El 44% de la población de Lima Metropolitana se siente insegura en sus barrios

Entre 2019 y 2021, cerca de la mitad de los habitantes de Lima Metropolitana se sentían inseguros en sus barrios, según INEI. El año pasado, el 91,5% de la población de Lima Metropolitana y Callao de 15 años o más creía que podía ser víctima de un hecho delictivo. En este contexto, los expertos indican que ningún candidato a la alcaldía de la capital tiene propuestas serias y efectivas para mejorar la percepción de la inseguridad, que es un aspecto clave para la calidad de vida.

CAUSAS. La presencia de delicuentes es el principal motivo por el que las personas de Lima se sienten inseguras.

CAUSAS. La presencia de delicuentes es el principal motivo por el que las personas de Lima se sienten inseguras.

Foto: Andina

En Lima Metropolitana, una ciudad con más de 10 millones de habitantes, casi la mitad de las personas se sienten inseguras en el lugar donde viven. En 2021, alrededor de cuatro de cada 10 habitantes de la capital no se sentían seguros en sus barrios, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Programas Presupuestales (Enapres) del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Esta cifra descendió apenas un punto porcentual respecto a 2019, antes de la pandemia, cuando alcanzaba el 45%.

La encuesta confirma también –como OjoPúblico ha reportado antes– que los robos se han vuelto más violentos. Entre 2012 y 2021 hubo un incremento del 28,1% en el empleo de pistolas o revólveres en los asaltos en todo el país. Lima es una las regiones donde más se incrementó (34%).

Esta situación así como la percepción de inseguridad afecta directamente la vida cotidiana en la ciudad. En 2021, el 19,8% de la población de la capital y Callao –de 15 años o más– dejó de realizar, al menos, una actividad por temor a ser víctima de la delincuencia. Según el estudio, por ejemplo, nueve de cada 100 habitantes dejaron de contestar el teléfono celular en la calle por temos a ser asaltados.

En menor medida, la gente evitaba llevar mucho dinero en efectivo (7,8%), salir de noche (7,5%), llegar muy tarde a casa (7,2%) o tomar taxis en la calle (6,8%). 

 

“[En general] no estamos asumiendo [a] la percepción de inseguridad como un problema en sí mismo. La gente deja de hacer cosas por miedo. El miedo es un gatillante de la conducta y afecta la vida cotidiana de las personas”, dice Nicolás Zevallos, exviceministro del Interior y especialista en crimen organizado, seguridad ciudadana y estudios policiales. 

Aunque es crucial para la calidad de vida, los actuales candidatos a la alcaldía de Lima Metropolitana no están proponiendo medidas para solucionar este asunto, alerta Zevallos. 

Por otro lado, Patricia Alata, directora del área de Conocimiento del observatorio ciudadano Lima Cómo Vamos, considera que las propuestas en seguridad ciudadana de los actuales candidatos a la alcaldía de la capital apuntan, sobre todo, a aumentar la vigilancia, aceptando por adelantado que tenemos que desconfiar de todos. “Cuando en realidad se debería aumentar la sensación de confianza entre nosotros”, dice. 


Los motivos y los matices

 

En 2021, alrededor de siete de cada 10 personas decían sentirse inseguras en sus localidades principalmente por la presencia de delincuentes. Este porcentaje (72%) creció en tres puntos porcentuales a comparación de 2019. 

En segundo lugar, con 43%, la población de Lima se siente insegura por la “poca presencia policial/serenazgo”. Este porcentaje sí ha tenido un crecimiento importante de 14 y 13 puntos porcentuales, a comparación de 2019 y 2020 respectivamente. 

En tercer, cuarto, y quinto lugar de las razones por las cuales la población se siente insegura en su barrio se encuentran la presencia de personas sospechosas (29%), el consumo de drogas (16%) y la presencia de pandilleros (11%).

 

Los resultados de la Enapres tienen relación con los datos del informe Victimización en Perú 2015-2021, también del INEI. Según este documento, en 2021, el 91,5% de la población de Lima Metropolitana y el Callao de 15 años o más percibía que podía sufrir un hecho delictivo en los siguientes 12 meses.

Este porcentaje aumentó respecto a 2019 (89,9%) y 2020 (88,9%). Entre las áreas interdistritales, Lima Sur contaba con una mayor percepción de inseguridad (94,2%). Luego seguían Lima Norte (91,6%), Lima Este (91,3%) y Lima Centro (89,9%).

Por su parte, Nicolás Zevallos considera que, además de tener bien identificados los motivos por los que la gente se siente insegura en sus barrios, debería desagregarse la información por territorios específicos. Comer en un restaurante de una zona comercial, esperar un bus en un paradero, caminar por una calle solitaria y oscura puede ocasionar distintos temores a sufrir diferentes tipos de delitos, explica.

Por otra parte, según el Informe urbano de percepción ciudadana en Lima y Callao 2021 de Lima Cómo Vamos, más de la mitad de la población de estos lugares decía estar insatisfecha con la seguridad ciudadana. Lima Este presentaba la insatisfacción más alta, con 65,9%. Seguían Lima Norte (64%), Lima Sur (58,2%), Lima Centro (53,6%) y Callao (47,6%).

En 2021, el 91,5% de la población de Lima y Callao percibía que pronto podía sufrir un hecho delictivo".

Además, el 72,8% respondió que la inseguridad ciudadana era el principal problema que afectaba su calidad de vida. Lima Centro presentaba la mayor insatisfacción, con 78,9%. Continuaban Lima Norte (78,2%), Callao (71,8%), Lima Este (68,5%) y Lima Sur (63%).

Para Patricia Alata, la percepción de la inseguridad no solo cambia entre las áreas urbanísticas, sino también entre los sectores socioeconómicos. “La percepción no está solo por zonas de la ciudad, sino particularmente por el nivel socioeconómico al que pertenecen las personas”, dice. 

La especialista pone como ejemplo los resultados del informe de Lima Cómo Vamos. Según este documento, el 75,4% de los habitantes del nivel A consideraban la inseguridad ciudadana como el principal problema que afecta su calidad de vida. Ese mismo porcentaje lo compartían con el sector B y C. Sin embargo, en el sector D, la cifra se reducía ligeramente (67,5% y 55,9%, de manera respectiva).

“En los niveles socioeconómicos más bajos el problema de la inseguridad se equipara a otros problemas de atención de necesidades básicas, como el acceso al agua”, explica. En el sector E, según el informe en mención, la falta de agua potable afecta la calidad de vida del 49,4% de la población del sector.
 


Más vigilancia no es más seguridad
 

Según el informe Victimización en Perú 2015-2021 existe un buen porcentaje de personas (46,7%) de 15 años o más que viven en Lima Metropolitana y el Callao y cuentan con vigilancia en sus barrios. La Provincia Constitucional del Callao tiene el mayor porcentaje (57,4%), mientras que, en Lima Metropolitana, el porcentaje es de 45,6%.

Por otro lado, según la Enapres, entre las personas que viven en Lima Metropolitana y tienen vigilancia en sus barrios, la mayoría considera que este servicio es bueno. En 2021, el 61% de los encuestados creían que la vigilancia de la Policía, que está a cargo del Ministerio del Interior, era buena. Frente al 38% que consideraba que esta labor era mala. 

 

 

Por el lado de la vigilancia del Serenazgo, que es competencia directa de las municipalidades, ocurre algo similar: el 62% de los encuestados respondieron que este servicio era bueno en Lima Metropolitana. Al contrario, 37% dijo que la vigilancia del Serenazgo era mala. En otras palabras, poco más de la mitad de la población considera que tanto el Serenazgo como la Policía desempeñan un buen trabajo de vigilancia.

 

 

¿Por qué, a pesar de la opinión relativamente positiva sobre la vigilancia, la población de Lima Metropolitana se siente insegura? “Tú aumentas la vigilancia porque te sientes inseguro. No por estar más vigilado  necesariamente aumenta tu sensación de seguridad. Al estar vigilado, puedes sentir que es menos probable que sufras un delito, pero tu percepción de inseguridad está ahí”, explica Patricia Alata de Lima Cómo Vamos. 

En ese sentido, proponer una mayor presencia de cámaras en la ciudad e identificar a todos los motociclistas con chalecos y cascos con placas, como propone Rafael López Aliaga (Renovación Popular); o contratar a policías en días de franco para atrapar a 200 ladrones al día, como ofrece Daniel Urresti (Podemos Perú); o la instalación de botones de pánico en todo Lima, como sugiere George Forsyth (Somos Perú), solo pretenden combatir la victimización, pero podrían traer incluso más temor a la población de la capital. Al respecto, Patricia Alata afirma que “aumentar la vigilancia no disminuye la percepción de inseguridad que tenemos”. 

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