Por: Natalia Arbeláez
13 de septiembre del 2020
Juliet Romero pensó en marzo, que decretaron la cuarentena general obligatoria, que le habían adelantado las vacaciones por 15 días, muy necesarias cuando uno cuida entre 30 y 40 niños, y que pronto estaría otra vez trabajando.
Ella, con 34 años y dos hijos, jefe de su hogar, llevaba cinco años con “Semillitas”, el jardín que creó en Jamundí, Valle del Cauca, hasta que llegó el covid. Ahora, entró a engrosar el 37 por ciento de empleos de mujeres que se perdieron en el sector
educación, de acuerdo a los microdatos de la Gran Encuesta Integrada de Hogares -Geih- del Dane, que compara junio de 2020 con junio de 2019.
Ese porcentaje está por encima incluso del promedio de empleos que han perdido las mujeres en todos los sectores (25 por ciento), y del 29 por ciento de empleos que han perdido los hombres en el sector educativo.
“La historia de Juliet humaniza los datos que vemos en las cifras nacionales y muestra que las mujeres están perdiendo espacio en el mercado laboral y los efectos que esto tiene en sus vidas”, dice Paula Herrera, profesora de la Facultad de Economía de
la Universidad Javeriana.
Herrera, coautora del informe “Covid19 y las Brechas de Género en el Mercado Laboral”, con Helena Hernández,
su asistente de investigación del proyecto de Economía del Cuidado de la Pontificia Universidad Javeriana, hicieron los cálculos y análisis de cifras en que se basa este reportaje.
*Nota metodológica
Fuente: Cálculos basados en la Gran Encuesta Integrada de Hogares de junio 2020 del DANE. Microdatos procesados por Paula Herrera y Helena Hernández, U. Javeriana. Las cifras del sector educación dado que son obtenidas por los sectores a 4 dígitos y,
por ende, están desagregadas, pueden no ser representativas de la población, pero dan algunas luces acerca de lo que está pasando.
También participó Lina Buchely, directora del Observatorio para la Equidad de las Mujeres -OEM- del Icesi, en Cali y autora, entre otros, del artículo “Yo me defiendo”: entendiendo la informalidad laboral a partir del trabajo de las mujeres mototaxistas en Barranquilla (Colombia)”.
Tras seis meses de encierro, cada semana es como Juliet misma dice “una montaña rusa de emociones y posibilidades”. Así lo muestran estos siete días en que conversamos diariamente: