Crisis en sistema de salud mental por retiro de litio del mercado

En el Perú solo tres laboratorios tienen el registro sanitario para fabricar carbonato de litio, incluido en la lista de medicamentos esenciales del sector salud e irremplazable para los pacientes que sufren trastornos bipolares. Sin embargo, solo uno de ellos –Teva Perú, de capitales israelíes- logró copar la oferta en el sector público y privado. Este año la farmacéutica decidió, sin previo aviso, no producir más litio porque no le generaba ganancias. OjoPúblico confirmó el desabastecimiento que podría prolongarse por los próximos meses y que ya afecta al menos a 220 mil pacientes que dependen del medicamento.

Tres pastillas al día, 21 a la semana, 84 al mes. Es la dosis de carbonato de litio que Lorena, una joven limeña de 23 años, consume para compensar el desbalance químico cerebral que la empuja a raptos de euforia en los que cree dominar el mundo o a crisis de depresión que la impulsan a morir. Ella padece trastorno bipolar -como otras 220 mil personas en Perú, según la Organización Mundial de la Salud - y en las últimas semanas no encuentra una sola tableta de litio en la clínica a la que está afiliada, ni en farmacias de diferentes distritos de Lima, ni en el hospital público al que su médico le sugirió ir con una receta de contrabando.

OjoPúblico, luego de conocer este y otros casos, recorrió las farmacias de los principales hospitales y clínicas de Lima, entrevistó a funcionarios del Ministerio de Salud (Minsa), de la Asociación Nacional de Cadenas de Boticas (Anacab) y a pacientes que dependen de este antipsicótico que en el sector público vale entre 87 y 102 soles (una caja de litio de 100 pastillas), pero que puede llegar a costar el triple en un centro de salud privado. La conclusión fue alarmante: el sistema de salud mental del Perú atraviesa por una etapa de desabastecimiento de litio.

El principal abastecedor de este producto para el sector público y privado desde el 2011, la farmacéutica Teva Perú, ubicada en San Miguel y de capitales israelíes, confirmó que dejó de producirlo aunque no entró en detalles ni dijo desde cuándo. "El fármaco ya no está en los planes de producción de la empresa porque el costo no sustenta su fabricación. Hay 50 productos más que no se seguirán elaborando", dijo el laboratorio a través de su área de Servicio al Cliente. La respuesta, recabada en las últimas horas para este reportaje, ya era preocupante.

ESCASEZ. El laboratorio Teva Perú dejó de producir su marca Litocarb, la más consumida por el sector público y privado del Perú. El Ministerio de Salud no planificó por anticipado el reemplazo de este medicamento.

“Es cierto, hay un quiebre en el abastecimiento del fármaco”, reveló Jenny Castro Li, directora de Acceso y Uso de Medicamentos de la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid), órgano técnico del Minsa. La actual falta de litio, un estabilizador del ánimo producido por Teva Perú y también por los laboratorios Farmindustria, IQFarma (pero en menores cantidades y previo pedido), se prolongaría durante los próximos meses.

Grecia Heredia de Anacab –que agrupa a las distribuidoras Inkafarma, Arcángel, Fasa, BTL, Mifarma, Boticas y Salud, y Punto Farma–, confirmó que la escasez del litio empezó a sentirse hace tres meses. “En febrero nuestros asociados nos avisaron de la falta del producto, pero hace un mes recibimos la comunicación oficial de los laboratorios. Ninguna de nuestras cadenas tiene las tabletas, ni de marca ni genérico, y no sabemos cuándo llegará un nuevo lote”, dijo a OjoPúblico. Sin embargo, la crisis empezó oficialmente el 23 de abril último.

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LAS EMPRESAS DEL LITIO

Aquel día los encargados de la Digemid citaron en su oficina de San Miguel a los representantes de los laboratorios nacionales Farmindustria e IQFarma y a Teva Perú, para contestar la perturbadora llamada telefónica que el órgano técnico del Minsa había recibido un mes antes desde el hospital Honorio Delgado, uno de los principales en atender casos de salud mental en el país: “Ya no hay a quién comprarle litio”, fue el escueto mensaje que dejó un directivo del nosocomio ubicado en Lima Norte.

La cita duró dos horas. En ella Teva Perú -que compró Infarmasa en 2011, la mayor proveedora de litio del país- informó que había dejado de producir su fármaco de marca Litocarb y dijo que si volvía a fabricarlo sería en el 2016. En tanto, sus competidores, Farmindustria e IQFarma, dejaron entrever que no tenían lotes suficientes de sus marcas, Prolix y Carbonato de Litio en genérico, respectivamente, para reemplazar la demanda que cubría Teva Perú. Aún así, los tres laboratorios parecían coincidir en el mismo punto: no era rentable producir este medicamento para el Estado porque los precios fijados para su venta son bajos.

ACTA. En esta reunión el laboratorio Teva Perú informó a la Digemid que iba a dejar de producir Litocarb. Las otras dos farmecéuticas dijeron que aun no podía reemplazar la producción de la anterior.

El cónclave quedó registrado en el acta “Reunión sobre limitada oferta de medicamentos esenciales” en la que se concluyó “la asequibilidad limitada del litio en el sector público y la no disponibilidad en el privado”. Tras la cita quedó claro que los laboratorios no tenían obligación legal de informar al Minsa por anticipado cuando retiran un producto básico del sistema de salud mental. Ni siquiera cuando se trata de litio, que tiene una demanda de dos millones de tabletas al año solo en los hospitales del Estado y del Seguro Social.

“Esta situación es por culpa del fabricante [Teva Perú]”, dijo Jenny Castro de la Digemid. La funcionaria también contó que la excusa de esta empresa para eliminar el Litocarb del mercado fue que estaban remodelando su planta. Otra fue la versión del laboratorio: "el producto está descontinuado por temas de rentabilidad", dijo su área de Servicio al Cliente. OjoPúblico se comunicó con dos funcionarios de  Teva Perú, el director de Ventas Jorge Curto, y su representante en la cita con el Minsa, William Urcohuaranga. El primero no respondió y el segundo guardó silencio.

TEVA PERÚ. Esta farmacéutica ubicada en San Miguel tiene capitales extranjeros desde el 2011.

EL PAPEL DEL ESTADO

El retiro del Litocarb del mercado sería un asunto solo del sector privado si el Minsa hubiera abastecido con anticipación a sus hospitales. El problema en el sector público empezó luego que el Estado declaró desiertas las licitaciones que iban a cubrir la demanda de litio para el 2014 y 2015 debido a que ninguna de las tres farmacéuticas se presentó a los concursos. Según las fuentes en dicho sector, nunca existió un plan de contingencia para cubrir la producción del fármaco y cada hospital tuvo que gestionar compras menores a IQFarma para abastecerse cada semana o mes.

Una vocera de Farmindustria que pidió no ser identificada dijo que ningún laboratorio nacional quiere vender litio de forma masiva al Estado porque los precios fijados no cubren los costos de producción. “Nos ponen un valor de 0.10 por pastilla, los pagos son tardíos y el plazo para presentar las ofertas es muy corto. Son reclamos que el sector Salud conoce desde el 2012 y no los ha resuelto”, advirtió la fuente.

IQFarma -aunque dice estar distribuyendo Litio en el sector público, según sus voceros- oficialmente vendió su último lote al Estado en diciembre del 2012, el mismo que fue agotado a inicios del 2014. Desde entonces los hospitales públicos empezaron a compartir sus reservas y a comprar unidades cada vez más escasas a dicho laboratorio. Poco después, los pacientes de los nosocomios de salud mental Honorio Delgado y Larco Herrera ya no pudieron comprar litio en sus instituciones y debieron buscar el Litocarb de Teva Perú en las boticas. Hoy ya no lo pueden encontrar.

"Ya no hay a quién comprarle litio”, fue el mensaje que dejó un directivo del hospital Honorio Delgado, uno de los principales en atender casos de salud mental en el Perú.

En un recorrido por distintos hospitales del Minsa en los últimos días solo fue posible conseguir litio en las farmacias del Dos de Mayo y del Hermilio Valdizán, cuyas cajas se dosifican como agua en sequía.

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SALUD MENTAL EN RIESGO

En la reunión convocada por Digemid, la representante de Farmindustria admitió que solo poseía 500 cajas de litio bajo marca Prolix, un lote que apenas alcanza para cubrir la dosis promedio de la misma cantidad de pacientes durante un mes. También advirtió que tienen problemas para importar la materia prima de este medicamento. Recién a fin de este mes confirmarán si pueden o no asumir la nueva demanda.

Los hospitales de Essalud en Lima, según sus voceros, se proveen de Litocarb y no reportan escasez del medicamento a la fecha, pero cuando nos enviaron el detalle de sus reservas vemos que cada nosocomio tiene entre 9 y 29 cajas de Litocarb. El hospital Edgardo Rebagliati de Jesús María sí está al límite: apenas tiene 32 pastillas. Lo grave es que el seguro social desconoce del retiro de este medicamento del mercado.

CULPAS. Jenny Castro, alta funcionaria de la Digemid, responsabilizó a Teva Perú del desabastecimiento actual que afecta a unos 220 mil pacientes, según cifras estimadas. Foto: Elizabeth Salazar.

“A mi sobrino le han recetado 200 pastillas de litio y hoy he vuelto a venir, como cada mes, para que me adelanten 30 más. En los otros dos hospitales nos pidieron regresar a fin de mes porque de repente el producto llega para esa fecha”, cuenta Néstor Rojas mientras intenta comprar medicamentos para su pariente en el Hermilio Valdizán. Aunque la web del Observatorio de Precios de la Digemid señala que hay lotes disponibles en las clínicas Maison de Santé, Internacional, Peruano Japonesa y San Felipe, las farmacias de estos centros privados no tienen tabletas.

La Digemid asegura que la crisis se superará a mediados de año. “Estamos evaluando emitir una directiva para evitar que esto vuelva a ocurrir [con los laboratorios], además de ampliar el registro sanitario del producto para que más empresas entren a competir”, dice Jenny Castro de Digemid. Mientras tanto, el desabastecimiento juega en contra de la estabilidad mental de miles de pacientes. Según Juan Manuel Yori, presidente de la Asociación Psiquiátrica Peruana, cada usuario reacciona distinto ante la falta de litio, pero bastarían solo dos semanas sin medicación para que una persona que sufre trastornos bipolares colapse.

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Foto de portada: Caja de la farmacia del hospital Hermilio Valdizán en Santa Anita (Elizabeth Salazar)
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