Política fiscal: "Hay mucha gente que no paga lo que debería pagar"

¿Cuáles son las causas de la enorme desigualdad en el Perú? En esta entrevista, el economista Waldo Mendoza ensaya sus posibles orígenes: un sector minero y financiero altamente concentrado y una política fiscal que no corrige la mala distribución del ingreso. Mendoza es doctor en economía por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), integra el directorio del Banco Central de Reserva, fue director de asuntos económicos y sociales del Ministerio de Economía y Finanzas y es el autor de uno de los capítulos del libro "La desigualdad de la distribución de ingresos en el Perú", editado por la PUCP.

 

¿Considera que la desigualdad está asociada a un proceso de concentración de riqueza en el Perú?

Hay procesos de crecimiento que conducen a la desigualdad y otros que no necesariamente. En el Perú, históricamente tenemos una desigual distribución del ingreso, pero hablar de la riqueza es mucho más complejo. Un país con un coeficiente Gini [medida con la que se mide la desigualdad: 0 representa una equidad perfecta, y 1 la absoluta desigualdad] por encima del 0.4 o 0.45 es un país desigual, y en el caso peruano se ha tenido con frecuencia un GINI del 0.6. Y esto es lo que se encuentra punto más o puntos menos en estos últimos años.

¿Cuáles son las razones de esta desigualdad?

Me parece que tiene dos orígenes. Uno más estructural, por la manera como está organizada la economía: un sector exportador, principalmente primario que genera un montón de renta y un sector financiero que ha ido creciendo en las últimas dos décadas. Entonces, hay una economía sostenida en un sector primario, grande, donde los propietarios son principalmente extranjeros y un sector bancario y financiero también bien concentrado. Todo eso conduce naturalmente a una desigual distribución de los ingresos.

¿Cómo enfrentar la desigualdad desde la política fiscal?

La política fiscal en el Perú está sostenida en impuestos indirectos que graban al conjunto de la población, como el Impuesto General a las Ventas (IGV), que aplica a ricos y a pobres en un mismo porcentaje. Pero normalmente los países que han logrado modificar de alguna manera los ingresos en favor de una mejor distribución lo han hecho a través de la política fiscal.

¿De qué manera?

A través de los impuestos directos, como el Impuesto a la Renta, que grava con más intensidad al que más tiene. En el Perú este impuesto no es el más importante, lo es el IGV. La otra vía por la que se podría hacer una recaudación más agresiva es la vía del impuesto predial. La idea es que los que tienen más casas y más terrenos son más ricos, entonces cuanto más impuestos paguen los predios habrá más ingresos y si ese gasto es bien dirigido podría ser una manera de distribuir mejor los ingresos. Pero lamentablemente la recaudación predial no tiene que ver con el gobierno central ni con la SUNAT, tiene que ver con las municipalidades. Entonces, allí hay una gran tarea para reformar y para que se cobre a los más predios tienen lo que estos deben pagar.

Los países que han logrado modificar de alguna manera los ingresos en favor de una mejor distribución lo han hecho a través de la política fiscal.

 

¿Y el gasto público?

El gobierno tiene unos mecanismos, como el Foncomun (2% del IGV que tiene como destino las municipalidades locales), que se destina por indicadores de población rural e indicadores de pobreza. Esa parte está bien distribuida. La otra parte donde el gobierno distribuye recursos es el canon, y ahí sí pueden haber algunos problemas de desigualdad, porque el canon llueve en los lugares con grandes proyectos y dejan sin recursos a casi todo el resto del país.

¿Cuál podría ser entonces el origen de la desigualdad en el Perú?

Uno de los orígenes de la desigualdad es la forma es cómo está organizado el sistema productivo y financiero de la economía. Una economía muy concentrada en minería, muy concentrada en el sector financiero y por otro lado una política fiscal que no corrige, que no arregla esta distribución del ingreso a la que conduce este estilo de crecimiento económico.

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¿En qué debería consistir la reforma fiscal en el Perú?

El IGV habría que dejarlo como está y en el Impuesto a la Renta hay que ampliar la base tributaria. Hay mucha gente que no paga lo que debería pagar. De otra parte yo creo que el impuesto predial tiene un potencial inmenso, pero para que sea efectivo necesita de catastros actualizados.

Algunos economistas consideran que la desigualdad es un proceso natural en los primeros años de crecimiento económico.

Hay un economista, Simon Kuznets, que dijo eso en un borrador, pero él diría ahora sobre quienes lo citan cómo estos irresponsables se ponen a elucubrar con algo que yo puse de pasito. Lo que es un hecho es que para crecer se requiere invertir, y los que invierten son los ricos. Pero en una sociedad desigual, esta se vuelve inestable, entonces en ese ambiente la inversión no crece. El mismo Fondo Monetario Internacional ha dicho que la desigualdad es perniciosa para el crecimiento.

Uno de los orígenes de la desigualdad es la forma es cómo está organizado el sistema productivo y financiero de la economía.

¿Cuál ha sido el mayor impacto de la minería en nuestra economía?

Con la minería hemos experimentado un periodo, como tantos otros periodos de crecimiento de la economía peruana. Por ejemplo, con la época del guano, que duró como 10 años y que enriqueció al Perú. Incluso durante ese periodo el presidente Ramón Castilla eliminó los impuestos a los indígenas porque no necesitaba recursos. Pero cuando se acabó la época del guano estábamos casi igual que al principio; luego vino la época del caucho, la del petróleo y recientemente la del cobre. Pero luego los precios de los metales cayeron y las inversiones se detuvieron, y lo que estamos viendo en los últimos años son los rezagos de esa época de bonanza porque las inversiones que se hicieron en esos años han madurado el 2015 y 2016. Somos un país primario exportador. Lo que se viene ahora es un periodo en el que ese motor se ha apagado y da la impresión de que va a estar apagado en un tiempo prolongado.

¿Qué nos ha dejado el boom minero de los últimos años?

Yo creo que las carreteras, los caminos. La mitad del impuesto a la renta que pagan la industria minera se ha ido como canon a las regiones y municipios. La herencia de la minería son esas carreteras. Más allá de eso no la hemos utilizado para encontrar nuevos motores del crecimiento económico. Lo ha intentado este gobierno, pero lo ha dejado en una etapa inicial. Y por obligación vamos a tener que buscar esos nuevos motores de crecimiento porque de lo contrario el ritmo de la economía puede bajar a niveles aún más.

ANÁLISIS. Waldo Mendoza es uno de los autores de este libro que aborda de manera interdisciplinaria los orígenes y las causas de la desigualdad de ingresos en el país.

 

¿Será posible reducir la desigualdad si no crecemos?

La desigualdad no tiene que ver necesariamente con crecimiento. La desigualdad es la manera como distribuimos los recursos, que pueden ser pequeños o pueden ser inmensos. Cuba es un país igualitario, su GINI debe ser 0,2; y son igualitorios, pero muy pobres.

¿Cuál es su pronóstico para los años que vienen?

El siguiente año la producción de cobre va a subir entre 30% y 40%, el PBI minero va a crecer como en 7%, y hay nuevas obras que podrán sostener un crecimiento del 4% o 3,5%, pero el 2018 el crecimiento minero ya es bien modesto, de 2% o poco más; y el 2019 ya es casi cero. Entonces, ese motor ya se irá apagando, pero después, ¿qué motor lo va a reemplazar? Por un tiempo breve serán algunas obras, pero después qué. Yo diría que en los próximos años vamos a crecer sin ningún problema entre un 4% y 5%, hacia más adelante yo veo que podríamos llegar a un 3% o un 2,5%.

¿Cree otros sectores podría sostener el crecimiento?

Esos otros sectores, como la agroexportación, tienen su propia dinámica y ya están contribuyendo. Crecerán algo, pero hay sectores como el turismo que no estamos aprovechando.

¿La teoría del chorreo económico funciona para reducir la desigualdad?

Sin ninguna duda la pobreza cae cuando hay crecimiento, pero que la distribución del ingreso mejore o no, eso no se sabe. Mi hipótesis es que el crecimiento económico explica el 95% de la reducción de la pobreza. Cuando la economía crece, crece el empleo, los salarios suben y la pobreza baja. Eso por el lado del mercado, pero cuando la economía crece, también la recaudación y cuando la recaudación crece se pueden impulsar programas sociales como Juntos, Beca 18, Pensión 65. Al final todo depende del crecimiento. Si no hay crecimiento económico se cae la tributación, y si esto se cae cómo se ha poder gastar más. Lo que se tiene que hacer es tratar de sostener el gasto social.

¿Cuál cree que debería ser la mejor estrategia para mantener el crecimiento?

Lo que pasa es que a veces no se entiende que el Perú es una economía pequeña y abierta. Hay numerosos estudios que señalan que alrededor del 55% de nuestro crecimiento está explicado por las condiciones internacionales: cuando estas son buenas crecemos un montón; cuando son malas crecemos normalmente. Y cuánto es lo normal para nosotros, pues ese 2% o 3%. El 6% de los años maravillosos ya pertenecen a nuestra historia. Fue un periodo muy especial, el mejor contexto externo de los últimos tiempos. Va a ser imposible que en los próximos años veamos un periodo como el que experimentamos entre el 2002 y el 2011. Eso es irreplicable.

 

Foto portada: Waldo Mendoza. Créditos: PuntoEdu 
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