatología del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi), indicó a OjoPúblico que, además del desarrollo de El Niño costero y El Niño global, estos eventos se dan en un contexto de crisis climática. En otras palabras, el aumento de las temperaturas se debe a la suma de estos factores.

"El impacto del clima es transversal a la salud, al agro, a la producción. Se sabe que hay enfermedades sensibles al clima, como el dengue. De hecho, las altas temperaturas y la humedad han sumado al origen de este brote", agregó.  

¿Qué dicen los pronósticos para la segunda mitad de este 2023 y el próximo año? ¿Cuáles son las zonas del país más vulnerables y los principales riesgos? En este informe, las respuestas a esas y otras dudas sobre el fenómeno climático y sus impactos.

 

¿Qué dice la evidencia científica sobre El Niño global y El Niño costero?

 

El pasado 13 de junio, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por su sigla en inglés) de Estados Unidos, señaló que existe una probabilidad mayor al 90% de que El Niño global continúe desarrollándose hasta los primeros meses de 2024. 

El mes pasado, este evento —que calienta las aguas del Pacífico central— presentó una intensidad débil. Sin embargo, se prevé que alcance una intensidad moderada o fuerte durante el próximo verano del hemisferio sur. Los valores máximos de El Niño, casi siempre ocurren en noviembre y enero, señala la agencia meteorológica de Estados Unidos.

 

El pronóstico de la NOAA también permite anticipar que, durante los primeros meses del 2024, El Niño global se conjugará con El Niño costero, un fenómeno que mantiene elevadas las temperaturas del mar frente a las costas de Perú y Ecuador. Ambos eventos climáticos hacen referencia al calentamiento de las aguas del Pacífico, pero en zonas distintas.  

La Comisión Multisectorial del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (Enfen) en Perú señaló, en su último informe técnico, que El Niño costero, iniciado en marzo de 2022, se extenderá hasta el verano de 2024. Hay 40% de probabilidades de que la intensidad sea leve y 35% de que sea moderada.   

 

¿Cuáles son los pronósticos para las temperaturas superficiales?

 

Yuri Escajadillo Fernández, del Senamhi, indicó a OjoPúblico que, si se toman en cuenta los antecedentes de las afectaciones que provocó El Niño en 1997/1998, se pueden anticipar los posibles efectos que se generarían en lo que queda del 2023 y el próximo año. 

Una de las posibilidades es que los actuales efectos causados por El Niño costero, como el incremento de las temperaturas en las ciudades de la costa peruana y otros eventos de sequía y plagas, sean acrecentados por el calentamiento del mar en la zona del Pacífico central y el calentamiento global.  

"Estos eventos se desarrollan frente al contexto del cambio climático. Entonces, van a ser más cálidos que los eventos de El Niño de la década del 50 o el 60 (...) Por lo tanto, [se] tendrán temperaturas mayores que lo que se ha registrado en los últimos años", explicó la vocera de la Comisión Multisectorial del Enfen, Rina Gabriel Valverde. 

De acuerdo al pronóstico de la Comisión Multisectorial del Enfen, para el trimestre de agosto a octubre de este año se esperan valores de temperatura del aire superiores a lo normal. "Para el verano de 2024, bajo el escenario de El Niño costero, es probable la ocurrencia de lluvias de moderada a fuerte intensidad, principalmente en la costa norte y sierra norte", detalla la institución.

En la misma línea, la OMM alertó que se espera que El Niño global, recientemente declarado, amplifique la ocurrencia e intensidad de eventos de calor extremo y genere impactos en la salud humana y los medios de subsistencia en el planeta.

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TEMPERATURAS. Imágenes satelitales muestran el calentamiento de las aguas en el Pacífico.
Imagen: NOAA

 

Los pronósticos de la NOAA para la segunda mitad del 2023 estiman el desarrollo de sequías en la India, Oceanía, el este de Australia y el Caribe, entre junio y agosto, además del incremento de calor en el Caribe y partes de América del Sur. También se prevé posibles temporadas de huracanes, tanto en el Pacífico oriental como en el Atlántico.

A pesar de eso, Grinia Ávalos, subdirectora de Predicción Climática del Senamhi, descartó que en Perú se den olas de calor, como las que actualmente atraviesan diversos países del hemisferio norte. No obstante, explicó, se espera que, durante el verano, las temperaturas se incrementen entre 3° C y 5° C sobre lo normal. 

 

La relación entre el clima y la salud

 

El calentamiento del mar provoca el incremento de las temperaturas máximas en el día y mínimas en la noche, generando una mayor sensación general de calor. La OMM advirtió que, a largo plazo, estas condiciones pueden provocar daños a la salud. 

“Las altas temperaturas nocturnas repetidas son peligrosas para la salud humana porque el cuerpo no puede recuperarse de los días calurosos, lo que provoca un aumento de los casos de ataques cardíacos y muerte”, señaló la organización. 

Además de los efectos que el incremento de la temperatura genera en el organismo humano, el desarrollo de El Niño en el país potencia la propagación de ciertas patologías.

En conversación con OjoPúblico, el médico infectólogo Juan Carlos Celis recordó que la humedad y el calor vinculados a El Niño y el incremento de la temperatura terrestre provocan el empozamiento de aguas que sirven como criaderos para los mosquitos transmisores de ciertas enfermedades. Entre ellas, el dengue

La reciente epidemia de esta enfermedad —la más importante registrada según el Ministerio de Salud (Minsa)— implicó más de 117.200 contagios y 167 fallecidos en el país, solo entre el 1 de enero y el 3 de junio de este año. Aunque ahora se ha empezado a experimentar un descenso en los casos reportados, la infección no ha desaparecido. 

Las altas temperaturas nocturnas repetidas son peligrosas para la salud humana".

Debido a los pronóstico sobre El Niño, el infectólogo Juan Carlos Celis indica que es muy probable que en verano se vuelva a presentar una gran cantidad de contagios y muertes por esta enfermedad, si no se toman medidas de prevención, como la capacitación del personal médico, la compra de las medicinas necesarias para tratar la enfermedad. 

El Plan de Prevención y Control del Dengue del Minsa, aprobado el pasado 13 de julio, detalla que, si no se implementan estas y otras medidas, en la segunda mitad del 2023 podrían darse alrededor de 125.800 nuevos casos. Las regiones más susceptibles son Piura, Lambayeque, lca, La Libertad, Ucayali, Loreto, San Martín, Tumbes, Amazonas y Madre de Dios debido a que superaron el promedio nacional de tasa de incidencia de la enfermedad. 

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SALUD. Epidemia de dengue llegó a niveles históricos en el país. 
Foto: Defensoría del Pueblo.

 

A partir de ese estimado, el sector ha destinado una inversión de S/108'832.192 para labores de fumigación, equipamiento de centros médicos y contratación de personal, entre julio y diciembre de este año.

Juan Carlos Celis explica que el mosquito aedes aegypti ―vector transmisor del dengue― también puede ser el medio de propagación del zika, la chikungunya y la fiebre amarilla, por lo que también existe el riesgo del brote de estas enfermedades.

De igual modo, el colapso masivo de los servicios de agua y desagüe puede provocar otros efectos negativos en la salud. Juan Carlos Celis detalla que, por la contaminación de agua y alimentos, las personas están expuestas a enfermedades diarreicas agudas (EDAS) o al cólera. 

El colapso de los servicios de agua y desagüe puede provocar brotes de enfermedades".

En febrero, por ejemplo, se presentó un brote de EDAS en Tumbes por falta de acceso a agua limpia y, este mes, la Nación Chapra de Loreto solicitó atención médica de emergencia por la muerte de cuatro niños y un adulto, ocurridas entre el 5 y 9 de julio. 

"Las personas acumulan agua por varios días y, eso, se convierte en un terreno propicio para criar todo tipo de brotes", manifestó el médico.

 

Golpes de calor en ciudades

 

Hasta el pasado 18 de julio, se contaron 138 noches cálidas consecutivas en el Callao, considerándose extremas las últimas ocho, señaló Yuri Escajadillo Fernández. La guía de medidas de adaptación al cambio climático para municipalidades distritales de Lima Metropolitana especifica que la capital es una ciudad vulnerable frente al peligro climático de extremos de temperatura y olas de calor.

Los daños ocasionados a la salud por temperaturas extremas pueden ser potenciados por el diseño de las ciudades, ya que los golpes de calor aumentan la carga térmica en los edificios y de las aguas superficiales. La OMM advierte que diversas metrópolis en el mundo no están diseñadas para soportar temperaturas elevadas por tiempo prolongado. 

“En todo el mundo, es inevitable un calor más intenso y extremo; es imperativo prepararse y adaptarse, ya que las ciudades, los hogares y los lugares de trabajo no están construidos para soportar temperaturas altas prolongadas, y las personas vulnerables no son lo suficientemente conscientes de la gravedad del riesgo que el calor representa para sus vidas, salud y bienestar”, dijo el doctor John Nairn, asesor senior de calor extremo de la OMM.

 

El impacto en la costa norte y central del país

 

El incremento de la temperatura del mar suele provocar lluvias intensas en las regiones de la costa norte y centro del Perú. 

Para el verano de 2024, no se descarta otro escenario de inundaciones en Piura, Tumbes, Lambayeque y otras regiones, además de olas de calor, indicó Escajadrillo Fernández, climatólogo del Senamhi. “Nos lo dice la historia, cuando el mar se calienta está asociado a excesos de lluvia”, dijo a OjoPúblico.

El informe Escenarios de riesgo por inundaciones y movimientos en masa ante lluvias asociadas al fenómeno El Niño, publicado por el Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred), señala que el calentamiento del mar provoca altos niveles de evaporación. 

Debido a la Cordillera de los Andes, la cual actúa como un muro que bloquea el paso de las nubes hacia la sierra, se producen lluvias persistentes en la costa, que a su vez dan origen a las inundaciones y diferentes tipos de movimientos en masa, como huaycos y deslizamientos.

Se estima que 1’232.202 personas se encuentran en riesgo muy alto por la ocurrencia de movimientos en masa. Entre las regiones con mayor población en peligro están Piura (207.766 personas), Áncash (225.780), Huánuco (164.972), Cajamarca (117.929) y La Libertad (104.564). 

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PELIGROS. Regiones del centro y norte del país son más vulnerables a inundaciones. 
Foto: OjoPúblico / Renato Pajuelo.

 

Cerca de otro 1,6 millón de personas se encuentran en riesgo alto frente al desarrollo de huaicos y deslizamientos. Lima presenta la mayor cantidad de población expuesta a este nivel de riesgo, con un total de 319.141 personas.

En cuanto a inundaciones, se estima que hay 4'852.210 personas en riesgo alto en todo el país. La Libertad (1'334.273 personas), Lambayeque (1'031.945), Piura (713.624) e Ica (258.670) son las regiones con más población en peligro.

 

La sierra y el riesgo de sequía

 

Yuri Escajadillo Fernández explica que, en la sierra de Perú, El Niño está más asociado al desarrollo de periodos de sequía. Es un pronóstico basado en el comportamiento del fenómeno en el país, ya que durante episodios anteriores se produjeron estos efectos. 

El Informe Nacional sobre el Estado del Ambiente 2014-2019, del Ministerio del Ambiente (Minam), detalla que durante los años 1983, 1987, 1988, 1992, 2005 y 2016 se presentaron fuertes sequías en el país, asociadas a episodios de El Niño. 

La sequía de 1992 fue la más severa de la que se tiene registro, y tuvo coincidencia con el desarrollo de El Niño. Afectó a las regiones de Amazonas, Cajamarca, La Libertad, Ancash, Junín, Huánuco, Huancavelica, Pasco, Lima, Cusco, Apurímac, Ayacucho, Arequipa, Tacna, Moquegua y Puno. 

De acuerdo al estudio Escenarios de Riesgo por Sequías Meteorológicas a Nivel Nacional, elaborado por el Cenepred, 19 distritos de las regiones de Apurímac, Arequipa, Cusco, Huancavelica, Junín, Lima, Puno y Tacna  se encuentran en riesgo muy alto por la ocurrencia de sequías. 

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AMENAZA. Incendios forestales son un riesgo por deficiencia de lluvias. 
Foto: Coer Puno

 

Otros 835 distritos de Amazonas, Áncash, Apurímac, Arequipa, Ayacucho, Cajamarca, Cusco, Huancavelica, Huánuco, Ica, Junín, La Libertad, Lambayeque, Lima, Moquegua, Pasco, Piura, Puno, San Martín, Tacna y Tumbes se encuentran en riesgo alto. 

En total, 4’921.447 personas se encuentran en riesgo muy alto y alto a causa de la deficiencia de lluvias. 

Perú es muy vulnerable al desarrollo de sequías ya que el 63,8% de la superficie agrícola total depende del agua de lluvia para su riego, mientras que el resto tiene un sistema de riego regulado (agua de represas). El 51% y 45% de la superficie bajo secano (que depende de la lluvia) se encuentra en la sierra y la selva, respectivamente. 

“La sequía causa las mayores pérdidas en la agricultura y daños al ecosistema natural y el bosque, lo cual podría producir desertificación y degradación de suelos. Recibe mayor importancia en regiones donde las actividades económicas son altamente dependientes de los recursos hídricos”, señala el informe del Minam sobre el estado del ambiente 2014-2019. 

 

Incertidumbre en la Amazonía

 

El efecto que tendrá el calentamiento del agua del océano Pacífico en la selva es más difícil de pronosticar. Yuri Escajadillo Fernández indicó que, sobre esta región natural, el clima está condicionado por varios aspectos, incluso llegando a tener relevancia la temperatura del Atlántico. 

En caso de lluvias intensas, el modelamiento de escenarios de riesgo del Cenepred muestra que existe más riesgo en la cuenca del Amazonas, que atraviesa las regiones de Loreto y Ucayali. De presentarse sequías, los bosques estarán expuestos a incendios forestales. 

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ESTIMACIONES. Regiones de Loreto y Ucayali son vulnerables inundaciones. 
Mapa: Cenepred.

 

 

Aumento de plagas 

 

El economista Eduardo Zegarra precisó que, cuando hay variaciones en la temperatura, se presenta una exacerbación de ciertos insectos, bacterias o tipos de enfermedades que empiezan a causar daños a los cultivos. 

En Perú, desde marzo, han aparecido una serie de plagas vinculadas al aumento de las temperaturas que provoca El Niño costero, que están afectando a los agricultores. 

El Servicio Nacional de Sanidad Agraria del Perú (Senasa) alertó sobre la presencia de Schistocerca piceifrons peruviana (langostas) en 39 zonas de vegetación silvestre en la región Apurímac, que afectaron cerca de 700 hectáreas de cultivo de todo tipo. Las zonas expuestas a esta plaga son los valles interandinos de Lambayeque, Huánuco, Huancavelica, Ayacucho y Cusco. 

En paralelo, la Junta Nacional del Café informó que la roya amarilla ya ha afectado a cerca de 380.000 hectáreas de producción en 12 áreas cafetaleras del país. 

Esta plaga, que solo afecta al cultivo de café, es provocada por el hongo Hemileia vastatrix. Este provoca la caída de las hojas de la planta, generando una maduración incompleta del grano o una producción de mala calidad. 

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ALERTA. Plagas afectarán a productores y la economía nacional. 
Foto: Andina. 

 

Esta plaga, de acuerdo a Senasa, es de rápida diseminación. Según estimaciones de los productores de la Junta Nacional del Café, se podría generar una pérdida de S/330 millones en la cosecha de 2023.   

Otra enfermedad que podría recrudecer por el incremento de la temperatura es el ántrax o carbunco. Esta ataca principalmente al ganado y puede transmitirse a los seres humanos. Senasa ha identificado a las regiones de Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad, Ancash, Lima e Ica como las más vulnerables ante la aparición de un brote.

Otras plagas que podrían propagarse a causa del incremento del calor y la crisis climática son la mosca de la fruta y roedores. La información sobre el impacto que tuvieron estas plagas en los últimos meses aún no es oficializada por el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego. 

 

El impacto en la disponibilidad de agua

 

El reporte Estado del clima en América Latina y el Caribe en 2022, de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), señala que, el año pasado, se registraron precipitaciones entre un 30% y un 50% por debajo de lo normal tanto en los Andes centrales y suroccidentales de Perú, como en Bolivia.

La deficiencia de lluvias evitó la recarga de represas en el país. El registro de la Comisión Multisectorial del Enfen detalla que, al 3 de julio de 2023, los embalses de Perú se encontraban a una capacidad del 76,59% en general. Sin embargo, las represas del sur, en su conjunto, se encontraban con niveles muy por debajo de sus mínimos históricos.  

Frente a este escenario, Eduardo Zegarra advierte que los productores se encuentran diezmados en su capacidad de respuesta al evento climático, tras enfrentar constantes crisis desde hace tres campañas. En 2020, fue la covid-19; en 2021, la crisis de fertilizantes; mientras que en 2022 y en lo que va de 2023, la variabilidad climática ha causado estragos en los cultivos 

"Son años consecutivos duros para la agricultura. El agricultor está empobrecido y en serios problemas para poder enfrentar la próxima campaña, no va a tener mucho crédito porque los bancos van a dejar de prestar frente a la ocurrencia de El Niño", agrega.

Productores se encuentran diezmados en su capacidad de respuesta al evento climático".

Este fenómeno climático afecta a los agricultores de diversas maneras, dependiendo de la zona de producción. En la costa del centro y norte del país, durante los primeros cinco meses del 2023 las intensas lluvias dañaron 155.644 hectáreas de cultivo y afectaron otras 101.094 hectáreas, según registros del Indeci.

Ante la falta de agua, no solo las actividades agrícolas serán perjudicadas, sino el propio consumo humano. 

En la región de Cusco, la entidad municipal prestadora de servicios de saneamiento Sedacusco proyectó que, en tres meses, parte de la población podría quedarse sin agua potable por la poca cantidad de recurso hídrico en la laguna Piuray. Esta última abastece a más del 30% de la población de la Ciudad Imperial.

En otras palabras, Cusco podría repetir la historia de Montevideo, la capital de Uruguay, que afronta su sequía más grave de los últimos 44 años.

 

¿Seguridad alimentaria y comercio en riesgo?

 

“El Niño parece ser la principal causa de las sequías en los Andes centrales y del sur (...) En términos agrícolas, se relaciona con la falta de humedad en el suelo, siendo propicio el ataque de plagas (langostas, hongos, polillas, etc.) y, por lo tanto, la pérdida de cosechas, lo cual impacta sobre la seguridad alimentaria, el comercio, entre otros”, indica el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático del Perú.

Las lluvias intensas y la sequía han causado un gran daño al sector. El último informe técnico de producción nacional del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) detalla que la producción agrícola se contrajo en 20,24% en abril. Se trata de una gran reducción, no vista desde hace 30 años, cuando ocurrió El Niño de 1992.

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VIGILANCIA. Especialistas advierten que Perú no cuenta con un sistema de atención a emergencias alimenticias.
Foto: OjoPúblico / Abigail Díaz

 

Fernando Eguren, presidente del Centro Peruano de Estudios Sociales (Cepes) indicó a OjoPúblico que los principales productos afectados fueron la papa y la quinua, en el caso de la sierra sur; mientras que, en el norte, fueron perjudicados productos de exportación, como el mango, el banano, cítricos, uvas y arándanos.

En el caso de la papa, la producción disminuyó en 35,15%. Esto se explica porque la menor cantidad de recursos hídricos bajó de manera importante el rendimiento de los cultivos. 

La producción de papa disminuyó en 35,15%".

La producción de quinua también se redujo. En este caso, en 81,80% con respecto a abril de 2022. Durante la maduración del cultivo, el estrés hídrico provocó la propagación de la plaga Kona Kona (polilla de la quinua) en algunos departamentos del país.

En cuanto a las exportaciones, el volumen de venta de café se redujo en 23,1% en comparación con mayo de 2022, de acuerdo a información del Inei. En mayo, el sector pesquero también tuvo una importante baja por efecto del calentamiento del mar. En este caso, la caída del volumen fue de 63,8%. 

Lo mismo ocurrió con la exportación de harina de pescado (reducción del 71%) y de aceite de pescado (47,1% menos). El principal insumo para estos productos es la anchoveta, una especie marina que, según el Instituto del Mar del Perú (Imarpe), redujo su biomasa en más del 30% respecto al 2022. 

La exportación de harina de pescado tuvo una reducción del 71%".

Especialistas señalaron a OjoPúblico que El Niño costero y El Niño global impedirán el desarrollo adecuado de esta especie, cuyo hábitat ideal fluctúa en aguas marinas con temperaturas de 16 a 18 °C. 

El incremento de la temperatura del mar provoca que esta especie se movilice a zonas más frías. En su lugar, aparece más población de especies que prefieren aguas cálidas, como el bonito, el atún o la pota. 

Fernando Eguren, especialista en sociología rural y del trabajo, indica que la crisis climática, puede afectar la seguridad alimentaria de la población, además de ser una amenaza para la agricultura y las economías nacionales y global. “El futuro es muy preocupante y hay que estar listo para reducir los impactos negativos de estos fenómenos”, indicó. 

En caso de desastres, señaló, poblaciones enteras pueden quedarse sin alimentos o agua por la afectación de vías de comunicación u infraestructura agrícola y de saneamiento. En ese sentido, cuestionó que el gobierno no tenga un plan de emergencia para garantizar la alimentación de la población susceptible a desastres. 

 

El impacto actual y las proyecciones

 

El Niño global está en ciernes, mientras El Niño Costero continúa calentando al país. La fuerza con la que este último golpeó al Perú a inicios de año fue tal, que aún se contabilizan los daños. 

Erick Cortijo, director de Rehabilitación del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) indicó a OjoPúblico que, al 10 de julio, se habían confirmado los impactos registrados por las autoridades locales entre enero y junio en un 81%. El trabajo, estimo, concluirá a finales de mes.

Hasta los primeros días de julio, se habían contabilizado 103 fallecidos y 10 personas desaparecidas. Para entonces, también se registraban, al menos, 688.058 ciudadanos afectados y 113.367 en condición de damnificados. 

Además, se había reportado la destrucción de 13.960 viviendas, 485 aulas, 21 instituciones educativas, 407 puentes y 48,1 kilómetros de red de alcantarillado.

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CÁLCULOS. Las pérdidas que provocó El Niño costero son millonarias.
Foto: OjoPúblico / Renato Pajuelo

 

Con el cambio de estación a invierno, las lluvias se han disipado, pero el calor en el mar persiste. 

La Comisión Multisectorial del Enfen indica, en su último reporte técnico, que la temperatura superficial del mar peruano estuvo disminuyendo respecto a los meses previos, con valores de entre 18 °C y 27 °C. Sin embargo, entre la segunda y la tercera semana de julio, las anomalías térmicas se incrementaron hasta en 5 °C.

El mes pasado, el gobierno peruano oficializó la declaratoria de emergencia por peligro inminente ante El Niño global en distritos de 18 regiones, a fin de ejecutar acciones para la reducción de riesgos en 60 días. 

Pese a estos anuncios, las labores destinadas a la reducción de vulnerabilidades y atención de emergencias por desastres en los niveles de gobierno nacional y local no muestran la celeridad que requiere una emergencia. 

Este año, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) destinó S/3.644'428.848 para ese fin. Al gobierno central le correspondió una partida de S/1.887'435.774, de la cual, hasta el 20 de julio, solo solo había ejecutado el 31,1%.

A los gobiernos regionales les asignaron S/ 817’194.006 y, en conjunto, ejecutaron el 29,7% hasta esa fecha. Entre las regiones con menos dinero comprometido para la reducción de vulnerabilidad se encuentran Moquegua (10,3%), Puno (11,2%) Tumbes (11,3%) y Lambayeque (12,6%). En el caso de los gobiernos locales, la ejecución de los S/ 939’799.068 asignados llegó al 35,8%.

Además de esta partida, el MEF transfirió S/2’937.821.384 al fondo de gasto para la emergencia de El Niño. Hasta el 20 de julio, el gobierno central solo había ejecutado el 0,3% correspondiente al fondo, los gobiernos regionales el 3,1% y los gobiernos locales el 37,4%. 

Eduardo Parodi González-Prada, magíster en Gestión de Riesgos Naturales de la Pontificia Universidad Católica del Perú señaló a OjoPúblico que es innegable que existen deficiencias por parte de las autoridades para prevenir situaciones de desastre, pese a que El Niño es un evento que ocurre con regularidad en el país.

Hay deficiencias por parte de las autoridades para prevenir situaciones de desastre".

"Si se cae un puente frente a nuestras casas y las autoridades demoran cinco años en reconstruirlo, no somos resilientes", cuestiona. En ese sentido, el especialista criticó que, a mitad de año, todavía no se cuente con datos completos sobre los daños de las lluvias registradas en marzo y abril. Esas estadísticas, remarcó, deberían ser utilizadas para elaborar estrategias de mitigación en zonas identificadas como peligrosas.

Parodi González-Prada advirtió, además, que aún no se pueden realizar obras de prevención, ya que el país todavía se encuentra respondiendo a la emergencia ocasionada por El Niño costero. Solo queda mitigar los posibles efectos que genere este fenómeno. 

“Cuando atiendes una emergencia, no hay tiempo para prevenir. Ese trabajo debió darse durante los años anteriores, arreglando cauces de los ríos y moviendo poblaciones en peligro, pero no hemos hecho casi nada” dijo.

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