El arte para protegerse del virus

Por: Izabel do Santos
Fotos: Izabel do Santos
Agosto 2021

Los conocimientos ancestrales fueron el camino para que el antropólogo y artista indígena de Brasil Jaime Diakara encontrara el espacio para luchar contra el coronavirus, que primero invadió su cuerpo y, luego, el de tantos amigos que tuvo que despedir, en medio de hospitales colapsados o solos en sus casas. Su arte explora y retrata la lucha de su cuerpo contra los síntomas de la nueva enfermedad, en un contexto en el que el gobierno de este país, negó la pandemia y no hizo nada para salvaguardar a las comunidades indígenas de la Amazonía.

Cuando regresó a su casa en Manaos de un viaje a la ciudad de Río de Janeiro, en abril de 2020, el antropólogo y artista indígena Jaime Diakara sintió los primeros síntomas de Covid-19. Tenía fiebre, malestar en el cuerpo y dolor de cabeza. Por lo que vio en la televisión, dedujo que se había contagiado de la nueva enfermedad. Sin exámenes clínicos y con los hospitales colapsados, él y toda su familia, que también se contagió, se aislaron en su vivienda y decidieron tratarse en casa. "Usamos varios tés de hierbas y bendiciones", dice.

Consciente de que estaba viviendo un momento importante, Jaime decidió utilizar el lenguaje del arte para registrar lo que sucedía. "Empecé a esbozar en papel todo lo que sentía y así hice este dibujo", recuerda, mostrando una de las primeras pinturas que realizó durante la pandemia. Era la expresión del malestar combinado con la incertidumbre.

brasilPROCESO CREATIVO. Los dibujos realizados por Jaime Diákara representan los síntomas de la Covid-19 en su cuerpo.Foto: Izabel do Santos / OjoPúblico / Infoamazonía

A medida que el nuevo coronavirus avanzaba en el cuerpo de Jaime y debilitaba su salud, él continuaba pintando, dibujando. “A partir de ahí, creé dibujos y grafismos. Convertí ese trabajo en mi tratamiento y llamé a esa producción ‘arte curativo’. Era como si estuviera sacando del cuerpo a la enfermedad con el arte”, explica.

El pueblo indígena al que pertenece Jaime, los Desana, es uno de los grupos de la familia Tukano Oriental que habitan la región fronteriza entre Brasil y Colombia, en el municipio de São Gabriel da Cachoeira, ubicado en el estado brasileño de Amazonas. Pero Jaime, como muchos otros indígenas, se trasladó a Manaos, la capital del estado, hace más de 10 años para estudiar. Él forma parte del 36% de los 896 mil indígenas de Brasil que viven en zonas urbanas, según el censo oficial del 2010.

Jaime Diakara es también uno de los investigadores del Centro de Antropología Indígena de la Universidad Federal de Amazonas. Y, precisamente, desde el comienzo de la pandemia, han estado recopilando relatos en texto, audio y manifestaciones artísticas sobre los diversos impactos causados por la Covid-19 en los pueblos indígenas de Amazonas.

Manaos fue una de las ciudades más afectadas por los contagios y muertes. En abril de 2020, el sistema sanitario colapsó y las imágenes de personas muriendo sin atención médica y siendo enterradas en fosas comunes recorrieron el mundo. En enero de 2021, la situación fue aún más dramática por la falta de oxígeno.

La pandemia cambió, incluso, nuestra forma de pensar ha cambiado, y esto va a cambiar nuestra forma de vivir", dice Diakara.

“La llegada de la pandemia tuvo un gran impacto en la vida de los indígenas. En la ciudad y en las comunidades, dejamos de salir y practicar nuestros rituales colectivos, que fue una de las peores cosas que nos trajo la enfermedad. Los indígenas, en cualquier lugar, necesitan trasladarse de un lugar a otro para trabajar y comprar alimentos. Y muchos de nosotros trabajamos por cuenta propia, vendiendo artesanía, realizando rituales de danza, o se dedican al comercio en la ciudad. Con la necesidad de aislamiento social, estamos muy limitados”, dice Jaime.

Con un acceso limitado a los servicios de salud, muchos indígenas que residen en la ciudad y que se contagiaron recurrieron a sus conocimientos ancestrales y comenzaron a tratarse en casa. “Me curé usando el bahsese [un ritual semejante a la bendición] y utilizando hojas y frutos con sabor a picadura”, recuerda Jaime.

brasilEXPLORAR. Consciente de lo que estaba atravesando, Jaime Diákara utilizó el lenguaje del arte para registrar la lucha de su cuerpo contra la enfermedad. FOTO: Izabel do Santos / OjoPúblico / Infoamazonía

“Aplicamos bahsese al líquido de estas plantas, llamando al virus por su nombre para matarlo, y hacemos nuestra protección y nuestra curación”. En la tradición Desana, hay tres elementos importantes para la protección contra una enfermedad: el breu (resina extraída de un árbol), el cigarrillo y el líquido (infusión de hojas). “Esa es nuestra forma de afrontar la enfermedad y así es como nos estamos reinventando para sobrevivir mientras la vacuna llega a todos”, dice el artista.

En Brasil, los indígenas forman parte de los grupos prioritarios para recibir la vacuna, que empezó a llegar a sus brazos en enero de este año. Pero al inicio el Ministerio de Salud excluyó de los grupos a quienes, como Jaime, no viven en tierras indígenas. Luego de una larga espera, hace unas semanas, el artista indígena pudo vacunarse.

¿Cómo impactó la pandemia en la cosmovisión indígena? La obra que Jaime Diakara realizó para esta serie periodística “Visiones del Coronavirus” representa el impacto de la pandemia en su pueblo. El resultado es el lienzo “Wanani Goãmū”, o "El dueño de las plantas medicinales" en idioma wanni, lengua que habla su pueblo.

La imagen que el artista plantea representa el enfrentamiento del cuerpo contra el nuevo coronavirus a través de la oposición entre la luz y la sombra –sol naciente y poniente– apoyada en la “calabaza del mundo”, que sostiene el universo según la cosmología Desana. “Los seres invisibles que causan la Covid-19 nos atacan desde el lado donde no hay luz, el lado izquierdo. Por eso utilizamos grafismos de protección en esta parte del cuerpo”, explica Jaime.

brasilLUCHA PERMANENTE. El lienzo "Wanani Goãmū", de Jaime Diakara, representa el impacto de la pandemia de Covid-19 en su pueblo. Foto: Izabel Santos/ OjoPúblico /InfoAmazonia)

Jaime Diakara tiene 41 años y pasó su infancia y adolescencia escuchando historias sobre los rituales de su comunidad Cucura Igarapé. Se mudó a la ciudad para estudiar y ahora lleva un doctorado en Antropología en la Universidad Federal de Amazonas.

El artista afirma que la mayor amenaza para la existencia de los pueblos indígenas brasileños no son las enfermedades, sino la falta de políticas y acciones públicas para su bienestar. "Los indígenas que viven en el interior del Estado tienen que salir de sus comunidades e ir a la capital en busca de ayuda, de alimentos, de asistencia, de todo, porque quienes deberían ofrecer esto no lo hacen. Las comunidades indígenas se han encerrado. Pero el hambre y la necesidad no respetan el aislamiento social. Entran en nuestras vidas, en nuestras comunidades, sin pedir permiso", dice.

La pandemia no solo ha afectado a los indígenas que viven en sus comunidades, sino también a los que viven en la ciudad. "Ha cambiado mi forma de vivir. Cambió totalmente la forma de relacionarnos. Hoy ya no podemos sentarnos juntos, hablar y discutir nuestras necesidades. Diría incluso que nuestra forma de pensar ha cambiado, y esto va a cambiar nuestra forma de vivir", explica Diakara.

discutir nuestras necesidades. Diría incluso que nuestra forma de pensar ha cambiado, y esto va a cambiar nuestra forma de vivir", explica Diakara. Las cifras oficiales de la pandemia en Brasil contabilizan más de 547.000 muertes desde Covid-19 hasta julio de 2021. De este total, más de 34.000 personas viven en territorios indígenas, según datos de laRed Eclesial Panamazónica. Durante los meses de emergencia sanitaria, la violación de los derechos humanos de los pueblos indígenas se acentuó en el país.