Fiscal Gálvez fue confidente y luego delator de operador de "Cuellos Blancos del Puerto"

Fiscal supremo admitió reuniones en su casa y oficina con operador en la ONPE y el CNM entre el 2015 y 2017. No reportó sus citas secretas con José Cavassa hasta que la Policía tenía grabadas sus conversaciones. Luego de revelarse los primeros audios, Gálvez acudió a la fiscalía para denunciar a su amigo. Poder Judicial no tomó en cuenta su confesión por haberla hecho a destiempo.

FAVORES. Tomás Gálvez y César Hinostroza fueron designados supremos por el hoy cuestionado Consejo Nacional de la Magistratura en el 2015. Ese mismo año Gálvez conoció a José Cavassa, hoy detenido.

FAVORES. Tomás Gálvez y César Hinostroza fueron designados supremos por el hoy cuestionado Consejo Nacional de la Magistratura en el 2015. Ese mismo año Gálvez conoció a José Cavassa, hoy detenido.

Foto: La República.

El fiscal supremo Tomás Gálvez Villegas, encargado del caso por lavado de dinero en el financiamiento de los cócteles de Keiko Fujimori, admitió ser confidente de uno de los mayores operadores del sistema judicial y electoral del país: José Luis Cavassa Roncalla, preso entre 2001 y 2005 por la falsificación de firmas del partido de Alberto Fujimori; procesado por integrar la red delictiva del exgobernador de Áncash César Álvarez entre 2007 y 2013, y hoy detenido por el Caso “Los Cuellos Blancos del Puerto”.

Ojo-Publico.com –en el contexto de la revisión de 60 mil audios de la Red de Investigación Periodística– concluyó que Gálvez y el abogado José Castillo Alva (defensa legal de Joaquín Ramírez, exfinancista de Keiko Fujimori) acusaron a Cavassa como miembro de “Los Cuellos Blancos del Puerto” cuando las operaciones de escuchas y videovigilancia de la División de Delitos de Alta Complejidad (Diviac) y la fiscalía de crimen organizado del Callao los señalaban como presuntos integrantes de la red.

Sin embargo, el 18 de agosto, el Poder Judicial no tomó en cuenta las manifestaciones de Gálvez y de Castillo Alva para ordenar la detención de Cavassa por considerar que recién aceptaron conocer los ilícitos cuando estos ya habían sido revelados por la prensa entre el 7 y 8 de julio último. A la fecha se desconoce por qué la fiscalía del Callao aceptó al fiscal supremo y al abogado como testigos protegidos (TP-5 y TP-4) y no como colaboradores eficaces, teniendo en cuenta que se tenía material de escucha y fílmico en su contra.

"Esta judicatura no recurre a estos (testimonios) porque considera que [fueron hechos] con una fecha posterior a los audios de IDL, publicados a partir del 7 de julio. La judicatura lo que ha valorado, no son las declaraciones de estos testigos protegidos, sino las escuchas que están contenidas en [el fallo judicial]", dijo el juez Manuel Chuyo, quien ordenó la detención de los 12 integrantes de “Los Cuellos Blancos del Puerto”.

EXTENSA AUDIENCIA. El último 18 de agosto, el juez Manuel Chuyo ordenó 36 meses de prisión preventiva contra José Cavassa y una docena de integrantes de "Los Cuellos Blancos del Puerto". Magistrado no tomó en cuenta la manifestación del fiscal Gálvez. 
Foto: Andina. 

En efecto, Gálvez decidió presentarse por primera vez a la fiscalía del Callao el 16 de julio para contar la historia inédita de cómo Cavassa había sido su amigo y confidente de hechos ilícitos entre el 2015 y el 2017. Días antes, el 14 de julio, el abogado Castillo Alva, amigo y exasesor legal del fiscal supremo, se sumó al mismo relato casi de manera coordinada. Desde entonces, ambos se presentaban en medios de comunicación como si fueran piezas claves de la indagación del Ministerio Público y de la Policía.

Lo cierto era que Gálvez ya tenía diferentes audios sospechosos con el suspendido juez César Hinostroza mientras que Castillo Alva era considerado por la Policía como parte de la organización por sus encuentros con el juez del Callao Walter Ríos y con el mismo Hinostroza, de quien también dice ser abogado. Cavassa, en tanto, ya había sido grabado por la Policía y esta evidencia acabó siendo suficiente para llevarlo a prisión preventiva sin necesidad de utilizar las declaraciones desestimadas de Gálvez y de Castillo.

Confesiones oportunas

Si bien la manifestación del fiscal Gálvez fue descartada en el fallo judicial que ordenó la detención preventiva de “Los Cuellos Blancos del Puerto”, si ha servido para conocer la faceta desconocida detrás de una de las máximas autoridades del Ministerio Público.

De acuerdo a su confesión, la primera reunión que tuvo con Cavassa fue el 2015. Entonces, el exempleado de César Álvarez le habló, a quien era fiscal supremo adjunto, de sus contactos e influencia en los consejeros de la entidad encargada de nombrar a los magistrados para el Poder Judicial y el Ministerio Público. La confesión no debió pasar desapercibida. Aquel final del 2015 fue clave para Gálvez ya que él mismo se preparaba para postular a la plaza de fiscal supremo abierta por el CNM.

Las reuniones de los dos años siguientes –que incluyeron citas en la oficina y en la casa del fiscal Gálvez, múltiples llamadas telefónicas entre ambos y hasta encuentros con el político José Luna Gálvez– se realizaron mientras el operador del CNM y la ONPE era investigado como miembro del grupo de César Álvarez en temas políticos, electorales y de lavado de dinero; y Gálvez ejercía como fiscal supremo tras ser nombrado para el cargo coincidentemente el mismo año de su contacto inicial con Cavassa.

CITAS SOSPECHOSAS. El fiscal supremo Tomás Gálvez declaró, en su calidad de testigo protegido, que el operador José Luis Cavassa le había confesado sus vínculos con consejeros del CNM y malos manejos en la ONPE. 
Imagen: Manifestación de testigo protegido TP-05-2018.

Entre el 2015 y 2017, y a pesar de que en el Ministerio Público se conoce el prontuario de Cavassa desde 2001, el hoy fiscal supremo no reportó sus encuentros secretos con dicho personaje a las autoridades de su institución. Gálvez, quien en los próximos años podría ser elegido fiscal de la Nación, tampoco informó que sus charlas giraban en torno a hechos irregulares en la elección de magistrados por parte del CNM y en alteraciones al sistema democrático en la ONPE.

Todo lo guardó en secreto hasta que se revelaron los Audios de la Corrupción el pasado 7 y 8 de julio y cuando ya era claro que su “hermano”, el juez César Hinostroza, había sido objetivo de operaciones de escucha telefónica y videovigilancia. Solo cuando el avance de las indagaciones era evidente, Gálvez sacó provecho de las declaraciones de su amigo Cavassa.

Gálvez, en entrevista con Ojo-Publico.com, dijo que en su momento no denunció en la fiscalía las irregularidades confesadas por Cavassa porque “lamentablemente” no tenía algún “dato objetivo” y que si lo hacía podía acabar siendo denunciado por calumnia. “Él [Cavassa] me comentó que en la ONPE había recomendado [personas]. Hasta ahí no se advierte algún delito para denunciar. Todo toma cuerpo cuando salen los audios", agregó el fiscal supremo.

Al cierre de edición, también nos comunicamos con el abogado Castillo Alva, pero no hubo respuesta.

De confesor a delator

Pocos días después de que IDL-Reporteros y Panorama difundieran los primeros audios y de que trascendiera que la Policía también había grabado sus diálogos sospechosos con Hinostroza; el fiscal Tomás Gálvez se presentó en la fiscalía de crimen organizado del Callao. Era 16 de julio y ya habían pasado tres años del inicio de sus citas secretas con el prontuariado exgerente de la ONPE sin que informara de hechos ilícitos al Ministerio Público.

En su primera declaración en la fiscalía del Callao, el fiscal Gálvez dijo que era amigo de Cavassa y que éste le había confesado que los consejeros Guido Águila (presidente entonces del CNM), Iván Noguera y Julio Gutiérrez Pebes obedecían sus órdenes y que además apoyaba a Adolfo Castillo Meza para que sea jefe de la ONPE. Cavassa le contó que trabajaba con José Luna Gálvez, quien este año participa en las elecciones regionales y distritales como fundador de la agrupación Podemos por el Progreso del Perú (PPP).

En esa cita, según el fiscal supremo, Cavassa también le confesó de manera espontánea que él y Luis Navarrete Santillán, también conocido por el caso del millón de firmas del fujimorismo en 1999 y hoy coordinador de los personeros del partido de Luna, habían colocado a once personas en la ONPE con miras a favorecer la inscripción del PPP.

CONOCIMIENTO PREVIO. El fiscal supremo Tomás Gálvez delató a su amigo José Cavassa ante la fiscalía anticorrupción del Callao, cuando las autoridades ya tenían grabadas sus conversaciones. 
Imagen: Manifestación de testigo protegido TP-05-2018.

La primera manifestación de Gálvez fue reseñada por el semanario Hildebrandt en sus Trece el 20 de julio. Esto causó su inmediata aparición en medios entremezclando su defensa del fiscal de la Nación, Gonzalo Chávarry, su rol como denunciante de casos de corrupción y su defensa respecto de los audios que ya habían aparecido en su contra. Cinco días después, el abogado Castillo Alva apareció en la fiscalía del Callao para apuntalar, en su calidad de testigo, casi la misma versión de Gálvez contra Cavassa.

Ya el 1 de agosto, el fiscal supremo reapareció en la fiscalía del Callao para declarar de nuevo como testigo protegido. Entonces brinda más detalles de su relación con Cavassa y llega a decir que este lo llevó a una reunión privada en donde también estaban presentes los integrantes del CNM, Iván Noguera y Julio Gutiérrez, junto con Luna Gálvez. Con este personaje, añadió el fiscal supremo, se llegó a reunir en otras ocasiones, pero ya de manera personal para hablar de “inseguridad ciudadana y política criminal” o por intermedio de un “hermano de mi iglesia”.

Con las acciones tomadas por el fiscal Gálvez para convertirse en testigo protegido, queda en evidencia su manejo de información privilegiada previa a la difusión de los llamados Audios de la Corrupción. La incógnita ahora gira en torno al papel que desempeñará si pasa a ser un investigado más en el escándalo que ha remecido el sistema judicial peruano.

Reloj Se ha añadido un artículo a su lista de lecturas

Noticias Relacionadas