La cotidianidad de los niños y niñas matsés

El antropólogo matsés —originario de la comunidad Buenas Lomas Antigua, cuyos miembros se mantuvieron en aislamiento voluntario hasta 1970 aproximadamente— explica, desde sus recuerdos familiares y ahora su formación científica, el valor y la importancia del “aprender haciendo” de los niños y las niñas matsés para sus familias y su pueblo en un escenario como el bosque amazónico, y frente a la proyección que se tiene sobre la infancia desde el mundo industrial y urbano.

APRENDER HACIENDO. Niña matsés regresa a su casa, después de ayudar a su familia, ocupándose de lavar platos y olla en el río. [imagen 1]

APRENDER HACIENDO. Niña matsés regresa a su casa, después de ayudar a su familia, ocupándose de lavar platos y olla en el río. [imagen 1]

Foto: Roldán Dunú Tumi Dësi

 

Las imágenes que acompañan este artículo fueron tomadas en la comunidad matsés Buenas Lomas Antigua, en la Amazonía peruana, donde yo nací y crecí, hasta salir para conseguir mis estudios en antropología en la ciudad de Iquitos. Las fotografías fueron tomadas en el año 2021, durante investigaciones etnográficas que realicé como parte de mi licenciatura en antropología. La población matsés cuenta con alrededor de 3.500 personas, ubicadas en pueblos pequeños en la frontera entre Perú y Brasil, en el distrito de Yaquerana, provincia de Requena, en Loreto.

Los matsés vivimos en aislamiento voluntario hasta la década de 1970, cuando fuimos contactados por misioneros evangélicos. Nuestras comunidades permanecen bastante alejadas de centros urbanos, y en comunidades vivimos de una economía diaria de subsistencia, basada en el aprovechamiento de recursos naturales y en actividades cotidianas de pesca, caza, forrajearía y horticultura.

Durante mis estudios volví a mi comunidad como primer antropólogo indígena de mi pueblo, para conducir investigaciones etnográficas y escribir mi tesis. En mi trabajo de campo, empecé a observar las prácticas cotidianas de mi pueblo con una mirada antropológica.

Durante mis estudios volví a mi comunidad como primer antropólogo indígena de mi pueblo".

Comencé a reflexionar auto-etnográficamente sobre las prácticas cotidianas realizadas por los niños y niñas, en las que yo mismo había participado durante mi infancia y juventud, y que empezaron a parecerme radicalmente diferentes a las prácticas de otros niños y niñas en contextos urbanos. 

Al ver eso, volví a recordar mi infancia, cuando vivía en la comunidad, y el trabajo diario que hacía con mis padres. Así que en este ensayo fotográfico muestro a niños y niñas matsés en su vida cotidiana, ofreciendo un análisis etnográfico sobre los significados de la infancia en una sociedad amazónica.

 

La infancia matsés

 

La antropóloga Margaret Mead escribió que “el concepto de niñez es una ficción” (1977: 18). Mead quería debatir la idea de que la niñez sea algo universal y objetivo, y en cambio quería mostrar que los significados y las prácticas de la niñez están construidos culturalmente y por eso varían mucho en diferentes contextos sociales.

Las fotografías en este ensayo visual ofrecen un ejemplo etnográfico de este concepto. Las imágenes muestran bacuëbo, que en lengua matsés quiere decir “niños y niñas”, o sea, personas entre los 2 y 14 años de edad.

Las imágenes muestran bacuëbo mientras realizan actividades cotidianas: dos niñas son fotograbadas mientras regresan de lavar platos (imágenes 1 y 2); un niño que vuelve de la chacra, cargando muchos plátanos sobre su cabeza y los lleva a su casa (imagen 3); unos niños prenden una fogata, para secarse después de tomar un baño en la madrugada, cuando el agua del río está muy fría (imagen 4); y a otro niño se le ve ayudando a su madre, sacando fariña desde una blandona y poniéndola en una bandeja (imagen 5). Fariña es un alimento del pueblo matsés, hecho de harina de yuca tostada en un recipiente metálico que se llama blandona.

NIÑA carga una bandeja llena de platos en su cabeza [imagen 2].

LABORES. Niña carga una batea con platos y olla en su cabeza. [imagen 2]
Foto: Roldán Dunú Tumi Dësi

Las imágenes muestran algo crucial sobre la infancia matsés: que los niños y las niñas deben empezar a participar en la economía del hogar desde muy pequeños. Como se ve en las fotografías, los hijos deben ayudar a sus padres, más que todo trabajando en la chacra y acompañándolos en su trabajo.

Por ejemplo, en la chacra los niños y niñas ayudan a su padre o su madre cultivando plátano o yuca; juntando la yuca cosechada o cuidando a los hermanitos menores, mientras sus padres están realizando trabajos más duros, como cavar la tierra.

FUERZA. Niño lleva plátanos a su casa cargándolos en su cabeza [imagen 3].
FUERZA. Niño lleva plátanos a su casa, cargándolos como habitualmente se hace en la comunidad. [imagen 3]
Foto: Roldán Dunú Tumi Dësi

Los hijos siempre deben regresar a la casa con una carga e incluso deben ayudar a sus madres cargando a su hermanito recién nacido, mientras que sus madres cargan yuca o plátano. Eso se ve en la foto de un niño que carga un manojo de plátanos sobre su cabeza (imagen 3), que es algo desafiante, pero que los niños y niñas matsés aprenden a hacer fácilmente desde muy pequeños.

En la comunidad, los niños y niñas son cuidados por sus madres hasta que aprendan a caminar. Después de eso, empiezan a pasar la mayor parte del día con otros menores, y lejos de la supervisión de los adultos.

En lengua matsés, la palabra tsabëquec se refiere a actividades que los niños y niñas practican en grupo, por ejemplo, a disparar flechas usando arcos de juguete para aprender a cazar, o practican cómo construir casas pequeñas con hojas y enredaderas, que simulan las casas más grandes donde vive la gente. 

A través de actividades de grupo o tsabëquec, y pasando tiempo con sus compañeros, los niños y niñas matsés aprenden de forma autónoma e independiente de sus padres a realizar actividades necesarias para la supervivencia diaria: cazar, buscar comida, pescar, caminar por el bosque, nadar y muchas más.

FOGATA. Niños secándose después de tomar un baño en la madrugada, cuando el agua del rio está muy fría [imagen 4].

FOGATA. Niños secándose frente al fuego después de tomar un baño en el río durante la madrugada. [imagen 4]
Foto: Roldán Dunú Tumi Dësi

Desde mi experiencia, esta iniciativa no es algo que les ensañan los padres, sino que los mismos pequeños aprenden mirando lo que hace la gente diariamente en su entorno familiar. Los antropólogos llaman a esta forma de aprendizaje “learning through doing” —(Willserslev 2007: 164), “aprender haciendo”—. Es decir, una forma de aprendizaje donde los niños aprenden a realizar actividades de adultos realizando ellos mismos esas actividades.

Esta forma de criar a los niños está muy extendida en las sociedades de cazadores-recolectores y habitantes de los bosques, pero contrasta marcadamente con la mayoría de las sociedades industrializadas y urbanas, donde los niños no pueden y no deben trabajar como lo hacen las personas adultas. 

El antropólogo David Lancy escribió mucho sobre esta diferencia. Según él, los niños en contextos industrializados y urbanos suelen ser tratados como “querubines” (Lancy 2008) que deben ser protegidos por sus padres, supervisados ​​por adultos todo el tiempo, y atendidos hasta la edad adulta.

Los niños en contextos industrializados y urbanos suelen ser tratados como 'querubines'”.

De hecho, varias leyes en todo el mundo —así como la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas— protegen a los menores del trabajo, para contrastar formas de explotación infantil. En la ciudad, los niños que trabajan son explotados porque no deben trabajar, sino estar en la escuela aprendiendo a leer y escribir, para buscar trabajos profesionales después.

Pero en las sociedades de cazadores y recolectores que viven practicando economía de subsistencia y usando recursos naturales, el trabajo diario de los niños no puede ser visto como una forma de explotación.

Los padres matsés tienen muchos hijos y no pueden hacer todo el trabajo solos. Por lo tanto, los niños deben poder ayudar desde lo más temprano que puedan, para asegurarse de que haya suficiente comida para todos y que la economía del hogar siga funcionando.

Pero los niños y niñas también disfrutan hacer estas actividades. Por ejemplo, una de sus más favoritas es ir a pescar con anzuelos, o poner trampas para atrapar pescado. Y una niña o niño matsés que ha aprendido a trabajar hace sentir orgullosos no solamente a sus padres, sino a toda la comunidad.

En estas sociedades, la realización de actividades cotidianas de subsistencia es la principal forma de aprendizaje. Según Vargas, S. (2006:235), “el trabajo infantil es como parte de un proceso de aprendizaje, e incluso educativo, el cual en un momento de crisis personal y económica puede fungir como un recurso”.

COCINA. Niño se ve ayudando a su madre, sacando fariña desde Blandona poniendo en una bandeja [imagen 5].

COCINA. Niño ayuda a su madre, sacando la fariña desde una Blandona y poniéndola en una bandeja. [imagen 5]
Foto: Roldán Dunú Tumi Dësi

 

De hecho, las comunidades matsés ni siquiera practicaban la escolarización formal, hasta que el estado introdujo escuelas en cada comunidad a partir de la década de 1980 (Morelli 2023, Tumi Desi 2023).

En las comunidades matsés aprender a trabajar es algo necesario para prepararse al futuro. Los niños no son vistos como querubines, sino como actores sociales y económicos competentes, que participan en las actividades de los adultos desde una edad muy temprana.

Un ejemplo de esto es la fotografía de los tres niños alrededor de un fuego, (imagen 4), algo que sería considerado extremadamente peligroso en la ciudad y no permitido, pero en la comunidad es un hecho cotidiano.

Esta forma de tratar a los niños no es basada en explotación, sino en una forma culturalmente situada de entender la infancia: una en la que se reconoce a los niños como personas capaces de realizar actividades diarias para subsistir, y en la que se les permite moverse con libertad e independencia en el medioambiente.
 

Nota de Redacción: El autor tiene el consentimiento de los padres y tutores de los niños y niñas que aparecen en las fotos que tomó en su comunidad.

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